Partida Rol por web

Huesos y quitina [+18]

[Prólogo] - Estrella Plateada

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08/03/2020, 22:43
Magíster Sabre Rose

Habiendo sido todo armamento prohibido en las instalaciones del Estrella Plateada Kalistó optó por dejar a un lado el uniforme de probo en Molfeceno y vestir las galas propias de militar de Brilaria: guerrera borgoña con tirilla y puños dorados, pantalón negro, zapados negros con ribete carmesí y medias negras, guantes de tela negra y la gorra de plato roja con el escudo de los "Hidalgos" de Brabant en metálico.

Nada más llegar a la zona común le llegó el impacto de olores y escandalera, llevándole a parpadear un momento, aquello distaba mucho de lo que en su planeta natal habrían considerado una sala de fiestas aunque la inversión en entretenimiento para todos los estratos de El Imperio era innegable.

Sus pasos le fueron conduciendo hacia las pasarelas ascendentes, buscando aislarse de sonidos indeseados; a su lado pasaron dos cadetes con una prisionera, no tardó en comprender que se trataba de una labor de la institución disciplinaria del comisariado.

Guardó silencio y continuó con su recorrido, sin prisas que delatasen sus ganas por abandonar la zona común.

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08/03/2020, 23:28
Hermana Caelestia-Adventia Agrippa

Caelestia dio pie a la plegaria en Alto Gótico, cuando Robert siguió esta en Bajo Gótico alzó las cejas sorprendida, tensando en flagelo que sostenía en las manos, pero un breve silencio la permitió darse cuenta de que en realidad, era la misma plegaria. Esperaba que a la gente se le enseñasen estas cosas en un idioma más decente, pero decidió restarle importancia por ahora; mientras El Emperador estuviera en la mente del medicae, era lo que importaba. Tras terminar con la Libación al Emperador, Caelestia habló de nuevo:

-Lectitio Divinitatus, uno: uno. Plegaria a El Emperador.

 

Adora al Emperador Inmortal
Porque ÉL es nuestro protector

Admira al Emperador Inmortal
Por su sacrificio por la Humanidad

Exalta al Emperador Inmortal
Por su estricta guía

Reverencia al Emperador Inmortal
Por su Guardia Eterna

Venera al Emperador Inmortal
Por su Sagrada Sabiduria

Honra al Emperador Inmortal
Por su Fuerza Eterna

Glorifica al Emperador Inmortal
Porque ÉL Todo lo Ve

Ensalza al Emperador Inmortal
Por su Dominio Eterno

Saluda al Emperador Inmortal
Porque ÉL es Señor y Maestro

Adora al Emperador Inmortal
Porque sin ÉL somos Nada.

 

 

Así, en ambas lenguas, parejas pero distintas, se fueron sucediendo los rezos. Caelestia se arrodillo tras el hombre y dejó a un lado el flagelo, acercándose lo suficiente al hombre como para rodearle con sus brazos a la altura de la cintura, acomodando su pecho en la espalda del hombre y dedicando una última oración más, esta vez de una manera más íntima, cerca de su oído.

-Rezo de Adulación al Emperador. –Caelestia ya no veía necesario citar partes concretas del Lectitio Divinitatus.

O Emperador Inmortal: ten piedad de nosotros,
miserables e indignos que somos.

O Señor de la Galaxía: Protege a tu rebaño
del alien.

O Guardian de la Luz: Guia nuestro oscuro
camino con tu Resplandor.

Somos Tus guerreros y Tus siervos,
Nos mantenemos libres de la ceguera del corazón,
libres de la hipocresía, la gloria vana y los engaños,
pero cautivos del odio, la malicia y la ira, por lo impuro,
lo alíen y lo herético.

Por Tu sangriento sudor y agonía;
por Tu Trono Dorado y por Tu Muerte,
Por Tu destrucción y renacimiento como Dios
de la Humanidad,
mantennos y haznos fuertes, nosotros
que luchamos por Ti.

 

Tras terminar esa última plegaria Caelestia guardó silencio, inclinándose sobre la espalda del hombre para descansar su pecho sobre esas marcas de guerra que veía; era más que notable que esos pechos estaban casi en contacto en esta, solo separados por la túnica que llevaba la hermana; no tardó mucho en sentir los adornados y pulcros bucles de la mujer desparramarse por su cuello y hombros, y la mejilla caliente de la mujer en lo alto de su espalda, descansando mientras respiraba en paz. Lo que quizá fuera mas alarmante es que las manos de los brazos que rodeaban la cadera del hombre ahora acariciaban sus muslos, deslizándose por la cara interior de estos arriba y abajo, no era un tacto sexual; podía considerarse afectuoso incluso. Caelestia dejó escapar un pequeño suspiro, uno que indicaba conformidad con lo escuchado

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09/03/2020, 07:35
Nilsa Solveig

Las dos rubias se metieron en la zona que llevaba hacia las celdas de descanso, sin mirar atrás. Lo que sucedió allí dentro, solo Mathis lo supo, pero durante un par de días aquel hombre no iba a necesitar acercarse a una mujer... 

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09/03/2020, 14:43
Dr. Robert James Death

El ambiente tranquilo de la celda unido al aroma del incienso que lo llenaba todo había elevado la mente del doctor a un estado de concentración. Los recuerdos de su infancia con su padre se iban alternando con las horripilantes criaturas y tortuosas situaciones en las que se había visto envuelto en el ultimo año. Cuando la oración acabó, la voz de la Sororita demandó que siguiese con otra. 

Sin vacilar, Robert continuó rezando. No fue consciente de cuanto tiempo pasó. En su mente se iban sucediendo las situaciones del último año que más le pesaban en el alma y sentía como gracias a aquellas plegarias el Emperador compartía su carga aliviando llevando consuelo así a su alma. 

No oyó a Caelestia arrodillarse a su lado y por eso no pudo evitar un instante de tensión cuando esta le abrazó desde atrás. En ese breve instante, una voz en su cabeza se resistió al abrazo sintiendose indigno de que una mujer santa como aquella le tratase así pero pasado ese instante, Robert dejó de resistirse y se dejó abrazar. Recitaron juntos, abrazados, el Rezo de Adulación al Emperador y, mientras los versos del rezo iban saliendo por su boca, Robert sintió como el nudo que tenía en su interior se iba soltando. Se sentía como si relajase un músculo que llevase mucho tiempo en tensión. Había tenido que ser fuerte por muchos de sus compañeros durante el último año, fuerte por Love, por los soldados que le confiaban sus pesadillas, por aquellos que dudaban. Fuerte para seguir adelante sin poder permitirse un solo momento de debilidad, de venirse abajo, por tener que vestir siempre una cara amable, para hacer suyas las preocupaciones del resto. 

Cuando el rezo terminó y notó como la Caelestia apoyaba el rostro contra su espalda, ese nudo que llevaba soportando un año en el pecho se rompió. Sus manos buscaron los antebrazos de la hermana y los recorrieron bajando hasta cogerle las manos que le acariciaban los muslos, su cabeza se inclinó buscando la de la mujer y se apoyó en ella. Le devolvió el abrazo y se asió a él como un naufrago lo haría a una tabla que sería su salvación. 

La hermana no tardó en notar como el las silenciosas lágrimas que cruzaban el rostro del doctor le humedecían el cabello. Lloró liberando el miedo que había pasado, lloró por los compañeros perdidos en la lucha, por todos aquellos que habían caído contaminados por el caos que traían los horrores del inmaterium. 

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09/03/2020, 19:51
Viggo Falkenberg

Eso parece Bjarnni.- Le dijo el soldado a su compañero al ver como Nilsa y Silje se marchaban de la zona común acompañadas por un joven sargento de los inmortales.- Eso parece.

El hombretón se levantó de su asiento.-¿Otra ronda de estos chupitos light?- Les preguntó a sus compañeros, la bebida de aquella cantina le sabía aguada sin el sabor que le aportaba la muerte negra.

Una vez supo la cantidad de chupitos de esta ronda caminó a través de la pista de baile hasta la barra.

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09/03/2020, 20:47
Pater Sanguine

Tras el revuelo montado por el comisario, y tras pedir un vaso de vino y otro de leche, el sacerdote se acercó hasta por donde merodeaba el miembro de la Schola. 

Pavicik nunca sonreía, Sanguine siempre lo hacía. Aunque no era una sonrisa afable, era más bien una falsa, tras la que esconder sus ansias de castigar y corregir. Plantó su corpachón delante del comisario, sonteniendo sus vasos.

-Buen número comisario, así es como se entra en cintura a un suboficial de la guardia delante de sus hombres justo antes de entrar al combate- Comentó con ironía. -Seguro que es una pena el que no puedan estar en celdas individuales las veinticuatro horas del día al igual que mi infame regimiento penal-

Tras esto, tiró de citas -Dame cualquier hombre, Sagrado Emperador, y los haré soldados rectos de la guardia que cumplan tu voluntad, los guiaré con el fuego de tu credo y el férreo ejemplo del mando-

Le ofreció los dos vasos, para que eligiese el que más le apeteciese. 

-Es de San Devanor IV, en la fundación del 1º de halcones de Midgar-

-Por cierto, soy el Pater Sanguine, guía espiritual y vigilante de las pobres almas de los Descastados, un placer conocer alguien con quien desempeñar ciertos aspectos del mismo trabajo-

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12/03/2020, 19:29
Hermana Caelestia-Adventia Agrippa

Caelestia alzó las cejas sorprendida al notar el llanto y las lágrimas del hombre, retirando su rostro de este, y observando el ligero movimiento que producía en el las lágrimas derramándose. Le acarició los brazos un poco más, y cuando por fin notó que su mente aliviaba la carga que había llevado durante quizá mucho tiempo se puso en pie, lentamente. Le rodeó hasta estar de pie delante de él, su mirada una de sorpresa al ver que efectivamente había estado llorando. Las manos de la hermana se cruzaron sobre su vientre en una posición de regalía y serenidad; era un contraste con la armadura, lista para la batalla, a escasos metros de ella. No dijo nada en aquel momento; el hombre podía quedarse y hablar, o marcharse, no era necesario que la celda de la hermana la abriera ella misma desde el interior, y desde luego Caelestia podría aceptar ambas decisiones como igual de legitimas.

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12/03/2020, 19:58
Dr. Robert James Death

El hombre permaneció con la cabeza agachada un momento una vez que la hermana se puso delante de él. Terminó de serenarse y recomponerse antes de volver a mirar a Caelestia de nuevo. Permaneció de rodillas, no muy seguro de si debía levantarse o sería inadecuado pero habló. - Lo lamento Hermana, no suelo perder las formas de esta manera. - se disculpó Robert algo avergonzado. - Os agradezco esto que habéis hecho, llevaba mucho tiempo en un lugar donde la luz del emperador se vuelve más tenue. - continúo realmente agradecido. - Seguramente estuvieses al corriente de las circunstancias en las que los Custos nos unimos a este frente dado que fue Lord Malleard de Santini quien nos entrevistó uno a uno y nos declaró limpios de la mancha del caos tras lo acontecido este último año. - - Estaba suponiendo claro, pero era lo más probable. - Bueno, años. Han pasado años... Es todo tan extraño. - se corrigió a sí mismo. 

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14/03/2020, 03:09
[Muerto]Viktor Pavicik

Pater Sanguine

-Buen número comisario, así es como se entra en cintura a un suboficial de la guardia delante de sus hombres justo antes de entrar al combate- Comentó con ironía. -Seguro que es una pena el que no puedan estar en celdas individuales las veinticuatro horas del día al igual que mi infame regimiento penal-

 Pavicik giró sobre sus talones como si estuviera en un desfile y se encaró con el recién llegado.

El comisario no era ajeno al concepto de la ironía, no obstante su significado y verdadero propósito se le escapaban constantemente. Era algo inútil e innecesario en una conversación. Una pérdida de tiempo y esfuerzo verbal.

Sus dispares ojos examinaron con descaro al sacerdote recién llegado. El deber de su oficio no se correspondía con el tono y las palabras con las que se había presentado. Suspicaz por naturaleza, Pavicik llegó inmediatamente a la única conclusión posible: Un desleal que ocultaba su debilidad tras las togas de la Eclesiarquía.

La peculiar naturaleza del recién llegado era algo que no terminaba de encajar dentro del ordenado esquema del universo que había dentro de su cabeza. Eso no le gustaba.

 

Pavicik emitió un prolongado gruñido de ira contenida a modo de respuesta.

Le ofreció los dos vasos, para que eligiese el que más le apeteciese.

[...]

-Por cierto, soy el Pater Sanguine, guía espiritual y vigilante de las pobres almas de los Descastados, un placer conocer alguien con quien desempeñar ciertos aspectos del mismo trabajo-

El comisario almacenó inmediatamente la información obtenida en su mente, esperando una oportunidad para poder examinar los archivos del Munitorum relacionados con el individuo.

Sus ojos bajaron para mirar los vasos que ofrecía el sacerdote. Tras un breve instante, volvió a alzar la vista para mirar nuevamente a su interlocutor.

 

No ocurrió nada.

 

Se quedó allí, quieto y en silencio como si de una estatua se tratara, una expresión cruzaba su rostro junto a sus cicatrices que sugería un profundo desprecio.

Los dedos de su mano derecha se contraían con fuertes espamos, cerrándose en torno a su pistolera que colgaba vacía e inerte de su cintura.

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15/03/2020, 00:56
Nilsa Solveig

Nilsa y su compañera volvieron un buen rato después y se sentó en la mesa al lado de Viggo, quitándole uno de esos chupitos de blandengues y bebiéndoselo de un trago antes de enviar a su compañera a por más bebida para todos. No pensaba dejar ni un solo ticket sano. - Boh... Hay rumores de Orks. - dijo, torciendo el labio en una mueca agresiva. - Dicen que nos darán un nuevo rifle, una sorpresa. - aquello la hizo sonreir, mostrando sus dientes prístinos. Cuando hablaba de armas o equipo nuevo, parecía una niña en Sanguinalia. 

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18/03/2020, 21:56
Hermana Caelestia-Adventia Agrippa

Caelestia asintió a las palabras del doctor con una leve sonrisa en sus rojizos labios. Le invitó a levantarse ofreciendo una de sus castigadas manos.

 

-Bien, ahora arriba y  a continuar por el camino de la luz del emperador, doctor. Tendrá que salvar muchas vidas en cuanto empiece todo. No deje de rezar.-Añadió. Para cuando el hombre se levantó, Caelestia aun lo sujetaba de la mano, guiándole a la salida de la celda. Deteniéndose unos momentos mientras esta se abría.

-Nos volveremos a ver, espero.-Le dijo en un tono menos formal, sonriéndole ampliamente.

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19/03/2020, 10:28
+++ Director +++

Antes de la escena de desembarco

Tras rellenar el papeleo por el comisario Pacivik, la detenida fue llevada a la zona de castigo. Se decidió que no sería pública, y solo se aceptó la presencia de un medicae para velar por la salud de Novalee después de recibir los latigazos. Quien fue designado para dicha tarea fue Robert James Death, al cual pillaron saliendo de una celda algo retirada de la cantina. La sentencia fue ejecutada con mano firme, y fueron muchos los latigazos que Novalee recibió sobre su espalda.

Había sido atada de manos de dos columnas que la flanqueaban, y tuvieron la delicadeza de ponerle un cilindro de cuero en la boca para que mordiera. La guerrera se le fue despojada quedando únicamente con un top que cubría sus pechos. Los latigazos no tardaron en sucederse.

Cantados uno a uno, el verdugo - comisario ejecutó rápidos movimientos haciendo restallar el látigo de cuero sobre Novalee. Iban a ser ocho en total, las altas instancias del comisariado decidieron que fuera de ese modo ya que previa invasión o reconquista, no iban a perder un suboficial varios días antes de la operación. Solamente penas capitales se iban a aplicar en casos verdaderamente graves.

Cuando llegó el sexto latigazo, la sargento se desmayó quedando colgada por el dolor. La espalda la tenía en carne viva, regueros de sangre iban recorriendo su cuerpo y el top hacía dos latigazos que se desprendió dejando su torso completamente desnudo. Los dos que faltaban fueron expedidos y todo el personal del comisariado se retiró, dejando a un monaguillo soltando incienso por la sala para purificarla y disfrazar el olor a sudor y sangre. El medicae de los Custos entró en acción y sanó las heridas de Novalee. Dio gracias de que una mano anónima le dio piel sintética para ayudar a una rápida recuperación.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fin de escena.