Partida Rol por web

Lily mira a James con el ceño fruncido y se gira, recoge sus cosas y se dirige a la puerta.

-¿Vamos? - os pregunta claramente a vosotros tres.

Pues si me acompañáis luego sin problema. Por mí, ya estoy listo - digo recogiendo las cosas.

James por favor, piensa las cosas dos veces que aquí son bastante severos y menos mal que no te han enviado al bosque prohibido porque según he escuchado hay bestias bastante mortales.

Cuando termina la clase salto de la silla como si tuviera un resorte. Me estiro para desperezarme y recojo mis cosas con rapidez.

-¡Cuando queráis nos vamos!-digo a mis amigos.

Entonces escucho las palabras de James y asiento aceptándolas... Al menos se ha dado cuenta de su error y ha rectificado, pero me sigue pareciendo muy mal lo que ha hecho.

-La próxima vez piénsalo más, que el primer día ya hemos perdido diez puntos...-le digo terminando en un suspiro. Me encojo de hombros resignándome y vuelvo a suspirar.

Al final se me pasa el enfado y recupero mi humor de siempre, ¡no hay que estar triste!

- No me asusta el bosque prohibido. - dice con una sonrisa y poniéndose las manos detrás de la nuca. - Aunque no haya hecho magia aún, por el astro, conozco algunos conjuros y seguro que me saldrán. ¡No temo a las criaturas del bosque!

- No es tan fácil hacer un conjuro, James... Requieren práctica, algunos mucha. - dice Remus algo bajito mientras recoge sus libros, listo para dejar la clase.

Sigo a los demás estudiantes para salir fuera. 

"menos mal que ha acabado esta clase..." pienso. 

- A ver cuando nos enseñan a hacer conjuros... Y el bosque prohibido, diría que es un buen lugar para investigar...

La clase está efectivamente abierta y el resto de vuestros compañeros de Slytherin ya están dentro, colocándose en diversos pupitres.

Es un aula inusualmente grande para la cantidad de alumnos que sois. Los pupitres son individuales, pero es posible hablar con el compañero de al lado sin necesidad de levantar la voz.

Al entrar en clase murmuro a Debbie -Yo voy a la primera fila, digan lo que digan quiero sacar buenas notas en todo. Por muy aburrida que sea la clase...- Digo, y es cierto. Historia de la Magia parece algo que puede ser aburrido, pero no quiero sacar notas mediocres en ninguna asignatura así que me dirijo a la primera fila y me siento en uno de esos pupitres.

A Charlotte no me molesto ni en dirigirle la palabra, después de ver la "vacilada" a Lucius Malfoy, un alumno que dicen que es brillante y encima de sexto. No quiero estar enfrentado ni con él ni con Narcissa. Primero esperaría la respuesta de Lucius ante la provocación, lo que podría ser esperar meses o años... y seguramente su respuesta no sería buena, pero prefiero elegir a mis compañeros con cuidado.

En cuanto me siento abro la mochila y saco el libro, abriéndolo sobre el pupitre. Saco un rollo de pergamino, un tintero negro y una elegante pluma mientras espero a que el profesor aparezca y de la clase.

Una vez en el aula de historia, escogí uno de los pupitres libres junto a mis compañeras de habitación y saludándolas con una agradable sonrisa tomé asiento alisándome de forma distraída y cuidada la falda. 

Una vez acomodada en el pupitre me limité a sacar el libro, uno de los tinteros que guardaba las últimas existencias de tinta de calamar gigante y una espléndida pluma de guacamayo azul, a la espera paciente de que el profesor se dignara a empezar con su clase.

Ante la mirada estupefacta de todos, incluso los hijos de magos, un fantasma atraviesa la pizarra y se sienta en la silla del profesor.

- Bien, abran su libro por la pagina 13. - dice con voz monótona y tan directo cómo había entrado. Se detiene un segundo y mira a Debbie que aún no se ha sentado. - La clase ha empezado, tome asiento.

El mismo fantasma toma asiento en el asiento del profesor abriendo el libro por la página indicada.

Me había quedado impresionada al ver el tamaño de la clase, no esperaba algo asi. Por supuesto que mi intención era situarme en las primeras mesas, aunque Zane no hubiera dicho algo al respecto, me interesaba mucho lo que pudiera decir el profesor aunque parecía que todo el mundo estaba empeñado en decir que era un aburrimiento seguro que no era tan grave como decían.

Apenas había dado dos pasos por el pasillo cuando un fantasma apareció atravesando la pared... el susto que me llevé fue bastante notorio y no pude evitar sonrojarme cuando me di cuenta que ese fantasma sería el profesor y me estaba llamando la atención. Apuré el paso y me coloqué en el pupitre que quedaba libre al lado de Zane, saqué atropelladamente el libro y el resto del material y me dispues a tomar notas.

Cuando todo el mundo está sentado el profesor comienza a hablar (aunque bien parecía que leyese un libro) con una voz monótona, carente de expresión o tonalidades. Cada palabra es más soporífera que la anterior y es casi imposible seguir el hilo de lo que dice.

- La historia de la magia se remonta al inicio de los tiempos. No hay pruebas escritas hasta que se inventó la escritura, por supuesto, pero eso no quiere decir que la magia no estuviese ahí. Se han encontrado diversos objetos mágicos con milenios de antigüedad de todo tipo: Dese objetos para condensar magia como para realizarla. Los egipcios son unos de los primeros que dejan constancia escrita de la magia, pero la sutileza hace que los muggle lo consideren religión o leyenda. Los antiguos egipcios eran maestros en maldiciones, cómo se puede comprobar en las pirámides, pero no era por el poder de los Dioses a los a que adoraban. Los antiguos magos egipcios aprovechaban sus dones para convertirse en Sacerdotes, pudiendo usar así su magia sin reparos y conseguir además fieles seguidores que les protegiesen.  De este modo, bajo el estandarte de los dioses perpetraban hechizos y maldiciones sin ser temidos. De hecho, se sabe que los egipcios eran grandes conocedores de poderosas maldiciones, muchas de las cuales hoy en día aún no han podido ser descifrazadas. Es por eso que los alquimistas en egipcio deben ir con extremo cuidado y están considerados cómo trabajadores de alto riesgo.

El profesor continúa hablando sin pausa, aunque podéis ver que la mitad de vuestra clase está ya en las nubes. Severus, cómo siempre distinto al resto, se ha sentado al fondo de la clase y tiene varios libros, pergaminos y tinta sobre el pupitre. Lee y toma notas con concentración, pero no sobre lo que el profesor dice, si no sobre los libros que se amontonan en su mesa.

Conforme el profesor dicta la clase voy tomando constancia de ello en mi pergamino, a decir verdad es un verdadero aburrimiento, apenas se puede seguir el hilo pero lo consigo. Sí, quien no ha oido hablar sobre las maldiciones de los egipcios en sus tumbas.

A decir verdad el tipo de magia de esas maldiciones, según mi abuelo no es lo que en Hogwarts se consideraría "digno de estudiar" no puedo evitar sentirme frustrado al notar que esa clase está incompleta y no entra en los detalles que se sabe sobre la magia de los egipcios.

Sabía que su tolerancia ante las Artes Oscuras era nula, pero no imaginaba que ni siquiera se dignen a mencionarla en la historia... menos mal que mi abuelo me dió ese tipo de clases.

Observo el resto de la clase un segundo y veo que Severus toma otro tipo de notas distintas a las del profesor... seguramente yo también deba completar esos apuntes después, en la biblioteca. Aún así como seguramente esto sea lo que salga en los exámenes hago una señal a las notas de mi pergamino, para señalar la base fundamental que debo estudiar, después sigo apuntando la soporífera charla del profesor.

¿Por qué conservan a alguien tan aburrido como profesor? Es un fantasma, la mitad se dormirá en clase por su culpa y para colmo ¡no necesita el dinero de ese puesto de trabajo! Podrían dárselo a alguien mejor y que lo necesitase...maldito Dumbledore y sus profesores.

Ui, si perdón. Espera que busco la lista (que de hecho a todos los pnjs los presenté en la selección xD).

*buscando*

Sonja Thompson (Sonia de toda la vida, pero más fashion xD)

Sophia Looper

Zoe Melton

Charlaba en voz baja con Sonja, Sophía y Zoe sobre las novedades y los pormenores de nuestros respectivos primeros días cuando dí un pequeño respingo ante la aparición, sorprendentemente literal, del fantasma que sería nuestro profesor de historia. Ladeé ligeramente la cabeza examinando sus translucidos atuendos, hacía que uno se preguntara sobre cuanto de aquella asignatura podrían llegar a ser capítulos propios...

Con el material ya preparado, sumergí la pluma en el tintero y en cuanto la novedad ectoplásmica dejó paso a su lento discurso, el tono general de la clase se relajó a extremos soporíferos.

Sin embargo, acostumbrada a las disertaciones del señor Le Morte, seguir las divagaciones del profesor Binns no era especialmente difícil así que deslizando la pluma sobre el pergamino, comencé a tomar las primeras notas con una caligrafía limpia y fluída. 

Todo ese rollo de los egipcios estaba muy bien, aunque, como era de esperar, era bastante impreciso e incompleto. Me preguntaba no solo qué tipo de maldiciones fueron las primeras si no si realmente fueron los egipcios los pioneros, ¿que había sido de los sumerios?. Así, aprovechando una pausa del fantasma levanté la mano por encima de las cabezas de mis compañeros.

Me sentí un poco decepcionada cuando comenzó la clase, la monótona voz del profesor se escuchó por toda la clase consiguiendo que al poco de empezar la mayoría de los alumnos estuvieran abriendo la boca. Por mi parte, me dediqué a prestar toda la atención de la que era capaz tomando apuntes de todo lo que consideraba más importante, pero el hecho de tener esa materia justamente después de comer no ayudaba a mantenerse atento. Además, gran parte de lo que el profesor estaba contando ya lo había leído en los libros de mis hermanos, aunque había cosas no coincidían con otras cosas que venían en libros que había mirado en la biblioteca de mi padre.

En un momento determinado me dio por mirar a mi alrededor para ver qué hacían el resto de compañeros y vi como Charlotte, tan estirada como de costumbre, mantenía la mano levantada. Vaya... parece que ella es de las pocas que también presta atención.

El profesor sigue con su verborrea sin darse cuenta de que Charlotte tiene la mano levantada durante un buen rato. DE hecho, os parece que está quedándose dormido o en una especie de trance. O tal vez es cosa de fantasmas, los profesores no se duermen con su propia clase...¿o sí?

Al final, tras unos minutos, algo parece llamar su atención y levanta la vista, viendo por fin a Charlotte. Esto parece pillarle por sorpresa, cómo si no supiese que hacer con un alumno con la mano levantada.

- ¿Sí, señorita? - dice finalmente con una voz anda diferente a la aburrida narración del libro.

Estaba empenzando a pensar que aquel hombre se había muerto en mitad de un terrible discurso que para desgracia nuestra aun no había terminado, más aún, para desgracia mía era muy posible que muriera ahí, con la mano estoicamente levantada. 

Suspiré haciendo oscilar levemente algunos mechones de mi flequillo, a veces era tan difícil ser yo...

Y entonces, sorprendentemente, el profesor me cedió la palabra en mitad de una expresión de... ¿desconcierto?, estas cosas eran difíciles de decir cuando tratabas con fantasmas. 

- ¿Como cuales? - Pregunté en un tono dulce e inocente, fingiendo no estar ni un poquito molesta por haberme tenido con la mano levantada toda una eternidad. - Me refiero a las maldiciones, ¿podría poner algún ejemplo?.-