Partida Rol por web

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. BIBLIOTECA DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO

Aún dándole vueltas al triste fallecimiento del Profesor que cada vez parecía menos un accidente por las oscuras referencias que el Doctor Vandel leía de su diario, el ofrecimiento de té y pastas le pilló por sorpresa. Pero el Profesor le había enseñado hacía tiempo las mieles de esa amarga bebida a la que se había terminado acostumbrando.

- El té se toma solo, sin azúcar, y tan ardiente como el infierno. Es un buen reconstituyente y te ayudará a mantenerte despierto, Gruñido. -

Podía oír en su cabeza la cascada voz del hombre mayor, que se esforzó en enseñar tantas cosas al semiorco, el cual se mostraba voluntarioso y decidido a complacer a un hombre tan bueno como el Profesor.

Tomó la taza que la señorita Kendra le tendía con suma delicadeza, usando dos dedos (inevitablemente garrudos) y manteniendo estirado el meñique, como le habían enseñado. El gesto hubiera quedado aparente si la otra mano no hubiera descendido sobre las galletas que tan buen olor desprendían, dejando su cantidad disminuida un tanto. Llevándose una a la boca, y teniendo otra espera, su mirada siguió el recorrido de la bandeja hasta su posición de reposo.

- Eftar mu rifcas feñorita Kendra. - Farfulla el semiorco de manera tan efectiva que ni una miga escapa de su boca llena.

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DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

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Parecía que dormiría con su hermano... Aquello podía salir mal, pero al menos podría echarle un ojo. Con un poco de suerte, sus malos hábitos habrían disminuido hasta niveles tolerables. De todos modos, aquellos pensamientos pronto se esfumaron de su cabeza, primero gracias al ofrecimiento de Kendra, al que respondió con una leve y breve sonrisa, quizás la primera que se le veía en su estancia, aceptando una taza de té y una pasta. Después, por la lectura del doctor. Siniestros asuntos, sin duda.

El profesor andaba investigando algo realmente turbio, y parecía que sus compañeros querían continuar sus pasos. Él mismo también, pero sintió que estaban pasando algo por alto. 

-¿Urgathoa? Déjeme pensar unos momentos... Aún así, y aunque yo también quiera deshacer ese entuerto, no debemos olvidar que nuestra misión es proteger a Kendra. No podemos dejar que nada malo le pase-dijo, carraspeando ligeramente para mirar a la muchacha-por supuesto no hay motivo para pensar que algo pudiera ocurrirle, claro, pero nunca se es suficientemente precavido.

Tras eso pareció pensar unos segundos, para después negar con la cabeza.

-Lo siento, doctor Querio. Sé que la Dama Pálida es la maestra de la no muerte, así como de la gula y la enfermedad, que sus clérigos suelen usar guadañas y que su símbolo es una mosca decorada con un cráneo... Pero temo que nada de eso nos es útil.

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DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

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Mis intentos por detectar algo de presencia mágica en esos tomos me indica que no son mágicos, sino que son normales. Lo que me hace pensar que es lo que dice en su interior lo que puede ser peligroso en las manos inapropiadas. Lo indico de todas forma al resto de los presentes para su tranquilidad:

 - "Estos tomos no poseen magia alguna como objetos. Debemos cuidar su interior para que no caigan en las manos equivocadas por la voluntad del Profesor, aunque si fuese por mí, si son tan peligrosos, simplemente los quemaría."

La verdad es que un conocimiento peligroso e impío es algo que no se debe mantener pues sólo sirve para arrastrar al mundo a las sombras y no tiene ningún bien potencial que causar. Eso es lo que haría, aunque mi respeto por el buen Profesor era tan grande que no atentaré sobre su legado y no haré tal acción, pues él no hubiese querido eso.

"Tampoco soy quien para negar que sus conocimientos eran útiles, pues fue ese mismo estudio el que me ayudó a enfrentar mis miedos y del que he aprendido mejores formas de combatir. Si hay alguien que sabía como tomar un mal conocimiento y volverlo útil para los rectos, era el Profesor Lorrimor."

Escucho con atención la lectura del diario pues yo mismo no sé leer aún y el Doctor Vandel lo está leyendo amablemente. Al escucharlo, intento pensar en qué es aquel "Camino Susurrante" y qué es lo que sé de la tal Urgathoa, pues pueden ser datos útiles para descifrar lo que a todas luces parece ser un misterio.

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- No.

Contesto a Kendra cuando pregunta por mis cosas. El monosílabo no suena tosco pero sí terminante.

¿Por qué le resulta tan extraño?

Bajamos en el momento en el que Querio está exponiendo su teoría, y esta vez no puedo evitar negar con la cabeza para llevarle la contraria. Antes, con el tema de los gatos no me parecía necesario hacerlo, pero ahora están cayendo en el error de juntar términos que podrían apartarnos del buen camino.

- No. Los Caminos Susurrantes y Urgathoa no tienen relación. Quiero decir que no tiene por qué tenerla. No todos los Caminos son sacerdotes de Urgathoa, ni todos los sacerdotes de Urgathoa son Caminos. Hace años hablé con el Profesor sobre este tema. Yo tenía curiosidad, y él siempre estaba dispuesto a satisfacerla. Él creía que estaban más relacionados con el Tirano Susurrante.

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DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

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-Libros, libros, libros...tardaríamos meses, querida, en leerlos todos. Petros logró reunir una amplísima biblioteca. Yo soy más hombre de acción y de palabra.- Konrad había ojeado el diario del Profesor Lorrimor y no iba a admitir que no lo había leído, así que agradecía a el Doctor Querio Vandel que les hubiera leído los pasajes más interesantes. Además, Janos descartaba que tuvieran nada de mágico, por lo que su interés en esos títulos se apagó definitivamente. Mejor. De solo abrir uno de ellos se hubiera puesto a bizquear, tan espesa parecía su letra y difícil su lectura.

La intervención de Sascha le hizo levantar el mentón con orgullo. La mujer valía su peso en oro y eso que era autodicacta. No había tenido que invertir en ella, como en otros, cantidades ingentes de dinero para que atesorara esos conocimientos. Bueno, el caso es que a Konrad el Tirano Susurrante le sonaba "vagamente".- Como ya sabéis- Recordó por si a Gheorghe se le había olvidado al cambiarse de apellido.-la familia Mykephoros desciende de cruzados que participaron en la archiconocida Cruzada Brillante, donde se enfrentaron hace siglos al Tirano Susurrante, logrando vencer a sus ejércitos de orcos y no muertos, y encerrando al propio Archiliche en su fortaleza, la Espira del Patíbulo. Así que esto podría considerarlo como un asunto personal.- Para Konrad los pasos a seguir estaban claros. Un grupo debería ir a ver al Padre Grimburrow al templo de Pharasma. Allí hacerse con la lista de presos de la prisión y, si pudiera ser, con información acerca de la cripta falsa en las Tierras del Reposo.- Si decidimos investigar las ruinas de la prisión deberíamos hacernos con ese listado y con lo que el profesor consideraba importante para enfrentarse a los fantasmas. Yo iré a ver al padre Grimburrow con quien tenga a bien acompañarme. ¿De ahí a esa cripta misteriosa? Suena divertido.

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DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

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El Señorito siempre había sido alguien arrojado y sus palabras lo demostraban. Además con Sascha y Gruñido a su lado no tenía nada que temer, y ahora que Velkan se había reunido con sus hermanos, menos aún. El chófer observaba los tomos algo nervioso viendo como algunos de los presentes los manoseaban y abrían con cierta despreocupación. El Profesor Lorrimor los consideraba peligrosos y eso era suficiente para que Gruñido no se acercara a ellos.

El sirviente se acercó solícito a su Amo.

- Amo, Gruñido cuidar caballos ahora, ¿sí? Necesitar un rato para preparar para estar aquí. Grwllllll... -

Mientras se aleja hacia la puerta, no sin antes recoger algunas pastas más dedicando una sonrisa de dientes afilados a Kendra Lorrimor, el cochero comenta a Sascha.

- Grwwllll...Tierras Reposo ahora mal ir. Gente allí puede. De noche mejor. Gruñido ver bien de noche, no hacer falta antorchas, no vernos. -

El semiorco se encoge de hombros y traspone la puerta en pos de el carruaje y los caballos, que aún llevan los arreos puestos.

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Él no podía aportar nada más, ya tenía claro lo que quería hacer y lo que podían hacer con la información que tenían en aquel momento. Acercarse a hablar con los aldeanos iba a ser un problema porque les odiaban, habían intentado apalearlos y lo que era peor habían salido trasquilados. Para él la opción de conversar con los lugareños estaba totalmente descartada, tenía otras cosas en las que ocupar su tiempo que fueran más productivas.

—No soy bueno con los diálogos, no creo que yo ayude mucho sacando información de esa forma, pero puedo acompañar a alguno de los que vaya para mayor seguridad.

Tras decir aquellas palabras comenzó a estirarse volviendo a activar sus músculos que estaban algo adormilados del tiempo que llevaban en la biblioteca de cháchara, crujió sus nudillos y realizó movimientos circulares con su cuello para terminar con su ronda de calentamiento y tener el cuerpo activo por si hiciera falta.

—Haré la primera guardia, somos bastantes si nos organizamos bien podremos dormir todos sin problema.

Levantó la mirada al escuchar a Sascha y empezó a pensar que todo el mundo allí tenía más conocimientos que él sobre lo que estaba pasando, no había tenido nunca conversaciones con el Profesor acerca de esos temas y muchos de aquellos nombres era la primera vez que los escuchaba.

El Doctor suspiró, aliviado. Por un momento pensó que el amante de los vinos Konrad Mykephoros se ofrecería en visitar al tabernero.

Esta noche no es buena idea salir, Gruñido. Si alguien nos viera, incluso siendo de noche, nos dejaría en muy mal lugar ante el padre Grimburrow, y podría negarnos la lista. Descansemos del viaje, mañana preguntémosle al padre Grimburrow por la lista y puede que pasado mañana volvamos a preguntarle por la falsa cripta. El ayuntamiento también debería tener un archivo con las defunciones.

Lo mejor es acompañar a Kendra a modo de escolta para que atienda sus asuntos legales. No sería raro que fuese a ver al padre Grimburrow para pagar los gastos del entierro o al ayuntamiento a inscribir la casa a su nombre.

Me preocupa más el tema de los libros... ¿Dónde y cómo los custodiaremos? Tal vez, cada uno podría guardar uno de ellos en su mochila. Y otro debería llevar la llave del cofre de los libros al cuello a modo de cebo, para que puedan llegar a concluír que los libros están bajo llave, y no que los llevamos encima.

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PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. BIBLIOTECA DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO

Ante la mención del Tirano Susurrante, un leve escalofrío recorrió la espalda de Gheorghe, que inmediatamente trazó el símbolo de Pharasma sobre su pecho.

-Quieran los dioses que esa aberración descanse para siempre-musitó por lo bajo. Sabía muy bien lo ocurrido con el Tirano Susurrante, al fin y al cabo formaba parte de los herederos, tanto de tradición como de sangre, de aquellos que consiguieron que el liche acabara bajo los escombros. Ante la idea de los libros, negó suavemente.

-Deberían permanecer en el arcón, y este escondido en algún lugar de la casa donde no llame la atención, y la llave con uno de nosotros. Dividirlos en mochilas solo hace mucho más probable que alguno se pierda o sea robado. En cuanto a las guardias, haré cualquiera que sea necesaria. 

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DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. BIBLIOTECA DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO

Se estaba haciendo mayor porque cada vez coincidía más con los pensamientos de su hermano.

- Aquí hay cientos de libros. Lo que sí podríamos es preparar algún señuelo. Por si mandaran a algún mequetrefe a por ellos.- Si escondían los verdaderos libros del testamento y cada uno de ellos llevaba un señuelo, podrían dar al traste con los planes de algún ratero de mala muerte que mandaran a hacer el trabajo. Desde luego la trampa no funcionaría con alguien que fuera un especialista.

- Claro Gruñido, ve.- Dio permiso a su cochero para que acabara de hacer su trabajo- Podéis disponer de mis sirvientes para cualquier turno de las guardias sin problema.- Ambos dos eran trabajadores incansables y que no se quejaban nunca.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA*), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

- El resto del día, y toda la noche, transcurrió con tranquilidad en la casa heredada por Kendra de su Padre.

- El Doctor Vandel estudia el diario del Profesor y los libros de la casa que hablan sobre las Tierras del Reposo para determinar la situación de la falsa cripta que puede ocultar material útil para combatir espíritus. Tras muchas horas de estudio, va a su habitación, compartida con el Escudero Janos Mykerinos, a dormir.

- Gheorghe pasa tiempo entrenando, hablando con su Escudero, y luego con su hermano mayor, en la habitación que ambos comparten en el piso de arriba. Durante la noche, monta guardia en mitad de la madrugada.

- Gruñido acepta las galletas que le ofrece Kendra y después se va a los establos, donde pasa largas horas cuidando de todos los animales. Allí recibe la visita de Sascha y Velkan, y los tres hablan, pues hacía tiempo que no se reencontraban (ya que Velkan sigue pasando la mayor parte del año en las cercanías del Lago Lias, las tierras ancestrales del Clan Gorra Roja; mientras que los otros dos viven con Konrad, cerca de Colina Carroña, en Versex). También se ocupa de cuidar del carruaje, de calzarlo con piedras para que no se lo lleve nadie. Por la tarde lleva a los caballos al río a abrevarse y a pastar. Vigila los alrededores. Por la noche monta la segunda guardia, relevando a su hermano Velkan.

- Janos entrena con su maestro durante la tarde. Por la noche releva a su maestro en la Antialba, el turno situado entre mitad de la madrugada y el alba.

- Konrad descansa del viaje desde Alabustriel. Por la tarde habla con su hermano y duerme toda la noche, sin montar guardia.

- Sascha pasa tiempo por la tarde con sus hermanos de Clan, principalmente en los establos. Se recupera perfectamente de sus heridas, notándose de nuevo en plenitud de fuerzas. Por la noche duerme en el cuarto de Kendra. Monta guardia nocturna, el alba, relevando a Janos hasta la hora del desayuno.

- Velkan monta la primera guardia, armado y dispuesto en el sillón favorito del Profesor junto a la chimenea, en el salón-comedor. Por la tarde pasa un rato hablando con Gruñido y Sascha. A mitad de la madrugada se levanta y sale de la casa, para patrullar sus alrededores y comprobar que el carruaje de Konrad (aparcado fuera, junto a los sauces) está bien.

Buenos días...

El Doctor Vandel entró en la sala con un libro bajo el brazo. No es ninguno de los libros del cofre legado por el Profesor, sino una lectura para conciliar el sueño, cogida de la biblioteca de la casa.

Sacó de su portapergaminos un pequeño esquema que había preparado durante sus investigaciones.

Os presento un humilde intento por mi parte de representar las Tierras del Reposo, con un total de diecinueve criptas. El Profesor se dió cuenta de algo... Las criptas originales están en el cúmulo central del cementerio, y son seis. El seis es la clave, ya que las nuevas criptas se distribuyeron respetando ese número. Si trazas una linea de norte a sur que pase por el cúmulo, al este de esa linea hay seis criptas nuevas. Si trazas una linea de este a oeste, hay seis criptas al sur, incluyendo esta de aquí, la más al sur del grupo del este.

El único cuadrante que no respeta el diseño es el noreste. En el cuadrante noreste hay una cripta de más. El Profesor descartó las tres del extremo noreste, ya que la construcción del muro exterior no pertenece a la época en el que se construyó la falsa cripta, y esas tres aprovechan el muro como una de sus paredes. Las dos criptas del cuadrante que caen al este tampoco son, ya que el Profesor identificó correctamente el nombre de las familias a las que pertenece. Y por descarte... ¡voilá! La cripta que buscamos es esta...-posó el dedo en un punto del dibujo.

El estómago del Doctor gruñó.

Bueno, tal vez debí esperar a después del desayuno para hacer la exposición de los hallazgos del Profesor...

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Cuando la gente comienza a bajar al salón, me encuentran echando leños a la chimenea para calentar la estancia que se ha quedado fría. Aunque a mí no me importa el frío, lo hago por la comodidad de los demás.

A los saludos de "buenos días" contesto con un asentimiento de cabeza. Siempre me ha parecido algo ridículo saludar así. Está muy bien desear a alguien que tenga una buena jornada, pero expresarlo en alto por lo general no suele cambiar nada.

Atiendo a la explicación del Doctor, y asentía con cierta admiración mientras escuchaba.

- Bien, al menos tenemos por dónde empezar.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

La tarde transcurrió tranquila mientras entrenaba con mi maestro, aunque antes de poder dormir y hacer nuestras guardias, tuvimos que atender nuestros propios caballos, pues Gruñido no fue capaz de simpatizar con ellos y no le permitieron acercarse. El semiorco se disculpó y le resté importancia, pues es cochero de Konrad, no era su trabajo y aun así deseaba ayudar. Eso es algo que valoro.

Dormí plácidamente en la habitación que comparto con el Doctor Vandel, con quien no tuve ninguna diferencia y donde conseguí un sueño de lo más reparador, después de tomarme el apropiado tiempo para rezarle a Sarenrae al anochecer la plegaria de despedida, de rodillas y con mi símbolo sagrado apoyado en mi frente, pidiéndole por la fortaleza para resistir la ausencia de su luz y para derrotar a los habitantes de las sombras. Fui despertado por mi maestro para hacer mi guardia, la que cumplí sin ninguna cosa que haya podido detectar como un peligro y finalmente despertando a Sascha para que termine de vigilar lo que quedaba de noche mientras yo dormía un poco para estar bien al otro día.

Ahora despierto y me reúno con el resto en el salón, después de rezarle a mi Diosa la plegaría de saludo, en la que demuestro mi dicha de recibirla con el alba y sentirme protegido por su luz durante toda la jornada. Salgo al salón principal, donde me preparo para desayunar hasta que aparece el Doctor Vandel y nos explica sus descubrimientos acerca del Camposanto.

Miro con atención lo que expone, que es un uso muy racional de la observación, denotando de inmediato sus vastos conocimientos y estudios, por la manera en que es capaz de hilar lo que conoce para deducir lo que no. Es impresionante ver sus reflexiones para alguien como yo, que ni siquiera ha terminado de aprender a leer, pero que admira la inteligencia como un gran don.

 - "Creo que su trabajo es impresionante, Doctor Vandel. Ha conseguido rápidamente encontrar lo que a ojos simples se escondía. El Profesor Lorrimor estaría muy complacido de las capacidades de su amigo."

Pero es hora de comer y me dispongo a desayunar antes de ponernos en marcha a lo que sea que decidamos como grupo realizar en esta jornada. Puede ser ir al Camposanto o quizás averiguar algo más de esas ruinas. Sea como sea, necesitamos el estómago lleno para tener energías y me dispongo a solucionar ese problema lo antes posible.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra se levantó temprano después de haber descansado algo mejor que las noches anteriores, la presencia de Sascha en su cuarto había servido para tranquilizarla un poco.

Como buena ama de casa y anfitriona se puso de inmediato a preparar el desayuno, intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a sus invitados. Cuando estos poco a poco se fueron levantando la cocina estaba llena y Kendra iba ultimando los preparativos mientras sus invitados hablaban en la biblioteca.

- Buenos días señores, buenos días señorita Sascha. ¿Que tal han descansado? Espero que bien. ¿Anoche hubo algún problema? Siento mucho que tuvieran que tomarse la molestia de quedarse despiertos por mi culpa.

Kendra miró el mapa y el lugar señalado por el Doctor Querio, parecía un hombre muy inteligente, seguramente por eso se llevaba tan bien con su padre. Los gruñidos del estómago del Doctor le recordaron que en realidad había ido allí a decirles que todo estaba listo para el desayuno.

- Tiene razón Doctor Querio, es mejor hablar de estas cosas con el estómago lleno, por favor, pasen al comedor, ya he preparado todo.

En la mesa del comedor pudieron encontrar una gran variedad de cosas: pan, queso, fruta, algunos frutos secos, agua, leche, café, mantequilla, huevos cocidos, algo de embutido...

- Lo siento Gruñido, no te he puesto caramelos, no puedes comer tantos. - Dijo seria, pero después sonrió y sacó algunos de su bolsillo.- Pero si desayunas bien te ganarás alguno de postre. Espero que todo esté a vuestro gusto, puedo haceros algo más si lo deseáis. ¿Unos huevos fritos? ¿Patatas? Sois mis invitados, debo atenderos bien, es lo que mi Padre querría.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Konrad bajó las escaleras con su habitual porte de hombre noble y, sobre todo, de hombre que ha dormido de un tirón y sin sobresaltos. Va vestido con elegantes ropas de tonos oscuros, perfectamente afeitado y acicalado, y con el pelo lustroso y brillante peinado hacia atrás. Observó a Sascha junto a la chimenea y pareció que por un momento flaqueaba, como si una pierna le fallase por un repentino dolor. 

Ah, los recuerdos...- Tras saludar a todos los presentes con un amistoso apretón de manos, Konrad recibió a su anfitriona con una dulce sonrisa.- ¡Oh, Kendra! Tu padre debía estar muy orgulloso de la mujer en que te has convertido.- Era un puro convencionalismo pues Konrad, al contrario que muchos hombres, consideraba que una mujer daba para más que preparar té y pastas. Le parecía una existencia terriblemente anodina pero no por ello debía ser descortés o desconsiderado.

- Excelente.- Comentó ante el esquema mostrado por el Doctor Querio Vandel de las Tierras del Reposo.- La noche fantástica, querida. Sin ningún problema, ¿verdad?- Si hubiera habido alguno Sascha le habría informado oportunamente. Cogió una rebanada de pan para untarla en mantequilla y espolvorear huevo cocido por encima.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

El cazador intentó seguir todo lo que el veterano doctor quería contarles, se esforzó, pero fue incapaz. No entendía demasiado bien como aquel endeble hombre había llegado a esa conclusión así que decidió mantenerse en silencio y dejar a sus compañeros hablaran primero, cuando estos aceptaron la teoría de Querio, Velkan asintió. Sería esa la opción que tomarían, ir a aquella cripta que parecía ser el primer lugar razonable desde el que investigar la muerte del difunto profesor.

—Vayamos allí entonces.

Al terminar de pronunciar aquellas palabras la joven Kendra apareció en la sala, llena de vitalidad y energía, como de costumbre. Velkan la miró atento, casi estudiándola. Asintió ante la opción de tomar algo de desayuno y acompañó a sus compañeros hacia el comedor donde había una gran mesa con comida, mucha más de la que él solía ver junta. No esperó a nadie y empezó a comer, los modales y la etiqueta no existían en la montaña donde para comer debías cazar y algo que no existe no lo puedes trasladar a una mesa. El Matacambiantes comía como hablaba, con rudeza. Hizo un alto en su ingesta para responder a la pregunta de su anfitriona.

—Huevos y patatas, sí.

Movió la cabeza con efusividad para indicar que aceptaba el ofrecimiento de ambas cosas y continuó comiendo lo que había dejado a medias, cuando hubo engullido lo que tenía en aquel momento en la boca, comenzó a hablar.

—La niebla es más densa de lo que debería por la noche, no me gusta.

No estaba seguro de si era un mensaje claro para el resto de sus compañeros, pero él sabía bien lo que había visto por la noche cuando salió a patrullar y entendía sus propias palabras.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

DESPUÉS DEL ALBA. BIBLIOTECA DE LA CASA DE KENDRA LORRIMOR.

El Doctor Vandel repasa uno de los libros favoritos del Profesor Lorrimor.

- "¿Qué puede un pobre historiador decir acerca de su tierra natal que no se haya dicho ya cien veces mejor por historiadores de hace quinientas vidas? Es una nación que ya era vieja cuando los hijos de Azlant fundaron Taldor. Ya era una tierra ancestral cuando Aroden alzó la Piedra Estelar del Mar Interior y se convirtió en un dios, y era verdaderamente venerable cuando Qadira truncó el último débil remanante de lo que una vez fuera una gran dinastía de faraones. A pesar del vandalismo y otras atrocidades que los Keleshitas cometieron durante su gobierno, consiguieron una cosa: arrancaron las malas hierbas que habían crecido durante milenios de gobierno faraónico, para que así un nuevo crecimiento, germinado de las ancestrales semillas, pudiera ser restaurado a su tierra natal cuando su pueblo más lo necesitaba." -

- Introducción a Osirion: Una Historia en Cuatro Edades, por el Sabio de Arena.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA*), 4 DE ABADIO.

CANTO DEL GALLO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Gheorghe bajó poco después que su hermano, vistiendo su armadura y con un gesto serio que, sin embargo, ocultaba algo más. Aquellos que le conocieran podrían ver una leve nota de preocupación, que se agravó cuando su hermano comentó si había habido algún problema. También dedicó una breve mirada a Velkan cuando hizo aquel comentario sobre la niebla. Él entendía lo que quería decir el salvaje... O creía entenderlo. 

Sin embargo, con la deducción de Querio primero, y el ofrecimiento de la anfitriona, procuró mostrar un rostro más amable, incluso una leve sonrisa. No cabía duda de que el doctor había sido un buen compañero y complemento de... Eh... ¿Cómo se llamaba? Curiosamente, apenas recordaba algo sobre él, aunque sí que le ayudó a dar con su hermano. Aunque, por desgracia, no con su hermana. 

-Una deducción impecable, doctor. Y le agradezco su hospitalidad, señorita. Por mi parte me doy más que por satisfecho con lo que ya hay.