Partida Rol por web

Huesos y quitina [+18]

[Capítulo IV] - El desierto os hará libres

Cargando editor
03/11/2021, 20:00
Contagem Lidio Gomes

Qué desastre. Quien se encarga de la metereología va a tener problemas, y bien merecidos. No puede ser tan difícil de prever una tormenta de tal magnitud. 

Lidio estaba totalmente contrariado. Si no era suficiente con los xenos, además parecían tener el planeta en contra. Y, de alguna manera, la falta de visibilidad y el terreno traicionero hicieron que Pernambuco volcase, pese a las hábiles manos de Dionís.

Aún dentro del Chimera, se limpió el polvo de las gafas de protección y comprobó el estado de la tripulación.

¿Están todos bien?—sabía de antemano que la respuesta sería afirmativa, aunque no fuera cierto. Le preocupó, pero lo asumió como parte del orgullo brilariense.

Dio aviso por radio de la situación, en busca de ayuda de algún vehículo con grúa, pero la única respuesta fueron las interferencias provocadas por el viento.

Activen baliza de salvamento. Protéjanse con capas, guantes y gafas. Busquen palas. Todos afuera a revertir la situación. ¡Vamos, vamos, vamos!—miró a su ordenanza, algo anciano y con cara no saber muy bien qué hacer en esa situación—Fernao, quédese aquí por si hay comunicación con radio. Avíseme sin falta.

Iban en la vanguardia y eso no podía cambiar. Cuando la tormenta pasase su accidente debía ser un mal recuerdo, o habría mucho papeleo que rellenar, y quién sabe si algo más.

Sin demora, Lidio bajó del vehículo y empezó a dar instrucciones a todo aquel que pasara cerca para que ayudara. Cuando hubieron preparado el terreno para poder desvolcar a Pernambuco, con toda la gente que se pudo juntar, ayudó con todas sus fuerzas. Era su montura, una de las pocas cosas con las que se mancharía las manos.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Mando para aglutinar gente que ayude: 51 (Exito)

Inspiración heróica para desvolcar el chimera: 76 (Exito) [76]

Cargando editor
03/11/2021, 21:41
Tte. Mathis Reutter

El humor de Mathis no había hecho más que ir a mejor durante aquel condenado viaje. Alguien había sido tan gilipollas de hacer unas previsiones de viaje estimadas sin contar la velocidad del más lento... Y él había sido tan idiota de creérselas, que era lo que le fastidiaba de verdad. Al menos habían sido previsores, bajo las armaduras vestían trajes de supervivencia adaptados a aquel condenado clima, que ayudaban a hacer ligeramente más tolerable aquella condenada pesadilla.

O eso pensaba hasta que la tormenta llegó. Ahí supo que aún no había conocido la pesadilla, sino que esta iba a llegar justo ahora. Gritos, caos, falta de comunicaciones... Si los tiránidos les pillaban ahora (y bien sabía el Emperador que tenían absolutamente ningún motivo para pensar que algo así no fuese a ocurrir) más les valía dar un beso de despedida al cañón de la escopeta, porque estaban jodidos.

Como pudo llegó hasta lo que parecía un punto de reunión, con no pocas caídas y revolcones por la arena, agradeciendo cada condenado segundo las gafas y los trajes. Puede que fueran escasos de agua, pero al menos no iban a ser lijados hasta el olvido por aquel desierto inmundo. 

-¿Cómo coño ha volcado el chimera?-se preguntó para sí mismo, aunque con aquella tormenta tampoco pensaba que pudiera extrañarse mucho. Fuera como fuere, tenían que poner eso en pie.

-¡Contagem! ¡El tractor del penal!-gritó el teniente, usando el vox para mayor efecto, ya que con el viento la audición no debía ser la mejor del mundo-¡¿Alguien tiene 9-70?! ¡Podemos usarlas para cavar por un lado y facilitar que ceda! ¡Necesitamos también vigías, el enemigo podría aprovechar la situación!

Cargando editor
03/11/2021, 22:12
Tania 'Lady Luck' Brown

Tania observó el chimera volcado, con parsimonia e indiferencia. Suspiró, cansada de tanta caminata por el desierto, con una armadura de caparazón negra mate. Activó el comunicador para hablar con los miembros de su escuadra.

Como alguno de vosotros ayude a los putos brilareses le pego un puñetazo en la boca. - No era cierto, claro, pero dejaba claro lo que pensaba del asunto. - Si no tienen el chimera, con suerte no pondran todo el plan de ataque en peligro como hicieron la última vez. - Y se quedó cruzada de brazos, observando el percal con aire desdeñoso. Menudos inutiles. Así les iba, con uno de ellos al mando. 

Notas de juego

Que conste que lo que digo solo lo escuchan los custos.

Cargando editor
05/11/2021, 07:09
Hermana Caelestia-Adventia Agrippa

La hermana Caelestia comprendía que antes del golpe final contra los tiranidos, el mismísimo Emperador les pusiera a prueba, haciéndoles recorrer un camino tortuoso, todo para que estuvieran más unidos que nunca antes de enfrentarse al xeno. El calor hacia mella en la tropa, pero confiaba en que las demás hermanas fueran lo suficientemente disciplinadas para no perder la fe en el camino; la necesitarían más adelante, cuando de verdad golpeasen al enemigo.

 

La tormenta de arena sorprendió a la Palatina, que se levantó de entre la arena palmeándose la armadura para deshacerse del exceso de esta y tratar de situarse; las comunicaciones parecían tener problemas pero el mayor impacto de la tormenta de aire y polvo había pasado. Con el amplificador de voz, empezó a dar órdenes.

 

-¡Soldados, reagruparos en torno al Chimera, vamos a ver si podemos darle la vuelta, mirad si ese vehículo de trabajo puede ayudar también!-Dijo en referencia al tractor amarillo.- ¡Seguid mi voz si estáis perdidos!

 

La hermana entonces comenzó un canto al emperador, para que quien estuviera perdido en la tormenta pudiera hallar la posición desde la que habló.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Entre autoritario y el amplificador de voz pues eso, se afecta a mucha gente con el inspirar. +10 a la siguiente acción si no recuerdo mal.

Cargando editor
06/11/2021, 00:02
Nilsa Solveig

Finalmente las peores expectativas se habían cumplido, aunque realmente no eran las peores, eran la que les habían dado. Iban a avanzar en linea recta hacia su destino, todos juntos, como los orcos. - No, los orcos, a su manera, son más inteligentes, tienden emboscadas, te engañan, te atraen hasta una trampa... - pensó la mujer. 

Y allí estaban, sus ropajes confundiendose con la arena del desierto, avanzando penosamente junto al resto y sudando como cochinos. Ellos no eran una unidad de infantería normal. Eran especialistas en combate de guerrillas. No estaban hechos para este tipo de caminatas junto a cientos de soldados, al aire libre en campo abierto, a pleno sol y siendo tratados como carne de cañón. - Maldito Brilariense. - pensó por enésima vez, acordándose del Lord Comandante. 

La poca agua que les quedaba se estaba racionando como si fuera oro, y prácticamente lo era, quizá hasta más valioso, en aquella situación tan jodida como se encontraban. Pero aquello estaba aún por empezar. La primera emboscada xeno se produjo, y la pudieron repeler sin problemas. Aquello les hizo sentirse mejor, algo más esperanzados de que conseguirían algo positivo de todo aquel maldito planteamiento...hasta que llegó la tormenta. 

La peor hija de puta que se había encontrado en su vida. 

Pronto fue imposible hablar, apenas veían nada, y unos momentos más tarde, estaban luchando con todas sus fuerzas por no salir volando. Se pegaron al suelo, cavando en la arena con brazos y manos,  y rezaron todo lo que pudieron para seguir con vida tras aquel infierno. 

Gracias al Emperador, cuando aquello empezó a amainar, lograron sacarse lo que les pareció una tonelada de arena de encima, y resoplando,  incrédulas por no haber perdido nada de su equipo, empezaron a otear alrededor. No veían nada, dunas y arena por todas partes arrastrada por el viento, que les impedía ver más allá de unos pocos metros. Empezaban a estar preocupadas cuando escucharon la voz de una mujer gritando, distorsionada por el viento y la arena, a la que se fueron acercando hasta poder vislumbrar lo que parecía, no, mejor dicho, era, un chimera volcado. - No pueden ser tan torpes. - pensó Nilsa. 

Pero sí, lo eran. Aquel vehículo volcado era Brilariense, y ahora empezaba a ver más figuras acercándose hacia él, todos como hormigas tratando de darle la vuelta. Escuchó, para su alegría, la voz del Teniente pidiendo ayuda y ordenando cavar y vigilar. 

Llegaron hasta él y ofreció a los Skygge como vigías. - Señor, nosotros tenemos buen ojo, podemos vigilar y proteger mientras le dan la vuelta a eso. - dijo, más por compromiso con el teniente que por querer ayudar a los que estaban allí dentro, que por ella, se podían llenar de óxido como el hierro de su vehículo. 

Tras la aceptación del teniente, reunió a los Skygge que encontró y los repartió en una disposición hexagonal. - Fusiles de asalto, olvidaros de las armas a más distancia, no hay visibilidad. Si véis algo, vaciad el cargador y retroceded mientras avisáis. - y así se encontró ella, armada con su fiel rifle y vigilando uno de los seis puntos alrededor de aquel tanque a apenas cinco o seis metros de donde estaban el resto, pues la arena no dejaba ver más allá. 

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

DM, si podemos usar (alguien) de mi regimiento el Auspex de asalto con ciertas garantías para poder vigilar mejor, lo hacemos.

Edito: Dejo la tirada de perspicacia para usar el auspex hecha, aplica cualquier bono que se me haya olvidado, ya sea por los sargentos presentes o por el aparato en cuestión..aunque incluso con un +30 fallaría...así que... :P (bueno, a menos que también se aplique el +10 por mi buena vista, que entonces si el aparato me da +20 y un +10 de algún sargento, acertaría...). También dejo una tirada de percepción a pelo (mi bioojo que ve el doble de bien que el de un humano, gracias al Dios-Máquina, simple y llanamente, que es la segunda donde pone Auxpex, pero sin Auspex...XD). 

Cargando editor
06/11/2021, 13:37
Hermana Aurestia Aquilina
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
06/11/2021, 13:51
Hermana Aurestia Aquilina

El planeta resultó ser un enemigo mucho más peligroso y letal que los tiránidos. El ejército al completo quedó engullido y dispersado por aquella devastadora tormenta, que no debía de haber estado en su camino si alguien hubiera hecho bien su trabajo.

Perdido su propio vehículo e inútiles los retroreacotres en aquella situación, no tuvo más remedio que deambular por la arena, haciendo frente a las fuertes rachas de viento como tantos otros, aunque con bastante mejor resultado gracias a su servoarmadura.

Acabó confluyendo junto a tantos otros en los alrededores de un transporte Chimera volcado del revés, algo realmente sorprendente dado el volumen de uno de aquellos blindados. Escuchaba gritos variados, pero la idea general era clara, había que dar la vuelta al vehículo y usarlo como punto de encuentro y de resistencia. Sin mediar palabra, se aproximó al Chimera, y empezó a empujar por un lado, aunque el peso era demasiado incluso para sus músculos aumentados y la potencia adicional de los servos.

Notas de juego

Intento ayudar a levantar el Chimera, sin éxito.

Cargando editor
06/11/2021, 16:19
Hermana Ceres

Ceres se resguardo del viento y la tormenta tras aquellos dos obstáculos que eran vehículos volcados, la gente comenzó a empujar intentando ponerle en a posición adecuada, Ceres comprendió que de ese modo tendría más estabilidad y quizá algunos pudieran entrar dentro y disfrutar de algo de protección tal cual ella misma gozaba dentro de la ser o armadura.
Arrimando el hombro junto con otra gente se esforzó, pero no estaba en una posición adecuada para que sus esfuerzos dieran resultado, al menos no sin una fuerza mayor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intento ayudar a poner de la forma adecuada el chismear, pero no aporto ningún éxito.

Cargando editor
06/11/2021, 22:11
Friedrich Steiner, "Fred"

Fred no estaba de muy buen humor ya desde el principio, ni siquiera considerando el estandarte del regimiento de su teniente, ni la cantidad de fuerzas desplegadas. Los de inteligencia ya la habían cagado una vez, y estaba seguro de que podían volver a hacerlo, y tenía un mal presentimiento desde que salieron. 

Por lo menos, el equipo que había pedido su teniente había resultado realmente necesario. Las gafas evitaban que el omnipresente polvo se le metiera en los ojos, y el traje completo le protegía del calor. Nunca apartaba la mano de su bólter, y no solo por los tiránidos, pues se habían ganado otros enemigos últimamente. Hermann y él avanzaban como errantes momias de la arena, completamente cubiertos por los trajes de supervivencia del mismo color que el suelo. 

La primera escaramuza con los tiránidos no sirvió para levantarle el ánimo, porque aunque fue fácil derrotarles, significaba que la presencia tiránida estaba más extendida de lo que parecía. A cada paso, podría salir un tiránido de bajo el suelo, y eso solo añadía preocupación a la mezcla. 

Y finalmente, otro enemigo hizo su aparición. Ni xeno ni humano, sino en forma de una gigantesca ola de arena que se los tragó a todos. Fred dio gracias al Emperador por las gafas y el traje, porque sin ellos no sabría que habría sido de él. Un segundo estaban andando con tranquilidad y en perfecta quietud, y al siguiente todo era un caos de hombres gritando, ruedas girando sin control y vientos huracanados silbando en sus oídos. Un camión giró y volcó junto a él, su lona totalmente desgarrada por la tormenta, y un soldado salió volando de él a toda velocidad, haciendo que Fred tuviera que echarse al suelo para evitar que le golpeara antes de perderse en la ventisca. 

-¡Hermann, no te separes!

Protegiendo el bólter con parte de la capa de su traje, Fred se agachó y avanzó, seguido por su compañero. Avanzaron casi a gatas, entre los vehículos y los hombres volando por todas partes, hasta que oyeron el canto de una de las Hermanas, guiándoles. Fred giró y se dirigió hacia aquella voz como si fuese la voz del Emperador en persona, ya que en muchos sentidos, lo era. Por fortuna para él, antes de llegar, además de los gritos, el viento y el crujido del metal, también oyó las órdenes de Nilsa. 

Fusiles de asalto, olvidaros de las armas a más distancia, no hay visibilidad. Si véis algo, vaciad el cargador y retroceded mientras avisáis. -

Fred no tenía intención de perecer por fuego amigo, así que con gran esfuerzo se levantó, alzó las manos y gritó, mientras se acercaba al grupo. 

-¡Alto el fuego, somos aliados! ¡No disparéis!

Aunque aquello le costó una buena cantidad de arena en la boca, le libró de recibir un cargador entero en el pecho. Nadie le disparó mientras entraba en el hexágono defensivo de los Skygge y se acercaba al Chimera volcado, tendido como la ruina de un antiguo edificio del desierto. Se alegró de ver a sus compañeros, pero no había tiempo de celebraciones, porque o sacaban aquel Chimera de allí o podían darse por muertos. 

-Vamos, Hermann, a la de tres. Demostrémosles de qué estamos hechos en Iloeter. 

Los dos hombres se agacharon y apoyaron el hombro contra una sección del Chimera, empujando con todas sus fuerzas a la vez que el resto de Guardias hacía lo propio. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que son dos grados de éxito para enderezar el Chimera. 

Cargando editor
07/11/2021, 13:47
Tte. Mathis Reutter

-Recibido Solveig, labores de vigilancia. ¡El resto, ¿acaso no me han oído?! ¡Hay que dar la vuelta al vehículo, si alguien tiene 9 70 que se pronuncie, todos a empujar y ese tractor en marcha para darle la vuelta!-indicó de nuevo, poniéndose él mismo a hacer fuerza para intentar voltear aquella mole. Pero de momento eran demasiado pocos, y aquello tenía visos de no poder realizarse.

- Tiradas (2)
Cargando editor
08/11/2021, 14:28
Bender McKnife

La tormenta de arena engulló a Bender y su tractor que, de forma tozuda, seguía avanzando por el desierto. El cinturón de seguridad impidió que saliera volando y el bajo perfil aerodinámico del vehiculo para su peso hizo que no pasara lo mismo con el propio tractor. La arena, sin embargo, se veía arrastrada como pequeños proyectiles que arañaban la pintura aquí y allá. Afortunadamente tanto el propio Bender como la máquina tenían blindaje suficiente para ignorar la caricia del desierto mientras sus compañeros trataban de ponerse a salvo. La arena lo fue rodeando todo, engullendo el pequeño obstáculo que eran Bender y el pequeño tractor maderero cuyas orugas seguían hollando las dunas con tozudez. Ni el penal ni el motor de prometio necesitaban aire para funcionar, así que el paulatino entierro no hacía mas que enfurecerlos conforme luchaban para seguir avanzando. Otros componentes del convoy no tuvieron tanta suerte. Al tener la masa manos concentrada por contar con interiores llenos de aire, los transportes acabaron siendo como hojas al viento, o juguetes ante un niño muy enfadado, y salieron volando en todas direcciones.

Bender apretó los dientes y siguió, orgulloso del testarudo espíritu máquina. Cómo él, el viejo tractor había sido descartado por el ejercito y demostraba, una vez más, estar más preparado que los demás para las duras condiciones que venían. Un chimera volcó, arrastrado por una duna que se movía como una ola frente a ellos, mientras que las pequeñas orugas se aferraron con furia a los granos de sílice y ascendieron la pendiente. El motor rugía enfadado. No iba a sucumbir al desierto ni a el pequeño ejercito de luces de alarma que se encendían en el panel virtual del penal. Contaminación del anticongelante, sobrecalentamiento inminente, fallo del radiador, falta de tracción, mala conexión de luces... Las averías se acumulaban pero el tractor había sido construido para durar mucho más que cualquiera de los soldados de la guardia y siguió luchando.

Cuando la tormenta se despejó y Bender pudo mirar alrededor, no quedaba mucho del convoy. Tanto él como el viejo espíritu máquina estaban en la superficie, pero los demás habían sido barridos del desierto. Aquí y allí aparecían soldados de entre el mar de polvo, pero destacaba el gran chimera volcado en las inmediaciones. Como un noble animal herido, la pintura roja y dorada estaba arañada por los afilados granos del desierto y una de las orugas giraba de forma frenética intentando encontrar agarre en el aire. El vuelco era total, se sostenía sobre la torreta apoyado en un lateral atascado en la arena, no podría girar sin ayuda.

Gruñó mientras diagnosticaba la capacidad del tractor para volver a ponerse en marcha y fue respondido con un rugido de entusiasmo del motor del viejo espíritu máquina. El sentimiento era claro. Los habían despreciado pero el viejo no quería irse sin demostrar a todo el mundo de lo que era capaz. El hidráulico de la pala chirrió cuando extendió el brazo, purgando los microgranos que se habían colado en el pistón, y las orugas los sacaron del pequeño banco que había formado la arena intentando rodearles.

Se acercó al chimera, que parecía el cadáver de un escarabajo rodeado de hormigas a punto de devorarlo, y apoyó gentilmente la pala en la oruga izquierda.

- Atención- exigió, ahora que el viento había remitido.- Procedo a aplicar presión gradual en la oruga de babor- informó, mientras el hidráulico alimentado por el motor empezaba a extenderse. La fuerza de las orugas hizo salir algunos granos de arena disparados hacia atrás conforme se compactaba una plataforma por la presión. El metal gruñó y el espíritu máquina rugió por el esfuerzo. Solo. Un. Poco. Más.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empujo el chimera con la pala

Cargando editor
08/11/2021, 17:17
Alfonso de Santiago.

El ánimo con el que habían salido de Yhemek le duró a Alfonso dos días. Ya al tercero, sudando como un puerco, y probablemente horneado como uno, mascullaba improperios en su lengua natal, más o menos cada 3 o 4 minutos, que era lo que pasaba sin tener que limpiarse el rostro de la copiosa transpiración.

Al menos vieron algo de acción con la emboscada, y el duelista fue uno de los envalentonados por la gran gesta de no haber perdido ni un sólo hombre, pero la mañana siguiente llegó, y con ella el abrasador calor que amenazaba con enloquecerlos a todos… o peor, llevarlos a la muerte, si los comisarios hacían su trabajo, que lo hacían.

Incluso hasta el mismo planeta parecía empeñado en atentar contra sus salvadores, pues aquella tormenta de arena no tenía igual, jamás había contemplado algo así en su vida el especialista, y eso que su edad era envidiable para muchos.

Los gritos de los soldados que iban a pie apenas se colaban en el chimera, pero cuando el vehículo dió un vuelco fue que el espadachín cayó en cuenta de que algo iba verdaderamente mal. Suspirando, de Santiago no tardó en quitarse el cinturón de seguridad, cayendo ágilmente sobre sus pies a pesar de tener que haber hecho un giro.

— Vivo —respondió, escuetamente—. Diego también, de momento —añadió, su compañero mirándolo con cara de pocos amigos.

No tardó demasiado en buscar el equipo de protección adecuado y salir del Pernambuco, dispuesto a aunar esfuerzos con los demás para ponerlo otra vez sobre sus orugas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Nada de nada.

Cargando editor
08/11/2021, 18:32
Visioingeniero Krane

Krane levantó la mirada del rifle de plasma por segunda vez y miró a Chollos. Tratándose de quien era, no estaba seguro de que la pomposidad con la que se le dirigía no fuera ironía, pero decidió no tirar de ese hilo.

—NO LE ENTIENDO —contestó, simple y llanamente—. PERO SI LE TRANQUILIZA QUE REALICE EN SU LUGAR LOS RITOS APROPIADOS, LO HARÉ ENCANTADO.

Notas de juego

Nos dejo marcados solo a nosotros porque no vi este mensaje en su día y como he estado un tiempo fuera, ha pasado un poco el momento de responder. 

Cargando editor
08/11/2021, 18:40
Visioingeniero Krane

Krane observó el lastimoso Chimera con el vientre expuesto y las orugas arañando el aire y sintió más pena de la que había sentido por muchos hombres a los que había visto en situaciones similares. A él tampoco le caían simpáticos los de Brilaria, pero el Espíritu-Máquina no era el responsable de sus fechorías, y la situación era una nueva desgracia táctica a punto de ocurrir, por  lo que ignoró la amenaza de Tanya y se acercó hacia donde los soldados intentaban darle la vuelta a Pernambuco

- Tiradas (2)

Notas de juego

Fiu, por los pelos. Tengo Fuerza Sobrenatural 7, así que eso me dará unos 3 o 4 grados de éxito de más. No sé si mi servidor me puede ayudar, por eso de cargar con la Tarantula. 

Heridas: 13/13
PD: 0/1 (lo gasté con la Logística) 

Edit: añado las tiradas de Perspicacia

Cargando editor
08/11/2021, 18:57
Viggo Falkenberg

Aquella caminata era un completo error. No hacía falta que nadie de su regimiento lo expresara en voz alta, era algo instintivo. Eran una unidad entrenada en llegar, actuar e irse no a grandes y largas marchas sin sentido en las que eran se comportaban como un objetivo claro. Aún así, ninguno se quejó en aquellos interminables días de marcha.

Por suerte, los primeros pequeños xenos con los que se encontraron no fueron rivales pero todos sabían que aquello no dudaría. Luego llegó la tormenta, una tremenda tormenta de arena que nos dejó aislados e incomunicados, sin visión más allá de unos pocos metros.

Cuando remitió Viggo se encontró cerca de un Chimera volcado y las órdenes dadas por voz empezaron a poder escucharse. El soldado agradeció que los skygee fueran destinados a establecer un perímetro y se colocó en su puesto, atento a cualquier movimiento que implicase una posible emboscada, aunque la situación dejaba de ser la ideal para hacerlo.

- Tiradas (1)
Cargando editor
08/11/2021, 22:55
Helga Von Havenstein

Parecía que la caminata se había parado por un chimera que se había quedado rezagado, así que había que ayudar a escabar y mover el vehículo para ponerlo derecho, pero tenía que ayudar en lo que fuera, ya sea empujando, pues no tenía 9-70 para usar y escábar mas rápido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

no ayudo mucho, pero intento hacer algo.

Cargando editor
09/11/2021, 01:43
Hains"Panzerfaust" Wald

Para cuando Hains y su pardillo llegaron a intentar ayudar, ya era tarde, solo en ese momento notaron que quizás hubiese sido mejor idea ayudar en la vigilancia pero lo hecho, hecho está, intentaron como pudieron en los esfuerzos de liberar al tanque de la arena, Hains intento apoyar con sus manos a levantar mientras el pardillo con una pala ayudo sumandose a los esfuerzos por cavar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

:S

Cargando editor
09/11/2021, 12:19
Dr. Robert James Death

Robert se puso a ayudar a dar la vuelta al chimera ignorando el comentario de Tania.  - Como tengamos que continuar andando todos los presentes moriremos de calor y deshidratación mucho antes de llegar a la colmena. - dijo simplemente antes de andar hacia el tanque volcado. No podía entender como la gente seguía poniendo sus intereses particulares, sus gustos y odios por otras personas por encima del interés común del imperio. Como pudieron, Robert y Love fueron siguiendo las órdenes dadas por el mando para ayudar aunque la fuerza no fuese lo suyo.

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/11/2021, 14:23
Adler "Chollos" Stark

Quedaba claro, que para variar Krane carecía de las habilidades sociales como para percibir las traicioneras tramas de corrupción que rodeaba a todo lo que tenía que ver con los Brilarianos.

Bueno, por suerte para el visioingeniero, podía contar con que los Custos siempre estarían ahí para cubrirle las espaldas en ese aspecto.

   - Gracias Visioingeniero Krane.- Respondió con total respeto al tiempo que le cedía su armamento y equipo para que lo examinase.

Cargando editor
09/11/2021, 14:48
Adler "Chollos" Stark

Como no, el Alto Mando la había vuelto a cagar con una planificación penosa a la hora de movilizar a las fuerzas presentes. ¿Cinco días de paseo por medio del jodido desierto hasta la Colmena objetivo? Nada mas y nada menos con unidades que no estaban acostumbradas en absoluto a ese tipo de marchas como los Custos, que eran tropas de asalto por inserción aérea. ¿Es que acaso los "grandes estrategas" se habían olvidado de que tenían Valkirias que podían usarse para algo más que mera decoración?

Absurdo. Hasta un niño iletrado de lo más profundo de una barriada colmena, en su ignorancia, podía percatarse que aquello no tenía el más mínimo sentido estratégico.

Al final, iba a terminar por pensar que el único propósito de todo aquello, era darle una excusa a Vimaranes para poder librarse de ellos sin tener que ejecutarlos públicamente con todas las consecuencias que ello tendría.

Desde luego, aquella jodida tormenta podía verse venir de lejos durante la planificación de la movilización de tropas. No había excusas.

Ahora, allí en medio de todo ese caos, pudo dar gracias al sagrado mechanicus de contar con una armadura de caparazón sellada, que impedía por completo que la arena le entrase por todas partes. Aun así, nada le libró de las fuerzas de las temibles rachas de viento y del traqueteo insistente de la arena al chocar con su armadura.

Apenas conservando la habilidad de poder ver, la unidad de los Custos junto con varios regimientos más habían dado con aquel chimera tumbado.

Chollos suspiró. No es que le gustasen precisamente los Brilarianos en ese momento. Eran unos pedantes insufribles comandados por un completo incompetente. Pero pese a la indulgencia extrema del Doctor Death (Que en ocasiones podía ser enervante), en aquella situación no podían estar de acuerdo con Tania. Estaban en medio de la puta nada y necesitarían todos los chimeras disponibles para salir vivos de aquel lugar. No era momento de andarse con resquemores personales por muy justificados que estuvieran.

   - Como siempre Doc, es usted la voz de la razón y la fraternidad.- Comentó no sin cierta ironía, al tiempo que se situaba al lado del buen medico y del Visioingeniero Krane para ayudar en volcar de nuevo el transporte.

Acostumbrado a llevar el peso de las armas pesadas de la unidad, el viejo soldado sabía como era la forma correcta de ayudar en ese tipo de menesteres. Empezando por afianzar en todo lo posible los pies en ese suelo traicionero del desierto y doblando las rodillas con la espalda bien recta, comenzó a tirar con un gruñido de esfuerzo. Al tiempo que hacía eso, uso su triplex MIU para barrer la zona vigilando las espaldas del grupo. No tenía la intención de dejarse pillar por sorpresa por aquellos Tiranidos bastardos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

PD: Bueno, un 01 en la tirada para poner bien el chimera, así que seis rangos de éxito. Se nota que el yayo hace gimnasio. XD