Partida Rol por web

Puntual como siempre, esta vez te voy a enseñar como sacar ventaja en una situación de punto muerto. - dice Bane a modo de saludo.

¡Vamos ataca! - te insta Bane deteniendo cada uno de tus movimientos llegando rápidamente a un punto muerto, en el cual tus dos brazos estaban bloqueados por los suyos.

A eso llamas atacar, eres más lenta que un gusarajo anciano y reumático. - dice el hombre provocándote, lo que te lleva a encararlo, justo al tiempo que sientes un intenso dolor abdominal y caes al suelo de culo, sin comprender del todo que paso.

La situación se repite una vez más, pero a diferencia de la vez anterior, esta vez notas que el golpe que te dejó sin aliento provino de la rodilla de Bane.

Al parecer ya descubriste el secreto, veamos si puedes lograrlo.

Tras el saludo inmediatamente me coloco los guantes para proceder a la clase y comenzar con la descarga de golpes mientras el profesor comienza a hablar intentando buscarme las cosquillas, quizás de no haberme acostumbradado a esconder mis sentimientos habría conseguido provocarme antes, pero una vez me agarra los brazos y siento su primer golpe ni siquiera consigo entender de dónde había venido.

Es más, me veo obligada a revivir la misma situación una vez más, lo cual no sería un problema si no acabara con ganas de vomitar con cada intento, dando gracias de no tener nada en las tripas para poder echarlo, aunque al menos en esta ocasión pude distinguir de dónde vino el ataque, siendo felicitada por ello. Un pequeño consuelo por el golpe recibido.

Así es cómo comienzan mis intentos por repetir la maniobra, siéndome imposible alcanzar con sus tripas con mi rodilla no una, sino dos ¡e incluso tres veces! Siendo obvio que la diferencia de altura me hacía imposible llegar a golpearle de aquella forma y recibiendo tres dolorosas reprimendas a cambio de mis fracasos. Necesitaba encontrar una alternativa que me fuera viable, lo que me llevó a golpear a su tobillo, creyendo inútilmente que la articulación sería una buena forma de provocar el suficiente dolor para librarme del agarre, pero la naturaleza de mi rival hizo inútil mi intento, lo que me llevó de nuevo a intentarlo contra la tripa con el mismo resultado que en los anteriores intentos.

Ya en el suelo, no pude sino otra cosa que me agarrarme las tripas y escupir algo amargo. Era la primera vez que no conseguía pasar una de sus pruebas y lo peor no era el ser consciente de que mañana volvería a tener que pasar por la misma, o el dolor de estómago, sino que había conseguido fastidiarme el fantástico día que tenía por delante.

- ¡Se la estaba guardando! ¿¡verdad!?

Le acusé sin miramientos de ello, no porque hubiera sido duro, ya me había advertido que lo sería, sino por haber sido especialmente duro el único día que había venido animada.

- Seguro que ni siquiera entiende el por qué venía contenta, ¡no, corrijo!, ni le importa y lo único que buscaba era sacarme de mi sueño.

Sabía que era eso lo único que pretendía, que estuviera siempre atenta, que no me relajara nunca, ¿pero por qué tenía que ser justo hoy?

Te adverti desde un inicio que esto sería duro, así que no te quejes, además estoy siendo amable contigo, un demonio ya te hubiera arrancado la cabeza y sacado las tripas. 

Mientras te entreno, soy tu instructor, no tu amigo. - responde Bane inmutable ante los comentarios de Hellen.

Ahora ve a desayunar, ya continuaremos mañana.

Me levanté mientras soltaba su discurso, aún agarrándome el estómago por los golpes y muy molesta porque se atreviera a decirme esas cosas como si no las supiera de antemano.

- ¡Desde luego que continuaremos mañana! - le replico - Y descuide, también dejaré mis sentimientos en la entrada, o ya puestos ¿por qué no me deshago de todos ellos? ¡Seguro que mi vida sería mucho más fácil!

Protesto molesta, pues empezaba a creer que podía ser verdad, porque sin sentimientos me importaría todo un comino y podría actuar con la fría lógica que me esforzaba por mantener a diario.

Buenas tardes chicos llegan a tiempo, hoy practicaremos duelos a tres rondas con evasión.

Esto significa que en lugar de bloquear los ataques de sus adversarios deben intentar esquivarlos, todos escojan una pareja con la cual practicar y empecemos.

Por cierto, tienen prohibido usar hechizos incapacitantes, salvo por el de desarme y el protego también está prohibido.

Bueno ¿Quienes desean ser los primeros?

Jackie da un paso adelante.

"Jackie Voorhees. Estudiante de Ilvermorny, y refugiada en la casa de Hufflepuff, se presenta voluntaria"

La enmascarada no habia visto nunca antes al señor Weasley. Otra leyenda de la guerra. El chico que acompañó al Gran Harry Potter, quien sostuvo los libros de la Gran Hermione Granger, y quien recordó como se decia "Abrete" en Pársel.
Leyendas. Leyendas vivas.

La explicación de la nueva clase del club de duelos me sonaba agradable, además la voluntariedad de Jackie me permitía dar un paso al frente y evitar que nadie intentara demostrar ser más fuerte que yo tras mi pelea con Artemis. Así fue que sin dilación, cogí la varita y avancé hacia el lado opuesto de la tarima.

Ya sabía hasta que hechizos practicar con ella, pues era la mejor manera de hacerlo cuando lo que necesitabas era un objetivo que podía salir lastimado por los embrujos.

- Yo seré tu oponente Jackie.

Le anuncio cuando estoy en posición, e incluso le hago una reverencia antes de preparar mi varita.

Jackie le devuelve la reverencia, como si fuesen caballeros y esto un duelo de esgrima.

Toma la varita y se pone en posición, aunque un solo segundo después de Hellen.

Me sabía más rápida que la mayoría, aunque ya había aprendido a no subestimar a mi oponente y evitar que el profesor Weasley averiguara que hechizos pensaba usar. De hecho, apostaría a que me hubiera prohibido el que había escogido para usar contra Jackie, por lo que escogí pronunciar el hechizo en el idioma de las serpientes con el infortunio de no conseguir hacerlo funcionar. No dejaba de ser uno difícil y que aún no había practicado.

Entonces mi oponente intentó infructuosomente desarmarme, pues aunque anduvo cerca de hacer volar mi varita, había hecho valer de nuevo mi velocidad para apartarme a pesar de la estrecha superficie de duelos y volver a intentar nuevamente el mismo hechizo, el cual esta vez si surtió efecto al hacer aparecer una luz a medio camino entre el verde y el azul que terminó impactando en la pared detrás de Jackie demostrando una vez más mi pésima puntería, lo mismo que no había probado un hechizo para dañar irremediablemente a la Hufflepuff o seguro que habría realizado algún hechizo que no pudiera esquivar.

Después ella intentó convertir mi varita en una pluma, una completa estupidez cuando ya había demostrado que perder la varita que estuviera usando no era el final del duelo, aunque ni siquiera consiguió realizar la transformación y me vi obligada a esperar a que la recuperara, sólo para después realizar una vez más el mismo hechizo y crear otro rayo idéntico que volvió a errar a mi objetivo. Definitivamente había conseguido dominarlo, por lo que ni siquiera me mostré preocupada cuando Jackie intentó volver a desarmarme, siquiera un poco molesta porque no intentara algo más efectivo ¡y eso como mucho!

El duelo entre Hellen y Jackie fue un tanto lento para lo que los estudiantes estaban acostumbrados y salvo por un par de ocasiones en las que ambas estuvieron a punto de alcanzar su diana.

Sin embargo, pese al desempeño, bastante aceptable de ambas chicas, el profesor Weasley no parecía complacido y tras declarar el duelo un empate a cero, se subió al centro de la plataforma para dirigirse a la clase.

Jóvenes, el objetivo de la clase de hoy es que aprendan a esquivar los ataques del rival, no que practiquen puntería.

Señor Flamel, suba por favor. - dice el profesor.

¿Algún voluntario para batirse con el señor Flamel? - pregunta el profesor mientras Mérida sube corriendo a la plataforma.

Tras darle algunas indicaciones a los chicos, el profesor desciende de la plataforma y el duelo inicia.

Tras intercambiar algunas palabras con Mérida en voz baja, me dirigí al otro extremo de la plataforma e hice una pequeña reverencia para dar inicio al duelo.

Asentí ante la propuesta de Artemis, después de todo no tenía nada que perder al aceptar hacerle un pequeño favor.

Como de costumbre el Gryffindor salió como un león tras su presa, sin embargo, para mala fortuna del chico, yo no era ningún antílope asustado al cual abatir.

Esquivar el primer ataque de Artemis fue bastante simple, dado que el mismo salió muy desviado, pero lo mejor vino después cuando derribé al gryffindor con un ataque que llevaba la precisión de un verdadero maestro de pociones.

La cara de Artemis era poesía pura, nunca supo que le golpeó.

El segundo asalto terminó igual que el primero, pues Artemis parecía practicamente incapaz de esquivar mis ataques, mientras que sus intentos por desarmarme resultaron totalmente fútiles.

Sin embargo, al inicio del tercer asalto, trastabillé levemente al tratar de evadir el ataque de Artemis que terminó derribándome, mientras mi varita se escapaba de mi mano.

Tras ponerme de pie, recogí mi varita y decidí devolverle el favor al león, quien termino por caer fuera de la plataforma.

Lo siento Artemis, pero ahora me debes una. - digo sonriendo mientras el profesor Weasley me declara ganadora con un contundente 3 a 1 y como plus, ahora podía pedirle a Artemis cualquier cosa que quisiera y él tendría que cumplir, sí que me iba a divertir con esto.