Partida Rol por web

Poco a poco los compañeros iban llegando o iban recobrando su voluntad  y eran muy buenas noticias , quizás aún podríamos salir de esta .Con ánimo renovado vuelvo a golper al engendro intentando deshacer su oscuridad con mis puños y la luz que me rodea .Animo compañeros , destruyamosle para siempre .

La criatura estaba allí, cerca. Podía notar cómo su sangre iba a salpicar mi cuerpo.

Debe morir, tiene que morir, mi espadón atravesará su cuerpo, morirá...

Pero mi cuerpo se quedó vacío y sin energía. La espada no cayó al suelo porque pude agarrarla con suficientes fuerzas.

¿Pero qué demonios...?

No siento la necesidad de acabar con la criatura que hay frente a nosotros, es un muerto viviente, es un ser que merecería morir, pero... ¿Y qué?

Me fijo en Dino, parece asustado, aterrado quizás, no sabría muy bien decir qué le ocurre.

— ¡Dino! — exclamo antes de avanzar medio a la carrera hacia él para comprobar su estado.

Alese supo que esta vez Pelor había atendido a su plegaria, y la cálida luz anaranjada que otras veces había sanado al grupo, ahora surgió con fuerza de su símbolo sagrado para tratar de destruir a aquella horrenda criatura salida de los avernos.

Don Urik descargó un ataque sumamente poderoso, su espada brillaba con la luz del escaso sol que entraba entre las brumas de Ravenloft. El brillo de su arma, dañó al horror contra el que estaba enfrentando, haciendo que se empezase a desvanecer en girones de sombras. Parecía que aquel ser había sido completamente derrotado, pero se equivocaban. Para cuando volvieron a mirar, aquella masa informe y oscura, volvía a resurgir, como si se alimentase del odio o de las tinieblas del lugar y de los presentes. Don Urik no había podido derrotarle a pesar de haber hecho un formidable ataque.

Y entonces Quenya, llegaba junto a ellos para ayudar a sus compañeros, pero en cuanto estuvo cerca del monje, su furia se calmó y se relajó hasta tal punto que se quedó allí parada contemplando el combate que tenía Fisteus y el Caballero del Cuervo contra aquella cosa oscura.

Igor mientras tanto aprovechaba a actuar por la espalda del horror, si es que aquella cosa tenía espalda, pues parecía que hubiera en su interior miles de rostros que lo observaban todo.

El asceta, a pesar de haber calmado las emociones de la mayor parte de sus compañeros, él sí que seguía luchando y enfrentándose a aquella criatura, que aunque sus golpes no fueran tan mortíferos como los de su compañero, al menos iban haciéndole poco a poco algo de daño.

Y finalmente, un hueco se abrió entre las brumas para iluminar el símbolo sagrado de Alese. El brillo de Pelor iluminó el crucifijo que la pequeña poseía. El resplandor de aquel símbolo sagrado hizo que el girón de sombras se desvaneciese por completo. Y esta vez, para nunca más volver a aparecer.

Thokk vio como una luz emergió del sol que Alese sujetaba contra la criatura y la deshacía en pedazos. Las voces que oía en su cabeza pararon, los rostros gritaban en busca de una ayuda que no llegaba y Thokk, que se había limitado a mirar mientras en su interior luchaban el sentimiento de que tenía que salvar a la criatura contra el sentimiento de paz que transmitía el monje. 

Cuando el último de los rostros y la última de las voces hubo desaparecido, Thokk la sensación de deber proteger a la criatura enfrentándose a sus compañeros había desaparecido por completo. Agitó la cabeza sintiendo un ligero mareo ante la avalancha de ideas que cruzaron su mente a la vez. Había atacado a sus compañeros, al pobre caballero Urik había estado a punto de separarle la cabeza de los hombros. 

Dejó caer su arma al tiempo que balbuceaba una burda disculpa mientras miraba a todos a su alrededor. 

¿Cómo era posible? Su golpe había sido fastuoso, pero ese ser se estaba regenerando ante sus propios ojos delante de él.  El caballero edl cuervo se preparó para atacar de nuevo a al horror, cuando un claro se abrió en el cielo y un haz de luz chocó contra esa criatura. El poder divino de Pelor hizo que se desvaneciera entre las tineblas.

Don Urik relajó su postura de combate y miró hacia atrás. Pudo ver como Alese, símbolo de Pelor en mano terminaba la letanía que había arrojado al espectro fuera de este mundo. Agradecido hizo una leve reverencia con su cabeza.

luego se fijó en Thokk, quien parecía haber recuperado ya su conciencia y volvía a ser él. Envainó su arma y se acercó al tremendo semitroll. 

- No os culpéis amigo mio, ha sido el influjo de este horror al que la dama Alese ha enviado fuera de este mundo quien os había atrapado en sus redes. Estamos bien, eso es lo que cuenta.

El caballero tendió la mano para ayudar a Thokk a levantarse y salir de ese marchito lugar.

Igor ni siquiera había conseguido acercarse a la criatura cuando esta fue destruida por Alesse poniendo fin al horror desplegado por la criatura.

Ocaso debía estar ya lejos, e inconsciente de que la criatura había muerto, posiblemente continuara con su carrera, por lo que no sabiendo a ciencia cierta lo que debían obtener de aquella criatura, salió en busca de su fiel compañero.

Envy una vez libre del miedo paralizante de la criatura, no pudo hacer otra cosa mas que dejar salir lagrimas de impotencia ante lo que habia provocado en ella, y lo inutil que volvia a ser para el grupo. Mas solo intento hacer lo posible por limpiarcelas y no dejar que el resto las viera. No queria importunar con algo tan inutil.

-Igor, creo que lo mejor que puedo hacer aqui es ir en busca de quienes han salido corriendo, cuidame mi arma por favor, y mis ropas, no quiero arruinarlas tan rapido- Dijo mientras se las quitaba, y usaba para envolver su arma. Con un simple nudo de las mangas todo estaba unido. Y ella desnuda, lista para transformarse. -Buscare rapidamente a Ocaso y lo calmare, no te preocupes- Le dijo sonriendole un poco, y posando una mano en su hombro, al tiempo que le tendia sus cosas.

Una vez ya en el camino lanzaria un aullido en llamada de Ocaso.

Una vez el, u otra persona las tomara, ella se dejaria llevar por su lobo interior, arqueando su espalda, y luego dejandose caer a cuatro patas al tiempo que todo su pelaje la cubria. Al final volvia a aparecer esa loba que todos habian visto varias veces, mientras salia a correr en busca del resto de la compania.

Mientras avanzo en busca de Dino para cmprobar su estado, observo como finalmente la criatura se desvanece delante de nosotros gracias la intervención de la clérigo. Me siento complacido por tal efecto y solo lamento no haber podido ensartarlo de unflechazo.

— Dino, ¿estás bien?— digo al llegar junto al animal mientras lo palmeo en el lomo y entonces escucho a la mujer loboo y la veo transformarse.

— Aguarda, mi compañero y yo te ayudaremos— le digo al cambiante antes de girarme al dinosaurio—. Sigue el rastro que han dejado, ¡rápido!— y dicho eso ambos, bestia y hombre nos ponemos también a intentar localizar a los huidos.

- Si sobrevivo a esta tierra, lo que hoy he encontrado es algo que contaré para que se sepa, creo que jamás había leído sobre algo tan profundamente corrupto y corruptor. Y espero no encontrarme con más cosas de ese estilo. Empiezo a tener miedo, si esto era un guardian, no sé qué poder tendrá el gran vampiro del castillo. O nigromante, o lo que quiera que sea que habita allí. Busquemos por los alrededores y aquí mismo, bajo él, buscamos una reliquia...

- Yo te lo sujeto. - dijo agradeciendo el gesto de Envy. - pero tratándose de Ocaso, yo también iré a su encuentro. -

Bueno , eso ya se ha ido y esperemos que para siempre .Id si queréis los demás esperaremos aquí a que volváis.DIgo dejándome caer al suelo exhausto y alegre de seguir con vida.

El veterano guerrero cayó de rodillas sin resuello. El pecho le ardía, más incluso que aquella vez que bebió aquel maldito brebaje enano. 

Hijo de la gran... cof, cof. 

Un tremendo ataque de tos hizo que que diera con su cara era en el suelo. Al terminar y separarse un esputo sanguinolento manchaba la tierra donde unos segundos antes se apoyaba.

Su pensamiento fue para su mujer y su hija... No, así no me presentaré ante vosotras.

Con un tremendo esfuerzo consiguió ponerse de pie y mirar a su alrededor para intentar saber cual era su ubicación y volver con los demás. No era consciente ni donde ni cuanto tiempo había estado corriendo. Suponía que no mucho, ya que todavía había aliento en su cuerpo.

Oye Fisteus dije, acercándome al asceta. No se qué me has hecho, pero se que has sido tú. ¿Qué te parece si la próxima vez combates más alejado de mí? Me quitas las ganas de pelear

Caminé tranquilamente hasta donde había estado la criatura y me agaché. Miré a mi alrededor. ¿Qué habría levantado a aquel ser tan espantoso?

Yo ?Digo señalándome con el dedo.Disculpa pero he estado muy ocupado luchando contra eso como para ocuparme de nada más pero si tu lo dices será verdad.Aunque algunos compañeros no han tenido ese problema y han luchado junto a mi contra el  engendro  me alejaré de ti a la hora de combatir si eso te hace feliz.

La sensación de miedo que me paralizaba va cesando y me siento libre de moverme de nuevo. Al ver acercarse a Ravyn temo una reprimenda por su parte por no haberle ayudado contra ese ser, así que me sorprende cuando simplemente me manda rastrear a los humanos que han huido.

Olisqueo el aire en busca del rastro, pero rápidamente precibo tan solo el hedor de ese ser muerto y mi cuerpo se paraliza durante un par de segundos. Muevo el rabo de un lado a otro y simplemente me acerco a Ravyn, incapaz de cumplir sus órdenes.

La paladín se deja caer de rodillas al suelo en cuanto los últimos restos de su adversario han desaparecido. Se da cuenta de que ha fallado, cuando parecía que había logrado sobreponerse al horror que tenía delante, se ha quedado paralizada y ha sido incapaz de ayudar al grupo en un momento tan delicado.

Cierra los ojos y recita una oración para sí, intentando recuperar algo de la confianza en si misma y en su fe.

Cuando finalmente se levanta, su rostro aún está lívido y asiente mirando a Alese, intentando mostrar que está de acuerdo con sus palabras.

-Debemos buscar la reliquia.

La maldad de este lugar empieza a parecer invencible, y lo más difícil está aún por llegar.