Partida Rol por web

Khasar se rascaba un costado de la cabeza mientras miraba a Althaea contar todo eso con total desconocimiento pero sabía que quizá pudiera ser una de sus artimañas así que hacía como que iba a abrir la boca y no decía nada, se cruzó de brazos, tosiendo un poco para sus adentros.

Oh, por favor. Si estáis aquí no es porque hayáis alterado el orden, es porque uno de mis muchachos vio como la bruja se fijó en vosotros. Y si vais tras ella, ya no hace falta que atéis nada. Os lo explicaré todo. Floki es uno de los generales del ejercito de Aderian, le enviaron aquí con un puñado de hombres para supervisar la construcción de este fuerte y para proteger la villa en caso de que cualquiera de los hermanos del rey se atreviera a cruzar la frontera. Nos enviaron a un puñado de hombres con él, Floki siempre iba acompañado de la bruja y fueron los que idearon este encantamiento sobre la población. El encantamiento, entre otras muchas cosas, hace que la gente se gaste todo su dinero en apuestas en los establecimientos. Luego ese dinero lo recaudamos nosotros y con ese hemos construido el fuerte y se está pagando la mayoría del equipamiento del ejercito de Aderian.- comentó de manera tranquila mientras se quitaba el casco y lo dejaba encima de la mesa.- Hace unos meses Reynac y Floki discutieron, haciendo que esta última se fuera. Floki nos dijo que no nos preocupásemos, que Reynac no se atrevería a destruir el encantamiento pero hace unas semanas lo intentó.- el capitán de la guardia señaló hacia Afvaldr- Con la ayuda de ese hombre y su grupo. Mataron a algunos guardias antes de que los pudiéramos reducir. Pero ya visteis cómo quedó él y su grupo. Floki les metió este encantamiento en la cabeza, no sé cómo lo hizo, pero parece que también tiene nociones mágicas. Lo perdieron todo a los pocos días y se dedicaron a asaltar por los caminos, y pensar que eran tan mojigatos cuando vinieron aquí...

La sonrisa socarrona que se dibujaba en la boca del capitán durante todo su discurso ocultaba unas intenciones que no os quedaban del todo claras.

Ahora bien, nosotros tenemos prohibido matar a Reynac y si bien buena parte de la guardia está bajo mis órdenes la otra mitad le debe lealtad a Floki y si le contradigo no me harían caso. En mi opinión la bruja debe morir, si deshace el hechizo del pueblo nos joderá a todos, así que vosotros vais a ser los que le den muerte. Luego os podréis ir de Villa Arroyo como ya teníais intención de hacer antes de venir a los calabozos.

- Somos mercenarios- respondió secamente Zeki- Nuestros servicios tienen un precio. ¿ Qué ofrecéis?

Respondió con la seguridad de quien da algo por hecho. No hacían falta más explicaciones.

Khasar se cruzó de brazos escuchando atentamente al capitán algo sorprendido por todo eso.

¿Entonces me estás diciendo que la gente parece siempre tan feliz y necesita siempre el dinero porque necesita gastárselo? Floki entonces nos mintió, si que conocía a ese tipo. y señaló a Afvaldr. ¿Entonces no queréis que el encantamiento se rompa, solo queréis que muera esa tal Reynac? solo eran dudas por parte del semiorco. Además el capitán ahora tenía que contestarle a Zeki con respecto a una recompensa por meterse en tal berenjenal.

Zorpex se había mantenido callado, pero no perdió detalle de toda la conversación, especialmente del relato del guardia. Esa sonrisa le hacía parecer que ocultaba algo, ¿sería así?

En cualquier caso, la historia explicaba muchas cosas, y coincidía con las sospechas que el gnomo tenía y que quiso compartir con sus compañeros antes de ser detenidos. Y es que él mismo había sentido esa atracción hacia al juego, como confesó a Zeki en las mesas. Pero lo que más le asombró fue el descubrimiento de la identidad de la misteriosa mujer. También tenía todo el sentido. Ella era ajena al conjuro, y qué mejor explicación que el hecho de que se tratase de su creadora.

El pequeño mago no podía negar que estaba entusiasmado con todas estas revelaciones. Era un plan magnífico, y ese hechizo... ojalá poder conocerlo y apuntarlo en su libro de conjuros. Sin embargo, había algo que ensombrecía este entusiasmo. Estaban exprimiendo a unas pobres gentes. No sólo económicamente, sino mental y físicamente, hasta dejarlos como este pobre mendigo desesperado. ¡Era terrible!

Si en verdad Reynac pretendía deshacer el hechizo, Zorpex estaba inclinado a que sucediera. Por supuesto, no lo dijo. Esperó a ver qué respondía el guardia a Zeki y Khasar y sólo añadió una frase.

-Ardo en deseos de dar con esa bruja.

No mintió. El gnomo quería hablar con ella para tener su versión de todo este asunto.

- Todo encaja. -Escuchó las palabras del guardia, atenta tanto a lo que decía como a lo que pudiesen relatar sus gestos.
Ahora entendía muchas cosas y se demostraba una vez más que los de arriba machacarían a los de abajo siempre que pudiesen. Al final resulta que los pedazo de mierda sois vosotros, ¿eh?

Su rostro se mantuvo neutral en todo momento, salvo cuando dijo que serían ellos quienes se ocuparían de acabar con la bruja. Ahí mostró una sonrisa de complicidad con el capitán de la guardia.

- Yo también -añadió a las palabras de Zorpex aún sin quitar la vista del capitán-. A parte de la recompensa -volvió a dirigirse a este último- necesitaríamos saber que de pedirla, tendríamos la ayuda de tus hombres. Pero hasta que nosotros la pidamos tendríamos que tener independencia total y absoluta. Porque está visto que si os entrometéis sin que os lo pidamos nos echáis por tierra los planes, y no queremos que eso vuelva a pasar, ¿verdad?

No. No vais a tener la ayuda de mis hombres. Vais a atacar a la bruja tal como teníais pensado en un principio, y acabaréis con ella. Así no volverá a intentar destruir su propio encantamiento y Villa Arroyo seguirá como está. Dándonos beneficios. Y por supuesto que Floki conocía a este hombre, fue él mismo quién lo noqueó por primera vez. Fue tan estúpido de creer que un ataque directo funcionaría contra nosotros.- el hombre miró con recelo al bandido que os había asaltado en la entrada a la villa. - Esto funcionará así, saldréis de la villa en busca de la cabaña que tiene esa bruja a las afueras. Os seguirán de cerca algunos de mis hombres, los que os han estado siguiendo desde que entrasteis en La Pezuña Brillante. Si por alguna razón intentáis huir de Villa Arroyo nos avisarán, y más vale que seáis más rápidos que nuestros caballos porque os daremos muerte cuando os encontremos. Ahora bien, como dice vuestra compañera mediodemonio, si sois mercenarios os merecéis una paga. Pues aunque lo hacéis por vuestro interés, me hacéis un favor a mí. Dos mil quinientas monedas de oro cuando me traigáis la cabeza de Reynac. Es mucho dinero, pero el justo porque nadie amenace nuestros ingresos.

El hombre parecía mucho más calmado y seguro de lo que estaba anteriormente, miraba hacia Zeki y parecía que en estos instantes su cabeza iba a toda velocidad. Planeando qué hacer en cada momento, como si vuestra llegada hubiera ocasionado una caída de fichas a su favor.

- Yo también estoy deseando dar con ella- dijo la hechicera al hilo de las palabras de Zorpex, lanzándole una mirada cómplice. Antes de matarla por unas monedas de oro habríaque escuchar lo que tiene que decir...

La guardia de la cuidad no le inspiraba ninguna confianza. Era una mercenaria, hacía aquello por lo que le pagaban, pero no le gustaba que le mintieran. Si se contrata a una mercenaria como ella, no había que andarse con rodeos ni justificaciones del trabajo: "este es el trabajo y este es el pago". Cuando adivinaba intenciones ocultas... podía pensar que el trabajo en realidad fuese más valioso de lo que le ofrecían.

Entonces al menos dejadnos descansar en la posada antes de este trabajito. Llevamos sin dejar de dar vueltas desde esta mañana y no vamos a rendir bien si no descansamos, como entenderás. Hemos pagado unas habitaciones en la posada de la Pezuña Brillante para esta noche.

Todo el asunto le parecía peliagudo a Khasar pero 2500 monedas de oro son una buena suma y al fin y al cabo es a lo que se dedicaban.

-Eso es. Algunos de nosotros todavía estamos algo maltrechos por el entuerto con estos bandidos. Después de una noche de descanso estaremos listos para hacer una visita a la bruja.

El gnomo ya estaba más calmado, con las cartas sobre la mesa y un acuerdo prácticamente cerrado entre las partes.

-Necesitaremos un mapa o indicación precisa de la localización de la cabaña de Reynac.

Poco más le quedaba por decir a Zorpex. Una vez todos acordaran el trato, esperaba descansar, al fin, en la posada. Allí hablaría tranquila y discretamente con sus compañeros sobre todo este asunto.

No podéis ir a la posada. Cuanto más tiempo paséis en Villa Arroyo más propensos seréis a sufrir el encantamiento, estoy seguro de que más de uno de vosotros habrá caído ya a pesar de llevar unas pocas horas aquí. Y creedme, cada vez se hace más fuerte. Tanto que os quedaréis atrapados en Villa Arroyo hasta perder todo y no me serviréis de nada. Si queréis dormir en algún sitio, que sea fuera de la ciudad.

El hombre se levantó y fue en dirección hacia la puerta, abriéndola para dejaros pasar. En la salida había bastantes guardias mirandoos con cara de malas pulgas, un poco alejados de la puerta pero atentos a lo que el capitán les iba a ordenar. Este, sólo hizo un movimiento con la mano y la mayoría de hombres se dispersaron.

Ah, y no sé dónde vive la bruja. Está en alguna de las colinas, no muy lejos pues viene a menudo.- En ese instante, Zorpex recuerda que la última vez que vio a la mujer, alejándose de la ciudad y perdiéndose en una de las colinas era en dirección hacia el este.

Se limitó a asentir con la cabeza.

- Entonces miraremos dónde poder descansar, porque sí, lo necesitamos. -Comenzó a caminar en dirección a la puerta pero antes de salir por ella se detuvo mirando al capitán-. ¿Y cómo es que vosotros resistís a ese encantamiento? Si hay algún truco no nos vendría mal conocerlo si eso nos permite estar más protegidos contra su magia...

¿Ni siquiera reabastecernos para descansar mejor fuera de la villa? Algo tendrás que dejarnos hacer si pretendes que actuemos como es debido para un trabajo cuando parte de nosotros están heridos.

Khasar no parecía desatender el hecho de que necesitaban al menos un descanso corto para reposar al menos, y ya que no tenían muchas cosas después de salir esta mañana, sería lo suyo hacerse con algo más si no podían descansar en la posada.

Antes de que se pelearan Floki y Reynac, la bruja forjó unos cuantos colgantes que servían de protección. Pero no puedo daros ninguno, hizo los justos para los hombres de la guardia.- el guardia miró al semiorco - Seguro que os las apañáis, aun así puedo ordenar a alguno de mis hombres que os lleve comida a las afueras.

Zorpex se palmeó la frente con la punta de los dedos. Qué idiota no haber caído en que, efectivamente, descansar en la ciudad les exponía al hechizo. Mal que le pesase, el guardia tenía razón. Debían abandonar la ciudad.

El mago asintió a las palabras del capitán y se preparó para marcharse.

- Sería de agradecer que nos acercasen comida y bebida, sí. -Hizo una inclinación de cabeza a modo de agradecimiento y salió de allí tras Zorpex. No había tiempo que perder.

- Genial- protestó Zeki- A la mierda mi esperanza de dormir en una cama- suspiró resignada- Bien, pues vamos allá. Cuanto antes acabemos con ese hechizo antes podremos echar un sueño como los dioses mandan.

Khasar mascullaba maldiciendo mientras se dirigía de nuevo a la posada para decirle al semi-orco que lo sentía, pero no podrían usar las habitaciones, tenían un trabajo entre manos.

Tras dejarle el mensaje al semi-orco volvió a reunirse con el grupo para encaminarse a la salida de la Villa.

¿Entonces alguno se quedó con la dirección a la que se marchó la bruja cuando la perdimos de vista? dijo el bárbaro rascándose la cabeza ya que él no tenía ni idea de por donde desapareció la bruja.

Zorpex os guía hasta la zona donde os encontrasteis a el vagabundo y os encamináis hacia la colina boscosa donde habíais visto por última vez a Reynac. En la puerta de la villa, uno de los guardias con rostro ceñudo os entrega comida mientras esperáis a la llegada de vuestro compañero semiorco. Las raciones que os entrega consisten en pan, frutas y queso.

Una vez estáis fuera de las lindes de la villa, encontráis un buen sitio donde descansar antes de buscar a la bruja y, de paso, poder formular un plan entre vosotros.

De nuevo estaban fuera de la ciudad, a campo abierto, y Zorpex necesitaba un poco de civilización. No obstante, tendría que esperar. El gnomo preparó un sitio para descansar, y acercó un tronco donde sentarse y poder hablar tranquilamente con sus compañeros.

-Bien. Al fin podemos hablar con libertad. Me gustaría escuchar qué opináis sobre este asunto y qué pensáis que deberíamos hacer. Mi propuesta es escuchar la versión de Reynac, en primer lugar. No pude determinar si el guardia nos mentía con su relato, pero a fe mía que ocultaba algo. En cualquier caso, y aún siendo completamente cierta su historia, no estoy por la labor de ayudarle a que ese infame hechizo continúe afectando a las gentes de la villa y a cualquier visitante que se acerque.

El gnomo dio un trago de su cantimplora, que había sacado junto al resto de cosas cuando acomodó su rincón.

-Yo mismo empecé a notar el efecto del conjuro. Es terrible, cruel e inmoral. Si Reynac pretende deshacerlo, voto por ayudarla a que lo haga, aunque eso nos gane la enemistad de la guardia de la ciudad.