Partida Rol por web

Dharma entra en la torre unos minutos después que Aelia. Aparte de la niña la torre parece vacía. Al fin y al cbo apenas pasan de las 9, es viernes y es el primer fin de semana del curso.

Una vez más parecía que llevaba años paseando por esos pasillos. No me había perdido ni una sola vez desde que había llegado al castillo y eso me parecía impresionante. Me sentía orgullosa de ello.

Mientras caminaba por los pasillos y subía las escaleras, Auri había salido de su hueco habitual en la manga y se me había colocado en el hombro, sujetándose con sus pequeñas y adorables patitas a la túnica. Miraba todo a su alrededor y cuando llegamos a la torre se bajó de mi hombro y se fue a cotillear la sala. La dejé hacer, la pobre llevaba todo el día durmiendo y necesitaba hacer algo de ejercicio.

-Hola Aelia.- saludé mientras me encaminaba hacia la habitación, de la cual no tardé más de 1 minuto en salir. Había cogido el libro de pociones y me senté en un sofá para ponerme a estudiar un rato, hasta que me entrase sueño. 

Saludé a Dharma con una sonrisa y un gesto con la mano, apartando la vista del libro de pociones que en ese momento tenía entre las manos. Me puse a estudiar en silencio, pese a que no había nadie más con nosotras dos. Cuando Dharma subió por el libro de pociones, yo subí a ver a la gata. Parecía que había estado cazando, puesto que la comida había disminuido un mínimo y el agua estaba prácticamente vacía. Le rellené el agua y le acaricié el lomo a la gata, que me obsequió con uno de sus clásicos ronroneos de felicidad. En cuanto acabé de mimar a la gata, bajé a seguir estudiando, hasta que se acabó la hora de pociones y cambié al libro de historia de la magia. Había sido un tostón, y seguro que leerlo del libro resultaba casi más práctico que recibir las clases de aquél profesor tan aburrido, del fantasma Binns.

En cuanto dieron las 7 de la mañana abrí mis ojos, como si de un reloj interno se tratara. Me incorporé y miré a la habitación. Había varios animales de entre mis compañeros, pero Shiva no estaba. El comedero tenía comida, pero el agua había menguado. Seguramente estaría cazando. Fui al baño a llenar su comedero, cepillarme los dientes y lavarme la cara, y ya que estábamos, aproveché para darme una ducha y cambiarme la ropa. Una vez hube acabado de ducharme me sequé y bajé hacia la sala común. Supuse que aún sería pronto, puesto que la cantidad de gente que había levantada era muy inferior a la cantidad de gente que había en nuestro curso, siquiera. Bueno, supuse que el hecho de que fuera un sábado a las 7 AM no ayudaba mucho. Busqué a ver si estaba alguno de los alumnos mayores, que me pudieran echar una mano, pero me lo pensé mejor y busqué un objeto pequeño con el que practicar los hechizos de transformaciones. ¡Quizá podría avanzar al siguiente hechizo, incluso!

Pese a que te parecía que habías dominado Reduccio, con unos resultados impecables, cuándo vuelves a conjurarlo el encogimiento de la copa se descontrola y parece realmente inestable.

El despertador sonó a las 8 de la mañana. Me levanté de la cama y me fui a asear. Tardé poco más de 20 mints para salir de la ducha, lavarme los dientes, vestirme y coger a Auri para ir al comedor a desayunar. No sabía muy bien qué hacer durante esa mañana. Era el primer día libre en el colegio y me sentía un poco perdida. 

Decidí que iba a dar una buena vuelta por el castillo y por los alrededores, para conocerlo mejor todo, pero después de desayunar. 

Así que me encaminé hacia el comedor, saliendo del dormitorio, con Auri al hombro. 

Para controlar el objeto, volví a lanzar el hechizo contrario a reduccio intentando "calmar" el objeto. Parecía que le estaba cogiendo el truco a los hechizos, cuando el objeto volvió a su normalidad. Después de eso, hice los hechizos una vez más y sonreí contenta antes de bajar las escaleras en dirección al gran comedor.

La tarde se me había pasado volando. Después de practicar los hechizos de Transformaciones con Anne, me despedí de ella, que quería ir a estudiar sola y aproveché para subir a la torre a hacerle un poco de caso a Auri. Le rellené tanto comedero como bebedero y me puse a jugar con ella durante aproximadamente media hora. 

Después bajé a la sala común a estudiar Herbología. El cómodo sillón en el que me había sentado hizo que me ensimismase más de lo que ya lo estaba, y el hecho de que Auri se me quedase dormida en el regazo mientras estudiaba también. Me dediqué a acariciarla suavemente, cosa que me ayudaba a concentrarme.

Levanté la cabeza del libro con un rugido de mi tripa. Miré el reloj que llevaba en la muñeca: la hora de la cena. Ya me estaba acostumbrando a los nuevos horarios que tenía que cumplir. Cerré el libro y con cuidado me levanté con Auri en brazos. Subí a la habitación, dejé el libro en su sitio y me encaminé hacia el Gran Comedor. 

Cuándo llegáis a la sala el reloj de la torre del castillo da el toque de queda por comenzado.

- ¡Justo a tiempo! ¿Dónde habéis estado? 

Sonreí un poquito, divertida por la situación que acabábamos de ver. Algunos desde un punto de vista más cercano que otros. -Hm. Se han peleado. Qué lástima, yo que quería ir a dar un paseo...- Dije, alargando las últimas palabras. No tenía ningunas ganas de ir, me había sentido obligada porque por la mañana no había ido con Dharma y su troupe, ya que no soy muy de andar en compañía, pero ir hacia otro lado dos veces y más cuando me habían invitado me parecía ser falta de consideración. Bueno, después de todo había pasado un buen rato, se habían peleado y casi no había intervenido. Como aquella otra chica, Diane, que al parecer me odiaba. Me entristecí un poquito cuando vi que marchaba sin mirarme, ni sin darme las buenas noches. Con lo risueña que era, me daba la impresión de que algo había hecho mal, pero repasando los hechos tampoco había hecho nada mal. Lion había sido el primero en equivocarse al acercarse demasiado a esos chicos, y yo tan solo había arreglado la situación con un poco de magia. Después había presenciado la acción desde un punto de vista narrativo. Vaya, parecía que me lo iba a pasar muy bien de ahora en adelante en la escuela. -Un chico de Hufflepuff está en la enfermería, se han peleado dos chicos, uno de Slytherin y otro de Hufflepuff.- No iba a exponer mi punto de vista, ni mucho menos dar nombres, ya que eso se lo diría a Nathan más adelante. -Y ahora tiene que venir el prefecto y pedirnos explicaciones. Parece ser que ambos pueden ser castigados.-

- Vaya, qué mal. Pero no ha sido nadie de nuestra casa al menos, así tal vez cogemos ventaja con los puntos.

-Brad, cualquiera diría que eres muy competitivo.- Dije, sonriendo un poquito. Claro que había pensado que eso podría restar puntos a Hufflepuff y Slytherin, pero no me hacía ninguna gracia la idea de verme involucrada en ello, aunque mi intervención había resultado positiva, puesto que tan solo le había arreglado la nariz a Lion y a posteriori me había limitado a mirar. -Yo no entiendo como se puede odiar tanto la gente tan pronto, si llevamos 3 días, sin contar el miércoles, aquí. Pero bueno, me ha resultado divertido.- Añadí, encantada. -Tendrías que haber bajado. Hace una muy bonita noche.-

- Es que estaba escribiéndole una nota a mi madre... Tal vez sería mejor que se llevasen a Axel. - dice con tristeza - No me gustaría que le pasase otra vez algo malo.

Asentí con la cabeza, mas no entendía la actitud de Brad. -No sería posible que tuviera tanta suerte y tan mala, Brad. Creo que él mismo sabrá cuando esté en peligro ahora. No creo que debieras mandarlo con tus padres. Creo que Axel estará más triste allí sin ti que contigo aquí. Además, no creo que le vuelva a pasar nada malo. Sería demasiada mala suerte. ¿No crees?- Dije, poniéndole una mano en el hombro y acariciándolo un poco, intentando reconfortarlo un poco. -Además, anímate un poco, que estás muy tristón y el lunes empezamos las clases. Tú haz lo que veas pero yo no lo mandaría con tus padres. Al fin y al cabo, Axel es tu mascota, no la de tus padres.-

- Sí, tienes razón Aelia, pero es que hay algo que me dice que no va a estar seguro... ¿Escuchaste el comentario de Zane en la comida? - era una pregunta casi retórica, pues Zane se había encargado de que todo Ravenclaw lo escuchase - Creo que intentará molestar a Axel para fastidiarme. Nos conocemos desde hace muchos años y sé que Zane es...malo. No irá contra mí directamente pues habría un problema gordo con nuestras familias, además de buscarse problemas en el colegio. Zane es listo, irá a dónde más me duele y menos peligroso le resulte. ¿Y qué puedo hacer yo? No coincidimos en las horas de clase, tiene tiempo suficiente. - dice aprentando un puño frustrado.

Susurré a Dean, de forma que nadie más nos oyera. -Vaya... No sabía que os conocierais de antes... Yo no conocía a nadie antes de venir aquí. Me sentí bastante sola el segundo día, porque con la chica que más encajaba era con Anne, y creo que por mi culpa ahora ella se ha quedado callada, y no soporto la idea.- Dije, negando con la cabeza un par de veces. Después, seguí cuchicheándole. -Entonces, por qué no mantienes a Axel alejado de Zane? No creo que Zane suba a la sala común de Ravenclaw, más que nada porque no sabe dónde está, y así sales con él mientras estés tú, y cuando no estés lo dejas en la sala común.- Alcé la voz de nuevo a un tono normal. -Buf... Y ahora tengo que esperar a que Nathan, el prefecto, venga a preguntarme cosas.- Dije, recostándome en la silla, cosa que no podía hacer durante las comidas, ya que comíamos en bancos súper largos.

Brad asiente ante lo primero.

- Su familia es un linaje antiguo, igual que la mía, y de la "élite" - dice con un gesto de comillas - Así que en muchas fiestas y reuniones de la sociedad mágica me lo he encontrado. A él, a Debbie y a Charlotte. Zane es un estirado, siempre con cara de pocos amigos. Charlotte parece dulce y simpática... pero en el fondo es muy manipuladora. Debbie parece que simplemente va con ellos proque sus padres son muy amigos, pero no parece a gusto.

Después mira a Anne, la cuál parece bastante cansada ya que está bostezando mientras mira un libro.

- Creo que simplemente necesita un tiempo para hacerse con esto...

Por último, vuelve a ponerse muy serio.

- La condición de traer a Axel es que viviría con el guardabosques. No se permiten animales tan grandes en el castillo, y menos en la sala común. Axel es bueno, pero imagínate que rompe los muebles, ¡o los libros! Los libros de esta biblioteca no están en la otra, ¿lo sabías?

-Sí, lo sabía- Dije, mirando a Brad y luego a la biblioteca. -El prefecto nos lo dijo.- Dije, girando los ojos al decir prefecto. Me parecía una tontería, pero no quería parecer una antisistema nada más llegar. -Pues a mí no me cae mal ninguno de ellos, pero quizá sea puntos de vista diferentes, ¿no?- Dije, sonriendo un poquito. -Axel... Respecto Axel...- Se me endureció la mirada, así como la voz, volviéndose algo más grave. -No sé, Brad. No lo sé. Quizá sí deberías mandarle esa carta a tus padres, si tienes que tenerlo con el guardabosques. Allí es vulnerable.- Dije, haciendo una mueca extraña. No querría sentirme culpable más adelante de lo que le podría pasar al perro de Brad si éste decidía dejarlo con el guardabosques. Zane quizá fuera a hacerle daño...

El prefecto llega con Dharma, ambos en absoluto silencio, y mira a Anne y Aelia.

- Pensaba que os acostarías. Puesto que estáis despiertas,acabemos con esto cuánto antes. Tú - le dice a Brad - déjanos a solas. 

Brad se retira, sorprendido, sin saber muy bien que contestar. El prefecto os indica que os coloquéis en uno de los rincones de la sala, resguardados de los pocos estudiantes que siguen por ahí.

- Ya tengo la versión de ella. - dice señalando a Dharma. - Decirme vosotras la vuestra.