Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Morgan)

Cargando editor
16/01/2016, 14:28
Wes Brooklyn

Observo sus gestos con extrañeza, analizándolos en la medida de lo posible. Lo analítico que soy para este tipo de cosas no vale nada en estos instantes: estoy condicionado por esa natural comodidad que me invade con su presencia. 

Cuando se presenta como Morgan asiento y me rasco la barba un segundo, abriendo los ojos posteriormente cuando me dice que estoy en Mahattan, jodidamente sorprendido. - ¿Manhattan? Pero qué ostias... - Claramente perturbado por esto me olvido en un primer momento de presentarme, y entonces veo qué llevo puesto y el tatuaje en mi brazo, todo parece en orden, pero no sé cómo presentarme. - Puedes llamarme John... O Wes, como prefieras. - Sonrío entonces con calidez y sonrío un poco con la facilidad que he tenido para decir mi nombre real. No hay como sentirse cómodo para variar... Me echo hacia delante, pensando en como continuar. - Yo estaba en mi moto y... No sé, de repente aparecí aquí. - Abro los ojos y levanto las cejas en claro gesto de que no doy crédito a estar aquí. Recalco para mis adentros que no estoy mal, pero aún así esto no tiene sentido. - Estaba en San Bernardino, Cali. - Abrevio California con estilo, me encantan esas mierdas. 

Busco sus ojos y me pierdo un ratillo en su mirada, para luego negar al ser presa de un desconocimiento absoluto de los porqués de todo esto. - Llevo unos días de mierda. Creo que me estoy volviendo loco y, honestamente, diría que eres una alucinación.

Cargando editor
18/01/2016, 19:14
Morgan Laurent

Dejo que hable mientras abro una de las ventanas del salón de par en par. Necesito fumarme un cigarro. Sé que no debería pero... a la mierda. Saco la cajetilla del bolsillo y saco un cigarro para llevármelo a los labios y encenderlo. Normalmente no lo haría, ¡son mis cigarros, coño! pero sin que pueda siquiera pensarlo, mi brazo ya está alargado y ofreciéndole un pitillo al recién llegado. Vuelvo a ponerme al lado de la ventana para que el humo salga por esta una vez John-o-Wes ha considerado mi oferta. Doy una buena calada al cigarro y lo aspiro hondo antes de dejar que el humo salga junto con mis palabras:

- A ver... ¿qué moto ni que hostias?-pregunto-. ¿Cómo que estabas en tu moto y en California? No... no puede ser, no sé, yo no soy ninguna catedrática de Harvard ni nada pero... ¿eso no es físicamente imposible?-sigo hablando mirándolo con la ceja arqueada. Vuelvo a dar una calada y echo la cabeza hacia atrás, apoyándola sobre el marco de la ventana-. En cualquier caso... ¿Qué haces aquí?

No puedo evitar soltar una risa, algo seca y amarga a la par que divertida por la situación. Me río por no llorar. 

Bienvenido. Ya somos dos-le respondo volviendo a mirarlo-. Eh, y si alguno de los dos aquí es una alucinación, ese eres tú... Yo estaba aquí desde hace un buen rato cuando has aparecido. Al fin y al cabo, eres tú el que está en Nueva York y no yo la que está en California, ¿no?-suspiro y me pinzo el puente de la nariz con la mano libre-Debo estar volviéndome loca...

Cargando editor
23/01/2016, 20:24
Wes Brooklyn

El ofrecimiento de su cigarro hace que la siga hasta la ventana. Por muy dura que sea la resaca siempre sienta bien meterse humo en los pulmones. Lo enciendo con mi propio mechero y pego una larga primera calada, echando el humo hacia el exterior por la nariz y la boca a la vez. - Gracias. - Le digo con un tono plano y apagado al aún tener humo dentro de mi.

Me encojo de hombros y apoyo en la ventana, mirando al exterior. - Tal como lo oyes. Ahí estaba yo, a punto de ir a por una puta hamburguesa, recién subido a mi Harley. - Explico con calma, recreándome en la última escena que viví con normalidad. - Yo tampoco soy ningún lumbrera, solo... Bueno, lo que ves. - Empiezo a explicar. - Llevo con este tipo de mierdas desde antes de ayer. Se me apareció una mujer rubia ya esa noche, y la sentía cercana. - Nos señalo con los dedos que sujetan el cigarro. - Como me pasa contigo ahora.

Sonrío con algo de picardía cuando me acusa de alucinación. Ambos sabemos que no lo somos, pero es algo fácil a lo que agarrarse. - ¿Yo? Ya sabes que no. Ni de palo. - Levanto una ceja con una idea en mente. - Se me ocurre algo. Nos damos nuestros números, y si me voy como he venido tendremos confirmado que es algo real. - Tras mi ofrecimiento busco su mirada y me inclino un poco hacia ella antes de continuar. - ¿Hecho?

Cargando editor
25/01/2016, 10:34
Morgan Laurent

Lo escucho mientras fumo este cigarro, que me sabe a poco después de todo lo que está ocurriendo. Aún no me puedo creer lo que está sucediendo, pero en cierto modo le creo, es como si una parte de mí me dijera que todo tiene sentido y que está diciéndome la verdad. Entonces menciona lo del callejón, lo de la muchacha rubia... esa escena tan extraña y surrealista pero que a la vez sentí tan cercana como siento a Wes ahora mismo.

Espera, espera... ¿la viste?-pregunté mirándolo fijamente-. No me jod... ¿En serio? ¿Vista a la rubia en la cama?-pregunto, como si no terminase de creérmelo. 

Arqueo la ceja ante esa sonrisa cargada de picardía y como me pide el número de teléfono. 

¿Y cómo se supone que darnos nuestros números va a demostrar que somos una alucinación?-pregunto con cierto tono divertido, aunque con mi habitual sequedad-. Mira, da igual, me interesa tenerte localizado-sujeto el cigarro con los labios y busco el bolígrafo que siempre llevo encima y cojo una hoja en blanco de mi bloc de notas. Lo parto por la mitad y anoto mi número para después tenderle la otra mitad y el bolígrafo y que él anote el suyo-. Dentro de poco me temo que tengo que hacer un viajecito a Hamburg, Alemania... digamos que toda esta mierda va más allá de Estados Unidos.

Cargando editor
27/01/2016, 00:17
Wes Brooklyn

Asiento entrecerrando los ojos. - Sí, la vi. Una rubia en la cama. - Digo moviendo con nervios contenidos el cigarro entre los dedos. - Me extraña y a la vez que tú también... Es decir, dos días de locura, la verdad. Primero eso, ahora esto... Al menos no estoy perdiendo la cabeza. O eso quiero creer. - La sentía como te siento a ti. - No explico como la siento a ella: ese sentimiento parece flotar entre nosotros. 

Cuando pone esa sonrisa pícara ante el tema de su número sale el John que llevo por fuera. - Tranqui, nena, que no estoy intentando ligar. - Le confieso divertido. - ¿Que como demostrará algo? Si fuese una alucinación y no una persona real... No me podrías llamar, o yo a ti. - Me encojo de hombros. - Al menos eso creo. No soy un experto en estas movidas. - Escribo mi número en la mitad que me tiende y se la doy, aceptando la suya en el proceso. Apuro el cigarro y se lo tiro a la ciudad desde la ventana. ¿Estás de coña? ¿La rubia en tu alucinación llevaba una camiseta nazi o algo así? - Pregunto sin entender nada y con una mueca de incomprensión. - Para mi este rollo no ha ido a más de Cali y ahora Nueva York. Vamos, o eso creo... No sería raro que mañana apareciese, yo que sé, ¿en la puta Siberia?

Cargando editor
29/01/2016, 15:10
Morgan Laurent

- Yo también la sentí así de... cercana-confieso, algo incómoda ante la extraña situación. 

Lo miro aún con la ceja arqueada. Que no estaba ligando. Me era totalmente indiferente si lo estuviese haciendo o no, a decir verdad, aunque puedo hablar más tranquila si sé que mi interlocutor no está intentando meterse en mis bragas. Escuché su teoría sobre los números de teléfono, tenía cierta lógica, supongo, aunque... ¿desde cuándo esto se regía por la lógica? Desde que estaba metida en toda esta mierda, nada la tenía. 

Supongo que tienes razón-admito y me encojo de hombros. Cuando menciona lo de la camiseta nazi no puedo evitar soltar una risa divertida-. No fue así. He conocido a un compañero de la rubia, me dijo que... que estaba como conectada a otra peña, ¿sabes? Como que Annabelle, así se llamaba la rubia, nos dio algo así como el "ser" o algo por el estilo... Estamos en peligro y hay una pava en Alemania que necesita nuestra ayuda-le explico por encima-. Vamos, si no estuvieses pasando por la misma mierda que yo, seguramente pensarías que estoy pirada, qué coño, yo estoy empezando a pensar que lo estoy...-doy una profunda calada al cigarro, hasta terminarlo, y apago la colilla-. La alemana se llama Milka Bendij y es de Hamburg... ¿te dice algo ese nombre?

Cargando editor
30/01/2016, 18:14
Wes Brooklyn

Niego con la cabeza y cruzo los brazos tras escuchar su explicación sobre Alemania. - A partir de ahí, no sé nada. - Confieso y chasqueo la lengua. Desvío la vista hacia un lado y me acabo apoyando en la ventana. - Por lo menos te han dado alguna explicación... Aunque eso del ser... No tengo ni puta de qué podrá ser. - El término del ser me suena tan ambiguo en este momento que mi mirada se pierde en la ciudad, arqueando una ceja, decepcionado. 

Con el asunto del peligro giro mi rostro con una sonrisa provocadora. - ¿Peligro? - Teniendo en cuenta el estilo de vida que llevo casi me tomo a risa el añadir otra capa de peligro a mi día a día. - ¿Nosotros en peligro? - Pregunto en plan incrédulo. Abro mi chaleco de cuero y meto la mano derecha en un bolsillo interior, buscando algo que no llego a encontrar allí. - Yo no puedo hacer nada por esa tal Milka. Es imposible - remarco la palabra con la voz y un gesto con la mano - que pueda abandonar Berdoo*. - Vuelvo a negar, ahora con la cabeza. - Imposible. - Digo otra vez apretando la mandíbula y volviendo la mirada hacia Morgan. 

Frunzo el ceño y vuelvo hacia atrás en la conversación. - Espera, guapa, ¿como es eso de que conociste a un compañero de Anabelle? - Recuerdo el nombre que dijo de la rubia encamada. - ¿Fue en plan visión? ¿Una persona normal que te encontró?... - Empiezo a preguntar sediento de información.

Notas de juego

*Es típico que los lugareños a San Bernardino lo llamen Berdoo

Cargando editor
02/02/2016, 22:06
Morgan Laurent

Yo tampoco termino de entender muy bien qué narices es eso del ser... supongo que se refiere a este tipo de conexión o algo así, ¿no?-me encojo de hombros mientras niego con la cabeza-. La verdad, no tengo ni idea. Por mucho que me haya explicado, sigo sin entenderlo del todo... 

Suspiro y me paso una mano por el pelo, apartando el flequillo hacia un lado. Todo esto me abrumaba bastante a decir verdad, al menos era un alivio tener a alguien que pasase por lo mismo justo al lado... aunque no tenía ni idea de quién cojones era.

Arqueo una ceja cuando se niega en banda a abandonar su ciudad...algo paradójico, porque ahora estaba en la otra punta del país.

- Se supone que sí, que estamos en peligro... o eso me dijo-me encojo de hombros-. Y, a ver, técnicamente estás en Manhattan... En la otra punta de San Bernardino, así que técnicamente ya la has abandonado, ¿no crees?

Cuando me pregunta sobre Hort niego con la cabeza lentamente.

- Se llamaba Budi, Budi Hort... Justo esta mañana lo había visto por la puta televisión, estaba en busca y captura por terrorismo-me humedezco ligeramente los labios al recordar esta misma mañana-. Lo he conocido esta mañana. Estaba comprando tabaco en la tienda de abajo cuando ha entrado y me ha saludado como si nada, como si nos conociéramos de toda la puta vida... Pero la poli nos ha pillado y bueno-señalo mi brazo vendado con la cabeza-. Este ha sido el recuerdo. 

Notas de juego

¡Lamento la tardanza! Terminé ya los exámenes y hoy ya soy libre ^^ 

Cargando editor
05/02/2016, 19:29
Wes Brooklyn

Frunzo el ceño retirando la mano del interior del chaleco. Joder, juraría que tenía aquí esa mierda... Chasqueo la lengua y hago un gesto de encender el mechero. - Te robo otro cigar, ¿vale? - Le digo y espero a que me lo ofrezca o me lo nigue. En caso afirmativo me lo enciendo y le pego un largo calo. Me tomo unos segundos para pensar en esa cosa del ser. Imito a esta chica y me encojo de hombros. - Ni flores, si te soy sincero... Pero me juego la chupa a que tiene que ver con esta cosa. - Nos señalo al uno y al otro, aludiendo a esa conexión a la que se refiere.

La escucho hablar del peligro y una sonrisa retadora se dibuja con chulería en mi rostro. Peligro... Levanto el dedo cortándola cuando duda de que no me pueda ir de Berdoo. - Esto es una excepción de algo sobrenatural, no tiene otra explicación. En California tengo compromisos muy serios, y aunque esto sea algo gordo, no podría irme. - Le explico con calma y se refleja en mi rostro la preocupación que me provocan esos temas. - Cosas muy serias. - Recalco, dando más importancia a mi vida diaria que a estos sucesos. 

Su explicación sobre el supuesto terrorista me deja a cuadros. Abro los ojos como platos y espero a que termine del todo para intervenir yo. - Joder, eso sí que es una mierda rara. - Centro rápidamente mi vista en su brazo y hago un movimiento señalándolo con la cabeza. - Y te zafaste de ellos, ¿eh? - Muestro aprobación con una media sonrisa y asintiendo. Un tanto por ciento muy grande de John reina en este momento. - Budi Hort. Anoto ese nombre. Tengo contactos, a ver si averiguo algo... - Entrecierro los ojos y parezco darle vueltas a algo. - Es decir, se te acercó un terrorista y te empezó a hablar de esta mierda. - Suspiro y niego con paciencia. - No me molaría estar en tu pellejo. - Le confieso.

Miro durante unos buenos segundos por la ventana y me apoyo en el borde con las dos manos. Observo esa ciudad tan distinta a California y respiro su aire, esperando sentirlo distinto, dudando que mejor. - A ver... Que diga que no puedo irme de San Bernardino no quiere decir que vaya a dejar esto pasar, ¿vale? Trataré de hacer algo dentro de mis posibilidades. - Entonces me giro y la miro a los ojos. - Suena raro, pero aunque no te conozco... Me iría contigo a Alemania a ver qué coño sucede. 

Cargando editor
09/02/2016, 21:11
Morgan Laurent

Sírvete-respondo tendiéndole la cajetilla. 

Desde luego que tenía que ver con todo esto que estaba pasando, ¿con qué si no? La cosa era... ¿por qué? ¿qué ocurre? Es decir, ¿por qué estamos en peligro exactamente? ¿Ese peligro es humano, animal, circunstancial, natural...? Son demasiadas incógnitas y me pone de los putos nervios esa sensación, no puedo defenderme ni huir ante algo que no sé qué coño es. No sé cómo reaccionar. Necesito saber la naturaleza de ese supuesto peligro. 

Está claro que esto-nos señalo- muy normal no es... Ni esto, ni lo de Annabelle, ni lo de Budi ni nada de lo que ocurre desde ayer... Tanto como decir "sobrenatural" no sé... pero raro de cojones, seguro que sí-¿y si no es algo sobrenatural qué es?-. Tiene que ver una explicación más sobre todo esto... 

Y tanto...-asiento mientras me enciendo otro cigarro yo también. Pongo los ojos en blanco ligeramente cuando menciona mi huída-. No, si te parece los invito a una cerveza... hubiese dolido menos, eso sí-sonrío de medio lado. Suspiro y niego con la cabeza-. Joder, ni yo quiero estar en mi pellejo...-me río amargamente, por no llorar. 

Apoyo mi espalda en el marco de la ventana y dejo caer la cabeza hacia atrás, hasta que mi coronilla choca con el marco. Cierro los ojos un momento, todo esto me superaba de mucho. Sentía todo mi cuerpo tenso todavía, mi cerebro yendo a mil por hora, ¡joder, acababan de dispararme! Holy shit! 

Mira, yo también tengo asuntos de los que encargarme aquí. Asuntos serios también-le digo-. Pero quiero saber qué coño está pasando-suspiro-. Aunque no te conozco, dejaría que me acompañases-joder, y eso sí que es raro.

- Mira, mientras decides cómo volver a San Bernardino o esperas al próximo teletransporte, ¿por qué no me ayudas a averiguar quien es esa tal Milka y cómo ponerme en contacto con ella? Quizás averigüemos algo. 

Cargando editor
11/02/2016, 23:25
Wes Brooklyn

Con caladas profundas escucho las palabras de Morgan. Lo que está claro es que nada está claro, y podríamos filosofar horas largo y tendido sobre esto sin llegar a ninguna conclusión. - A lo mejor es obra de Dios. - Digo con ironía y una sonrisa. - Como tú no tengo ni flores del tema, pero ya me pica la curiosidad... - Confieso lo obvio y observo como se apoya contra la ventana. El modo en el que estamos, calmados y con naturalidad me encanta. Una situación ultra tensa y crítica está siendo como dos amigos contándose sus problemas. Que las cosas sean así me da algo de esperanza con este asunto.

No puedo evitar sonreir cuando me dice que dejaría que la acompañase a cruzar medio mundo por tener más idea de lo que nos está ocurriendo. Luego, su propuesta de aprovechar el tiempo que me quede aquí para investigar el tema, me convence. Apago el cigarro y lo tiro por la ventana, mostrando un comportamiento muy poco cívico. - Cuenta conmigo. - Le respondo con firmeza mientras me aparto de la ventana. - Físicamente no me pienso ir: no tengo mi moto. Ya me teletransportará un ángel o Budi, ni puta idea. - Digo con indiferencia. Así como he venido me tendré que ir, si es que de verdad estoy aquí y no soy una especie de fantasma. - ¿Sabes como contactar con el terrorista ese? Le podría hacer cantar si me das un minuto con él. - Al pronunciar esas palabras puedo llegar a sonar algo sombrío de lo seguro que me muestro: la vida de club, qué duros nos hace. - Si no, habrá que tirar de internet y buscar a la alemana esta. ¿Viste si tiene facebook, twitter o una de estas mierdas? - Le pregunto empezando por lo básico.

Cargando editor
15/02/2016, 11:02
Morgan Laurent

No puedo evitar soltar una carcajada amarga cuando menciona a Dios. God? My ass... Aunque me hace gracia que, después de toda la mierda que nos ha sucedido, no haya pensado en Dios hasta ahora, y gracias a una broma de Wes. Niego con la cabeza, aún riendo suavemente. 

Pues Dios puede meterse su obra por el culo-suelto sin más, dejando de reír paulatinamente. 

Sonrío cuando Wes acepta ayudarme de esa forma. Por fin tenía a alguien a quien poder contar este tipo de cosas sin que la tachase de loca (porque probablemente, lo estaba tanto como ella), una mano amiga que la ayudaría con algo que se le hacía muy grande. En otras circunstancias, refunfuñaría y se negaría, ella era una persona independiente, más bien solitaria y huraña, le ponía nerviosa trabajar con más gente. Aunque en este caso, por alguna extraña razón... no era así.

Me temo que no vas a poder hablar con Budi-le informo-. La... la policía lo atrapó. No sé dónde estará ahora-no sé si quiero saberlo, ¿esperarán a un juicio o lo llevarán directamente al corredor? Suspiro. Menuda mierda. Me sentía jodidamente culpable, ¡me cago en la puta! ¡se suponía que era un terrorista! ¡qué coño podía hacer!-. Ya he buscado a Milka en internet. Soy detective privada, gran parte de mi trabajo se basa en esto...-le cuento. Vuelvo entonces al sofá y abro el portátil para enseñarle lo encontrado-. Tiene una cuenta en Facebook que apenas usa... creo que es ella-pongo el cursor sobre la foto de perfil de Milka, una mujer rubia y de ojos azules, más o menos de mi edad, algo anodina y con cara de no gustarle salir en las fotos-. Tiene cuatro amigos agregados, no hay más fotos, solo un par de interacciones con un tal Dallas Turner-clickeo en su nombre, abriendo una pestaña aparte con su perfil para poder mirarlo-. Estado sentimental:0 "Es complicado". Tiene una cuenta en Pinterest que parece que usa más...-se la enseño también-. Estoy acostumbrada a buscar gente en una misma ciudad, pero a tanta distancia... es complicado. Quizás si encuentro la guía telefónica de Hamburg pueda intentar encontrar su número o algo así...-comienzo a buscar por internet. 

Cargando editor
16/02/2016, 21:54
Narrador

El perfil de facebook sigue siendo igual de anodino que cuando lo miraste unos minutos antes. No ha habido ninguna nueva interacción en ese tiempo. En cambio, cuando pulsas sobre el nombre de Dallas, también de Hamburg, se puede ver a simple vista que ella sí usa su cuenta con cierta frecuencia. Ciento noventa y siete amigos, menciones, noticias compartidas, vídeos de gatitos, fotos de gente saliendo de fiesta... Todo dentro de lo normal. 

Cargando editor
22/02/2016, 20:38
Wes Brooklyn

La acompaño al sofá, y con naturalidad pese a todo, me siento a su lado para ver el ordenador. Las redes sociales son un artificio al que estoy muy poco acostumbrado, pero más o menos controlo la forma en que muestran información. Sin embargo, el de esta chica no parece dar mucha que nos resulte útil, y menos siendo de Hamburg.

Me meso la barbilla recorriendo la página con la información que muestra sobre la mujer, pensativo, pero mi expresión muestra que no estoy muy convencido. - No sé... Parece que no dice mucho, ¿no? - Luego sigo pendiente cuando enseña su amiga que sí que tiene más actividad que ella. - Debe ser la típica amiga bollera. - Me encojo de hombros y echo hacia atrás contra el respaldo. - A ver, no creo que por esta vía saquemos mucho. - Resuelvo finalmente, y me cruzo de brazos.

Levanto una ceja sorprendido cuando confiesa que es detective privado. Vaya con la tipa. - ¿Ah sí? - Pregunto acompañando la sorpresa de mi expresión. Luego asiento en conformidad. - Aún así tienes razón: a tanta distancia es una causa perdida. - Digo reclinando la cabeza y mirando hacia el techo. En ese momento dice lo de la guía telefónica y me río un poco, volviendo tras esto a la postura normal. - Si sabe inglés podría valer para algo. ¿Hay guías de esas por internet? - Pongo cara de extrañeza. 

Mientras busca eso en el ordenador comento un tema que mencionó antes. - Ir a ver al terrorista al calabozo sería imposible... ¿No? - Pregunto con curiosidad. - Qué cojones, es imposible fijo. - Me doy cuenta de la tontería que estaba diciendo. - Y tú como ciudadana de Manhattan, ¿ves algo por lo que podamos tirar en esta ciudad antes de que desaparezca?

Cargando editor
24/02/2016, 22:24
Morgan Laurent

Miro el perfil de esa tal Dallas de arriba a abajo, tenía que haber algo más de información sobre Milka... pero parece que no es así. Aún así, me parece extraño que una chica como Milka (tan alejada de las redes sociales) tenga como amiga a alguien tan cercano a estas. Me quedo con su cara, no es demasiado anodina y creo que podría reconocerla... y si no, Dios bendiga a los smartphones. Sigo mirando la página, pero parece que de ahí poco más podré sacar algo. 

Podríamos hablar con ella por FB... parece bastante activa...-sugiero.Qué coño, qué digo, estoy loca, nos va a mandar a la mierda-... o podemos irnos nosotros a la mierda antes de que nos mande ella, claro está.

Asiento por ese "ah, ¿si?". No debería revelarlo pero, qué más da, es obvio que sé del tema... aparte de que en cierto modo, es una especie de encargo de investigación. 

Me separo algo de la pantalla y resoplo pasándome la mano por el pelo. 

Quizás encuentre las páginas amarillas alemanas... o algo así... En teoría debería haber, otra cosa es que consiga entenderme...-comienzo a teclear en el buscador, debería aparecer algo. En otra pestaña abro un buscador de vuelos rumbo a Hamburg, por si acaso...-... Cada vez me parece más factible el hablar con la tal Dallas...

No puedo evitar soltar una pequeña risa amarga.

Te aseguro que Budi Hort no va a poder recibir visitas en bastante tiempo... conozco el protocolo*-le digo negando con la cabeza-. ¿Algo de lo que podamos tirar en esta ciudad?-me quedo pensativa-. Ni zorra idea... Es todo tan jodidamente extraño que no sé por donde empezar, me ha pillado todo esto en bragas... 

Notas de juego

* lo conozco, ¿no? :D XD

Cargando editor
24/02/2016, 22:40
Narrador

Notas de juego

Sí, habiendo sido policía, algo de idea tienes. Aunque estando acusado de terrorismo es un asunto federal, así que puede que no lo sepas al 100%.

Cargando editor
25/02/2016, 22:53
Wes Brooklyn

Sentado en el sofá aún, ahora me inclino hacia la pantalla del ordenador y la señalo. Me todo la barba un poco y entrecierro los ojos. - No entiendo mucho de estos cacharros... Pero hay que aprovechar que sabes y que algo tenemos. - Me encojo de hombros. - Venga, manda un mensaje a la Dallas esta, y mientras responde buscamos esa guía de los cojones. - Le propongo a mi reciente compañera. No tengo mucha esperanza en que vayamos a sacar algo de esto, pero poco más tenemos.

- Joder, a mi a quien me molaba ver es al Budi Laden este. - Vuelvo a repetir, quejándome y golpendo mi palma de la mano con el otro puño. Lo iba a poner de verano, hasta que cantase como Johnny Cash y nos dijese qué coño ocurre. - Aunque si dices que no hay nada que hacer... Psss... - Siseo en gesto de queja y la miro a los ojos unos instantes. 

Me echo hacia atrás, apoyando la espalda para descansarla. Señalo vagamente la pantalla del portátil otra vez. - Escríbele algo como: Hola, saludos desde NY. ¿Tu amiga tiene algo que ver con un terrorista o con teletransportes y apariciones? - Recito con voz de telefonista petarda. Chasqueo la lengua y niego con la cabeza. - No lo veo. Podrías, sin embargo, hacerte pasar por una amiga de internet de Milka y preguntarle como le va, que hace mucho que no te responde... ¿No? 

Cargando editor
27/02/2016, 03:44
Narrador

En cuanto utilizas el buscador no necesitas más que unos golpes de teclado y un par de clics para dar con lo que parece una guía de teléfonos en versión alemana, la página teleauskunft.de. El contenido está en alemán, pero la distribución de la ventana te permite deducir qué campos debes rellenar. Por desgracia no aparece ninguna Milka Bendij en la zona de Hamburg. Sí das con otras Milka, y también con otros Bendij, pero de ella no hay nada. No hay ninguna línea de teléfono registrada a su nombre.

En la otra pestaña, esa en la que vas consultando vuelos hacia Hamburg, encuentras casi de todo: desde aviones que salen en sólo un par de horas hasta algunos que lo hacen dentro de meses. Los precios varían no sólo según la antelación, sino también según las escalas. En cualquier caso los precios para los viajes casi inmediatos iban desde los ochocientos dólares —en clase turista y con diecisiete horas de viaje— hasta los dos mil —también en clase turista, pero haciendo el trayecto en la mitad de tiempo y sin escalas—.

- Tiradas (1)
Cargando editor
02/03/2016, 21:23
Morgan Laurent

Me encojo de hombros, la verdad es que pocas opciones tenía... y esa Dallas era una buena opción de la que tirar... A unas malas, me puede mandar a la mierda y ya está. 

- Está bien...-me crujo los nudillos entrelazando los dedos y estirándolos y comienzo a escribir:

¡Hola! Sé que no nos conocemos, soy Morgan, una conocida de Milka. Estaba pensando en ir a Hamburg y quería contactar con ella, pero parece que no mira demasiado Facebook, por eso quería preguntarte si tendría algún modo de hablar con ella.

Un saludo!

Realmente mi FB tampoco es que estuviese muy en uso... sobre todo se podían ver etiquetas de Lindsay de cuando salíamos de cuando en cuando, también un par de posts con canciones y publicaciones de FarmVille, ¿qué? Me enganché a esa mierda cuando salió... y de cuando en cuando lo miro, alguien tiene que cuidar de esas pobres vacas, joder. 

Comienzo a mirar las guías telefónicas, pero no hay ningún número que me lleve a la Milka que busco. Mierda. 

Nada, no hay rastro de ella... no tiene ninguna línea registrada a su nombre... ¿quién coño no tiene eso a estas alturas de siglo?-digo, algo exasperada por lo poco fructuosa que esta siendo esta investigación.

Cierro esa pestaña y miro los vuelos hacia Hamburg... tenía que esperar a esa tarde para cobrar el último encargo que tenía, así iría con un buen colchón bajo el brazo. 

- Creo que la única opción, a no ser que nuestra querida Dallas nos de su número... Es irse para allá...-comento, no muy convencida, pero sin ver otra salida.

Notas de juego

I'm back y ya puedo seguir con el ritmo a rajatabla, ¡he vencido a la pochez! 

Cargando editor
03/03/2016, 21:42
Wes Brooklyn

Observo con una ceja levantada el mensaje que le deja a Dallas. Desde mi punto de vista, sabiendo lo que se cuece, parece algo un poco cogido por los pelos, pero si esa Dallas es tan blanda de cerebro como los que están metidos en Facebook a lo mejor cuela y todo. A ver si nos responde pronto. - Digo en una especie de susurro dejando de prestar atención a la pantalla del ordenador. No sé cuanto me queda aquí. Me quejo en mi mente, y un gesto involuntario y sin sentido lleva mi vista a mi muñeca izquierda, como si llevase reloj.

Espero en silencio y con paciencia a que Morgan haga sus búsquedas en la guía telefónica alemana. Su respuesta me roba un rugido sordo de desaprobación. - Vaya... Así, jodidos estamos. - Comento mientras rasco mi barba. - No sabemos nada de ella, a lo mejor es una hippie o una medio vagabunda. - Empiezo a divagar con tranquilidad. - También, un teléfono fijo hoy en día... A mi no me encuentras por una guía de esas, te lo aseguro. - Suena con cierta chulería, pero no lo digo por hacerme el chulo, si no por estar seguro de lo que digo.

- Vale, imagínate que vas: ¿cómo la buscarías? - Pregunto apoyando mis codos en las piernas y entrelazando los dedos. - No sé, no me parece fácil... Me gustaría ayudarte, pero... No tengo idea de hasta qué punto tengo libertad para ir contigo. - Me quedo callado un instante y miro de forma pensativa a la ventana. - Debo darle un par de vueltas, con los de mi entorno y tal. - Le explico sin apartar la mirada. - Pero creo que es la única manera de hacer algo por esto.