Partida Rol por web

Hogwarts, Marauders and other stories [+18]

Torre de Ravenclaw

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04/03/2013, 17:17
Nathan Storm

Los Prefectos esperan hasta teneros a todos alrededor para emprender la marcha.

-¡No os separeis y seguidnos sin demora!

Salís del comedor, en el que pocas personas quedan ya, y empezáis a subir escaleras. Para el asombro de muchos de vosotros, algunas de las escaleras cambian de posición sobre vuestras cabezas. Una que llevaba al ala oeste ahora te lle al ala este, la que llevaba a la primera puerta del primer piso ahora da a otro pasillo...

- Las escaleras cambian a placer. Si escogeis la que no toca podéis buscar otra o esperar a que vuelva, hay muchas escaleras para cada piso. - una chica que iba con vosotros se tropieza, quedándose su pies encallado en un escalón. El prefecto la mira pero no para. - Hay algunos escalones falsos, deberéis recordar cuáles.

La chica prefecta os susurra "o mirad a nuestros pies por ahora" con una sonrisa.

Os siguen llevando escaleras arriba hasta el quinto piso, dónde seguís un pasillo hasta pararos delante de unas escaleras de caracol. Aquellos con algo de sentido de la orientación afirman que habéis ido al ala Oeste.

 

- Recordad bien este pasillo y estas escaleras, no las confundáis con las de la torre de adivinación o cualquier otra. Estas llevan a la Torre de Ravenclaw.

Los prefectos empiezan a subir, seguidos por todo el resto de alumnos. Si miráis por las ventanas podéis ver cómo subís la torre, dejando cada vez más abajo los campos de Hogwarts, los Jardines, el Bosque Prohibido... Se detienen delante de una puerta sin candado o cerradura, sino un pomo con la cabeza de una águila. El pomo entonces habla.

- Buenas Noches.

- Buenas noches. ¿la pregunta? 

Canta sin voz,

Vuela sin alas,
Sin dientes muerde,
Sin boca habla.

El viento. - contesta rápido y sin vacilar el Prefecto. 

El pomo entonces gira y la puerta se abre, dejandoos entrar a la sala común de Ravenclaw.

Para todo amante de la lectura, esta sala es un paraíso. No cuenta con una chimenea, pero aún así es cálida, y sus enormes ventanales iluminan con la luna y las estrellas ahora mismo, aunque seguro que por la mañana la luz natural del sol es cálida y acogedora. Hay sillones y divanes perfectos para un día de lectura, tapices en las paredes y alfombras en los suelos. Pero lo que más llama la atención de todos es la cúpula abovedada al fondo, tras la estatua que algunos podéis reconocer de Rowena Rawenclaw. En esa cúpula decenas, tal vez más de un centenar o dos de libros, se amontonan perfectamente limpios y ordenados en estanterias altas hasta el techo. Una librería en vuestra propia sala común.

Esta es la sala común, lugar para relajarse o estudiar. De vez en cuando celebrar las victorias de Quidditch. Como veis contamos con una librería propia, cosas que ninguna de las otras casas tiene, con lo que sentiros privilegiados de ser los únicos con acceso a todos estos libros. Muchos de ellos ni siquiera están en la biblioteca del colegio. Para entrar el pomo os propondrá siempre una adivinanza diferente. Si no sois capaces de contestarla correctamente, no podréis entrar. Tras la estatua, a la derecha, la puerta al dormitorio femenino y a la izquierda, el masculino. Allí dentro debéis guiaros por el número de vuestro curso. Vuestras cosas ya están allí. Mañana a las 8 se sirve el desayuno. Procurad no llegar más tarde de las 8.30, o no tendréis nada que comer y ni vuestro horario del curso, lo que sería un grave problema nada más empezar.Ahora, si no hay dudas, buenas noches.

 

 

 

Notas de juego

Podéis preguntar cualquier duda.

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04/03/2013, 21:15

Mientras subimos hasta la torre, apenas escucho nada de lo que nos van diciendo los prefectos debido a la admiración que despierta en mi todo el castillo, lo cual hace que en un par de ocasiones esté a punto de tropezarme con los escalones que desaparecen.

Sin embargo, eso no es nada comparado con lo que siento según entro en la sala común. Boquiabierto, apenas hablo para despedir a los prefectos cuando entramos

Esto...adiós

porque soy incapaz de dejar de observar la sala común. Es sorprendente que, en ningún lugar parece haber una chimenea y, sin embargo, toda la sala se encuentra perfectamente caldeada. A pesar de ese detalle, lo que verdaderamente me hace incapaz de dejar de mirar es la librería, llena de tomos que parecen esperarme para ser leídos.

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05/03/2013, 00:29
Dharma Gaayak

Sigo a los demás niños y al prefecto con paso vivo aunque esté cansada. En mis años en el pueblecito de mis abuelos aprendí a correr aún estando fatigada, ya que los rebaños o los perros no esperan a que te recompongas. 

Llegamos a unas escaleras que se mueven solas. Abro la boca sin poder evitarlo, sorprendida y entusiasmada. Es tan bonito todo... ¡y el castillo es enorme! Pero las sorpresas no se acaban con las escaleras, sino que el pomo de la puerta se pone a hablar. No solo eso, sino que encima tiene una adivinanza para el prefecto, que este contesta sin dudar un segundo. 

Y aún así, lo mejor está por venir. 

-Ala...- murmuro. Mis ojos no pueden despegarse de la enorme biblioteca que tenemos en la sala común. Ni siquiera sabía que había una sala común para cada una de las casa. ¡¿Cómo iba a saber que dispondríamos de una biblioteca para nosotros solos?! 

Este sitio es maravilloso.

Con la despedida del prefecto, me surge una ligera duda.

-Esto... ¿Señor? Nuestras cosas, junto con nuestras mascotas, ¿están ya en las habitaciones?- pregunta tímidamente, casi titubeante. Su preocupación por su pequeña compañera va en aumento, y no le gustaría pasar la noche sin ella, en un lugar tan extraño.

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05/03/2013, 14:06
Nathan Storm

Como ya os he dicho lo tenéis en vuestras habitaciones. Todo. - añade al ver la preocupación de la niña - Baúles y mascotas. Excepto lechuzas. Están en la lechuzería.

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05/03/2013, 16:11
"Brad" Mervin Aldryn

Salgo del comedor con una sonrisa en la cara, pero cuando empiezo a subir las escaleras no puedo reprimir un bostezo.

¿Hay que subir todo eso?

Sin embargo, lo de las escaleras que cambian y desparecen, y el hecho de que las paredes del enorme castillo estén llenas de los cuadros más variopintos posibles, cuyos personajes no dejan de moverse, hace que se me haga mucho más ameno.

-WOW - suelto cuando el pomo de la puerta dice una adivinanza, que no me da tiempo a pensar antes de que el prefecto responda.

Contemplo con una sonrisa la estatua de la fundadora de la casa cuando me doy cuenta de que detrás de la estatua hay una cúpula en la que hay estanterías, con libros.

Tenemos una estantería propia con libros a los que no tienen acceso los otros estudiantes...

Escucho atentamente al prefecto y cuando acaba digo:

-Buenas noches... 

Entonces decido mirar a mi alrededor, sorprendido por la sala común, me esperaba algo más simple, sin embargo estoy bastante sorprendido. Me giro hacia los demás y digo:

-Bueno, hablamos mañana, tengo sueño - entonces miro a Michael y los otros chicos - ¿venís?

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06/03/2013, 01:50
Aelia Arin

La verdad, en cuanto me acerqué al grupo, con ninguna prisa, a sabiendas de que era la última en la cola y de que me estaban esperando, y el prefecto comenzó a caminar con paso firme y decidido hacia la sala común, me di cuenta de que no tenía ningún interés por seguirlo, pese a que con toda probabilidad no fuera capaz de encontrarla por mí misma en solitario. Sin haber podido hacer nada por evitar despejarme la mente, y bostezando disimuladamente, cubriéndome la boca con la palma de la mano, me decidí a seguirlos, todavía siendo incapaz de dejar de arrastrar los pies por el suelo, con los ojos doloridos. Tenía ganas de acurrucarme en la cama con Shiva y que pasara la noche, y eso que no sabía si la vería. Tenía muchas ganas de que empezara el día siguiente, pero también tenía mucho miedo. Nunca había estado sola sin mis padres, e iba a pasar unos cuantos meses así. Desafortunadamente, lo único que me recordaba a mis padres, que era el violín, no sabía dónde estaba. Supuse que lo habrían dejado con el equipaje, y en ese momento me entró una duda extraña, que hizo que un fuerte escalofrío recorriera mi cuerpo. ¿Y si perdían el equipaje? “Bueno”, pensé, mientras me calmaba. “Son magos. No digo que lo puedan hacer todo con la magia, pero sabrán encontrar un violín extraviado si lo pierden”. En cuanto me di cuenta, comencé a subir escaleras detrás de todos los alumnos de Ravenclaw. Pude ver como los otros grupos de alumnos se desviaban en diferentes direcciones, cosa que me hacía comprender al instante que, como también era obvio, no íbamos a dormir todos juntos, sino que cada una de las cuatro casas tenía sus propios dormitorios y sus propias estancias. Eso estaba bien si necesitaba calma, pero como la chica que había convivido con los muggles en su mundo, si había una biblioteca, allí es donde entraría a estudiar en caso de que fuera necesario. Era curioso, aún no conocía el lugar en el que iba a dormir y ya estaba planificando la vida escolar de mis próximos meses.

 

La verdad es que la cantidad de acontecimientos recientes había conseguido abrumarme por completo. Miré a las escaleras, que se movían, ¡pero eso no me chocó en absoluto, comparado con el hecho de que la gente en los cuadros se movía! Me hallaba absolutamente anonadada, y con la vista busqué a Anne y me coloqué a su lado, tirándole levemente de la túnica con una mezcla de fascinación y miedo bastante extraña. Supuse que sabría que era yo quien le tiraba de la túnica, y más de esa manera tan discreta y disimulada. Miré hacia las paredes una vez más antes de hablarle en un susurro casi inaudible. Simplemente, quería saber si cosas de este tipo eran normales en el mundo mágico, o por el contrario, eran extrañas hasta para los magos. –Hostias… Se mueven…- Dije, sin dejar de mirar a cada uno de los cuadros. Dependiendo de su reacción podría intentar deducir dos cosas: Que se sorprendiera de que le hiciera esa afirmación, lo que me llevaría a la conclusión de que ella está acostumbrada a ver cuadros en movimiento y que, por lo tanto, en el mundo de la magia es normal este tipo de cosas; O bien que se mostrara tan sorprendida como yo por los cuadros, lo que significaría que los cuadros en movimiento serían una exclusividad del colegio. De todos modos, era una auténtica pasada, y el castillo era magnífico. Me fijé en los cuadros atentamente, a ver qué veía dentro. Alguna gente de dentro de los cuadros dormía apaciblemente. No sabía que hora era, pero supuse que la gente de dentro de los cuadros hacía una vida relativamente normal dentro de ellos. Alguna otra gente, por el contrario, parecía sumamente interesada en los alumnos, nosotros, que estábamos subiendo un sinfín de escaleras hacia lo que parecía ser una de las torres del castillo. Los gemelos ya estaban comenzando a dolerme cuando habíamos subido el segundo tramo de escaleras, aunque era por la mezcla del sueño y el cansancio que padecía. No alcancé a oír la conversación acerca de los escalones falsos pero sí pude ver a la chica que se quedó encallada en uno de los escalones falsos. La adelanté, siempre pegada a mi amiga y compañera de curso Anne, y miré hacia arriba por la escalera de caracol, soltando un soplido antes de reemprender la marcha hacia arriba. Mis gemelos me soltaban amargos quejidos en forma de punzadas de dolor y tembleques estúpidos que casi me hacen caer escaleras abajo. Alguien comenta que estamos en la torre Oeste, pero con aquél maldito prefecto que más que ayudarnos parecía estar pasando de nosotros, y no nos decía ni el camino a seguir, sino que se limitaba a seguir en silencio el camino que ya conocía por haberlo recorrido años, era imposible de determinar. Como que el sentido de la orientación no era mi fuerte, asumí que la información era verdad y que en efecto nos hallábamos en la torre Oeste del castillo. Pude oír, poco después, cómo la puerta que daba entrada a la sala común de Ravenclaw le proponía un acertijo al prefecto, y cómo este lo contestaba casi al instante. Suspiré aliviada, aunque no entendía por qué habían puesto una contraseña así, cualquiera podría entrar en nuestra sala común si quisiera, después de todo, y si tuviese un poco de ingenio para los acertijos. Decidí no dar importancia a este detalle, que, la verdad sea dicha, tampoco me preocupaba en exceso y esperé a que todo el mundo pasara, de una forma educada, echando un último vistazo a las malditas escaleras antes de entrar en la sala común.

 

La verdad es que era magnífica, y entraba una desmesurada cantidad de luz teniendo en cuenta la hora de la noche que era. Había sillones y sofás en abundancia, y una gran estatua, que supuse que sería una especie de célebre maga que había pertenecido a Ravenclaw. No había tenido la oportunidad de leerme los libros que había comprado poco antes en el Callejón Diagon, y quizá si lo hubiese hecho la habría reconocido. Había tantas cosas que desconocía, y tantas que quería conocer sobre ese mundo, que tenía ganas de estudiarme la historia. Pero hubo unas palabras que me hicieron salir de mis cavilaciones, y apenas me dejaron escuchar lo siguiente, que al día siguiente a las 8 de la mañana recibiríamos nuestros horarios. La frase fue “vuestras cosas ya están allí”. Haciendo gala de mi destreza casi sin querer, me escabullí del lado de mis compañeros y me precipité, andando a grandes pasos, hacia el dormitorio de las chicas, sin despedirme de mis compañeros. No era una falta de respeto, o por lo menos, no era esa mi intención, pero desaparecí tras la puerta de la derecha, detrás de la estatua, justo cuando Dharma preguntaba por sus efectos personales, diciendo adiós tan solo con los labios, sin articular palabras, tratando de no molestar. Me apresuré una vez hube cerrado la puerta tras de mí, ahora sí, mientras no me veía nadie, corriendo, hacia mi habitación. Al fin y al cabo, las chicas vendrían en breves instantes. Abrí la puerta y no pude evitar reprimir un pequeño gemido de alivio. Shiva alzó la cabeza en cuanto entré, y mis efectos personales, incluido el violín, estaban como pie de cama. Me acerqué a ella y me senté en la cama con las piernas cruzadas, permitiendo así que la gata se pusiera sobre ellas. Ésta comenzó a ronronear y la acaricié durante un buen rato. Efectivamente, en aquél aula había cinco camas, cada una con sus efectos personales. Pude reconocer a Snowy, la gata de Anne, en una de las camas, y a Auri, la hurona de Dharma. Había sido un día muy largo, y me encontraba exhausta, por lo que sin esperar a nadie me cambié al pijama en un visto y no visto, me estiré en la cama, tapándome con las sábanas, mientras la gata se acurrucaba en mi pecho y ronroneaba plácidamente, y me dediqué a esperar a mis compañeras, sabiendo que no iban a tardar en venir. Pese a todo lo pasado, mi corazón latía tranquilo, como diciéndome que aquél era el lugar en el que yo tenía que estar, el lugar al que pertenecía.

Notas de juego

(Ya dije que iba a postear por la noche, perdonen mi demora D:

Por cierto, que nadie se tome a mal esto, Aelia es una chica que siente predilección por su mascota.)

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06/03/2013, 12:51
Dharma Gaayak

-Muchas gracias.- murmuré. Me giré hacia sus compañeros.- Chicas, chicos, yo me voy a dar de comer a Auri. Hasta mañana.

Me despidí con una sonrisa y me fui por donde nos había indicado el prefecto. 

Mañana será un día ajetreado... Clases, nuevos profesores... Y la inmensidad de este sitio. Espero no perderme.

Fue lo último que pensé antes de desaparecer por la puerta de los dormitorios femeninos. 

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07/03/2013, 15:12

Tras observar la sala común detenidamente, noto que alguien se acerca por la espalda. Cuando me giro se trata de Brad, invitándome a subir con él a nuestro dormitorio.

Sí, claro. Tengo ganas también de ver el dormitorio, aunque no creo que sea tan espectacular como esto-le contesto sonriéndole-Adelante, te sigo.

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07/03/2013, 15:38
Director

Las habitaciones son practicamente circulares, tomando parte de la pared de la torre, con ventanas que dan a los jardines y terrenos de Hogwarts. cada uno tiene ya su baúl y sus pertenencias al pie de una de las camas, la cama asignada, auqnue por supuesto si queríais podías intercambiarlas. Las lechuzas están en la lechucería, pero el resto de mascotas esperan a sus amos en la habitación.

Notas de juego

Si estáis en la habitación separad por chicos y chicas, en los destinatarios. 

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07/03/2013, 16:15
"Brad" Mervin Aldryn

Subo las escaleras impaciente por ver la habitación.

Notas de juego

A partir de ahora marco solo a Michael.

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07/03/2013, 16:17
"Brad" Mervin Aldryn

Entro en la habitación circular y veo mi baúl apoyado contra una cama situada entre dos ventanas. Me siento en la cama y miro a mis compañeros, esperando a que entren. Bostezo sonoramente y digo:

-Pues creo que me voy a acostar ya... estoy muy cansado.

Abro el baúl y saco un pijama, que me pongo delante de ellos sin importarme demasiado, para subir de nuevo a la cama y sentarme con las piernas cruzadas.

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07/03/2013, 17:08

Nada más entrar en la habitación, dejo que, a pesar de que las camas ya están asignadas, Brad se tumbe primero por si quiere elegir cama, aunque, como era de esperar, se acerca a la suya y se despide. En ese momento me doy cuenta de que realmente yo también estoy muy cansado y de que no hay nada que me apetezca más que una buena cama, así que le correspondo al saludo y me meto en la mía.

Buena idea, yo también necesito dormir, buenas noches.-Tras apagar la luz, la vuelvo a encender y me siento en la cama-Por cierto, me esperas mañana para ir a desayunar?

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07/03/2013, 17:16
"Brad" Mervin Aldryn

-Sí, claro, tú también, ¿eh? - digo, con una sonrisa, cuando me meto en la cama y me arropo, quedando tapado hasta la barbilla.

Poco a poco voy cerrando los ojos hasta quedarme dormido.

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07/03/2013, 17:18
Director

Los otros niños que habían sido elegidos en Ravenclaw no tardaron en imitaros y meterse en sus respectivas camas tras anunciar buenas noches. Todos parecían igual de emocionados, o conmocionados, por todo lo acontecido hoy: la selección, la casa, la noticia de la enorme biblioteca sólo para vosotros (algo que cualquier buen Ravenclaw sin duda apreciaba).

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07/03/2013, 22:55
Anne Lewis

En el gran comedor, mientras mis compañeros se acercaban a los prefectos, casi me quedo dormida de pie, como si fuera un caballo. Di una cabezada y levanté el rostro sobresaltada. El cansancio acumulado debido al viaje comenzaba a pasarme factura.
Intentando no dormirme, abrí los ojos con esfuerzo e intentaba mantenerlos así. En mi cabeza recordaba los dibujos animados que veía en la televisión del salón de casa, cuando se ponían palillos en los ojos intentando no cerrarlos. Me vendrían bien ahora.La televisión, un invento muggle, que a su manera, estaba lleno de magia que nos transmitía imágenes de todo tipo. La echaré de menos.

Suspiré hondo saliendo de mis ensoñaciones y me vi totalmente sola, aún en el comedor. ¿Dónde se han ido todos?...Madre, qué despiste.

Salí corriendo y pillé al grupo justo subiendo las escaleras. Menos mal... Subí corriendo y permanecí de pie al final del grupo intentando no llamar la atención. El sobresalto había conseguido atenuar el cansancio, de momento. Mientras subíamos, comencé a fijarme en los cuadros, no era algo nuevo para mi, en casa teníamos muchos cuadros “mágicos”. Pero estos eran especiales, había cientos de ellos y nos observaban con curiosidad. Sonreí a una sirena que nos observaba desde su “fondo marido” y recibí un breve saludo con la mano, a modo de respuesta.

Tras lo que pareció ser una eternidad de escalones, llegamos a una especie de pasillo, dónde unas escaleras de caracol nos dieron la bienvenida. Más escalones apufff. Arriba del todo, una puerta con un pomo de águila nos saludó. La observé asomando la cabeza por encima del hombre de Aelia, mientras comenzaba a recitar una especie de acertijo. El prefecto respondió correctamente y la puerta se abrió para dejarnos entrar a nuestra sala común. Al pasar al lado del águila acaricié su pico un segundo, antes de entrar y quedarme petrificada ante la grandeza del lugar.

El techo abovedado con grandes ventanales desde dónde entraba la tenue luz de la luna le confería un aire mucho más mágico que al resto del castillo. La amplia biblioteca personal con la que contábamos, me pareció bastante curiosa y llamativa. Mañana a primera hora echaré un vistazo a los libros.

Mis compañeros de primero uno a uno fueron desapareciendo hacia las habitaciones, dejándome sola unos momentos para contemplar la belleza, de lo que, a partir de hoy iba a ser mi hogar. Suspiré y tras un largo bostezo, seguí a las chicas hacia la habitación, deseosa de encontrar mi cama y a Snowy.

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08/03/2013, 10:16
Director

Las habitaciones son practicamente circulares, tomando parte de la pared de la torre, con ventanas que dan a los jardines y terrenos de Hogwarts. cada uno tiene ya su baúl y sus pertenencias al pie de una de las camas, la cama asignada, auqnue por supuesto si queríais podías intercambiarlas. Las lechuzas están en la lechucería, pero el resto de mascotas esperan a sus amos en la habitación.

Aelia ya está sentada en su cama con su gata sobre las piernas. Las otras dos chicas de Ravenclaw van al baño que se encuentra en una puerta lateral. El baño cuenta con un par de duchas individuales, varios lavabos con espejo y el wc en una pequeña puerta aparte. Las otras dos niñas, en cuánto se han cepillado los dientes, se ponen el pijama y se van a dormir tras decir buenas noches.

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10/03/2013, 15:21
Director

Notas de juego

Supondré que os habéis acostado, al haber ido a las habitaciones, pero la próxima especificadmelo.

Lo digo porque cómo puse en el post del tiempo hace 2 días el no dormir o dormir muy tarde os puede causar dificultades en el estudio.

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11/03/2013, 02:15
Dharma Gaayak

Al fin me reencontraba con mi pequeña huroncita. La pequeña estaba bien, parecía que no tenía mucha hambre. Aún así lo primero que hice fue sacar su comedero y su bebedero del baúl y ponerle pienso y agua fresca por si acaso.

Después de eso, la hurona ya estaba subida a mi hombro como si de un loro se tratase. La cogí entre las manos con suavidad, y le di un dulce beso en la cabeza. Ella, a su vez, comienza a lamerme con su rasposa legüecita innumerables veces. Parece no querer parar. Eso es lo que más me gusta de este bicho, que es tan amoroso como lo era mi madre.

Nunca me cansaré de lo dulce que es.

Después de asegurarme que come un poco antes de irnos a dormir sentada en la cama, esperando a que acabe, me levanto y cojo del baúl mi cepillo de dientes y mi pijama. Voy al baño para asearme antes de meterme en la cama. A los dos pasos Auri ya me alcanza y trepa por mi ropa con naturalidad. Confiamos la una en la otra.

Cuando termino de asearme y cambiarme me meto en la cama y doy mimos a Auri, que está acurrucada en la almohada. Levanto levemente la cabeza y susurro:- Buenas noches chicas...- bostezo tapándome la boca con la mano y finalmente cierro los ojos, quedándome al poco rato dormida, de lado, con una de las manos posada en la hurona. 

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11/03/2013, 15:32
Director

Amanece. Muchos alumnos tienen sus alarmas preparadas y a las 7.00 suenan.

Notas de juego

Vosotros decidís si dormís más o menos de eso, tenéis la advertencia sobre el desayuno de los prefectos la noche anterior.

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11/03/2013, 21:44

La noche pasa en un suspiro. No sólo la sala común es fantástica, sino que nunca había dormido en una cama tan maravillosa como esta, que hace que nunca te entren ganas de levantarte, tan sólo de seguir durmiendo. Por un momento me encuentro tentado de ello, sin embargo, las ganas por el primer día de clase pueden con todo eso, por lo que salgo de la cama de un salto.

Tras vestirme, estoy a punto de salir corriendo al Gran Comedor para ir a desayunar, cuando me acuerdo de que quede con Brad en bajar juntos, por lo que me acerco a su cama, en la cual está hecho un ovillo y le zarandeo suavemente.

Brad, buenos días. Bajas a desayunar?-le susurro para no molestarle demasiado