Partida Rol por web

Inicio de turno

Doy un paso hasta ponerme delante de la puerta de madera ennegrecida. Hecho un último vistazo hacia mis compañeros y la abro sin vacilar con la mano izquierda. Apreto con fuerza la empuñadura de mi espada.

Cuando abres la habitación, te encuentras con dos Guerreros del Caos. Su apariencia intimida. No es lo mismo que los goblins y orcos con los que has peleado antes. Pobres infelices.

Estos son guerreros de élite. Su negra armadura con ribetes y adornos rojizos ya impresiona por si sola. Van equipados con grandes e impecables armas: espadas, hachas, martillos, alfanjes, .... No puedes verles el rostro, oculto tras yelmos de acero adornados con cuernos.

En la habitación puedes ver también dos estanterías, una de ellas llena de libros; y un cofre.

- Intrusos!!!! MORIR!!!

- Pagueréis vuestra osadía!!!

Tras la sorpresa, salgo corriendo hacia el guerrero que está al fondo dela sala dejando espacio para que los demás puedan entrar. Arrastrando la espada por el suelo saltan unas chispas que acaban flotando en el aire. Para mi sorpresa, el guerrero del caos se aparta fácilmente dejandome en una posición totalmente desprotegida.

'uh-oh'

El Elfo baila a treves de sus compañeros y no tarda en meterse en la habitación.

Una vez dentro decide que es hora de probar su poderosa magia.

Se situa ante el otro guerrero y musita su hechizo:

Fertinatus Dorminux Nevorax!!!

Por las barbas de Gimli, por fin alguien en condiciones.

con la emoción reflejada en mi rostro, entro sin pensar en la habitación abalanzándome sobre el guerrero del caos próximo al elfo, propinándole sendos hachazos...

Cruzaba la puerta en tentado por la inmensidad de libros que se guardaban en aquella habitación. La presencia imponente de tales guerreros intimidó su libertad, observando que quizás serían un duro oponente para sus compañeros. Sus manos se alzaron y su mirada se congelaba amenazante sobre uno de ellos. Su rostro parecía oscurecerse como si las antorchas fuesen consumidas. Una brisa fuerte de aire empezaba a recorrer la sala rodeándo a tal enemiego. Las palabras arcanas del mago hacían eco sobre esa brisa, diluyéndose en la sala. heilig Wesen... parecíese que aquella voz no saliera de su garganta komm zu mir... casi eran susurros que crecían desde la profundidad de la sala. wer Wind sät, wird Unwetter ernten... ¡¡Sturm!!

Khargos penetra en la habitación cargando con una furia inusitada. Sus ojos quedan en blanco cuando ven que el Guerrero del Caos prácticamente sin moverse del sitio esquiva con pasmosa facilidad sus mandobles.

Mientras, Tiranthir camina tranquilo entonando una salmodia que logra dormir a su contricante; salvando de una estocada segura al trastabillado Khargos. Gotrek aprovecha el estado somnoliento del Guerrero del Caos para lanzar dos contundentes hachazos al paralizado cuerpo de su enemigo. Ambos impactan, pero inexplicablemente el guerrero aún sigue con vida aunque sangrando copiasamente. Rincewind, tratando de no quedarse atrás y viendo lo complicado de la situación, ayuda a sus compañeros lanzando un sencillo pero efectista hechizo. El mago siente el poder fluir por su cuerpo y estrella su energía sobre el otro de sus enemigos, dejándolo mareado y desorientado. Lamentablemente el enano ha sacado de su estado de ensoñación al Guerrero del Caos, que levantando su hacha, devuelve el ataque a Gotrek. A pesar de la debilidad de su enemigo, o quizá por encontrarse este a las puertas de la muerte, lanza una serie de feroces ataques contra los que el enano casi no puede ni defenderse.

El Elfo hace una mueca al ver al enano cargar contra el guerrero que acababa de dormir.

Insensato!!!, la estrategia era...

Sus palabras mueren al ver al guerrero devolver con furia los ataques contra su compañero.

Muere ya, hijo del mal.

El Elfo descargo su espada otra vez, esta vez se clavo en el hombro del guerrero. Este se movio. Pero no estaba seguro de que lo ubiera herido, asi que giro la muñeca al sacar la espada para intentar lastimarle de esa manera.

Siendo inteligente, dejo hueco, y se coloco un poco mas abajo, para que si el guerrero quisiera atarcarle tubiera que moverse.

El Guerrero del Caos se defiende cual gato panza arriba aferrándose a una vida que cada vez tiene más dificil conservar.

Agghhhh!!! No podréis matarme!!!

Soy inmortal!!!!

Os destruiré a todossss!!!!

Las palabras del guerrero del caos se clavan en mi cabeza como dagas enveneadas. 'inmortal?'

Interrumpo el escalofrío lanzando con fuerza la espada para acabar con esa terrorifica idea.

La espada de Khargos penetra brutalmente en el pecho del Guerrero del Caos que cae de rodillas. Un hilillo de sangre le resbala por la comisura de los labios.

Cuando parece que todo ha terminado para el guerrero, se levanta lentamente.

Khargos iza una ceja. Un fugaz pensamiento atraviesa su cabeza. NO serán inmortales de verdad???

La situación parecía muy díficil, eso llevo al hechizero negar con la cabeza, desconsolado con su mano sujetando su frente. Cruzó la habitación con cuidado, sus manos abiertas hacia atrás seguían el recorrido del armario, luego de la pared, hasta encontrarse con el cofre. Se encontraba en frente de la criatura, quien se había levantado imponente de nuevo tras el feroz ataque del bárbaro. Estaba muy nervioso y jadeaba, su mano empuñaba una daga temblorosa. Cerró los ojos con la intención de clavarla, pero comprendió que no seria capaz de atravesar su armadura, demasiado tarde tal vez, pues se encontraba cerca del suelo tras deslizar el filo por la armadura del valiente guerrero.

El ataque del Guerrero del Caos me acertó de pleno y aunque intenté detener sus golpes no pude lograrlo.

Espoleado por el dolor, lanzo un duro ataque contra el Guerrero que tenemos rodeado.

Después del ataque combinado del bárbaro y el enano, el Guerrero del Caos cae al suelo fulminado.

Al verlo su compañero entra en un estado de furia irracional, ocasionado en parte por su creencia de ser inmortal y se lanza al ataque hacha en mano contra el mago.