Partida Rol por web

Hijos del Kaos

Prólogo: Break my heart (again)

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04/09/2019, 19:25
Maeve Sombra-Danzante

Sombra-Danzante resopló, atrapada en una encrucijada más que visible. Se volvió hacia Elliot con los carrillos hinchados, ignorando claramente todas las chorradas que había dicho. No tenía interés en explicárselo cuando podía sencillamente mostrarle la verdad. Funcionaba mucho mejor que cualquier argumento excelentemente planteado.

Ya te he dicho que no era ninguna broma, Cachorro.

Lo que ocurrió a continuación fue un conjuro que ni en sus mejores sueños habría podido sentir tan real. Sombra-Danzante se agazapó y su cuerpo, ropas incluídas, mutaron ante sus ojos retorciendo su forma, su vello y su silueta hasta dar lugar a una loba de pelaje cobrizo y ojos ambarinos, en la misma tonalidad que su cabello original. 

Notas de juego

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05/09/2019, 04:09
Elliot Kelly

La risotada de Jackson me irrita. ¿De qué va, de sobrado? Tío, córtate un poco. Justo cuando creo que van a seguir dándome largas y sacándome de quicio, parece que deciden «enseñármelo». Pues muy bien. Trago saliva, sintiendo una extraña anticipación cuando Sombra se dispone a mostrarme al fin de qué va todo esto.

Y de repente, se convierte en loba.

Tal cual. No hay más vuelta de hoja ni otra explicación que esa. Lo he visto con mis propios ojos. La pelirroja se ha morfeado en una loba de pelambrera cobriza, con ropa y todo. El animal está ahí, justo delante de mí, mirándome con unos ojos demasiado racionales como para ser los de una bestia salvaje normal y corriente. Y ahí estoy yo, intentando asimilar lo que mis ojos ven sin saltar por la ventanilla de puro susto. De hecho, lo que más me extraña es el modo en que estoy reaccionando. Estoy desconcertado, sí, y soy incapaz de cerrar la boca durante un buen rato. Pero inexplicablemente, no tengo miedo. Es como si esta fuese la única resolución posible a las cosas que han ido ocurriendo, la última pieza que faltaba para que todo encajase, a pesar de que algo en mí aún quiera resistirse. Pero ver esto, ver esta… locura que parece la cosa más cuerda de mi vida, me llena de una extraña tranquilidad. Si esto es verdad, significa que, al menos, el modo en que me he sentido toda mi vida tiene una explicación, por absurda que parezca.

Mi mirada observa a la loba con una serena admiración. Y al tiempo que la miro, reconozco también algo en mí: de un modo inexplicable, mientras estoy viendo al animal, no me da la sensación de que seamos cosas distintas, una persona delante de un lobo. Es muy extraño, pero no desagradable. Me siento tentado de alargar la mano para acariciar a la preciosa bestia, pero recordando la mente humana que hay detrás de su mirada, decido que quizá sea mejor que no lo haga. En vez de eso, levanto la mirada hacia Jackson, mi enfado con él totalmente disipado.

¿Y se supone que yo… que yo también…? Pero, ¿por qué…? ¿Y cómo…? —Joder, Elliot, ¿se te ha comido la lengua el lobo? Me humedezco los labios, dándome un momento para ordenar mis pensamientos y preguntar algo que tenga sentido—. ¿Por qué soy un hombre lobo? Que yo sepa nunca me ha mordido ninguno. Y si de verdad antes me he transformado… ¿Qué ha pasado con Rachel? ¿Está bien? Joder, espero no haberle hecho nada…

Mierda, menuda locura. Menuda puta locura. Y yo aceptándolo todo como si tal cosa. En vez de cerrarme en banda en plan «esto no puede estar pasando», voy y pregunto si le he hecho daño a Rachel mientras era un lobo cabreado.

¿En esto se ha convertido mi vida ahora?

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05/09/2019, 17:48
Jackson

La loba, en toda su gracia y hermosura, hizo un gesto cabizbajo echando las orejas hacia atrás emitiendo un gemido ligeramente angustiado. Quizás fuese por el reducido espacio, pero realmente era una bestia gloriosa, mucho más grande que un perro y con un pelaje espeso y tupido que le recordaba al frío invierno de las montañas, no a la clase de clima que había en Santa Cruz. Cuanto más la miraba, más similitudes encontraba entre el animal y la mujer que había estado frente a él segundos antes: por ejemplo, había manchas y líneas que casi emulaban la ropa que había llevado, así como los tatuajes. Sí, en la pata delantera izquierda había una mancha oscura que definitivamente era el mismo tatuaje tribal. Pero lo más fascinante eran sus ojos, aquella mirada calmada que parecía sentir con cada suspiro.

Jackson observaba de tanto en cuando por el retrovisor, una sonrisa torcida en sus labios. Una sonrisa que comenzó a desvanecerse en el momento en que el nombre de Rachel salió en la conversación. Sus ojos dejaron de reflejarse en el espejo, devolviendo la atención a la oscura carretera.

Llamamos al 911. Cuando nos marchábamos estaban llegando las ambulancias —explicó con una angustia en la voz que no reconfortó en absoluto a Elliot.

Notas de juego

1/2

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05/09/2019, 17:49
Maeve Sombra-Danzante

De repente, ya no había loba sino mujer, la cual chascó los dedos delante suyo para captar su atención, mirándolo con fijeza.

Ey. No es culpa tuya. El Primer Cambio es algo bestial e incontrolable. Intentamos adelantarnos todo lo que pudimos, pero nadie sabía de tu existencia. Los hombres lobo no se hacen, nacen, así que alguien en tu familia, quizás hace muchas generaciones, era un garou. Un hombre lobo, así es como nos llamamos: garous. Pero, ey, mírame. —Volvió a chascar los dedos para después alargar la mano y tocarle la mejilla, dirigiendo su rostro para que mantuviese su mirada, impidiéndole pensar de más lo que quiera que hubiese ocurrido—. No sabemos lo que ha pasado, y sobre todo, no es culpa tuya. Es la Rabia que tenemos dentro, y nadie espera que un Cachorro sepa controlarla. Van a ser unos días duros, pero vas a estar acompañado por mí y de los tuyos, y vas a aprender muchísimo sobre lo que eres.

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05/09/2019, 18:18
Elliot Kelly

El mundo se me cae encima cuando oigo que se tuvieron que llevar a Rachel en ambulancia. Por mi culpa. ¿Qué coño he hecho?

¡Mierda, joder! ¿Está…? —Empiezo, con la voz agitada. No puedo terminar la frase porque enseguida Sombra ha vuelto a convertirse en humana, desviando mi atención. Me dice que no ha sido culpa mía, que perdí el control, pero no consigue convencerme. El corazón me late a mil por hora y se me hace un nudo en la garganta. Siento que voy a echarme a llorar, o quizá a vomitar. A lo mejor las dos cosas a la vez. Es demasiado—. ¿A qué hospital…? ¡Quiero verla! —exclamo, pero enseguida me invade la angustiosa sensación de que esa sería la peor idea del mundo. Si de verdad yo le he hecho daño, lo último que necesita es que me vuelva a acercar a ella.

Es como si estuviese en un tiovivo gigante, subiendo y bajando mientras giro a toda velocidad. Un gruñido lleno de dolor e impotencia se abre paso por mi garganta, quedándose corto por muy poco de convertirse en un grito. Me golpeo la cara con la palma de la mano, con fuerza, y vuelvo a lamentarme. Estoy llorando a todo trapo, las lágrimas acumuladas en estas semanas, en estos meses, encontrando por fin el camino de salida. Mi cuerpo se sacude en espasmos provocados por el llanto, y me hago un ovillo bajo la manta balbuceando incoherencias. Me siento miserable, joder. Quisiera desaparecer, apagarme y olvidarme de toda esta mierda, del mundo.

¿Por qué…? —pregunto retóricamente entre sonoros sollozos. ¿Por qué me ha tocado precisamente a mí ser… así? ¿Por qué la vida me da hostias constantemente, una detrás de otra, sin darme tiempo a recuperarme? No, no quiero. Quiero que todo sea como antes, que estos tíos me dejen donde me encontraron, en mi vieja vida de mierda y que nada de esto haya pasado. Que todo sea el peor sueño que he tenido nunca—. ¿Por qué…?

Notas de juego

:'(

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05/09/2019, 19:17
- Narradora -

Le pregunta quedó sostenida en el aire, sin respuesta ni consuelo, igual que su llantina. Pudo notar la incomodidad de Sombra-Danzante, el desasosiego de verlo romperse en mil pedazos aunque no lo conociera de nada. Pero lo conocía, en el fondo sabía un secreto de él que nadie en su vida había sabido jamás, ni siquiera él mismo. Aun así, no podía ofrecerle consuelo alguno en aquel momento. Era un proceso de duelo que debía pasar y del que no había escapatoria. Era una verdad que con su contundencia lo había dejado K.O., pero de alguna manera debía levantarse… Y seguir luchando.

No lo sé… —musitó con un hilo de voz a punto de quebrarse. Su mano se extendió hacia él con gentileza, por si quería tomarla. —Pero nos tienes a nosotros, eh… —carraspeó brevemente—. ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Maeve, Maeve Sombra-Danzante.

Sin darse cuenta, comenzó a ser consciente de que había cruzado una línea. No, transgredido un límite que no debía ser tocado, y que ya no había vuelta atrás. Aunque se sintiera como un niño pequeño, perdido y desconsolado, como aquella vez que se había perdido en la playa y habían tardado horas en encontrarlo… No sabía dónde estaba, hacia dónde iba o qué iba a hacer si no encontraba el camino de vuelta. El problema es que ese camino, sin saberlo, había sido destruído con ira y garras de sangre, con un poder inconmensurable que se escondía bajo su piel, en su alma. Esa era su verdad, la nueva verdad a la que debía acostumbrarse y rápido mientras aquel vehículo lo conducía hacia la más densa espesura del bosque, hacia la oscuridad más remota. Hacia un destino que no alcanzaba a ver pero que estaba a punto de abrirse ante sus ojos.

Estamos llegando —anunció Jackson mientras el vehículo se detenía torpemente en aquel camino que por fin había tocado fin.

¿Llegando a dónde?

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05/09/2019, 20:08
Elliot Kelly

Me paso el resto del viaje acurrucado en el asiento de la caravana, dando la espalda a Sombra y a Jackson. Me da igual todo. De repente cualquier palabra o pensamiento que se me pasa por la cabeza me produce un enorme cansancio. Solo quiero dejar de pensar, ceder el control y que pase lo que tenga que pasar. Esta noche está siendo una montaña rusa emocional, y tengo unas ganas tremendas de dejarla atrás, de dejar que pase el tiempo.

El silencio se adueña del interior del vehículo durante un rato, en el que el ronroneo y la vibración del motor me adormecen. No sé si llego a perder la consciencia, pero el trayecto se me hace más corto de lo que me habría gustado, o eso es lo que pienso cuando Jackson anuncia que estamos llegando a donde sea que vayamos. ¿El clan, no era? Pues vale, lo que sea. Me incorporo de mala gana cuando la caravana está en punto muerto, sintiéndome como si no hubiese dormido en una semana. Al menos ya no estoy llorando; no me quedan ganas.

Me llamo Elliot —le contesto a Maeve con un buen rato de retraso, sin mirarla.

Con un suspiro derrotado, abro la puerta y salgo del vehículo agarrándome a la manta para que no se me caiga por accidente. El suelo del bosque se me clava en las plantas desnudas de los pies, espabilándome un poco. Echo un vistazo a mi alrededor para mirar el denso follaje, la oscuridad nocturna y los árboles que parecen apretujarse para no dejarme ver más allá de unos cuantos metros. Me vuelvo hacia los dos… hombres lobo (qué raro es pensarlo siquiera), con los hombros hundidos y una cara que es un poema.

¿Ahora a dónde?

Notas de juego

No ignoro el gesto de Maeve de tenderme la mano; simplemente no la estoy viendo cuando lo hace (me he hecho un California roll mirando hacia el respaldo del asiento).

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06/09/2019, 00:30
Maeve Sombra-Danzante

—Encantada, Elliot —dijo con una escueta sonrisa, antes de abrir la puerta y bajarse del vehículo.

Fuera apenas se veía nada más allá del círculo de luz que emitían los faros. Estaba oscuro, pero vivo. Los sonidos del bosque eran más intensos en aquel momento, o quizás eran los propios sentidos de Elliot que por fin habían despertado. Escuchaba el susurro de las hojas meciéndose por el viento, pájaros nocturnos y el movimiento de otros roedores por el suelo. Era un ecosistema vibrante, lleno de olores y sonidos a los que nunca antes había prestado atención. Sí, los bosques de Santa Cruz eran una pasada, eso lo sabía todo el mundo, pero ahora esa palabra cobraba un significado nuevo y mucho más fuerte.

Maeve y Jackson se despidieron de una forma más que peculiar: ambos posaron la diestra sobre la nuca del otro al tiempo en que sus frentes reposaban la una contra la otra, casi rozando la nariz. Fue ella quien pronunció unas palabras extrañas con un acento bien diferente al que tenía:

Chì mi bràthair thu nas fhaide air adhart.

Después, Jackson lanzó las llaves del vehículo cambiándolas de mano y se paró para darle unas palamadas amistosas en el brazo. En su rostro se leía una mueca de simpatía, de comprensión, y también un coletazo que decía «no me gustaría estar en tu lugar». Musitó un quedo «Buena suerte, tío», antes de subirse de nuevo al asiento de piloto y arrancar la caravana, una volkswagen mazo hippy y más vieja que él mismo. El aparato rugió de forma estridente, y reculó por el mismo camino hasta un claro donde pudo girarse y desaparecer con aquel runrun mecánico.

Maeve esperó paciente, inspirando profundamente mientras veía a Jackson alejarse como quien ve a un amante partir hacia la guerra. O esa impresión le dio. Después se volvió hacia Elliot.

Sé que no estás preparado, pero… es lo que hay. Vamos a ir al Clan, te voy a presentar y los Ancianos decidirán qué hacer contigo. No te preocupes, sé que acojona mucho, pero estás en buenas manos. No hay nadie mejor que los Hijos de Gaia para estas cosas.

Acto seguido, se volvió hacia el bosque y colocándose las manos sobre la boca de una forma muy peculiar, aulló tan fuerte que pareció irreal. Fueron varios seguidos los unos de los otros, mezclados con gruñidos y otros sonidos guturales que parecían sacados de una película de ciencia ficción. El silencio se interpuso entre ellos y su respuesta durante largos segundos, pero esta llegó. Un aullido igual de largo y peculiar ante el cual Sombra-Danzante sonrió.

Toma. Te vas a dejar las plantas de los pies —dijo mientras se quitaba unas zapatillas maltrechas que claramente no eran de su número, pero tendría que valer. —A no ser que prefieras cambiar, y eso. Intentarlo, vaya.

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06/09/2019, 02:16
Elliot Kelly

Sombra y Jackson se dicen adiós de un modo curioso, saludándose de una manera que me recuerda a los besos de los esquimales, solo que sin llegar a tocarse, como si estuviesen compartiendo los dos el mismo aliento. Es extraño, aunque íntimo; me pregunto si estos dos estarán liados. Es entonces cuando caigo en la cuenta de que, si los hombres lobo nacen y no se hacen, cabe la remota posibilidad de que tengan su propia sociedad apartada de los humanos normales, con sus propias costumbres y todo. Maeve dice una cosa que me suena a gaélico o algo que se le parece, aunque no estoy seguro, entre otras cosas porque no tengo ni idea de gaélico.

Después de que Jackson haya pillado otra vez su caravana y se haya ido, Maeve y yo volvemos a estar solos. Me tomo unos segundos para mirar mis alrededores. Es extrañamente relajante. Aquí, en la naturaleza, todo parece ir como debe en un ciclo ininterrumpido, eterno y austero. Las cosas son como son sin necesidad de anunciarse. Y a pesar de este silencio humilde, de alguna manera siento más actividad que nunca. A lo mejor es porque es de noche, y al no poder ver bien, mis otros sentidos estén más alerta. O igual es otra cosa; creo que nunca me había fijado en que hubiese tantas clases de negro, o en los distintos armónicos que componen cada sonido, que parece amplificado. Raro.

Maeve me saca de mis pensamientos diciéndome que ahora va a llevarme a ver a los ancianos del clan y que ellos decidirán qué hacer conmigo. Trago saliva; no me gusta cómo suena eso. Me dice no sé qué de unos «hijos de Gaia», pero ni zorra de a qué se refiere. Antes de que pueda protestar, la mujer levanta la cabeza y suelta el aullido de lobo más realista que haya oído nunca. Obvio, es una mujer loba. A este aullido le siguen algunos más, y una serie de sonidos que tengo mis dudas de que una persona normal pudiera imitar tan fácilmente. ¿Está anunciando mi llegada? De repente, a lo lejos, oigo otro aullido. No puedo reprimir un escalofrío de puros nervios. Joder, Elliot, relájate. Si tienes que dar una buena impresión para que te dejen vivir o algo, mal vas.

Sombra me ofrece sus zapatillas para no me haga polvo los pies. Me dice que, si lo prefiero, puedo cambiar. ¿Se refiere…? Me humedezco los labios, sintiendo una intensa anticipación, acompañada de un miedo vertiginoso. Me apoyo los dedos índice y corazón en un lado del cuello, tanteando mi pulso.

Pero… ¿Y si se me vuelve a ir la olla? ¿No es peligroso? —Miro a ambos lados, como si alguien pudiese estar escuchando—. Además, ¿cómo se hace? No tengo ni idea de qué intentar. ¿Solo tengo que pensarlo, o cómo?

¿En serio puedo convertirme en lobo? Hostia puta…

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06/09/2019, 03:44
Maeve Sombra-Danzante

La mujer sonrió con gracia, por primera vez aliviada. Ladeó la cabeza y su melena se descolgó por su hombro.

No suele serlo, no. Sólo la primera vez que es… Bueno, es una mierda. Pero el resto es controlable y no tienes por qué pasar a Crinos. ¡Ah! Sí, es que tenemos varias formas. Está la del lobo, que ya la has visto, y hay tres más. Y tu forma de raza, que es humano en tu caso —explicó, señalándolo y gesticulando al tiempo que hablaba con una vitalidad renovada—. Mira, ven.

Le hizo un gesto para que se acercara, e inmediatamente después se pudo se cuclillas con las manos apoyadas en el suelo. Le pidió que la imitase (y que perdiese la manta, que le iba a sobrar con el pelo).

Cierra los ojos y trata de concentrarte. Busca esa Rabia que has sentido antes, ese centro dentro de ti donde emergen las emociones, donde se esconde tu lobo interior. Escucha el bosque… el Padre viento… el ulular de búho… —su voz se fue suavizando como un canto espiritual conforme narraba, melosa como el remanso de un río en calma. Poco a poco lo fue guiando hacia su propio interior, al lugar donde dormitaba la Bestia, donde residía un poder a su alcance que todavía era incapaz de comprender.

Notas de juego

Te dejo que Cambies y lo describas en plan chuli. Y si te apetece, puedes tirar a ver si sale algo divertido, como que vuelves a entrar en Frenesí xDDD

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06/09/2019, 04:40
Elliot Kelly

La cosa es más complicada de lo que creía. ¿«Crinos»? Por lo visto no solo podemos cambiar a lobo, sino que tenemos varias formas. No sé por qué, tengo la impresión de que una de ellas es la típica de monstruo gigante matatodo que sale en todas las pelis. Maeve me explica algo de no sé qué «forma de raza», que no acabo de entender porque enseguida pasamos a la práctica. Sombra se agazapa en el suelo boscoso, y yo hago lo mismo, deshaciéndome no sin cierto pudor de la manta como me aconseja ella. Luego, la mujer me dice que me concentre, que busque mi rabia y que escuche al bosque. Suspiro; Maeve se centra más en lo espiritual del tema, o en las sensaciones. Y eso está muy bien, pero luego, ¿qué? ¿Se supone que tengo que apretar los músculos, estirarme, moverme de alguna manera, o… cambiar de postura, o qué? Me siento un poco ridículo, como si intentase volar después de que alguien me hubiese dicho que tengo unas alas invisibles que nunca he visto ni movido ni sabía que tuviese.

Estoy pensando demasiado, creo. Por cómo lo ha descrito Maeve, parece que es algo más instintivo que racional, ¿no? Así que cierro los ojos. Aprieto los dientes, aguanto la respiración, me pongo colorado… Nada. Joder, no estoy intentando cagar, sino convertirme en un puto lobo. Tratando de no frustrarme, me concentro en lo que sucede en mi interior. Tengo calor, y estoy respirando más rápido de lo normal. Me acuerdo de una cosa que me dijo una profesora de canto con la que di unas pocas clases hace tiempo, del apoyo del diafragma y el control del aire, y por la razón que sea eso parece tener sentido ahora mismo, así que lo intento. Pienso en una columna de luz que recorre mi cuerpo a través de mis órganos vitales. Instintivamente modifico mi postura corporal para que esa línea que visualizo no quede interrumpida. Me provoco una especie de euforia leve a mí mismo, como animándome, como diciéndome, «¡tú puedes!». Me entran ganas de reírme por lo estúpido que me parece ese pensamiento, y todo esto en general.

Y de repente, la mar de sorprendido, noto algo.

Es una sensación rarísima, como si la carne se me corriera por debajo de la piel. Me asusta tanto que me resisto, pero una punzada de dolor me recuerda lo horrible que fue antes, así que dejo que pase. Noto cómo mi cuerpo se mueve solo, encorvándose; los dientes empiezan a empujar hacia fuera en mi mandíbula, así que abro la boca y compruebo cómo la quijada me sale hacia adelante. ¡Joder! Abro los ojos y lo primero que veo son mis manos apoyadas en el suelo, creciendo, volviéndose enormes y con unas uñas largas y curvas, y me sale pelo por todas partes. Un hormigueo muy fuerte, eléctrico, me recorre todo el cuerpo al tiempo que noto como si me hinchara; mis antebrazos se ensanchan, las costillas se me abren y mis pulmones se inundan de aire. Pero… ¿Me estoy haciendo más grande? ¿Eso es normal? ¿No se suponía que…?

¡Ma-Maeve…! —exclamo, aterrorizado, pero me sale una voz de ogro de las cavernas de flipar. ¿Qué está pasando? ¿En qué la he cagado? Me están saliendo unos músculos enormes por todo el cuerpo, y puedo sentir literalmente cómo mis huesos se alargan. Cada vez que me resisto me asalta una oleada de dolor insoportable, así que me relajo y respiro. Vaselina, Elliot. Hostia puta, hostia puta, hostia puta. No sé en qué me estoy convirtiendo, pero desde luego en un lobo más bien no—. Maeve, ¿qué…?

Y de repente, se acaba.  La transformación se interrumpe, pero después de unos instantes de total estupefacción, me doy cuenta de que no se siente como un fracaso. Muy despacio, me pongo de pie. Joder, ¡soy altísimo! ¿Cuánto mido, dos metros? ¡Y qué fuerte me siento! Me miro las mano y después los brazos, asombrado. Tengo unos bíceps que parecen troncos, y una mata de pelo marrón por todos lados. Joder, joder, joder… No puedo seguírmelo negando, ¡soy un puto hombre lobo! Cagado de miedo y alucinado a partes iguales, miro a Maeve. La cara de confusión que debo de tener tiene que ser de lo más cómico.

¿Qué he hecho? —pregunto, y vuelve a sorprenderme la gravedad y aspereza de mi voz. Se me escapa un risa histriónica—. Joder, ¡esto es flipante! Pero, ¿por qué no soy un lobo? Parezco un cavernícola…

Uau.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pensaba que era más fácil cambiar de forma bajo tu luna auspicio, pero se ve que eso es solo en Hombre Lobo: El Exilio (de Nuevo Mundo de Tinieblas/Chronicles of Darkness). En Apocalipsis no he podido encontrar nada, así que he tirado contra dificultad 6, que es la correspondiente a cambiar desde Homínido. Pero como solo he tenido un éxito, me quedo en Glabro XD.

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07/09/2019, 19:16
Maeve Sombra-Danzante

La mujer se había trasformado de nuevo en una loba de pelaje cobrizo, y al escucharlo no pudo más que revolcarse por el suelo con una serie de gemidos que bien parecían risotadas, lengua fuera y cola danzando de un lado a otro sin parar. Era como un perro feliz, uno mucho más grande y, por alguna razón, amistoso. Aunque no era su comportamiento sino una extraña sensación de unión. La loba ladró animadamente, agazapándose frente a él una vez terminó de dar vueltas por el suelo como si se desternillase de risa. Después se alzó sobre las patas traseras y ante sus ojos ocurrió aquella sorprendente transformación. Su cuerpo se estiró y después menguó hasta detenerse en un estado entre humano y hombre de cromagnon. Estaba... horrible, a decir verdad, con las manos y la cara velluda y las ropas tan ajustadas que parecían a punto de estallar por el volumen de su musculatura.

Glabro, el medio-hombre. Esta es otra de las cinco formas, la más cercana a homínido —explicó con una risa contenida entre las palabras—. No te preocupes, los primeros cambios siempre son... Bueno, unas risas. Pero le pillarás el chiste. Tienes que pensarlo menos, escuchar a tu cuerpo. Ya sé que suena a charleta transcendentalista insulsa, pero es lo más... Real. Todos tenemos un lobo dentro de nosotros, literal, y es a esa parte de ti a la que tienes que escuchar. Acallar tu cerebro humano que te dice que no es posible y que no tiene sentido. —Sonrió, y unos afilados colmillos asomaron tras los labios. Una cosa era verlo en películas, pero otra muy diferente era tenerlo ahí delante, a un hombre lobo. U hombre lobesa. O mujer lobo. O lo que quiera que fuese—. ¿Quieres probar de nuevo?

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08/09/2019, 01:10
Elliot Kelly

Se descojona. ¡La muy cabrona se parte de la risa! Pero por mucho que quiera cabrearme, la visión de esa bola de pelo revolcándose como un enorme y adorable perrito es demasiado graciosa, y pronto yo mismo estoy sonriendo. Al cabo de poco, Sombra se pone de pie y se transforma otra vez. Ahora supongo que se ha convertido en lo mismo que yo: parece una levantadora de peso olímpica, enorme, peluda y con cara de mala hostia. No es que le siente muy bien el cambio. Me explica que esta es una de las cinco formas, el paso siguiente en la escala de monstruosidad al «homínido», o sea, el estado normal. Imagino que eso quiere decir que he avanzado un poco hacia el estado de lobo, pero me he quedado corto.

Maeve me aconseja que piense menos y sienta más. Ya, claro, como si fuese tan fácil en estas circunstancias. Ojalá pudiera parar la mente, pero han sido demasiadas cosas en muy poco tiempo. La mujer loba me pica para que siga intentándolo.

Pues sí, ¿por qué no? Me gustaría ver qué más hay… Pero no te rías —le advierto muy serio.

Vuelvo a cerrar los ojos y a concentrarme del mismo modo que lo he hecho antes. Intento imaginarme otra vez esa columna de energía que pasa por dentro de mí. Pero, a diferencia de la otra vez, me doy cuenta de que la poca familiaridad que tengo con mi nuevo cuerpo hace que la cosa sea más difícil, y pasa un rato sin que consiga cambiar. Al final, tiro la toalla; de nuevo estoy haciendo que sea demasiado mental.

Puf, nada. No me sale. Creo que me voy a quedar así un rato, a ver si me acostumbro a esto de ser Chewbacca antes de volver a intentarlo. —Me encojo de hombros. Después de pensarlo durante unos instantes, añado—: ¿Vamos?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Fallo :/. Sorry, se me ha ido el ratón y me ha salido la tirada dos veces seguidas (qué diver el resultado de la segunda XD).

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08/09/2019, 22:56
- Narradora -

Puedes regresar a tu forma humana siempre que quieras, ese es fácil. Es tu forma de raza, así que sale mucho más natural que todas las demás. Pero no te preocupes, sigues estando encantador así de peludito —bromeó, dándole una suave palmada en el hombro antes de reabrir la marcha con una sonrisa colmilluda—. Estamos cerca.

Y no mentía. Quizás fuese por aquel estado semi-humano, pero los sonidos, y especialmente los olores, llegaban a él con una intensidad punzante y distrayente. Algo en su interior se removía ante todos aquellos estímulos, tratando de descifrarlos sin mucho éxito. Parecían una melodía mal compuesta, llena de altibajos y notas discordantes, pero que formaban una canción única e irreplicable llena de color y personalidad. Personalidades, a decir verdad. Era un canto de miles de voces solapadas unas con otras, hiladas a través de milenios de tradiciones y ritos y mensajes todavía por descifrar. Así olía el bosque, o así lo sintió a través de sus delicadas orejas y su afilado olfato.

Unos destellos de luz se atisbaron al fondo, entre el follaje y los gruesos troncos de las sequoias. Conforme se acercaron, el olor a hoguera se fue haciendo más intenso, y el calor del fuego le descubrió un asentamiento muy peculiar. ¿Cómo no se daban cuenta los humanos de que aquello estaba allí? No era un camping, ni tampoco una comuna de indios nativos, como había imaginado. Se parecía más a un asentamiento rústico, con cabañas de madera, farolillos y hogueras varias donde troncos pulidos hacían las veces de asientos. Un riachuelo dividía el lugar en dos, separando lo que parecía una cabaña comunal abierta y sin techo del resto de casuchas. Había totems y pinturas, cazasueños colgados de las ramas y más de una hamaca maltrecha. No era… exactamente lo que había imaginado, aunque tampoco estaba seguro de lo que debía esperar.

Un aullido sonoro y musical los recibió, y en ese momento Maeve se volvió para dirigirle una cálida sonrisa.

Bienvenido al Clan Aullido de la Eterna Noche, Elliot —dijo antes de volverse una loba de nuevo con la facilidad de quien chasca los dedos.

Un lobo de pelaje cobrizo, casi dorado, les salió al paso. Maeve agachó las orejas moviendo la cola y se acercó en lo que solo podía ser una posición de sumisión que reconoció de algún documental. El otro animal le devolvió varios lametones en el hocico antes de acercarse a Elliot, olfateando a su alrededor sin ningún tipo de respeto o decoro por su desnudez. Y no fue el único, enseguida salieron al paso más hocicos curiosos e incluso un par de humanos que observaban desde cerca hablando en aquel lenguaje extraño de gruñidos y sonidos guturales que escapaban a su comprensión.

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08/09/2019, 22:57
Hannah Luna-Viajera

Dejad al pobre muchacho en paz —interrumpió una imponente voz femenina. Los pasos de Hannah, en botas militares y chaqueta de cuero deshecha, se acercaron hasta él.

Era una mujer entrada en años, de cabello nevado recogido hacia atrás y un parche sobre el ojo izquierda que le daba un aspecto temerario. Sin embargo, su gesto era gentil, casi maternal.

Varios de los lobos corretearon a su alrededor para después alejarse dando brincos y alaridos juguetones. La mujer negó con la cabeza para después dedicarle toda su atención al muchacho. Le tendió la mano como lo habría hecho cualquier persona.

Soy Hannah Luna-Viajera, Madre de la Guarida y Galliard Anciana de la Vieja Guardia —se presentó sin esperar que comprendiese la mitad de lo que había dicho. Estrechó su mano con firmeza—. ¿Cuál es tu nombre, hijo? 

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09/09/2019, 02:37
Elliot Kelly

La caminata por el bosque es toda una experiencia. ¡Cuánta vida! Desde luego, es innegable que desde que he cambiado, mis sentidos son mucho más agudos. La variedad e intensidad de sonidos y olores es abrumadora. Si ya me siento así, ¿cómo será cuando finalmente consiga transformarme en un lobo? No puedo ni imaginármelo.

Finalmente llegamos a un… no sé cómo llamarlo. Un conjunto de cabañas de aspecto bastante acogedor, con hogueras alumbrando la noche en varios puntos. Con todos los árboles tapando la visión es difícil hacerse a la idea de su tamaño, pero es lo bastante grande como para haber llamado la atención de los guardabosques. ¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta de que esto está aquí?

De repente, un lobo grande y majestuoso de color dorado rojizo sale a nuestro encuentro. El corazón empieza a latirme a mil por hora. Parece que es la hora de las presentaciones, porque no tarda en seguirlo toda una manada de lobos que vienen a curiosear. Me quedo muy quieto, sin saber qué hacer. No sé nada del protocolo de esta gente, si se supone que me tengo que tirar panza arriba o dar tres vueltas sobre mí mismo o qué. Le dedico a Maeve una mirada tensa, pero ella parece la mar de relajada, así que me tranquilizo.

Entonces aparece una mujer de mediana edad, con un parche que le tapa un ojo y pinta de tía dura. Algo me dice que es la jefa, y la verdad es que impone. La mujer ahuyenta a todos los lobos que se apelotonan a mi alrededor, presentándose como Hannah Luna-Viajera. No consigo quedarme con toda la retahíla de títulos que siguen a su nombre. Le estrecho la mano cuando me la ofrece.

Me llamo Elliot, Elliot Kelly —le contesto cuando quiere saber mi nombre. Instintivamente, pienso que debería presentarme como realmente soy, con mi verdadero aspecto. De pronto siento que me encojo hasta adoptar nuevamente mi apariencia habitual. Vaya, Maeve tenía razón: volver a la normalidad no me cuesta ningún esfuerzo. Vuelvo a ser el chico bajito y poca cosa que era antes, lo que me hace sentirme ciertamente vulnerable. Me muerdo el labio inferior, sin saber qué más decir, y agacho ligeramente la cabeza para asegurarme de mantenerla por debajo de la de Hannah—. ¿Esto es… eh…el «clan»?

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09/09/2019, 20:13
Hannah Luna-Viajera

Veo que ya has hecho algún cambio. Eso es bueno, Elliot —le premió la mujer, palmeándole el hombro. —Sí, esto es el Clan. Bienvenido a tu nuevo hogar.

Entonces Maeve, en su forma lobuna, se acercó para entablar una conversación la mar de curiosa entre aullidos y gruñidos y sonidos que jamás habría esperado escuchar por parte de un lobo. Lo más fascinante es que Hannah parecía entenderla a la perfección sin ningún tipo de problema, y Elliot se preguntó cuánto iba a tardar él en aprender todas esas cosas, o si estaba en algún compartimento secreto de su mente que todavía tenía que desbloquear, como en un videojuego.

Gracias, Sombra-Danzante. Creo que Bruma-Umbría debe estar terminando un Rito. Habla con él cuando puedas y luego ven a buscarme. Y que manden un espíritu a por Jackson, quiero hablar con él mañana. Gracias.

La mujer le dirigió una sonrisa cálida y la loba agitó la cabeza en lo que solo podía ser una afirmación. Después se arrimó a Elliot para restregarse contra su pierna brevemenete antes de salir corriendo saltando a través del río como si no fuera nada, con una vitalidad absolutamente envidiable.

Has tenido suerte, muchacho. La Umbra nos estaba mandando señales, y gracias a la Madre, nuestra Parentela estaba escuchando. —La mujer se deshizo de la chaqueta, tendiéndosela, consciente de que la desnudez siempre era una barrera importante entre los más jóvenes—. ¿Tienes hambre? ¿Quieres lavarte? En algún lado tenemos ropa que seguramente te valga.

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09/09/2019, 21:29
Elliot Kelly

Después de felicitarme por haber conseguido cambiar de forma sin explotar y de darme la bienvenida a este sitio, que llama «mi nuevo hogar», Hannah empieza a dar instrucciones a Maeve, pidiéndole que busque a no sé quién, y habla de ritos y espíritus. ¿Espíritus? ¿Lo dice en plan literal? No sé, ahora que sé que los hombres lobo existen y que yo soy uno de ellos, ya nada me parece imposible.

Cuando Sombra se marcha, Hannah me da una serie de explicaciones que no entiendo a la perfección, pero en términos generales, supongo que querrá decir que el clan ya estaba al tanto de que estaba a punto de transformarme y que por eso Jackson andaba cerca. Pues vaya. Lo más gracioso es que seguramente fuese verlo a él lo que me hiciese estallar. Cuando me pregunta si tengo hambre o si me quiero asear, me doy cuenta de que me muero de hambre, y realmente me iría muy bien sacarme toda esta mugre de encima. La verdad es que estoy hecho un asco.

Sí, por favor —respondo casi impulsivamente en cuanto Hannah termina de hablar. Sonrío para intentar suavizar el tono urgente—. Mu-muchas gracias.

Echo un vistazo a mi alrededor. La verdad es que esto es alucinante; todas estas cabañas y tantos lobos corriendo de un lado a otro… Me doy cuenta de que también hay algunos humanos… no, humanos no, hombres lobo. Me recuerdo a mí mismo que todos son hombres lobo, tanto los que están convertidos en lobos como los que parecen personas. Levanto la mano para saludar a nadie en particular mientras sigo a Hannah. Estoy tan aturullado que la batería de preguntas que me surgiría en otras circunstancias no se anima a salir de mi boca. Por qué me ayudan, qué voy a hacer ahora, qué pasa ahora… Nada. Lo único que no paro de pensar es que todo esto es una locura y una pasada al mismo tiempo, pero al mismo tiempo me acojona venirme abajo una vez se me pase este extraño subidón.

¿Cuánto tiempo lleváis aquí, Hannah Luna-Viajera? —pregunto, usando su título completo por si no hacerlo pudiese ser descortés—. ¿Y cómo es que nadie se ha dado cuenta?

En realidad podría preguntarle cualquier cosa. No tengo ni puta idea de nada. Literalmente no sé absolutamente nada de quién soy y lo que eso significa.

Joder.

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09/09/2019, 22:20
- Narradora -

Esa es una pregunta inteligente. Nuestra localización está protegida mediante Rituales y alianzas antiguas con Espíritus que habitan este bosque. Es un Clan joven; apenas pasa los cien años, pero tiene conexiones con la Tierra Madre de Escocia. Ya te contaremos más sobre eso en otro momento. Sígueme.

Cruzaron el riachuelo por encima de unos troncos que, a juzgar por el musgo y la cantidad de vegetación que crecía a su alrededor, llevaban ahí más tiempo del que él llevaba vivo. Se acercaron a la gran hoguera, donde el calor lo recibió con ganas, además del olor a conejo asado. Allí, sentado, había un hombre de aspecto harapiento que más que un campista parecía un mendigo. Las arrugas de su rostro quedaban escondidas bajo una barba mal cuidada, y un gorro de invierno cubría su cabeza. Comía con las manos, a bocados generosos y sin cuidado alguno por los manchurrones de grasa que caían sobre sus pantalones cortos. Era… No una visión muy digna.

El Anciano levantó la cabeza para taladrarlo con una mirada feroz.

¿Quién es ese? —inquirió, relamiéndose los dedos.

Un Cachorro perdido. Elliot.

Ajá. —El tipo lo recorrió de arriba abajo, y Elliot no pudo dejar de sentirse evaluado—. ¿Qué luna?

¿Cuándo naciste, chico? —inquirió Hannah, volviéndose hacia él.

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10/09/2019, 00:00
Elliot Kelly

No puedo evitar sentirme orgulloso cuando la jefa elogia la inteligencia de mi pregunta. La respuesta que me da deja claro que hablaba muy en serio al comentar lo de los ritos y los espíritus. Vaya. Parece que voy a tener muchísimas cosas que descubrir y aprender. Eso me provoca algo de aprensión, pero también, de forma inesperada, un acceso de ilusión que me pilla por sorpresa. Decididamente, tiene toda la pinta de que existe una sociedad de licántropos ajena a la humanidad, viviendo aparte, en los márgenes y haciendo sus propias movidas. Pero, ¿a qué se dedicarán? Si podemos convertirnos en lobos, ¿qué nos impide vivir en la naturaleza y pasar de todo? La idea suena tentadora en mi cabeza, pero viendo lo organizada que está esta gente, dudo que pasen sus años correteando y brincando felizmente como Heidi por las praderas. No; presiento que hay algo más que la mera supervivencia, aunque no sé muy bien cómo preguntarlo.

Después de un breve paseo por el lugar, Hannah me lleva ante un tipo de aspecto desaliñado y bastante desastrado que parece un sin techo. Mi estómago ruge cuando huelo el apetitoso asado de conejo que se está zampando, el muy bandido. Hannah y el desconocido me preguntan que cuándo nací.

¿Que… cuándo nací? Nací el veinte de junio del noventa y nueve. —Me rasco la cabeza. ¿Qué importancia tendrá eso?—. Pero si os referís a la primera vez que, ah, pues ha sido esta misma noche. Hace un rato.

Miro sucesivamente a los dos hombres lobo con expresión interrogativa. ¿Por qué querrán saber esas cosas?