Partida Rol por web

- Pues iremos a buscar mas cosas en la Mañana, quizas el nuevo aire del dia nos de mas pistas para encontrar al culpable del secuestro - Dijo el Bayushi levantandose del lugar.

Procurando ser cuidadoso con las suturas se acerca al bushi Grulla.

-El único capaz de encontrar al chico sería usted, Daidoji-san. Creo que la decisión está en sus manos. El resto creo que seríamos incapaces de seguir el rastro de un niño ligero, y más aún de noche.

- Va a resultar muy difícil rastrear cargando con un herido grave, un bandido atado y otro inconsciente, y una joven, pero de todas formas hay que encontrar un camino de vuelta... Sin embargo, primero me gustaría echar un vistazo a la cabaña. Tal vez haya algo que nos sea de ayuda.

Junichiro se acercó a la cabaña y entró en ella para echar un vistazo

El interior de la cabaña es rustico pero resistente. La estructura esta hecha con gruesos troncos endurecidos a fuego, sostenidos por piedras,. El techo principal, a pesar de que por fuera es de pieles, por dentro es de placas de madera laqueada, extrañamente similares a las que conforman una armadura... Tal como comprobaran en el combate, la unica parte traspasable serian las paredes de piel, aunque solo de cerca.

El piso no tiene alfombra, es de tierra apisonada. En el centro del lugar, la posicion mas protegida, hay una estera sencilla. A sus costados se apilan varios yari. Contra las paredes hay vasijas de barro para guardar agua, y cajitas de alimentos corrientes. Un pequeño mueble parece haber servido para guardar ropa y cosas, pero esta roto, probablemente saqueado por los bandidos. A simple vista, no hay nada mas, el ronin parece vivir con sencillez no exenta de comodidad y seguridad.

Hay multiples huellas de los pies descalzos de los ashigaru, y otras mas pesadas de zapatos, probablemente del jefe. Estas deberian tapar las otras, pero no lo suficiente para tus habilidades. Notas que tambien hay mas viejas descalzas, que deben ser de Tanimoto, y unas apenas discernibles, de la niña, recientes. No hay mas que esas sin embargo.

Anzai tosió, llevaba un rato sin hablar, esperando recobrar fuerzas:

- Señores, el chico anda en peligro, no puedo permitirme el que le pase nada, continuaremos como podamos ya que el tiempo va en nuestra contra. Todo aquel que sinceramente no se vea con fuerzas para perseguir el rastro que haga la también honorable tarea de vigilar a los prisioneros y mantener a salvo a la joven Suzue. ¿Qué opina Daidoji-San, señores? - Dijo con una sonrisa ladeada característica suya en los momentos en los que sabia que debia perseverar.- Y por cierto, Kuni-San, Daidoji-San, gracias por los cuidados, no lo olvidaré...

Junichiro salió de la cabaña y se inclinó respetuosamente ante el agradecimiento del Mantis

 - No tiene importancia, Anzai-sama. Solo hice lo que debía. Luchasteis valerosamente y heristeis de gravedad a ese miserable; no hubiese sido justo ni honorable no atenderos cuando estaba en nuestras manos hacerlo.

Luego recuperó su postura erguida

- En la cabaña no hay nada útil; el ronin estuvo aquí, pero antes de que llegasen los bandidos. Y no hay rastro de huellas del niño. Tendré que encontrar de nuevo el rastro, aunque con todo el caos de la escaramuza temo que se hayan borrado las pistas.

Junichiro se echó su mochila al hombro y se puso a otear el terreno. Cogió una tea de la hoguera, y la usó a modo de antorcha improvisada.

- Bien. Necesitamos a alguien que cargue con la escoria que dirigía a los bandidos, y Anzai-sama quizás necesite ayuda para moverse. Yo no puedo hacerme cargo de alguien mientras trato de encontrar un camino. Y no me convence dejar a nuestro prisionero sin vigilancia ni a la muchacha sin protección... Creo que esto nos va a llevar bastante tiempo. Pero no podemos quedarnos aquí más tiempo; cuanto más tardemos, las posibilidades del niño se reducen, y nos arriesgamos a que esas ratas vuelvan con refuerzos.

Mientras sus compañeros decidían como repartirse las cargas, Junichiro se puso a rastrear por los límites del claro, donde el bosque se alzaba de nuevo, en busca de algún rastro útil.

A pesar de explorar la zona, lo unico que hallas son los mismos tipos de huellas que en la cabaña, o sease los ashigaru con su jefe (que parecen haber venido de todas direcciones) y las de la muchacha, que vienen aproximadamente por el camino que debio seguir desde su casa. Hay pocos rastros del ronin y estan muy dispersos, como si recorriera el claro con frecuencia, de un lado a otro, revolviendo su pista. Dado que las huellas se pierden al meterse en el bosque, es claro que el hombre se toma esas molestias para ocultar su rastro cuando no esta. Te es imposible saber hacia donde ha ido.

-Dadme un segundo que me quite esta molestia de aquí.- Sin mucho miramiento, Higetora echó mano a la bolsa de medicinas de Junichiro, se sentó en un tronco caído, y comenzó a tratar su propia herida de flecha.- Personalmente, creo que lo más adecuado en este caso sería volver a la casa del carpintero, dejar a Suzue con su padre y a los prisioneros bajo custodia, y dejar a Anzai para que recupere sus heridas.- Dijo el Kuni mientras trataba su comparativamente leve herida.- Sin embargo, Daidoji-san, si creéis que esto podría enfriar el rastro demasiado como para seguirlo, entonces habrá que seguir adelante. - Tomó aire un segundo.- Que Anzai se apoye en Shiba-san y yo me encargaré de los prisioneros. La niña no está herida y puede caminar.

-Puedo... puedo regresar sola... ahora tengo... una idea del camino...+dice, tratando de animarse a ser valiente, mientras observa como Kuni se trata su herida+... pero... hare lo que ordenen... nobles samurai...

- Me temo que tendrás que acompañarnos un rato más, pequeña. Estas no son horas para que una doncella camine sola por los bosques.

- Creo que tendremos que seguir el plan de Kuni-sama; no he encontrado ningún rastro que nos pueda decir donde se encuentra el pequeño. Así que lo mejor será dejar a prisioneros y heridos a buen recaudo y luego reanudar la búsqueda.

Cogió su petate y se puso en marcha

- Vamos. Debemos regresar al pueblo cuanto antes

Denbe se apresta a servirlos con su habitual eficiencia, habiendo prestado atencion a la charla que discurre en la estancia. Conduciendolos al pasillo, los guia hacia un corredor interno donde se alinean varias habitaciones, poco lujosas pero comodas, cada una con su estera y un cofrecillo donde guardar objetos importantes.

- Pueden descansar aqui señores. +indica suavemente+ Desean algo mas?

 Gracias, Denbe-san. Necesito que me haga saber si llegan nuestros compañeros en mitad de la noche, no se preocupe molestar nuestro sueño. O yasumi nasai.

El bushi Fénix se aproximó a Anzai-san y con algo de incomodidad por sentir el contacto de otro samurai, le ayuda a caminar, siguiendo los pasos del bushi Grulla.

Su herida le ardía en dolor pero intentaba mostrar la paz y la serenidad característica de su clan, lográndolo a penas.

bayushi fue guiado hasta la habitacion que se el habia entregado para pasar la noche, entro en ella y cerro la puerta corrediza para obtener privacidad, dejo su Wakizashi a un lado y cerro ambos ojos para calmar su ser, habia fracasado y eso le molestaba por demas, no se sentia bien e incluso deseaba que ningun familiar se enterara de ello.

Un suspiro le calmo y sus oidos comenzaron a expandirse mas alla de lo normal obteniendo el susurro del silencio.

Con un leve siseo entre dientes, Higetora se echó el cuerpo atado e inconsciente del hombre de negro al hombro.- En marcha pues.