Partida Rol por web

La calma tras la tormenta

2.1 No es oro todo lo que reluce

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20/12/2009, 15:23
Director (jangil)

Caminaís por el bosque de Drakwald cubiertos por el manto de la noche. Vuestras sonrisas podrían deslumbrar a cualquiera que os encontraseís, el asalto de la noche no había salido solo bien, había sido el mejor golpe que habíais dado.

No sabíais que narices hacía esa caravana por ese camino ni porque iba tan rápido, "seguro que estaban realmente asustados" se había mofado Alfred mientras observávais escondidos a vuestras víctimas. Calleron de lleno en vuestra trampa, ese giro falso del camino precipitó el primer carruaje contra el árbol y lo demás fue un macabro dominó. Entre la confusión saltasteís sobre ellos sin que hubiese si quiera resistencia. Minutos despúes el último desdichado caía sobre las hojas y el botín pasaba entre vuestras manos para ser guardado en los sacos. Ya en la granja registraríais cuidadosamente las ganancias.

Allí estaba, vuestro hogar, vuestra guarida: una vieja y olvidada granja que habíais encontrado hace mucho en medio del bosque de Drakwald, ¿quién la construiría allí? es un misterio para vosotros, pero desde luego os hizo un gran favor ya que la ocultó concienzudamente entre la espesura del bosque, a una hora de caminata rápida del camino más cercano y mezclada con el paisaje, es casi invisible.

Dentro, a la luz del fuego vacíais todos los sacos. ¡Cuantísimo oro llevaban encima! pero no lo tenían en arcas... eso es raro, no hacían ostentación de él "¡Igual así pretendían evitar las emboscadas!" gritó Eric a la par que abría uno de los toneles de cerveza que Mannfred había conseguido. Es ya muy tarde y todavía no habeís contado el contenido de todas las bolsas así que decidís iros a descansar, ha sido duro por muy en bandeja que os hayan dejado el asalto, mañana ya terminareís y podreís celebrarlo con el viejo Reinold en la Taberna del Vanshee.

 

 

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12/01/2010, 21:36
Director (jangil)

Notas de juego

Bien, primer post de roleo chicos, para empezar con el listón bien alto. Quiero que se vea la jerarquía del grupo pero que todos sois buenos amigos y compañeros, habeís pasado muchas cosas juntos.

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13/01/2010, 16:14
Eric "El elfo"

Eric se despertó con la misma sonrisilla tonta dibujada en la cara con la que se había acostado. Cruzó sus manos por detrás de la cabeza, estuvo unos minutos tumbado mientras recordaba el gran golpe que había dado la noche anterior y pensaba que haría con semejante botín. Cuando era más joven le encantaba echarse a la sombra de un árbol e imaginar mil aventuras.

Aaaaooohhhggg!.....- El bostezo duró varios segundos, exactamente los mismos que utilizó para desperezarse y estirar todas sus extremidades.

Con paso lento y tranquilo dejó la habitación para pasar a la sala principal, donde el fuego parecía estar a punto de apagarse. Con suma pereza cogió unas ramas pequeñas que utilizaban para avivar el fuego, las lanzó para que éste comenzara a devorarlas y a brillar paulatinamente con más fuerza. Fue entonces cuando, de reojo vio los sacos colocados en un rincón de la estancia.

-¡Ay! ¡Ay! Que saquetes tan majetes, si es que uno no puede dejar de mirarlos…- Pensó mientras les lanzaba un saludo, moviendo tres dedos arriba y abajo, y lanzaba un suspiro que más bien parecía de enamorado.

Un sonoro rugir lo alertó, poco tardó en mirar en dirección hacia abajo y sonreír mientras se daba un par de palmadas en el abdomen. Se dirigió, esta vez con paso más ligero, al habitáculo que utilizaban como almacén, cogió algo de leche y un pedazo del pastel barato que Mannfred solía traer.

-Ya verás la cara que pone el viejo Reinold cuando se entere del magistral golpe que hemos dado ¡Hahahahah!- Pensó mientras se arrebujaba bajo una manta y se llevaba otro trozo del insípido pastel a la boca.- Tiene gracia que yo haya sido el primero en despertar, pero claro ¿Cómo iba a seguir en el catre con estos saquetes solos por aquí? ¿Es que estas personas no tienen corazón? ¡Por Sigmar!..... Bueno tienen de tiempo hasta que acabe con el pastel, después empezaré a aporrear sartenes accidentalmente sí, sí eso haré hahaha.- Mientras seguía con el pastel asentía con la cabeza y sonreía contento.

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13/01/2010, 17:32
Alfred

El crugir de las tablas de madera hizo que Alfred se despertara de golpe. Normalmente dormía más profundamente, sobre todo en su granja ya que allí se sentía seguro, pero después del gran golpe de ayer temía que los hubieran seguido. Muy lentamente se levantó de la cama y cogió su espada corta por si había problemas Espero que sea alguno de los chicos. 

Con sumo cuidado salió de la habitación que compartía con su mujer, Julia, y se dirigió a la sala de donde había venido el ruido. Al entrar en la sala posó su mirada en los sacos y se alivió que siguieran allí, pero no bajo la guardia por si acaso. De repente se dió cuenta de que había alguien desayunando con una manta por encima. Al fijarse mejor vió que se trataba de Eric y le saludó con un movimiento de la mano izquierda, en la derecha aún llevaba la espada corta - Pensé que nos había encontrado Dijo a Eric señalando la espada corta mientras sonreia. Al ver como "El elfo" desayunaba notó de repente como rugian sus tripas y se dirigió hacia el almacén para coger leche y un bollo.

Al volver a la sala dejó la espada corta apoyada contra la pared y se sentó en frente de la chimenea para comenzar a desayunar - Cuando estemos todos despierto comprobaremos el botín

 

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13/01/2010, 18:14
Julia

Julia notó algo extraño mientras dormía, un movimiento brusco de la cama que le hizo quedarse en ese estado tan placentero y fastidioso a la vez de la duermevela. Cuando se dio por vencida ya que no podría volver a conciliar el sueño miro a su lado, y vio como estaba la cama vacía, después registrando la habitación con los ojos entrecerrados y no vio a su marido fue cuando entendió el brusco movimiento que le había despertado de su sueño. Se levanta tranquilamente, poniéndose algo de ropa mas cómoda para verse con sus compañeros de banda, arreglándose un poco, ya que le gustaba siempre tener un buen aspecto.

Poco a poco se dirigió a la sala principal, donde vio desayunando a su marido y a “el elfo” - Buenos días chicos - Dijo sonriente y se acerco a su marido para darle un beso de buenos días como dios mandaba mientras le robaba un mordisco de su bollo para comérselo ella - Gracias cariño - Le dijo mientras se sentaba en uno de los cómodos sofás mirando las bolsas con el botín de la noche anterior - ¿Porque no miramos que hemos conseguido? - Dice ansiosa por saber lo que habían conseguido tras el exitoso ataque.

 

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13/01/2010, 19:09
Felix

Cuando los otros se levantaron, yo ya estava despierto, ya que tenía el sueño un poco ligero, estava sentado en una esquina de la guarida y los otros no se percataron de mi persona hasta que los hable:

-Buenos días compañeros, que tal habeís pasado la noche?, como bien decís, podemos mirar el botín, que parece ue ha sido abundante

Parecía que su ultima incursión le habían traído abundancia, pero la abundancia puede traer malos presagios, volví a sentarme en el rincon ya que las conversaciones mundanas no me satisfacían

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13/01/2010, 21:04
Mannfred

Mannfred fue el último en despertar ese día. Y es que en su recelo había optado por montar guardia junto al botín, aunque finalmente terminó por caer dormido en la madrugada, sentado siempre espada en mano al lado de su tesoro.

De su intranquilo sueño le sacaron sus camaradas yendo y viniendo por la habitación. Lentamente se fue desperezando para ponerse de pie y envainar su espada. Luego se inclinó con fascinación y una muesca casi de lujuria en su rostro ante la vista de aquella para nada despreciable cantidad de oro que tenían ahora en su poder.

-Eh! Pero mirad que preciosura- Exclamó llamando enérgicamente a sus camaradas.

- Je,je, Pobres diablos. Un par de caravanas más como esta y...- Murmuraba risueño al recordar a los desgraciados que habían asaltado la noche anterior, mientras inspeccionaba meticulosamente el premio de la victoria.

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14/01/2010, 19:41
Alfred

Alfred se soprendió de que todos se hubieran despertado tan temprano y supuso que no habrían podido dormir muy bien dada la excitación por haber conseguido un botín tan grande. Cuando terminó de desayunar se puso de pie y con una sonrisa de oreja a oreja miró a cada uno de sus compañeros.

- ¡Vamos a ver que hay en esos sacos tan bonitos!

Sin esperar respuesta se dirigió a la esquina donde se encontraban y cogió el primero para abrirlo y vaciar su contenido

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15/01/2010, 15:36
Director (jangil)

Notas de juego

O bien esta noche muy noche o mañana a mediodía teneís post, no creaís que me olvido XD tengo una reunión esta tarde por eso no os pongo nada.

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16/01/2010, 16:04
Director (jangil)

Antes de abrir los sacos intentaís tranquilizaros, no vaya a ser que se os caiga algo, la euforia es tal que a todos os tiemblan las manos cuando Alfred abre el primero y desparrama el contenido por el suelo. Oro, joyas, pinturas enrolladas en telas, hay sacos que incluso contienen alfombras que reconoceís deben de ser de Arabia.

Luego abrís el gran cofre, esperando encontrar el mayor de todos los tesoros, pero al abrirlo solo os recibe un extraño objeto, cuya forma no alcanzaís a definir con palabras que os ciega durante segundos con un fogonazo de luz verduzca y un nauseabundo olor. Cuando podeis volver a mirar dentro, encontraís una carta:

De: Fausto Von Adalwäin.

Para: Meinrad Rüdiger.

Mi muy estimado Meinrad,

Acudo a usted como último recurso en mi disparatado intento de acabar con el mal que el objeto que le remito mantiene en su interior. Sé que el riesgo que corro enviando esto por correo dados los tiempos que corren tras la Tormenta es más que inmenso, pero no nos queda otra opción.

Mis investigaciones solo confirman lo que ya le conté en otras misivas Herr Rüdiger, el Forúnculo de Nurgle causa una muerte lenta, dolorosa y horrible mediante la enfermedad. Solo los dioses saben cuando se activa y porqué, seguro que esos malditos sectarios tuvieron algo que ver con sus intenciones. Tampoco he conseguido saber que tipo de beneficios reporta el Forúnculo que hace que todos esos locos vayan detrás de él.

Espero las primeras conclusiones cuando reciba esto.

Hasta entonces, que Sigmar nos proteja.

Fausto Von Adalwäin.

Desde el fondo del baúl, el objeto parece miraros y reirse de vosotros...

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16/01/2010, 16:08
Director (jangil)

Notas de juego

Conoces a un mago en Middenheim que se oculta de las autoridades por sus prácticas con el Caos, se llama Diergër. Vive en los suburbios y para encontrarlo hay que saber por donde moverse... lo primero es ir a una taberna de allí: El Ánima oscura crees recordar que se llama...

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18/01/2010, 17:26
Eric "El elfo"

 

Al escuchar las palabras de Alfred, Eric devoró el último pedazo de pastel y fue hacia el gran cofre dando unos pequeños saltitos. Esperó a que el jefe abriera los sacos y se preparó para el plato fuerte, el gran cofre.

-Oro, joyas, pinturas, alfombras de Arabia… No se que puede haber aquí, pero desde luego que tendrá más valor que todas esas Coronas juntas.

Cuando Alfred se acercó para abrir, por fin, el cofre, empezó a golpearlo con las palmas. Produciendo una melodía rítmica. Todas las ganas e ilusión que tenía quedaron borradas de un plumazo, al quedar cegado y sobre todo al paladear aquel nauseabundo olor.

Con un movimiento rápido Eric se giró, dándoles la espalda a sus camaradas, para no pringarlos con una especie de sustancia espesa que manaba de su boca.

-¡Bluuoooagghh bluuoagghhh! – Se incorporó y se giró hacia sus compañeros con un ojo entreabierto y el otro cerrado.- No más pastel barato, por favor.

Mientras se limpiaba con un trapo viejo y recogía su nueva obra de arte del suelo, escuchó como sus compañeros leían una carta que acompañaba a lo que fuera que había en el cofre.

-¡Ey! ¡Ey! – Dejó de limpiar el vómito y se acercó a los demás casi corriendo. Mal que mantiene en su interior, Nurgle, muerte lenta y dolorosa, enfermedad, dioses, sectarios, Forúnculo ¿Pero que mierda hemos robado? – El tono de su voz sonaba dramático, se acercó a Alfred y le puso la mano en el hombro mientras lo miraba a los ojos.- Amigo, no vamos a quedarnos con eso ¿Verdad? ¡Dime que no Alfred! ¡Por el martillo de Sigmar! Deberíamos enterrarlo en medio del bosque y no decirle nada a nadie ¿Verdad? Eric hablaba sin dejar espacio para que nadie le pudiera contestar, estaba preocupado. A lo largo de su vida había enfrentado mil situaciones pero nunca una como esta.- ¡Vamos, decir algo! Tenemos que pensar muy bien lo que hacemos.- Se dejó caer en la silla más cercana con la mirada clavada en el cofre.

 

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18/01/2010, 17:49
Alfred

Alfred leyó la carta en voz alta y cuando terminó se quedó mirando, bastante desconcertado, a sus compañeros - ¿Qué hemos robado?...

Abatido, dejó caer la carta al suelo y se apoyó contra la pared. Estaba pensando en la carta, si sería verdad o sólo las palabras de un loco, cuando Eric le puso una mano en su hombro y le dijo que no podían quedarse con "eso". Nunca había visto al "elfo" tan preocupado y eso hizo que pensara en las posibles consecuencias de tener ese artefacto en su poder Si es verdad lo que dice la carta lo que tenemos es demasiado peligroso para que lo tenga cualquier persona... aunque el dinero que nos pudieran dar por él sería increible, y les prometí el mayor botín que jamás hubieran imaginado. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué estará pensando Julia? Ella siempre tiene ideas geniales... Miró a su mujer en busca de apoyo ya que sentía que la situación lo superaba.

Con mil pensamientos en la cabeza se acercó al cofre y lo cerró, ya que la visión de aquel artefacto le ponía nervioso. Una vez cerrado el cofre se giró hacia sus compañeros y habló lo más sereno que pudo, aunque por dentro estaba más nervioso que nunca - Bueno... Si es verdad lo que dice esta carta, tenemos entre manos algo que nos sobrepasa, yo solo no puedo decidir que hacer con esto, necesito vuestras opiniones.

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18/01/2010, 18:07
Mannfred

Luego de meditar un buen rato en silencio, Mannfred se adelantó para pronuniciarse con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

- Casi sin duda por lo leído en la carta tenemos en nuestras manos una "reliquia oscura", por llamarle así- Explicó con seguridad al resto del grupo.- Y como sabemos hay gente dispuesta a pagar montañas de oro por tales cosas, por tanto quizá no haya sido mala nuestra fortuna.

- Lo más sensato sería llevarle ante algún entendido en objetos de tal calaña. Recuerdo en Middenheim a un forajido hechicero, Diergër si mi memoria no me engaña. El puede ayudarnos, aunque primero hemos de dar con él. En la taberna de mala fama "El Anima", allí es donde deberíamos comenzar nuestra búsqueda.- Concluyó luego de una breve pausa tratando de esclarecer un poco su memoria.

Acto seguido se acercó al resto del botín y comenzó a contarle y a estimar su valor. Le preocupaba bastante la idea de tener que viajar con tanto oro encima, así que la tasación de botín le parecía urgente.

- Mmm... quizá debamos enterrarle.. Murmuraba entredientes mientras apilaba las cuantiosas monedas una sobre otra.

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18/01/2010, 20:02
Julia

Después de ver el repugnante vomito mal disimulado de Eric, Julia escucha atentamente la carta que leen, a lo que se queda pensativa y y dubitativa pero cuando habla Mannfred una sonrisa alumbra su rostro, sin duda era el único que había pensado con sensatez - Estoy con Mannfred, yo no podría haberlo dicho mas claro - Dice mientras piensa en el dinero que podrían sacar de aquel extraño hongo - Si tan raro es y tal es su poder, podríamos sacar un buen pellizco, ¿si todos estamos de acuerdo hacemos eso no? - Dice con un tono firme y seguro mientras mantiene la sonrisa picara de una buena idea - En cuanto al oro... siempre podemos gastarnos algo en nosotros, algún capricho - Dice mientras guiña un ojo a Alfred - Y lo que sobre, guardarlo a buen recaudo - Dice mirando el botín, sin acercarse al misterioso hongo por si lo que decía la carta era cierto... Se acerca a Alfred y le susurra al oído - Por si acaso sera mejor que no lo toquemos cariño, no queremos que nos pase nada... "extraño" a ninguno de nosotros - Dice mientras le sonríe y le da un beso en la mejilla, parecía algo preocupado y Julia quería que se relajara un poco.

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19/01/2010, 11:39
Felix

Lo que habíamos encontrado era muy interesante, excepto por el objeto impuro que hemos encontrado, si fuera por mi lo destruiría ahora mismo, pero no se que efectos podría tener si lo intentamos destruír, escuchando lo que decían los otros, e quede perplejo, ya que venderlo sería una mala idea para el mundo, y así le comente:

-Yo no vendería ese objeto impuro hasta que hallamos descubierto lo que hace, y si es algo malo, que seguro que lo es, encontrar la manera de destruírlo, sería una imprudencia venderlo ya que no sabemos que clse de uso se podría hacer con el, se que la idea no os gusta pero es lo que pienso que tenemos que hacer con el

Se que su conducta ética no es la mas buena, pero igual entrarían en razón, después busque un sitio para sentarme comodamente

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19/01/2010, 17:23
Mannfred

Las palabras de su compañero Felix le perturbaron, quizá fueran producto del apenas ingerible estado de las raciones que había conseguido a un tercio de precio en un almacén de mala muerte cuyo nombre ya no recordaba.

- ¿Qué sandeces dices, Felix? Hemos de vender el objeto al mejor postor sin duda. Si ese comprador decide destruirlo, esa es su cuestión. Somos meros intermediarios y con lo que saquemos de todo este negocio les aseguro que tendrán suficiente oro como para retirarse a una vida de lujos lejos de esta sucia cabaña.

Luego continuó contando oro y tasando los demás objetos de valor que había entre el botín

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19/01/2010, 20:37
Julia

Julia mira con mala cara a Felix y separándose de Alfred se dirige al fortachon - Mira si no lo quieres vender no me importa, pero si los demás queremos hacer negocio no creo que seas quien para decidir al respecto - Dice con tono firme y autoritario, mirándole a los ojos, para después mirar a Alfred como esperando que le diera soporte en su información.

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19/01/2010, 22:35
Eric "El elfo"

Eric continuaba sentado en la silla sin quitar la vista del cofre. Con forme escuchaba las palabras de sus amigos negaba con la cabeza y se acariciaba el pelo, dejándolo caer hacia atrás una y otra vez.

Alzó la mirada hacia donde se encontraban sus compañeros debatiendo sobre que hacer con aquel extraño botín.

-¿Necesitas mi opinión, Alfred? Pues te la daré. – La expresión de su cara y el tono de su voz no eran para nada cómicos, desde luego no estaba bromeando. – Como ya he dicho, prefiero cavar un hoyo, tirar el cofre dentro y seguir a lo nuestro como si nada hubiese pasado. – Se dirigió mirando a Mannfred.- ¿Sucia cabaña? Pues sí, pero yo soy aquí más feliz de lo que pueda llegar a imaginar nadie. Además, ¿Tú crees que nosotros encajaríamos en un adinerado barrio de Altdorf? Desde luego que no, yo no cambio esto por nada…. – Se volvió a sentar en la silla y miró a cada uno de sus compañeros de fechorías.- Esa es mi opinión, ni venderlo, ni destruirlo, ni guardarlo. Propongo enterrarlo, en mitad del bosque; donde sea. De todas formas, decidamos lo que decidamos no pienso abandonaros. Y si decidimos venderlo al mejor postor… – Lanzó un pequeño suspiro.- Que así sea , pero por lo que más queráis intentar entrar en razón.

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19/01/2010, 22:38
Alfred

Alfred escuchó atentamente las palabras de sus compañeros y la de su mujer y entendía perfectamente la postura de Félix, incluso compartía su temor, pero lo que estaba claro es que él no era un héroe, sino un simple ladrón que tenía que hacer lo que fuera necesario para mejorar su vida. El extraño objeto parecia el camino más rápido para conseguir mucho dinero, y él no estaba dispuesto a dejar pasar esa oportunidad.

- No sabemos si se puede destruir este objeto, o si enterrandolo se solucionaria el problema, quizás alguien acabaría encontrandolo y sería peor el remedio que la enfermedad. La verdad es que nos encontramos en un dilema, y creo que he encontrado una solución que nos satisfará a todos Alfred les hablaba sonriendo, necesitaba relajar la situación ya que sino la discusión podría llevarles a una situación muy delicada - Lo que propongo es que busquemos al tal Meinrad Rüdiger y que le vendamos a él el artefacto. Así ganaremos dinero, y nos aseguraremos de que no caerá en malas manos. ¿Qué os parece?