Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 3- Casa de Kendra Lorrimor.

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26/06/2017, 23:22
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

POR LA TARDE. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

El tosco semiorco se dejó llevar y sentar por la firmeza que transmitía la joven señorita Lorrimor y tomó asiento en la silla de madera. Asentía a sus palabras, hasta que el ruido del libro al caer de forma pesada sobre la mesa pareció ahogar todos los demás sonidos. Era un obstáculo insalvable, un enemigo imbatible, el camino que ningún carromato podría hollar.

La sesión de la proactiva joven embarcó al azorado chófer en un amalgama de letras grandes y pequeñas y en los desesperados intentos de sus torpes labios limitados por su afilada y prominente dentadura para vocalizar los diferentes fonemas que correspondía a cada esquiva letra en sus múltiples formas.

Tras una severa lucha que había dejado más agotado y sudoroso a Gruñido que muchas largas horas conduciendo el coche del Amo Konrad, pudo intentar leer algo de lo que había reflejado en el libro. Nada demasiado largo ni difícil. Se dispuso a intentar pronunciar algunas palabras según las indicaciones recibidas:

Limparr ell cabayo: Hayi que baniarlo cada ved ke seA nesesarrio. No ay un - ininteligible - esasta y erede de exercicicicio físicó jal que se hassa - ininteligible - ala cabayo. aLo normalo, ene casro de ke erl cabayo nou hallla jecho un jran jercicio - ininteligible -, es jacerlou unaa veza lai chemanaa parra eliminarrrlei todarr lar - ininteligible -.

Gruñido mira a la señorita Lorrimor con una mezcla de miedo y esperanza.

- Grrrrkwwllll... yo sentir no saber mucho, pero prometer yo mejorar... -

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27/06/2017, 06:02
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

POR LA TARDE. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra observó paciente los progresos de Gruñido y le corregía amablemente cuando cometía algún error, siempre con una sonrisa en la cara. Estaba claro que el semiorco trataba de esforzarse y hacerlo lo mejor posible y que se sentía mal pues veía que aún no leía a la perfección.

-No te preocupes Gruñido, lo estás haciendo muy bien, aprendes muy rápido. Mi padre tenía razón, eres un chico muy listo. Creo que si seguimos practicando en poco tiempo podrás leer a la perfección. ¿Y que tal se te da la escritura? ¿Quieres que practiquemos un poco? Así descansas también de la lectura, cambiar de actividad puede ser estimulante ¿No te parece?

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27/06/2017, 07:55
EL TIEMPO TODO LO CONDENA.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

​Así van pasando las horas. Por la noche, Kendra le sirve la cena a Gruñido, sopa de pollo calentita y pan tierno, guardando en la cocina para cuando regresen los demás.

Después, ella se retira a la habitación mientras que Gruñido se queda sentado en el sillón favorito del Profesor junto a la chimenea.

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27/06/2017, 19:26
Historias de Horror.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Sentado en el sillón favorito del profesor frente a la chimenea encendida y con el libro que Kendra le había dejado por si quería seguir practicando, Gruñido parecía todo un señor respetable. Pocas veces podía disfrutar de tanta tranquilidad y una velada apacible en la que poder hacer lo que quisiera sin tener que estar pendiente de otros. La Señorita Kendra se había retirado a su habitación tras servirle la cena al ver que el resto del grupo no regresaba, había sido un día agotador para ella teniendo que atender a tantos invitados.

Sus orejas parecieron reaccionar ante un leve sonido, giró la cabeza hacia el pasillo, pero no vio ni escuchó nada. Decidió seguir con su lectura, quería impresionar a la Señorita Kendra y al resto la próxima vez que tuviera que leer algo. Un ligero sonido volvió a inquietarle. Se levantó prudente, escrutando la oscuridad del pasillo, no tenía miedo, pues sus ojos podían distinguir sin luz mucho mejor que los de cualquier humano. Miró hacia la entrada, nada, después hizo lo propio hacia la cocina, nada tampoco, finalmente siguió el pasillo hasta la escalera. Sintió como si un viento le produjera un escalofrío entre los homoplatos y allí en los primeros peldaños distinguió una especie de sombra que no supo definir. Si hubiera podido identificar una cara habría jurado que le miraba y acto seguido se daba la vuelta para comenzar a subir hacia el piso superior, donde torció en dirección de las habitaciones y se perdió de vista.

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27/06/2017, 23:55
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Gruñido sentía un zumbido en la cabeza, al menos hasta hace un rato. Ahora estaba simplemente cansado. Sentía un hormigueo en la cabeza, parecido al que sentía en sus músculos cuando los forzaba durante largo tiempo. Había pasado la tarde peleando con el libro sobre caballos y sus cuidados, primero intentando leer diferentes pasajes, y por último intentando escribir algunas letras. Dos plumas rotas, y un par de pergaminos con manchas de huellas de tinta y una caligrafía como un nido de arañas atestiguaban su pírrico éxito.

A pesar de sus esfuerzos por eliminar la tinta de sus gruesos y fuertes dedos Gruñido no lo había conseguido del todo y miraba de manera pensativa las manchas oscuras en las yemas de sus dedos y debajo de sus uñas. Ahora entendía porqué el Profesor Lorrimor siempre tenía una sombra algo más intensa en parte de sus dedos, aunque sin duda su estilo de escritura depurado le hacía llenarse mucho menos de tinta.

Gruñido estaba más que agradecido a la señorita Lorrimor el que recogiera el testigo de su padre en esa hora de soberana tristeza y le enseñara allá donde su progenitor había empezado a hacerlo. Incluso le había servido la cena a pesar de las protestas de Gruñido, el cual había tenido que casi gritar para que le permitiera recoger la mesa y barrer el piso. La agotada joven se había retirado con aire algo desvaído, dejando al semiorco confortablemente sentado en el sillón favorito del Profesor. Gruñido se sentía bien allí, casi podía oír al Profesor declamando desde ese mismo asiento.

No estaba preocupado por Sascha y el Amo. Velkan estaba con ellos, además de todos los otros que habían venido al funeral. El semiorco no se sentía solo, ya que había vivido gran parte de su vida en ese estado, y lo aceptaba como algo natural. Disfrutaba de la compañía de sus pares cuando los tenía cerca, y si no era así simplemente dejaba correr sus pensamientos en todo los que había aprendido en su vida, preparándose para lo que un nuevo día le deparara.

Con el libro entre las manos sentía el agradable calor de la chimenea, hasta que algo perturbó su concentración. Era algo que no se veía ni oía, pero que había tocado su percepción, quizás su instinto. A su mente vino aquella lejana noche en la que Sascha llamaba a algo invisible que la zarandeó como una muñeca dentro del círculo que había trazado con postes y animales muertos. Algo que no era de este mundo.

Cuando atisbó la sombra, un escalofrío que nacía en la base de la columna lo recorrió, permitiendo que fuera lo que fuera tomara ventaja sobre él. Más al tomar consciencia que aquel jirón de oscuridad iba en dirección a las habitaciones, se acordó de la cansada Kendra. ¿Acaso aquello la buscaba? Un rictus de furia repicó en su rostro mientras ajustaba a su mano el cestus que llevaba al cinto. Gruñido no tenía miedo. Él daba miedo. Fuera lo que fuera, si tenía malas intenciones para con la señorita Lorrimor, pagaría cara su intrusión. Subió las escaleras de tres en tres en pos de la oscuridad.

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28/06/2017, 09:05
Historias de Horror.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Gruñido pronto recorrió la escalera y se plantó en el piso superior. Giró la cabeza hacia donde había desaparecido aquella extraña sombra pero no vio nada. ¿Acaso su mente le estaba jugando malas pasadas por el cansancio acumulado durante toda la tarde? Quizás leer al final no resultaba tan bueno. ¿O aquella sombra se había escondido? ¿Habría entrado en la habitación de la Señorita Kendra?

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28/06/2017, 22:01
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Lo había visto. Había conectado con ese ser hecho de jirones de niebla. Sus ojos salvajes habían perforado el velo y había llegado hasta él. A pesar de que no quería perturbar a la señorita Lorrimor, no se quedaría tranquilo si no comprobaba que estaba a salvo.

Miro a su otra mano, dándose cuenta que en su apresurada carrera escalera arriba aún apretaba el libro con el que había estado bregando a última hora de la tarde. Armándose de valor se dirigió en silencio a la habitación de la joven aplicando la oreja en la plancha de madera por un par de segundos. Tras eso llamo enérgicamente con la mano que agarraba el libro, dejando la otra mano armada con el cestus fuera de la línea de visión del dintel de la puerta, y alzando su vozarrón.

- ¡Señorita Kendra! Gruñido querer preguntar una cosa, ¿¿Poder salirrr?? Grrrrrrwwlllll... -

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29/06/2017, 11:58
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Con su oreja pegada en la puerta y escuchando con atención todo lo que pasaba dentro del cuarto Gruñido pudo escuchar un sobresalto seguido de un grito ahogado. No estaba seguro si era una reacción al fantasma que acababa de ver o simplemente la mujer se había sobresaltado al despertarse y escuchar su voz.

-¿Gruñido? -Preguntó una confusa y adormilada Kendra.- ¿Qué...?

Escuchó como la mujer se movía, probablemente saliendo de la cama y después hacía algo para acto seguido escuchar sus pasos acercarse a la puerta, que se abrió lo suficiente para dejar entrever su cara y parte de su cuerpo. La mujer parecía confundida, quizás algo temerosa y puede que algo avergonzada. Vestía un camisón para dormir que ocultaba casi en su totalidad con una bata, probablemente ponerse la bata era lo que había hecho nada más salir de la cama. A diferencia de Sascha, Kendra no estaba acostumbrada a convivir con más hombres que  no fueran su padre y también a diferencia de la salvaje el decoro y el pudor eran una norma, por eso no se sentía demasiado cómoda teniendo que hablar así con Gruñido, aunque estaba claro que no era porque fuera él, hubiera pasado lo mismo con cualquier otro. Gruñido había escuchado hablar a Konrad y al Profesor de vez en cuando sobre los hombres, las mujeres y las normas de educación y la etiqueta y podía comprender la situación.

-¿Pasa algo Gruñido? ¿Hay algún problema? ¿Necesitas algo? ¿Ha vuelto ya el resto? -Kendra estaba tan alterada que hacía preguntas intentando encontrar la respuesta a lo que sucedía.- Perdona, no te dejo hablar.

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29/06/2017, 16:28
(CC) Gruñido.

Gruñido parecía completamente azorado. Nada había perturbado aparentemente el sueño de la señorita Lorrimor, lo cual por una parte era un alivio, más su preocupación era ahora que ese jirón de oscuridad pudiera campar a sus anchas por el enorme caserón. Encontrarle sería una empresa imposible. Sólo se le ocurría que estar juntos hasta que viniera el resto pudiera ser buena cosa.

- Grrrwwlll... Señorita yo... Gruñido ver algo, oír algo. Puede que intruso... Gruñido estar más tranquilo si señorita Lorrimor tumbarse en el sofá cerca de la chimenea hasta que los demás venir, ¿sí? Así poder vigilar bien. Llevar manta para taparse y no pasar frío, ¿sí? -

El semiorco pasa a su otra mano el libro en orden de poder ocultar tras su volumen el cestus que lleva en ella y así no asustar a la joven, mientras usa su mano desarmada para señalar a la señorita Lorrimor el camino hacia la planta de abajo. Esperaba que si ambos estaban en la misma sala, lo que fuera que acechaba en las sombras de la casa bien no se atreviera a manifestarse, bien fuera incapaz de hacer daño a uno de los dos si que el otro pudiera apreciarlo y dar la alarma al menos.

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29/06/2017, 18:24
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra fue cambiando poco a poco la expresión de su cara a medida que Gruñido hablaba y el temor se fue apoderando de ella, por fortuna el semi orco estaba allí para protegerla.

-¿Un intruso en la casa? ¿Y si vamos a llamar al Sheriff? Menos mal que te has quedado aquí para protegerme Gruñido... -Kendra sacó un poco la cabeza y miró hacia ambos lados.- ¿Y donde está el intruso?

La casa no era muy grande así que no podía andar muy lejos y eso inquietaba a la muchacha. Por otro lado, aunque no se lo había dicho a Gruñido era reticente a salir de la habitación con el camisón puesto, aunque fuera tapada con la bata, sería indecoroso para una señorita. Claro que quedarse sola sabiendo que podía haber alguien en la casa tampoco le parecía una buena opción. Agarró uno de los antebrazos de Gruñido y le miró rogándole con la mirada.

-¿Te quedarás en la puerta vigilando? Si debo acompañarte al salón tendré que vestirme, ¿Lo comprendes no?

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29/06/2017, 20:05
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

El cochero estaba apenado por cargar a la señorita Lorrimor con más preocupaciones en su atribulada cabecita, pero creía firmemente que algo oscuro que no era de este mundo podía estar acechando en la casa y se dijo para sí mismo que esto era necesario.

- Grwwwlll... Ver una sombra en la escalera, y oír algo en el piso de arriba. Gruñido venir a proteger rápido, sí. -

A su pregunta sobre la posible ubicación del intruso el chófer encogió sus formidables hombros. Si lo pudiera ver no se iría de rositas fuera lo que fuera, pero el esquivo ente no daba la cara. No por el momento al menos. Tampoco quería avisar al Sheriff en sin pruebas sólidas de que algo había pasado por allí, así que Gruñido lo desestimó con un gesto.

Al mencionar la muchacha que se tenía que vestir, las orejas de Gruñido y parte de su rostro empezaron a tomar un tinte verdoso, que en él era el síntoma de un ataque de rubor. Dio medio paso hacia atrás arrebolado, mientras mascullaba entre dientes.

- Errrr, grwwwlll... claro, la señorita puede vestirse, Gruñido esperará aquí fuera al lado de la puerta... Errrr, ¡De espaldas claro! Ufffff... Tambien poder envolverse en la manta de la cama señorita. Gruñido puede bajar en brazos hasta abajo envuelta como un gusano de seda de verano, grwwwwllllll... Señorita decidir... -

El violentado cochero se aparta de la puerta hacia un lado dejando ver únicamente un trozo del libro para que Kendra pueda constatar que sigue ahí. Incluso lee en voz bajita los escrito en la contraportada, para que le sienta cercano y le pueda ubicar en una posición desde la que no tiene ángulo de visión de la habitación.

- Exte librro trratarrr chovre ele cuddado y lalimintacion de lass muntuuuras... - Gruñido lee en voz bajita como bien puede.

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30/06/2017, 05:21
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra parecía algo más confusa ante la explicación de Gruñido, como si algo no acabara de convencerla.

-¿Una sombra? ¿Y ruido? ¿Aquí arriba? Pero... yo no he escuchado nada y ademas... -Kendra volvió a mirar a un lado y a otro del pasillo.- No se ve nada por aquí... Pero me fío de ti, dame unos minutos.

Kendra sonrió ligeramente ante las atenciones de Gruñido, a pesar de su aspecto era todo un caballero y parecía haberse adaptado casi al completo a la vida en sociedad.

Por desgracia no creo que la sociedad llegue a aceptarlo tal y como es...

Eso la apenaba, si tuviera el aspecto de cualquiera de sus hermanos podría convertirse en un hombre respetable. Se sonrojó un poco con la idea de que la bajara en brazos y envuelta en una manta, negó con la cabeza y antes de cerrar la puerta le hizo un gesto para que la esperase. Volvió a vestirse mientras escuchaba a Gruñido leyendo al otro lado, era su forma de indicarle que estaba allí protegiéndola. Salió nuevamente vestida con la duda de si habría visto algo, eran imaginaciones del semi orco o quizás era el grandullón el que tenía miedo a la oscuridad o a quedarse solo, aunque eso prácticamente lo descartó.

-Estoy lista Gruñido, eres todo un caballero, el Señor Konrad tiene que estar muy orgulloso de ti. Y veo que sigues practicando con la lectura, eres muy tenaz, eso es una gran cualidad. ¿Bajamos? O... ¿Quieres que registremos la casa? Estaremos más tranquilos si nos aseguramos de que está todo cerrado y no hay nadie ¿No te parece?

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30/06/2017, 11:49
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

A pesar de que la joven tardó un rato en salir vestida, Gruñido encontró que la lectura no se le hacía tan cuesta arriba como durante el resto de la tarde. El estar más atento a otros posibles problemas, curiosamente despertaba en él la capacidad de leer en algo parecido a un segundo plano en el que los fallos que cometía eran menos pronunciados. A pesar de su susurrada lectura, una de sus móviles orejas estaba dirigida hacia la habitación, y seguía las evoluciones de la señorita Lorrimor mientras bregaba con su vestido. Cuando por fin salió de la habitación, Gruñido suspiró aliviado.

- Fiuuuu... sí señorita, el amo Konrad tratarme muy bien. -

No iba a contar en ese momento los ocasionales ataques que sufría el Amo, y la manera en que Sascha y él mismo tenían que pugnar por controlar, bien en el medio de los mismos o bien de la manera más complicada que era siempre después del ataque. En los escasos momentos en los que llegaba a transformarse sólo Sascha parecía capaz de calmarle de viva voz. Ni siquiera Gruñido con toda su fuerza podía más que contener a duras penas al Amo si el ataque era realmente fuerte.

En vez de eso, el semiorco tendió el libro a la joven, mientras se ajustaba el cestus a la mano.

- Grwwll... Tener razón señorita, buscar ser más mejor. Quedar a mi espalda, Gruñido proteger mientras registrar la casa. -

El libro parecía lo suficiente pesado para al menos armar un buen jaleo si se caía en la cabeza de alguien, y el semiorco se dispuso a realizar una batida por la casa, en orden de registrar habitaciones en ambas plantas, además de asegurar ventanas y puertas. Mantenía a la joven tras su figura, en orden de que nada pudiera amenazarle mientras recorrían la casa mientras el chófer empezaba a preocuparse algo por la tardía hora y que el resto no hubieran aparecido. Quería pensar que estaban tomando algún licor al calor de alguna taberna, más no veía al hermano del Señorito en esa tesitura, así que sus temores crecían y crecían mientras recorría la casa acompañado de la valiente señorita Lorrimor.

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30/06/2017, 18:34
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra asintió satisfecha con la respuesta de Gruñido, aunque ya se la imaginaba.

-Me alegro mucho por ti, y por tu hermana. El Señor Konrad es un buen hombre, y también tiene suerte de contar con vosotros. Y no te preocupes, estoy segura aquí contigo.

La mujer cogió el libro que le tendió Gruñido y después se puso tras él mientras comenzaron a mirar habitación por habitación, todo parecía tranquilo y calmado. Al abrir la puerta de una de las habitaciones, la que compartían Gruñido y Velkan, una brisa fresca les pasó de largo y se escuchó el suave golpear de la ventana contra el marco.

-¡Mira! ¡La ventana está abierta! -Exclamó Kendra, pero lejos de parecer asustada lo hizo en un tono divertido intentando aguantar que se le escapara una risilla.- Eso es lo que escuchaste Gruñido, alguien dejó la ventana abierta y el viento la hizo golpear el marco. Al final no era para tanto ¿Verdad? Pero mejor ciérrala, ahora ya hace demasiado frío y vais a tener la habitación destemplada. Luego bajaremos al salón, ahora estoy algo desvelada y no tengo sueño. ¿No te importa que te acompañe verdad?

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01/07/2017, 00:51
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

La tensa búsqueda por la no tan grande casa no se alargó demasiado. Finalmente encontraron la ventana de la habitación que Gruñido compartía con Velkan abierta y haciendo ruido, y la señorita Lorrimor enseguida lo achacó a lo que el semiorco había visto. El cochero no la quiso desdecir, pero él sabía lo que había visto y no había oído precisamente.

Se acercó a la venta con rápidas zancadas, preguntándose para qué necesitaría un fantasma abrir una ventana, aparte de para causar incomodidad a los vivos. Antes de cerrarla, el chófer dedica unos largos segundos a escrutar la oscuridad de la noche en busca de algo fuera de lo normal, o que se mueva en la noche. Sus ojos perforan la oscuridad como un cuchillo caliente lo haría con la mantequilla, y las sombras se revelan a su herencia orca.

Tras cerrar la ventana, Gruñido se vuelve hacia la joven dueña de la casa mientras se rasca la colleja con la mano izquierda.

- Urrrrr... poder ser eso, sí.

Grwwwwlll... Gruñido muy contento de compañía de señorita Lorrimor. Estar algo preocupado por Sascha, el Amo y el resto... Gwllll... No tener sueño tampoco, hablar un rato abajo cerca del fuego, ¿sí? -

El fornido semiorco echa un último vistazo a través de la ventana mientras se da la vuelta, aún no del todo confiado de que la casa estuviera libre de presencias extrañas. Así abre el camino hasta la planta de abajo, donde consigue una manta para la señorita, tras lo cual procede a avivar el fuego, en previsión de que deba aguantar encendido algunas horas más.

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02/07/2017, 09:49
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

La búsqueda en el resto de la casa no desveló ninguna presencia, lo que fuera que había visto Gruñido había desaparecido y parecía que solamente él y la Señorita Kendra estaban en el edificio.
Ya en el salón Kendra cogió la manta y se tapó un poco con ella.

-Gracias Gruñido, eres muy amable. ¿Crees que les puede haber pasado algo? Tan solo iban a acercarse a la iglesia a hablar con el Padre Grimfurrow, aunque la verdad de eso hace ya tiempo, probablemente decidieran dar una vuelta por el pueblo...

Kendra no sabía donde podían estar o que les podía haber pasado, aunque no creía que fuera nada malo. Tras las advertencias del Sheriff estaba segura que nadie volvería a meterse con ellos y además eran un grupo temible que sabía apañárselas por su cuenta. Lo más probable es que hubieran decidido ir a conocer bien el resto del pueblo.

-¿No tienes frío? Podemos compartir la manta, es muy grande. -Kendra esperó a ver si el semi orco se sentaba con ella o se mantenía cerca del fuego.- ¿Que te parece si me cuentas cosas sobre ti? Me gustaría conocerte mejor.

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02/07/2017, 23:55
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Con una mezcla entre decepción y alivio, Gruñido acaba de acondicionar el fuego para que arda un par de horas más al menos. Cuando la señorita Lorrimor habla sobre el resto, preguntándose sobre su situación, Gruñido sacude la cabeza.

- Grwwwlll... Seguro que estar bien. Velkan y Sascha cuidan del Amo, y seguro que los caballeros pueden vigilar al Doctor Vandel. -

A pesar de sus  palabras, al semiorco le resultaba raro que se hubieran ido a hacer nada particularmente complicado sin contar con él. Después de todo podía ver en la oscuridad de un modo que la gente no podía. Quiso pensar que algo les habría retenido en el pueblo, o quizás el santurrón del caballero Mykas les había convencido para quedarse al servicio el la Iglesia de Pharasma. Era una teoría débil, ya que a Gruñido no le sonaba que se diera oficio a estas horas, pero era mejor que nada.

El siguiente ofrecimiento de la joven sí lo dejó desarmado. Que se preocuparan así por él no era algo a lo que estuviera acostumbrado, pero viniendo del apellido Lorrimor, era algo de esperar. Habían sido muy buenos con él desde que les conoció hace una década. Algo nervioso, Gruñido acepta el ofrecimiento de Kendra sabiendo que su propio calor ayudará a que la chica no se quede fría. No obstante deja una casta distancia entre los dos en el sofá. Su última pregunta le sorprende mucho. Tanto que ni gruñó.

- ¿Saber cosas de Gruñido? ¿Qué querer saber? -

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03/07/2017, 05:23
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra asintió con la cabeza convencida de que así era, Ravengro siempre había sido un pueblo relativamente tranquilo, si bien habían sido en ocasiones recelosos de los extranjeros, aunque tras la intervención del Sheriff estaba segura que dejarían en paz a sus invitados.

-Seguro que sí, a mi padre también le pasaba, salía a una cosa y se entretenía por el camino mirando algo o hablando con algún vecino.

Estaba claro que Gruñido se preocupaba por su amo y sus hermanos, probablemente pocas veces se separaban, que ella supiera siempre había estado junto a Sascha, aunque parecía que Velkan iba más por su cuenta. Con el fuego de la chimenea y la manta Kendra pronto fue entrando en calor y se centró en la curiosidad que tenía, heredada de su padre.

-Pues... No se. ¿Que recuerdas de tu vida antes de entrar al servicio del Señor Konrad? Mi padre me dijo que vivíais en el bosque. ¿Es cierto?

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03/07/2017, 23:11
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

A pesar de la incomodidad inicial, Gruñido sentía como se iba relajando poco a poco. Pasados unos minutos dejó de retorcerse los dedos bajo la manta, y fijó su mirada en el fuego.

- Antes, cuando vivía en el bosque... -

A pesar de que la vida en el clan era dura, el semiorco recordaba con anhelo aquellos días. La vida en la naturaleza era algo que casaba con su manera de pensar, y desde luego le beneficiaba en cuanto a relaciones. No había árbol o animal que le juzgara por su aspecto, ni que le tachara de diferente o de monstruo.

El clan siempre lo ayudaba, era como tener una familia muy extensa. Pero su número disminuía cada estación. Las mujeres no eran fértiles más que unos pocos años, obligadas a luchar y cazar como un hombre debido a la escasez de éstos, que regaban con sus sangre año tras año la tierra que les había visto crecer. Los nacimientos eran pocos y las muertes muchas. Pronto no quedarían cabezas que vistieran la Gorra Roja.

- Sí señorita. Gruñido vivir en bosque con clan Gorra Roja. Bosque dar miedo, pero si aprender cosas sobre cómo es, no dar tanto pasado un tiempo. Gruñido no conocer a su mamá, ella morir cuando dar vida a Gruñido. Mi mamá ser muy querida, gentes del clan decir que tenía un espíritu dentro, uno que le hacía ser diferente y buena con todos, hasta con los orcos. Una mujer sabia criar Gruñido y otros, porque haber muchos niños sin padres esos días... -

El cochero se quedó por un momento con la mirada perdida en el fuego, rememorando tiempos que no volverían. El olor del bosque al amanecer, la aguja de la Bruja cuando le hacía los tatuajes, el abrazo de Velkan, el olor del pelo de Sascha. Suspiró. Se había vuelto a olvidar de gruñir.

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04/07/2017, 10:38
CC: Ravengro: Kendra Lorrimor.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

CREPÚSCULO. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Kendra esperó con paciencia el tiempo que Gruñido tardó en hablar, primero pensó que, como su hermana, simplemente no quería hablar con ella, pero después al escucharlo se dio cuenta que era un tema importante para Gruñido y había estado reuniendo las palabras correctas para expresarse. Kendra sentía la emoción en las palabras del semiorco y esa misma emoción la embargaba.

-Siento mucho lo de tu madre Gruñido, pero estoy segura que era una mujer excepcional y que estaría muy orgullosa de ver en lo que te has convertido. -Eso la dejó pensativa. Siempre había pensado que Gruñido había sido fruto de una violación, pero tras las palabras de este sobre su madre cabía la posibilidad de que la mujer se hubiera enamorado de un orco. ¿Era eso posible? Se le hacía difícil, al menos por las historias que contaban sobre ellos, pero la madre de Gruñido parecía diferente, ella era amable incluso con ellos y eso era inspirador, su padre nunca había juzgado a nadie tampoco por su procedencia o aspecto.- Y... ¿Conociste a tu padre? -Quizás era una pregunta muy dolorosa para Gruñido y había estado fuera de lugar. Kendra cogió una de sus grandes manos entre las suyas.- No tienes porqué contármelo, quizás son cosas de las que no quieres hablar. -Sus delicadas manos acabaron rozando las largas y duras uñas de Gruñido.- ¡Que uñas tan largas! ¿No te hacen daño? Puedo arreglártelas si quieres...