Partida Rol por web

Jueves - 31 de Octubre

El día llega tras un mes de clases, tensiones, discusiones, problemas, revelaciones, secretos...y todo lo que un adolescente en Hogwarts podría imaginar. Con motivo de los juegos y la fiesta, hoy y mañana no tenéis clase. Muchos están trabajando en retoques de última hora a sus disfraces, otros ni siquiera han empezado. 

Durante este mes han habido varias noticias de interés en el mundo mágico: Una fusión económica de algunas de las familias más importantes (Black, Gray, Knight y Prince); ataques cada vez más abundantes de mortífagos pero también Aurores terminando con muchos de ellos; la salida al mercado de una nueva Barredora, mucho más rápida que sus predecesoras y con un cómodo sillón invisible; el descubrimiento de una pequeña colonia de dragones en el norte de Escocia... 

Cuándo tocan las 6 de la tarde, las puertas del comedor se abren. Las mesas han sido colocadas a los lados para dejar espacio para el baile. Hay bebida y snacks, pero aún nada caliente. La urna con los participantes está sellada desde hace una hora y ahora hay 7 montones de pergaminos en la mesa de profesores, unos más grandes que otros. 

La música empieza a sonar y los alumnos empiezan a llegar. Dentro de una hora se publican los grupos participantes y las pruebas, además del poster que muestra los puntos y demás a medida que los juegos avanzan. Se ha corrido el rumor además de que el director tiene una sorpresa especial...

Llegué de los primeros al Gran Comedor. Al cruzar la puerta fui medio bailando hasta el medio de la sala y dí un par de vueltas. Siempre me había gustado ver el Gran Comedor tan... amplio. Me fascinaba. Iba vestido con un traje muy cutre azulcielo, con pantalones de campana y una camisa blanca debajo con los 3 botones de arriba desabrochados.
Mi madre me lo había comprado en una tienda que según ella los dueños debían ser magos. Mi hermana y yo aún creemos que fue a una de disfraces... pero el caso es que me hacía gracia llevarlo y, dado lo especial de la ocasión, decidí ponérmelo, poniéndome detalles recibidos por Lino.
Me dirigí hacia las mesas llenas de comida haciendo el moonwalk. Dí un giro de 520º y me puse a comer quicos.

Una de mis noches favoritas había llegado: ¡Halloween!

Adoraba disfrazarme desde que era una cría, me parecía super divertido. Mi parte preferida sin duda, era ir haciendo el "Truco o trato". Cuando era más pequeña iba con mi hermano Jack y con mi padre, pero con el paso del tiempo, y como el pueblecito donde vivimos es pequeño, comencé a ir yo sola con Jack y con Charlie cuando nació... aunque a mi hermano le gustaba más bien poco encargarse de mi para eso, porque era un terremoto moviéndome de un lado a otro... y si a eso le sumamos las cantidades ingentes de azúcar que consumía esa noche... No podía estar quieta. 

Irónicamente, mi disfraz favorito era el de bruja. Iba con un vestidito negro y morado, un gorro grande y puntiagudo y una pequeña escoba. En la otra mano llevaba la bolsa en forma de calabaza para guardar los caramelos que iba pidiendo. Era una fiesta muy divertida que adoraba pasar con mi familia. Aunque Halloween en Hogwarts es una auténtica pasada, sobre todo cuando alcanzas la edad suficiente como para poder ir a los bailes y fiestas. 

Este año he abandonado el disfraz de bruja y me he decidido por el de gata negra. Llevaba un traje de licra que me cubría todo el cuerpo hasta el cuello, que tenía un escote en pico. En el trasero tenía una larga cola negra peluda que se mantenía arriba y se movía según mi cuerpo por magia, también llevaba una diadema con orejas de gato.

Para ir acorde con el disfraz, cambié el color de mi pelo al negro, había aprendido lo suficiente como para mantener el color durante toda la noche. Los ojos los volví ambarinos e intenté rasgar la pupila también mediante mi poder... aunque eso me costó más y me temo que será algo intermitente. En general, cambié mis rasgos faciales a unos felinos, quedaba bastante bien. También me puse unos largos bigotes que vendían en Hogsmeade ahora que se acercaba Halloween, se desprendían con un toque de varita por lo que no me preocupaba demasiado si no salía. También me puse unas botas de tacón altas, negras también por supuesto. Sí, a decir verdad iba bastante sexy pero... ¿y qué? Si tengo un buen cuerpo no es nada malo lucirlo y presumir de él. Lo que se coman los gusanos, que lo disfruten los cristianos, ¿no?

Pensaba pasarlo bien esta noche, lo tenía muy claro. Quería divertirme, bailar, comer, hablar y reír con la gente a la que no he podido dedicarle mucho tiempo durante este mes, he estado muy ocupada y parece que mi relación con los chicos, Irina, Dean, Sirius, y demás se ha enfriado un poco... a veces pierdo el equilibrio, pero esta noche pienso pasarla con ellos. Tenía otra cosa en la cabeza... la venganza siempre era muy divertida. En mi habitación encogí tres frasquitos que guardaba dentro de la bota para que no se notase con el disfraz. Hoy Cyril iba a pasar una grandísima noche. 

Cuando llegué había poca gente, y eso que había quedado con los chicos en vernos todos abajo... serán tardones. Luego dicen de nosotras. Vi que Donnie andaba por ahí comiendo, por lo que me acerqué a él.

- Hey, Donnie, ¿qué tal?-saludé y vi su extraño atuendo-... ¿de qué te has disfrazado?-pregunté con una ceja arqueada, mirándole con mi nueva cara felina. 

-Hey Mia! -ante su pregunta, doy un giro "de baile" y acabando con una pose semitorcida le contesto -Soy un bailarín chulo. Jeje... en realidad mi madre me compró este "traje" para cosas especiales...

Me fijo en su disfraz, mucho más elaborado que la chapuza que había hecho yo
-Jope... mola mucho como vas... como te has hecho lo de la cara...? Oh! Y el pelo negro te queda muy bien, sísí, deberías pensar en dejártelo así!
 

Reí al verlo dar una vuelta y asentí. 

- ¿Conque un bailarín chulo? Ya veo, ya...-reí una vez más-. Desde luego... especial es.

Sonreí, orgullosa porque mi disfraz parecía gustar. Mi intención era quitar el hipo, pero bueno, Donnie es un chico especial en ese sentido, ya veremos Sirius. 

- Gracias, aunque realmente no es mucho... la mayoría de cosas son de Hogsmeade-le explico. Cuando pregunta por lo de mi cara, me echo a reír-. Soy metamorfomaga, Donnie, puedo cambiar mi físico a mi antojo... algunas cosas claro-digo, volviendo a mi forma original (pelirroja, ojos azules y cara humana) para luego volver a la que tenía (pelo negro, ojos ambarinos y rasgos felinos)-. ¿A que mola?

- Oye, ¿sabes cuándo vienen los demás? Son unos tardones... 

Asiento medio sorprendido cuando vuelve a su cara original y otra vez al disfraz
-Claro... metamorfomaga... jo, los que sois... magos especiales sois guays.
Cojo más quicos mientras me pregunta por los demás
-Pues la verdad es que no tengo ni idea. -entonces callo mirando al rededor antes de preguntarle a Mia un poco bajito -Oye... sabes si había que venir con pareja...? Es que he escuchado algo de eso ahora en mi sala común pero yo no me había ni enterado...

- Sí, la verdad es que me mola mucho ser capaz de hacer estas cosas. Las bromas que se pueden gastar son taaaaaan divertidas-digo con una sonrisa amplia.

Ante su pregunta de si había que venir con pareja, parezco bastante confundida. Ladeo un momento la cabeza y me quedo pensativa. Cojo un par de quicos de la mesa y los mastico mientras pienso... Al ver a Donnie comer, me ha apetecido. 

- Pues... la verdad es que no lo sé, a mí no me han dicho que hubiese que venir con pareja...-dije, visiblemente preocupada porque... si había que venir con pareja, ¿por qué nadie me lo ha pedido?

Cyril, William y Albert aparecieron en la fiesta, seguidos de Sophia y Sonja. Desde que el mes pasado Cyril había sufrido un "accidente" en el pasillo que lo había dejado desnudo y con un cartel de "CERDO" flotando encima suyo apenas iba nunca sólo. Desde entonces tomaba precauciones para evitar situaciones semejantes y no se tomaba nada bien las bromas al respecto.

Para la sorpresa de muchos, su disfraz de Halloween era el de un caballero errante (puesto que Cyril no brillaba en caballerismo precisamente) y sus amigos eran los pajes. Sonja y Sophia iban por supuesto de princesas, formando los cinco un séquito medieval con aires de nobleza.

¿Qué deparará la noche? Nunca se sabe en Halloween. Con la aventura en mente acudo al gran comedor. Y con bastante hambre, la verdad sea dicha.

¿Habrá alguna Cleopatra hoy?

Sería una buena forma de ligar...ya que voy de faraón.

Tan solo la tela-falda, la "corona" y las joyas de adorno en cuello y brazos. Y unos zapatos, aunque invisibles para que el disfrace encaje más pero no vea las estrellas si se me pisa. Mi piel tiene cierto tinte dorado en torso, brazos y rostro ya que no era raro que los faraones se empolvasen con oro al ser "divinos". Mis ojos están perfectamente delineados en negro, como hacían entonces. Cortesía de Flavia -intenté mquillarme yo mismo pero fue un desastre.

Me acerco a Dean y Mia, que ya están cuando llego.

-Buenas chicos. ¿dispuestos a divertirse?

Indico al grupo de Cyril con la cabeza.

-No sé si el disfraz les pega...esas dos de princesas ni....nada. Pero hay que reconocer que el disfraz en grupo, mola.

Vi llegar al "séquito real"... que tendrían toda la sangre pura que ellos quisieran pero... no, definitivamente no eran nobles precisamente. Y esas dos de princesitas tenían poco, por no hablar de los "caballeros". Sonreí, pensando en lo mucho que iba a divertirme hoy con Cyril.

Entonces, llegó Brad, que se acercó a nosotros. Iba bastante guapo con ese disfraz de faraón, por lo que levanté mi mano enguantada en negro con un pulgar hacia arriba en señal de aprobación a la par que asentía con una sonrisa. 

- Nosotros sí, pero ya veo que tú también... Y no precisamente del tipo de diversión que se pueda ver en público-dije, refiriéndome a su disfraz, que no dejaba demasiado a la imaginación de las muchachas que seguramente irían babeando todo el salón. Reí y lo saludé con un habitual abrazo. 

Cuando habla sobre el séquito del cerdito Cyril y los demás no puedo evitar poner mis gatunos y maquillados ojos en blanco.

- Cyril tiene de caballero lo que tú de tímido y las "princesitas" tienen que tener las rodillas peladas ya-solté con una risa bufada. Estuve muy tentada a soltar un gruñidito de cerdo al lado de Cyril pero... no, por ahora no... más tarde.

-Bueno, pasa de esos. No sea que les de por desnudarse o algo así. Y claro que voy dispuesto a divertirme, sin duda un faraón necesita esclavas ¿No? Pero vamos, que no es que tú dejes mucho a la imaginación. Una talla menos y no respiras ¿Eh? Aunque te queda genial tan ceñido.

No, no es el momento de decirle lo de mi madre. Mañana. Hoy hay que divertirse. Yo incluido.

-¿Y tú qué Donnie? ¿Dispuesto a cazar hoy?

Me fije en la comparsa medieval, "ese no es el chico cerdo...? No sabía que un cerdo pudiera llevar armadura... jojojo... aix... que gracioso Donnie... callate." No es hasta que oigo el comentario de Brad cuando me doy cuenta de lo importante que habría sido un buen disfraz...
-Oh Brad... ha diferencia de ti yo... -hice un movimiento pélvico y después me repeiné para atrás-... a mi no me hace falta cazar... yo SERÉ cazado... ouuuuuu yeah... -digo asintiendo con cara de chulo, entonces vuelvo a la normalidad con otro puñado de quicos, menudo vicio -En realidad si te soy sincero ni había pensado en eso.

Aparezco en el gran comedor disfrazada de duende del bosque, de la mano de Remus Lupin, radiante de felicidad. Habíamos acordado ir los dos disfrazados de lo mismo, de modo que yo iba de una especie de duende alado y él de duende oscuro. Nuestro disfraz constaba de muchas hojas de diferentes colores, nos habíamos pintado la piel verdosa y mis ojos los había vuelto rojos, a pesar de que pensara que lilas quedarían mucho mejor, pero ya estaba cansada de mis ojos normales. También le había lanzado un hechizo a Remus para que se le tornaran amarillos. Estábamos geniales.

- ¡Hola, chicos!- Saludo a mis compañeros y miro sobretodo a Mia. Le tenía que contar muchas cosas que habían pasado estos últimos días. No sabía si mis compañeros se habían enterado de que el prefecto de Gryffindor y yo habíamos decido comenzar a salir, pero supongo que hoy se darían cuenta.

Miro al grupo de Slytherin, los cuales daban bastante asco. Me lamento al pensar que por culpa de gente así, estaba empezando a cogerle manía a los viperinos ¡Y eso que el verde era mi color preferido!

- ¡Dispuesta a pasármelo de cornualles!- Contesto ante la pregunta de Brad. - El año que viene podríamos ir disfrazados en grupo y currarnoslo un montón.

Con tal de fastidiar a ésos, lo que sea. Le había cogido especial tirria a Cyril desde que pasó lo de Mia (Aunque antes ya le tenía bastante).

Era Halloween, no tenía problema, pero ¿Por qué había que disfrazarse? 

A Dean no le gustaba nada tener que disfrazarse, las pinturas y parecer otra cosa que no era, pero era la tradición y no iba a ser él el que la iba a quitar.

No tenía ni idea de disfraces, ni de como hacer uno, no era precisamente su fuerte, por lo que semanas antes le pedí ayuda a mi hermana Annie, la cual riendo me dijo que iba a llevar el mejor disfraz de todos. Aunque me pareció extraño decidí no preocuparme hasta la misma tarde en la que Annie me trajo el disfraz.

Cuando me lo probé, la vergüenza me invadió. 

Así que cuando llegué al Gran Comedor y me coloqué junto a mis amigos, viendo sus disfraces tan bien hechos y cuidados, lo único que les dije fue:

Sin comentarios, perdí una apuesta - digo mientras me rasco la cabeza por culpa de la peluca.

Bailo rodeando a Dean y cuando doy una vuelta completa alrededor suyo me coloco con los brazos en los bolsillos y la cintura hacia delante
-Ou yeah Dean, ese disfraz es moulonnn... cualquiera diría que en realidad esa apuesta la ganaste... -me vuelvo a colocar de una forma "decente" -Ei pero en serio, tampoco está tan mal, mira el mio... mi madre no me lo compró pensando en que fuera un disfraz así que... imaginate...

Miro a Irina y Remus, alzándoles el dedo pulgar dándoles a entender que me gustaban los disfraces, quedándome un segundo mirando a Remus a los ojos. Pero de seguida vuelvo dando una media vuelta a los quicos de la mesa.

- Hay que lucirse un poco y hacerle el favor a la gente, ¿no?-digo a mi amigo cuando dice que el traje me queda muy ceñido, le guiño un ojo y me río. Al escuchar el comentario de Donnie, tampoco puedo evitar reírme y darle un par de palmaditas en la espalda-¡Di que sí! Que sepas que tu disfraz me parece mucho más interesante que el de Brad-añadí un guiño de ojos, coqueta; no es que quisiera tontear con él pero... me sale tan natural como respirar. 

Los siguientes en llegar son Remus e Irina... ¡cogidos de la mano! ¡¡Siiiiiii!! Lo habíamos conseguido, ¡genial! ¡que le den a la serpiente! Miré a mi amiga y mi sonrisa felina comenzó a expandirse por todo mi rostro. Correteé hasta donde estaba para pincharla en la barriga. 

- Tú tienes algo que contarme...-canturreé mientras le hacía cosquillas para después abrazarla con mucha fuerza. Hundí mi cara en su pelo y susurré-. Siento haber estado tan ausente estos días... te lo compensaré, te lo prometo.

Después me separé de mi mejor amiga para abrazar a Remus con fuerza y cariño, al fin y al cabo él también era mi amigo. 

- Qué guapos estáis los dos, muy adorables, mucho-les digo una vez me separo de Remus.

Escuché el comentario de Irina sobre hacer un disfraz grupal, la idea pasó un momento por mi cabeza y me encogí de hombros. 

- Por mí bien pero... no hace falta demostrar que somos mejor que ellos, petirrojo-dije a mi amiga guiñándole un ojo-. Mírate, tú sola con tu disfraz ya le das mil vueltas a su grupal.  Estás preciosa-no podía evitar tratar así a mi pequeña Irina, más aún después de darme cuenta de lo que pasa con Remus. 

Entonces, llegó Dean vestido de troglodita y no pude evitar reírme antes de ir a abrazarlo para consolarlo. 

- Perdiste una apuesta con tu hermanita, ¿cierto? Las hermanas somos así de puñeteras, lo siento-dije, pues yo también le hubiese hecho una trastada así a mi hermano Jack y a Charlie... bueno, a Charlie de bebé lo vestía con mi ropa-. Venga, tú no te preocupes, que hay trajes peores. Además, así luces un poco de brazo de cazador, que la túnica lo disimula demasiado-le digo guiñándole un ojo. 

Por fin parecía que las cosas estaban yendo de manera genial para todos los implicados y eso, a pesar de los días sin dormir, había conseguido animarme lo suficiente como para asistir a la fiesta e, incluso, apuntarme a los juegos. Si tanto el baile como los juegos hubieran sido hacía un mes, ni siquiera me hubiera planteado acudir, pero ahora las cosas habían cambiado mucho y me sentía incluso ilusionada.

Había estado pensando en el disfraz y ninguno me convencía lo suficiente, así que había investigado sobre las fiestas que celebraban los muggles y cómo solían arreglarse para esos acontecimientos y, al final, tanto Zane como yo, habíamos decidido vestirnos como ellos, dándole un toque de elegancia a nuestro atuendo. Quizás no fuera un disfraz en sí mismo, aunque para nosotros sí, pero lo que tenía claro era que no haríamos el ridículo.

No estaba acostumbrada a arreglarme de aquella manera así que, tras algún consejo por parte de Charlotte, la cual últimamente se mostraba mucho más "cercana", tardé más de lo que esperaba en estar preparada. Pensaba que ya casi todos estarían en el gran comedor así que me apuré para no ser la última en llegar.

Para mi sorpresa aún no eran muchos los que ya habían llegado, por lo que no me resultó difícil ver quiénes estaban. Zane todavía no se encontraba allí, aunque estaba convencida que llegaría en breve, pero a los que sí vi fueron a varios compañeros de curso, algunos llevaban disfraces tan ridículos que tuve que disimular una carcajada, sobre todo me extrañó que el siempre serio y formal Dean fuera vestido de aquella forma.

Indecisa, ya que no tenía demasiado trato con ellos, aparte de Dean pero no quería molestar, no supe dónde colocarme, así que decidí acercarme a una de las mesas para servirme algo de beber mientras esperaba a mi acompañante. Puse los ojos en blanco cuando me crucé con el grupo de Cyril y su cohorte, tan estúpidos como siempre, así que decidí seguir de largo hacia mi destino.

Me había negado en redondo a disfrazarme de una forma espantosa y ridícula como, sabía, que pasaría en el noventa por ciento de los casos. Al final Debbie había tenido la idea de ir como muggles, sabíamos que ahí había muggles pero nosotros no lo éramos y pocas veces vestíamos así... bien podía ser considerado un disfraz.

Entré en el comedor con un traje gris, un chaleco con camisa blanca debajo con el cuello hacia arriba y un abrigo lago y gris, una corbata atada de forma algo informal y unos pantalones negros. Del chaleco se veía una cadena de oro que, sin duda, pertenecería a un reloj de bolsillo... también de oro.

La elegancia no se puede poner de lado en ningún caso, y habíamos decidido vestir de una forma más... anticuada pero sin llegar a hacer el ridículo, como sin duda me parecía que hacia Dean con el traje más anticuado de todos...

Eso le vendría mejor a Cyril o a Brad...

No pude evitar hacer un gesto de desagrado por lo desagradable de algunos disfraces, pero la puntilla la añadí en voz alta al ver a Cyril vestido de caballero.

-Vaya, soy tan popular que hasta los cerdos se intentan disfrazar de mí... No sé si sentirme honrado o humillado Cyril. -Cualquier ser inteligente captaría la broma pues mi apellido es Knight. El comentario lo había dicho con una voz lo suficientemente alta como para que lo escuchase medio Gran Comedor, pero sé que Cyril no se atrevería a ir contra mí, seré el único en todo el colegio al que tema y respete.

-Estás deslumbrante, elegante, Sonja- Dije, tomándole la mano y llevando mis labios a ella, pero sin llegar a tocarla.

-No pensé que Cyril disfrazaría a su caballo de princesita...- murmuré a los pajes, en referencia a Sophia.

-Si me disculpa, caballero, damas... Me espera la reina...- Y sin más, y con una sonrisa, me dirigí hacia Debbie:

-Pensaba que ibas a disfrazarte de muggle no de ángel...- la tomé de la mano y le di un suave y, puede que hasta casto, beso en los labios -estás preciosa.

Aunque no tenía mucha ganas tras la vergüenza, tuvo que reírme antes los gestos de Donnie.

Donnie, tú y yo vamos a ser hoy los reyes de la fiesta, piensa que peor que esos nunca podemos ir - digo señalando a Cyril y compañía.

Cuando se me acerca Mia, no puedo hacer otra cosa que sorprenderme, ya no solo por lo ajustado, si no por el acabado final. Al compararlo con el mio y escuchar lo de hacer el trabajo en grupo pienso que es posible que sea la mejor idea en años, pero cuando me dice que ella también lo habría hecho con su hermana y pensar en que no se hacer nada de esto, tendría que depender de ella me entra el pánico.

Yo lo del traje en grupo no lo tengo muy claro, ¿vosotros creéis que el traje ajustado y la cola favorece el color de mis ojos? - Aunque no era de hacer bromas, ya que no era muy hábil en realizarlas, ver a Mia tan animada le gustó.

Pero cuando me dijo lo del brazo de cazador, no pude parar de reírme. 

¿Tú crees que esto es brazo de cazador? - digo levantando el mazo flexible que se acaba doblando - entonces no sé que sería de mí.

De pronto fue Debbie la que entró en el Gran Comedor, estaba deslumbrante, no podía apartar los ojos de ella, por lo que la seguí con la mirada como si hubiera sido hipnotizado. Lo que más me extrañó es que estuviese sola, Tal vez debería hablar con ella, fue lo primero que me vino a la mente tras ver como esperaba a su acompañante. Conocía a Debbie y no quería molestarla y más cuando al poco tiempo apareció Zane, vestido con un traje. La verdad que ya se me podía haber ocurrido a mí algo así. 

Me había prometido ser fuerte, que no me iba a afectar, que esa había sido su decisión, pero cuando Zane le dio el beso en los labios a Debbie, noté como la alegría con la que había comenzado la noche se volvía a ir y la aflicción se apoderaba de mí. Por lo que definitivamente aparté la mirada y con la cabeza agachada y cogiendo con las dos manos el mazo le digo a mis compañeros.

Lo siento chicos, necesito sentarme un segundo - digo mientras busco la silla más cercana.

La noche no comenzaba nada mal, estaba riendo con mis amigos, mi mejor amiga parecía feliz por fin con un chico que sí que merecía la pena. Comía y bebía ponche junto con ellos.

Vi la llegada de Zane y Debbie. Ambos iban muy guapos, no podía negarlo pero... ¿acaso iban disfrazados? Los miré extrañados, con una ceja arqueada. No, eso no era un disfraz, eran unos trajes elegantes. No eran de magos, no, pero... Ah. Ahora lo entiendo. Iban de muggles. 

Los miré con desprecio y asco, ¿cómo se les ocurría ir vestidos así? Luego iban de tolerantes, pero en el fondo, seguían siendo los mismos magos puristas e hipócritas. Si las miradas matasen, ambos estarían muy muertos. Pero eso no era importante ahora. Dean lo estaba pasando mal. 

Me acerqué a mi amigo, que necesitaba sentarse y yo hice lo propio en su regazo para poder abrazarlo con más comodidad. Me mantuve un rato abrazada a él, al separarme, le besé en la frente y puse mis dedos en las comisuras de sus labios para luego elevarlas hacia arriba en una sonrisa artificial.

- Esta noche no es para estar triste, cielo-le susurré-. Así que ríe con nosotros, baila, pásalo bien, come, bebe... Disfruta y que les den.-le dije con una media sonrisa, guiñándole un ojo antes de levantarme. Entonces me dirigí al resto de mis amigos-. Hoy tengo pensado un pequeño espectáculo digno de ver. Pero prefiero esperar a que haya más gente-una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro.