Partida Rol por web

Con el bandido maniatado, Junichiro relajó la pose y destensó el arco.

- Tal vez pueda echar una mano. Tengo algunos conocimientos de primeros auxilios y material médico en la mochila.

El grulla revuelve la mochila y saca una bolsa con material médico: aguja e hilo para coser heridas, hierbas, ungüentos... No gran cosa, pero lo justo para salvar una vida después de un combate.

- ¿A quien atiendo primero?

Higetora abrió los ojos al terminar la plegaria. Pudo notar como el Agua interior del Mantis entendía la necesidad de aquél del que era parte y se puso a trabajar. - Vivirá.- Responde sin alzar la vista.- Ahora está estable y los kami acelerarán su recuperación, pero ahora necesita que sus heridas se traten de una manera más mundana.-

Giró ligeramente la cabeza hacia el Daidoji al oír su pregunta.-  Podéis empezar por ahí, Daidoji-san. Voy a ver que pueden hacer los kami por nuestro compañero Shiba. Y si os sobra tiempo y material, creo que ese pedazo de escoria envuelta en negro no está muerto del todo. Quizá querráis estabilizarlo y cargarlo para que pueda ser juzgado y ejecutado. O llevar a cabo la sentencia ahora mismo.- Higetora se alzó de su posición arrodillada, y se dirigió pergamino en mano hacia el Shiba.

 - Bueno, no soy magistrado, pero por mi parte podríamos llevarlo al pueblo y darle un castigo ejemplar, aunque si se muere por el camino tampoco me voy a entristecer. No merece la pena malgastar vuestro talento y mis materiales en alguien como él, aunque me quedaría más tranquilo si lo ataseis también.

Junichiro se acercó al magistrado herido, y percibiendo que estaba consciente, le habló

- Esto tal vez os duela un poco, Anzai-sama, pero os hará bien

Acto seguido, desenvolvió el material y empezó a coser las heridas del Mantis

Revisando sus profundas heridas se apoya en un árbol, ya casi incapaz de tenerse en pie.

-Hagamos lo que hagamos lo mejor sería alejarnos de aquí en cuanto sepamos qué pretendían. Pueden volver en cuanto nos confiemos, los que han huido, y con refuerzos.

- Conclusion, aun ninguna.... - respondio el joven escorpion - Quizas algo de valor que solo la familia pudiera usar y necesitarian a lso niños para hacerlo - Miro el piso mientras su cabeza comenzaba aa pensar a mil... demaciadas hipotesis que podian llevar a otros mil caminos... pero cual era el exacto que les daria la primera pista.

- Los Kamis no pudieron darnos respuesta alguna, Iuchi intento hablar con el viento pero el mismo no respondio.... quizas debamos encontrar a los demas -

Yoritomo siente apenas dolor cuando la aguja improvisa una costura superficial, aunque exitosa, que cierra las heridas parcialmente, disminuyendo el sangrado. Sin embargo el magistrado esta lejos de poder levantarse y andar por su propio pie...

El hombre de negro esta inconciente, por lo que no es un problema atarlo, pero el ashigaru es quien sorprende un poco, dejandose atar mansamente...

Como organizarse ahora? El unico sano es Daidoji. Y si bien la herida de Kuni no es seria, las de Shiba si que lo son, por no hablar de las de Yoritomo y el desconocido... El ashigaru atado no es, desde luego, alguien de confiar para cargar con ninguno de los heridos, y la niña es demasiado debil...

-Una lastima...+niega con la cabeza, apenado, para luego añadir+. Pero, ya es de noche cerrada ... No es prudente, en modo alguno, que ustedes dos vallan a ciegas a buscarlos... Confiemos en que las habilidades del Daidoji... y del Shiba +añade, mirando a la dulce joven que esta con ustedes, silenciosa.+ los mantengan a salvo. El resto me temo debera esperar al amanecer. Aunque... si lo desean, pueden regresar a la casa del carpintero. Tal vez pasaran algo por alto, y ademas conviene que Hirohisa-san este acompañado. Estan de acuerdo?

Lo dice en un tono de pregunta dulce...

Entendiendo el tono y sabiendo que habían interrumpido una conversación importante, Inuchi acepta la gentil sugerencia y asiente, moviendo a su compañero escorpión para que permitan que el flujo de las energías del lugar continúe imperturbado.

Muchas gracias por su tiempo, Bayushi-sama. Ha sido vigorizante encontrar de nuevo el camino, que la noche les sea plácida. Se despide de todos los presentes y lanza una furtiva mirada a los jugadores de shogi.

Higetora entrecerró los ojos y recurrió de nuevo a la llamada de los kami, esta vez para que intercediesen por el Bushi Shiba. No le sanarían completamente pero al menos aliviarían parte de su carga.

Tras terminar de suturar las heridas de Anzai, Junichiro sé quedó pensativo unos segundos

- En las condiciones en las que estamos, no creo que sea recomendable seguir explorando el bosque. Aquella criatura mencionó que el niño estaba en una cabaña de un hombre que vivía en el bosque, y estos bandidos buscaban a aquel ronin, ese tal Tanimoto, así que intuyo que Tanimoto es ese hombre de la cabaña, y que debe vivir por aquí cerca. Tenemos dos opciones: buscar un camino de vuelta al pueblo, o tratar de encontrar la cabaña del ronin y confiar en que nos deje reposar. Si las Fortunas nos son favorables, tal vez el espiritu nos dijese la verdad y el niño esté en esa cabaña... Sé que no es muy honorable pedir cobijo a un ronin, pero siendo realistas no estamos en condiciones de otro periplo por el bosque, y si regresamos sin el pequeño al pueblo habremos fallado a nuestra palabra... ¿Que opinan, samas?

Se levantó y le tendió una mano a Anzai para ayudarle a levantarse

- Levantaos con cuidado, Anzai-sama, no se vayan a romper las suturas

-De.. de que hablais? Que pequeño?..

Poco a poco la joven va recobrando nocion del entorno, pero todavia balbucea bastante y habla atontada.

-Esta es... la cabaña de Tanimoto... pero el... no esta... Que buscais aqui.. quienes sois?

- Opino, Daidoji-san, que antes de nada debería ayudaros a tratar las heridas de Shiba-san. El hombre tiene constitución Cangrejo, pero aún así, no vendría mal echarle un vistazo a sus heridas. Y bueno, como puede ver, aunque el Mantis sobrevivirá, no va a estar en condiciones de moverse sin al menos una noche de reposo. Creo que lo más sensato sería lamernos las heridas y seguir mañana.

Ante los balbuceos de la joven, Higetora se acercó con cuidado, se echo hacia atrás el sombrero de paja, y con una voz mesurada y cálida se dirigió a la niña.- Tranquila, Suzue-chan. Mi nombre es Kuni Higetora, y soy un humilde siervo de los kami; el hombre grande con la armadura naranja brillante es Shiba Bankunaruchi, y el que está a su lado es Daidoji Junichiro. Tsuruchi-sama, el magistrado que se encarga de vuestra seguridad, nos ha pedido que te encontremos. - Con una sonrisa afable y el más mínimo tono de reproche, añadió.-  No deberías preocupar así a tu padre, jovencita. - Las entrañas de Higetora se retorcieron al tener que mostrarse amable con una niña tan redomadamente imbécil, pero ahora mismo necesitaba que ella confiase en ellos y no podía permitirse que su desagrado por la estupidez de la niña se filtrase en la conversación.

 Junichiro asintió al Kuni y se acercó al Shiba.

- Bankunaruchi-sama, permitidme echarle un vistazo a vuestras heridas

Preparó de nuevo los ungüentos y el hilo de sutura y se dispuso a cerrar las heridas del Fénix

Dócilmente el bushi se deja tratar por ambos y espera unos segundos para reincorporarse.

-Gracias, compañeros.

Se acerca al criminal de negro con una mueca de dolor en su rostro y apoyándose en su katana, tratando que sus heridas no vuelvan a abrirse.

-¿Qué hacemos con esta escoria? Yo no creo que pueda llevarle, en todo caso puedo vigilarle a él, aún me quedan fuerzas - dice señalando al bandido maniatado.

La joven baja la cabeza, asintiendo al regaño disimuladamente suave del cangrejo.

- Es cierto... Pero, deje una carta explicando el motivo! Ademas... +junta las manos+ si Tanimoto-san hubiera estado, el se habria encargado facilmente de estos ... hombres....y vos y vuestros valientes compañeros no hubieran sido heridos... Snif! +comienza a lagrimear+ No saben cuanto lo lamento! Pero es que yo no sabia!!....

Las lagrimas se le escurren por la blanca mejilla rapidamente... Baja la cabeza y se entrega al llanto sin disimulo.

Hiroto quedo en el mas profundo silencio como si este estuviera haciendo una comunion por dentro ante las palabras de su Sensei, asintio con la cabeza y realizo una reverencia diestra de un cortesano para los presenes y luego se retiro hacia un lugar donde pudiera pensar un poco. Algo en el pecho le molestaba....

Como decía antes de retornar a la posada, puede que no hayamos buscado bien. Sólo buscamos en el cuarto de los niños y el padre ¿Qué hay de los otros espacios?

Junichiro suspiró con fastidio ante las palabras de la joven

- Así que entonces el niño no está aqui... Esto empeora las cosas. Escúchame bien muchacha: creemos que tu hermano te siguió cuando tu te marchaste de casa. ¿Sabes si solía ir a algún lugar concreto del bosque?

-Eh? +murmura, desconcertada, mas luego niega con la cabeza+ No... no tenemos permitido venir al bosque... nadie viene aqui por miedo a la bruja... Solo Tanimoto-san tiene el valor.