Partida Rol por web

Recibí con sorpresa la oferta de Elrond. Aunque mi primera intención fue no responder, finalmente decidí escucharle.

- Una vez, hace mucho tiempo, los enanos confiamos en los elfos para defender Erebor, y no creo que sea necesario recordar lo que ocurrió. No confío en vosotros, puede que en lo que dure la campaña, tus promesas se cumplan, pero después... Necesito algún tipo de seguridad, necesito saber que Rivendel no supondrá peligro alguno para mi gente, ni ahora ni en el futuro. Júrame que tus elfos no pisarán nunca mis tierras sin mi consentimiento, y podrás contar con mis hachas.

Si queremos proponer una alianza, ¿ponemos el mensaje solo para el director, lo ponemos para los que queramos que formen parte de la alianza o para quien?

Solo para el director y los jugadores implicados. Pero hacedlo ya. En teoría, ya tendríais que haber acabado. Cuando termine el turno 1, se acabaron las alianzas en secreto sin posibilidad de ser descubiertas.

Vale, entonces nada, porque lo que yo quiero hacer es una vez ya ha empezado la partida. No sería justo hacerlo ahora.

Elrond firmó el documento proveniente del señor Glóin a regañadientes...la desconfianza no se solucionaba con más desconfianza, aquellos testarudos enanos solo recordaban cien o doscientos años de Historia. Los elfos siempre habían estado del lado enano y viceversa, en tiempos difíciles fueron los únicos que combatieron a la Sombra, no los numerosos hombres ni otras razas, solo el hacha y el arco pudieron evitar que la Tierra Media se colapsara.

- Mi buen Glóin, tenéis mi palabra que ningún elfo de Rivendel atacará vuestras tierras. Lo mismo espero así pues del pueblo enano. Como muestra de buena voluntad, os ayudaré a conquistar un territorio cercano.

Larga vida tengáis

El elfo parecía estar de acuerdo. La posición de Rivendel en la Tierra Media les permitía movilizarse por todo el territorio de la Comarca, siempre que Saruman no tratara de hacer lo propio. Y al conquistar Forodwaith, tenía a mi disposición un puerto, una manera rápida de llegar al sur. La alianza de elfos y enanos nos permitiría controlar todo el norte, a la espera de ver qué harían los hombres, los Lorien, el mago blanco y Sauron.

- Mis enanos solo pisaran tus tierras si los llamas al combate. En cuanto recupere Erebor, sellaré nuestra nueva alianza con un presente. Un colgante de gemas blancas de Lasgalen, muy apreciadas por el señor elfo Thranduil. De esta manera, podrás ver mi generosidad y mi más puro deseo de que la alianza se mantenga fuerte.

Creo que está claro con nuestros post anteriores, pero hay Alianza acordada entre Sauron y Saruman. ¿Es así, mago blanco?

Así es señor oscuro.

Mira, que no te preocupes. Haz la alianza que quieras. Estamos todos aprendiendo un poco la dinámica del juego y no creo que nadie vaya a quejarse si en un par de posts acuerdas lo que sea con quien sea. Yo hoy no voy a empezar el siguiente turno, así que adelante, tienes mi permiso.

Hola. Creo que podría acabar con Saruman, pero no me vendría mal tu ayuda para impedir que se extienda por Eregion y las Quebradas del sur. ¿Qué dices, una tregua mientras esperamos el turno para poder atacarle?

Las hojas caían en la bella Rivendel, sentado en un banco, Elrond miraba uno de los muchos fresnos que tenía su jardín.

Con el corazón pesaroso, sabía que Sauron había movido pieza, un ejército numeroso se había expandido rápidamente por alrededores del Monte del Destino. Desalentado, el señor elfo no sabía de que manera iban a combatir tamaña fuerza, era solo cuestión de tiempo de que la Sombra exterminara a los pueblos libres de la Tierra Media.

Los elfos estaban preparados para resistir, pero solos poco podrían hacer contra el poder del Señor Oscuro.

Fue entonces cuando llegó un emisario con un caballo como emblema, venía de parte del Rey Théoden de Rohan, unos cuantos guardias se arremolinaron a su lado esperando oír su mensaje.

Hola. Creo que podría acabar con Saruman, pero no me vendría mal tu ayuda para impedir que se extienda por Eregion y las Quebradas del sur. ¿Qué dices, una tregua mientras esperamos el turno para poder atacarle?

Curiosa propuesta - pensó el señor de Rivendel.

Mientras pensaba que respuesta dar al enviado real, le ofreció agua fresca y comida, a su caballo y a él, hizo que descansara en uno de sus salones y disfrutara de la hospitalidad de la casa de Elrond.

Era por todos sabido que el líder de los Istari, Saruman el Blanco, había reunido un ejército de orcos para asaltar las regiones colindantes de Isengard. Elrond, desconocía el motivo de esa expansión, por supuesto no estaba de acuerdo en que utilizara orcos para realizar sus planes.

¿A que juegas mago blanco?- frunció el ceño el medio elfo.

Miró al emisario el cual parecía absorto contemplando la belleza del jardín y le dijo en lengua común, cerca de él, un escriba transcribía con gran habilidad sus palabras, en tal de que el enviado recibiera una misiva.

- Decidle al rey Théoden, señor de Edoras, que me ha alegrado recibir noticias de él. Creía que la amistad de hombres y elfos hacía tiempo que había sido olvidada.- dijo sonriente.

No me interesa que le pueda pasar a Saruman, hace tiempo que sus acciones me tienen desconcertado y no sé si encontraré un amigo o un enemigo en él, ahora bien tened por seguro que en las Quebradas del Sur y Eregion son territorios donde habitan elfos y los considero territorio élfico, cualquiera que los ataque es como si estuviera atacando a Rivendel misma.

Si Saruman es tan osado para mover a sus sucios orcos allí, yo mismo pondré fin a su amenaza. -dijo ya con rostro más serio el señor de Rivendel.

El peligro acecha, más al Sur y debemos estar preparados, me gustaría que nuestros pueblos colaboraran y hay muchos caminos para hacerlo. Es preciso fijar dos esferas de influencia para que nuestros intereses no se vean afectados.

No atacaremos a ningún hombre de Rohan, siempre y cuando se respeten las fronteras naturales élficas, que van desde Eregion, pasando por Quebradas del Sur y llegando hasta la Comarca, en la cual habitan los hobbits, los cuales gozan de nuestra protección.

A cambio, os ayudaremos en vuestros combates en el Sur o a vencer a Saruman.

Tengáis una larga vida.-terminó de decir.

Se despidió del mensajero y este partió acompañado por varios guardias hasta varias millas de Rivendel. Esperaba la respuesta del rey humano.

El emisario que envié para visitar a Elrond vuelve con sus noticias. Intenta repetirlas, pero le acallo con la mano. Sé que las palabras de un hombre se pueden tergiversar, las escrituras no. Leo, frunciendo el ceño.

Eregion, hum? Una tierra interesante, perteneciente al reino de Rohan, pero siempre protegida por los elfos. Una muestra de la amistad de hombres y elfos, al tiempo que un foco de disputas, según el momento. Tengo el Páramo, para estar atento a la Ciénaga de los muertos, y me preocupa la presencia que hay más allá. Los rumores sobre la fuerza del enemigo son constantes. Quizá los ents del bosque me ayuden, en cualquier caso, eso no es el asunto ahora.

Vais a volver con Elrond, y os quedareis allí en tanto los elfos os acojan y Elrond no tenga ningún mensaje que transmitir. Y llevareis un mensaje, escrito de mi puño y letra.

El mago blanco Saruman ataca con orcos. Me parece eso un signo de su maldad, y me preocupa que sus huestes estén apoyando a la sombra del sur. Tengo casi la certeza que es así. El trato es adecuado, maese Elrond, con una condición: Eregion. No tengo inconveniente en ceder esa zona a los elfos mientras nos libramos del posible problema que puede suponer el blanco, pero una vez librados de este la región volverá a pertenecer al reino de Rohan, como siempre ha sido.

Asumiré vuestra aceptación de este pacto, no hace falta que respondais si no quereis. Debemos limitar nuestras comunicaciones, los espías están por todas partes. Incluso sospecho que tengo en mi propia corte.

Al fin Erebor volvía a ser nuestra, por fin un señor enano se sentaba en el trono de la Montaña Solitaria. Tras una noche de fiesta y celebración, repartí alimentos entre mis guerreros, y mandé a uno de mis capitanes, el más valiente y fiel a Rivendel.

Al llegar, el capitán entrego la carta a Elrond, una carta escrita de mi puño y letra.

- Erebor es de los enanos una vez más. La corona y la Joya del Rey ahora me pertenecen a mí. Pero como te dije, yo no soy como mis antepasados, el tesoro de la montaña no será mi perdición. Y como te dije cuando firmamos la alianza, te envío un presente que demuestra mi deseo de mantener dicha alianza.

El capitán entregó una pequeña bolsa de cuero a Elrond. Este al abrirla pudo ver las preciosas y brillantes gemas blancas de Lasgalen, tal y como Glóin, el nuevo Rey bajo la montaña, le había prometido.

- Las gemas son tuyas. Yo he cumplido mi parte del acuerdo, espero que hagas lo mismo. Saruman avanza hacia la comarca, y sus asquerosos orcos han conquistado un puerto comercial, desde ahí pueden atacar mis tierras. Y los Lorien avanzan hacia el norte, hacia Erebor. Y eso solo es el principio, Sauron parece también interesado en movilizarse hacia el norte. Pero cada problema a su debido tiempo. Debo haceros una pregunta, si Erebor pide ayuda a Revendel para detener a los Lorien... ¿Elrond será fiel a nuestra alianza o a su propia raza? En caso de seas leal a nuestra alianza, manda un par de batallones a conquistar Carrock. De ese modo si los Lorien avanzan, les rodearemos. Espero tu respuesta.

En cuanto Elrond acabó de leer la carta, el capitán enano se dirigió al rey elfo, - ¿Queréis que transmita algún mensaje a mi Rey?

Elrond recibió asombrado aquellas joyas, en su larga vida no había visto nada igual, su manufactura era algo imposible de igualar hoy en día por artesanos elfos y enanos.

Con un gesto ofreció al emisario enano toda la hospitalidad de la casa de Elrond.

Aquel mensajero recibió la mejor atención mientras el señor de Rivendel pensaba que contestar al nuevo Rey de la Montaña.

Y es que era asunto serio, enfrentarse a sus primos de Lorien por un puñado de tierra mientras el señor Oscuro reunía un ejército capaz de conquistar medio continente.

Saruman se extendía ahora por el Oeste cosa que Elrond no veía con buenos ojos tampoco.

Con las joyas en la mano llamó al mensajero de Glóin, hijo de Gróin y le dijo con voz suave y armoniosa.

- Mi buen Glóin, contento me hayo por saber que Erebor os pertenece. No hay raza que merezca más esa tierra que el pueblo enano. Os doy las gracias por tan bello regalo, una obra digna del pueblo enano.

En cuanto a Lorien, os seré franco, no voy a matar a ningún elfo de Lórien a no ser que tenga motivos para ello. Son nuestros primos y la sangre une más que cualquier otra cosa.

Enviaré un emisario a Lord Celeborn en tal de que detenga su avance hacia el Norte y se centre en la amenaza del Sur.
En cuanto a la toma de la Carroca, soy amigo de Beórn y su pueblo, entrar en conflicto con él no es algo que vea oportuno.
Mi buen Glóin, el peligro real viene del Sur, debemos ceder a veces en post de la victoria final.- Elrond se detuvo durante unos segundos...

- Aunque, si los enanos deciden ir a la guerra contra Lórien, Rivendel les ofrecerá su apoyo tal y como está escrito en la alianza.

Tened una larga vida mi buen Glóin.

Haciendo gala de su inconmensurable sabiduría y de ser un excelente estratega tras haber vivido miles de años y numerosas edades, el señor Oscuro Sauron comenzó a movilizar sus huestes hacia el Norte, planificando el inexorable fin los elfos del bosque negro, que le habían arrebatado Dol Goldur, a no ser que alcanzaran una alianza. 

Sauron era consciente, gracias a la información que le proporcionaba su de su red de espías, de las múltiples dificultades que estaban sufriendo Galadriel y Celeborn para controlar, afianzar y restaurar sus dominuos, y el incesante avance tanto de Theoden como del rey enano en el Norte. Los elfos del bosque estaban siendo cercados y perdían a cada instante territorios que en su día habían sido fortalezas, bastiones, jardines y bosques de los elfos sindar y Teleri. ¿No había sido Brezal seco un baluarte hermoso de los elfos, ahora recientemente controlado por los enanos del Norte? ¿No habia sido el bosque de Fangorn, con sus honorables ents, parte del reino de Lorien? ¿Dejarían la "Dama Blanca de Lorien" o la "Doncella enguirnalada de un brillante esplendor"  y su esposo Celeborn, el "árbol banco", caer la que hasta ahora había sido su capital, Lothlorien, la "tierra de los sueños"?

Sauron sabía que los elfos de los bosques era una raza orgullosa, indomable y que no aceptarían arrodillarse ante él, pero tampoco era eso lo que les exigía, los términos que les ofrecía era bastante razonables, incluso necesarios. ¿Por qué no pactar una alianza, un tratado de no agresión, mientras ambos podían centrar sus esfuerzos en debilitar y destruir al rey de Rohan, y a los enanos que ya se habían establecido en Erebor y tenían a tiro de piedra acceder al bosque negro?

Sauron el admirable envió a un par de emisarios, jinetes a lomos de poderosos lobos huargos, hasta las puertas del Sol Goldur,  cruzando las vastas llanuras de las Tierras pardas, y lanzó una flecha desde la distancia con un mensaje atado en la parte posterior, que contenía la siguiente información.

A la Dama Blanca de Lorien, Galadriel,  y a su esposo Celeborn, el árbol banco.

Mi amo y señor, Sauron el admirable, también conocido como el "Señor Oscuro de la Tierra Media" y el "Hacedor de los anillos de poder",  me envía para recordarles la antigua Maldición de Mandos, el Hado de los Noldor, profecía hecha por los Valar a su linaje,  para dejarles un mensaje, una posibilidad a un pacto o negociación de no agresión. Según vuestra respuesta, mi amo y señor tomará en consideración si exterminar su raza o si por el contrario, ayudarle en sus propósitos de recuperar y reafirmar los dominios del Bosque Negro y sus aledaños.

"Lágrimas innumerables derramaréis; y los Valar cercarán Valinor contra vosotros, y os dejarán fuera, de modo que ni siquiera el eco de vuestro lamento pasará por sobre las montañas.
Sobre la Casa de Fëanor la cólera de los Valar cae desde el Occidente hasta el extremo Oriente, y sobre todos los que los sigan caerá del mismo modo.
El juramento los impulsará, pero también los traicionará, y aún llegará a arrebatarles los mismos tesoros que han jurado perseguir.
A mal fin llegará todo lo que empiecen bien; y esto acontecerá por la traición del hermano al hermano, y por el temor a la traición. Serán para siempre los Desposeídos.
Habéis vertido la sangre de vuestros parientes con injusticia y habéis manchado la tierra de Aman. Por la sangre devolveréis sangre y más allá de Aman moraréis a la sombra de la Muerte. Porque aunque Eru os destinó a no morir en Eä, y ninguna enfermedad puede alcanzaros, podéis ser asesinados, y asesinados seréis: por espada y por tormento y por dolor; y vuestro espíritu sin morada se presentará entonces ante Mandos.
Allí moraréis durante un tiempo muy largo, y añoraréis vuestro cuerpo, y encontraréis escasa piedad, aunque todos los que habéis asesinado rueguen por vosotros. Y a aquellos que resistan en la Tierra Media y no comparezcan ante Mandos, el mundo los fatigará como si los agobiara un gran peso, y serán como sombras de arrepentimiento antes que aparezca la raza más jóven.
Los Valar han hablado."

La maldición a los Noldor se ha ido cumpliendo, y solo la Dama Blanca queda con vida de entre todo el linaje que realizó el juramento y abandonó las Tierras de Valinor. ¿Por qué apoyar a aquellos que os dieron la espalda y os maldijeron, que os calificaron como Los Desposeídos y os han prohibido regresar a vuestra Tierra Natal? Sauron os ofrece alcanzar poder, fraguar una alianza que os permitirá tener control, dominio y poder de algunos territorios de la Tierra Media, siempre y cuando le jureis lealtad.

Estas son los términos y condiciones innegociables que mi señor, Sauron El Grande, os ofrece. 

- Todo el territorio de Mirkwood, al igual que vuestra antigua capital Lothlorien no serán atacadas e invadidas por las huestes de mi señor, si le hacéis frente al Rey Theoden y debilitáis sus ejércitos, en caso de wue tratase expandirse por Emyn MuiL para bajar hacia el sur o buscase atacar vuestros lindes meridionales del Bosque Negro.

- Asimismo, deberéis forzar un ataque contra el señor de los enanos desde Mirkwood del Norte contra Esgaroth para evitar que tenga el control total de los dominios de Rhûn, colaborando con mi señor Sauron y no interfiriendo cusndo realice su particular expansión hacia las tierras pardas y ataque desde el sur los territorios de Rhûn.

Cualquier ataque o incumplimiento de estas condiciones será considerado un ataque directo al Señor Oscuro y no dudará en atacar, masacrar, subyugar y exterminar con sus ejércitos a todos los elfos del Bosque Negro.

Firmado: El Rey Brujo de Angmar, lugarteniente de Sauron y señor de los Nazgûl.

Evidentemente, tú no sabes que tu mensaje haya sido interceptado. Sauron, Sauron, qué ingenuo eres en el fondo jajajaaj