Partida Rol por web

Klins viendo la estampida que han creado sus compañeros agita su honda, la cual estaba preparando, y dispara hacia el objetivo más grande y fácil de acertar que es el que está aún montado a caballo, y que a la vez es el que supone mayor amenaza.

Su tiro no es todo lo preciso que quiere y falla al acertar a su enemigo, Klins maldice por lo bajo.

Ante la siniestra peluda mole de músculo que avanza hacia él, con los ojos llenos de ira y sed de sangre, el desgraciado que aún se mantiene en su caballo sólo puede alzar su espada para detener la zarpa que se abalanza sobre su pecho. La fortuna le sonríe pues logra evitar el letal ataque mientras una piedra pasa junto a él, un proyectil lanzado por Klins, a quien acaba de descubrir entre los matorrales. Se gira a sus compañeros alzando su espada.

¡Volved y luchad desgraciados!

Acto seguido descarga su espada sobre el hombrelobo, un terrible golpe en el que ha colaborado el hecho de estar montado en caballo. Sin embargo sus compañeros parecen vacilar ante la bestia y se quedan rezagados tras el caballo. Mientras tanto, los otros tres caballos se alejan, con sus jinetes siguiéndoles. Tomando el camino más alejado de los valientes.

No ha estado nada mal, la imagen del hombre lobo es demasiado para esos pobres humanos, ahora a acabar con los que se han quedado.

Marcus ataca al jinete dejando a los otros dos, para nuestra suerte aun están aterrados por la situación y no son capaces de reaccionar. Vamos a intentar afectar a los tres, a mayor dolor causado mayor gloria para Nurgle.

De nuevo Ibrahm empieza a entonar en susurros otro extraño conjuro, de la boca de Ibrahm sale disparado un chorro de sangre que se dirige directamente hacia sus enemigos, de la sangre puede ver como sale un extraño humo.

Tras recibir el ataque, no observa su herida, es más la ignora, como si no tuviera tal realizada en su pecho, como si no sintiera el dolor.Ahora, ciego por la bestia que le controla, corre hacia el caballo a cuatro patas como si de un monstruoso lobo de la prehistoria se tratara.Cuando llega el momento oportuno salta hacia directo al jinete, salvajemente para caer sobre este y asestarle un letal mordisco en su cuello.

Klins sale de su escondite porque la carga salvaje del lobo le obstaculiza la visión. Mientras por el camino coge una nueva piedra y carga su honda esperando tener más suerte en el próximo lanzamiento.

Maximillian se sirve una copa de vino. Tranquilamente, se sienta y toma un breve sorvo.

No está mal, pero los he tomado mucho mejores. Sobre todo los caldos procedentes de Bretonia, esos son exquisitos.

- Mi querido Wolfgang, creo que tengo que hacerte un par de preguntas. ¿Quien es el alcalde de la localidad? ¿Qué recibimiento tuvieron los hombres que custodiaban nuestro objetivo?.-  le inquiere interesado.

Repugnante y viscoso un líquido sale de la boca del hechicero envolviendo al jinete, quien grita de dolor, un grito que asustaría hasta a un demonio, sus compañeros no pueden sino dar media vuelta y correr hacia el pueblo; soltando sus armas y despojándose de lo que pueden para correr más rápido. El hechicero sigue expulsando ese líquido, sangre hirviendo, hasta que cae de rodillas al suelo y deja de escupir, quejándose de dolor. La magia es peligrosa, incluso para quienes la controlan. El jinete se lleva las manos a la cara y cae estrepitosamente del caballo. Quedándose atrapado bajo él, en la cara se aprecia la carne bajo la piel y múltiples quemaduras marcan sus brazos y cuello. El hombre lobo de un salto se coloca sobre él, mostrando los dientes, y le asesta un letal mordisco en su cuello, sin que los enclenques brazos de su víctima puedan evitarlo. El festín continúa y Marcus, o lo que ahora es Marcus, devora a gusto a su víctima.

Los compañeros del difunto corren lo más rápido que sus piernas les permiten, dos está apenas a cien pasos del pueblo, ignorando las súplicas de sus más lentos compañeros.

El joven sonríe, contento de haber captado la atención de los sectarios.

Se la enseñaré encantado señorita, la tengo en el huerto, si son tan amables de seguirme se las mostraré a su Excelencia y a la señorita -dice, sin disimular su alegría.

Seguido de la pareja el joven iniciado de Sigmar abre una raquítica puerta de madera cubierta con una mosquitera, un pequeño patio rodeado de muretes de piedra y adobe guarda una huerta típica de pueblo, llena de flores, unas más hermosas que otras.

No todas son plantas venenosas, hay algunas que producen codiciadas infusiones, así el día que quiera matar a mi maestro no será difícil equivocarse. Pero no creoq ue sea necesario, cualquier día de estos morirá, esya muy viejo. Entonces yo tendré acceso a la correspondencia eclesiástica.

Ya hay miemrbos de la secta infiltrados en la Iglesia de Sigmar, y a mayor nivel que un simple cura de pueblo, pero toda ayuda es bien recibida en Los Hijos de la Condenación, y este devoto servidor, pese a impulsivo y algo imprudente, puede ser de gran ayuda si no es descubierto.

El alcalde es el señor Manfred Van Garret, es de Marienburgo, de ahí lo de Van, delegado del Conde Todbringer. Es un hombre apático, y no gusta en el pueblo, es muy estricto en lo que respecta a la moralidad, y todas las mujeres del pueblo procuran ir correctamente vestidas, ni siquiera tenemos...mujeres públicas. Además su hijo no es mucho...

Toc-toc-toc-toc-toc. Unos golpes, impacientes y bruscos, en la puerta de la casa interrumpieron la conversación.

Ibrahm se levanta poco a poco ayudándose de un árbol tras el esfuerzo del último hechizo, nota como su cuerpo ha sufrido un pequeño ataque a causa del uso de los poderes oscuros pero nada que no pueda soportar, ya son muchos años usando la magia y eso no era nada comparado con sus primeros tiempos.

Almenos hemos salido bien pero ahora los que han sobrevivido supongo que darán la alarma en el pueblo, quedarnos aquí es una mala opción y entrar en el pueblo no se si será mucho mejor. Maldito animal, mira que saltar directamente delante suyo... Tendremos que avisar a Maximillian de lo ocurrido, antes del combate he podido ver unas luces, supongo que sería su señal.

Mientras espera a que los otros digan algo Ibrahm se queda observando al jinete muerto, quienes serían?

Tras saciarse de aquel pobre hombre, eleva la cabeza, olisqueando a los cobardes que huían.Podía oler el temor, el horror que expulsaban esos seres.Ya que tenían que ir hacia el pueblo, que más daba si iba a por ellos, aunque no sabía si lo iba a hacer porque lo había razonado, o simplemente por la bestia lo pedía.Un rastro de sangre su cuerpo dejaba mientras movía su cuerpo.Sus mandíbulas no dejaban de gotear ese líquido carmesí al que llamaban sangre, y poco a poco, bajaba por su pelaje, manchando su cuerpo, mientras que otras directamente caian al suelo.

Así pues, deja de lado el cuerpo semidevorado del jinete, y comienza a correr salvajemente hacia los restantes, que se aproximaban al pueblo.Si no se equivocaba les habían hecho la señal, y si se dirigían hacia allí, no tendría por donde escapar, ya que estarían sus compañeros.

Klins ve a la bestia correr en pos de los huidos después de destrozar a su rival y se queda mirando a su compañero hechicero pero este esta ahora en posición de dolor.

El último hechizo le ha debido pasar factura, estos dioses del Caos no se andan con tonterías.

La bestia en la que se ha convertido su compañero Marcus sigue avanzando hacía el poblado.

Si llega cerca del poblado seguro que el escándalo y las voces de ayuda despertarán a medio pueblo y será nuestro fin.

Klins silva todo lo fuerte que puede, con todos sus años cuidando del ganado quizás le sirvan para llamar la atención de su compañero, esperando que este mantenga un poco de raciocinio.

- ¿Tu que opinas compañero? Si Marcus se acerca al poblado está perdido, ¿nos la jugamos con él o por el contrario nos escondemos y aprovechamos el jaleo para entrar en el poblado por otro lugar de la empalizada? - dice mirando a su compañero hechicero - Ahora mismo creo que Marcus no razona. Nos ha descubierto cuando el enemigo se iba alejando y ahora quiere atacar en el poblado.

Farmiekh divertida ante la reacción del joven sectario decide no pensarlo mucho y seguirlo. Parece que el joven no se acaba de percatar que la estaba en la bañera completamente desnuda cuando le propone ir rápidamente hacía el huerto.

Farmiekh sin ningún pudor sale del agua y se escurre un poco su larga melena para después colocarse la túnica por encima y salir detrás del joven y de su compañero Maximillian que acaban de salir de la habitación.

Cuando el joven parecía estar suelto y en su ambiente unos golpes en la puerta le frenan en seco. ¿Quien será a estas horas de la noche? Quizás sus compañeros.

- Quizás deberíamos escondernos - susurra a Maximillian - puede que sean nuestros compañeros pero nunca se sabe.

- ¿Nos sugieres algún rincón donde escondernos? - dice al joven sectario.

Después de observar las plantas de Wolfgang en el huerto, unos golpes en la puerta llaman la atención de todos. Tal vez sean sus compañeros. O tal vez no. Hay que estar preparados.

- Tienes razón, por si acaso escondámonos.- le dice a la elfa aceptando su proposición.

Lo cierto es que los guardias de la puerta saben que se hospedan en la casa de Klübet y que no son mas que unos simples viajeros, pero toda precaución es poca, y más en los oscuros tiempos que les toca vivir.

- Rápido, dinos donde ocultarnos.- le inquiere al contacto de la secta en el pueblo.

Ibrahm revisa el cadáver del muerto, su caballo deambula cerca, herido de dos mordiscos del licántropo sin demasiadas fuerzas por alejarse. El difunto tiene toda la apariencia de ser un guerrero de profesión, no un simple matón o guardaespaldas, sino un soldado profesional, regular o mercenario. La ropa le identifica como ciudadadno del imperio, aunque algunas de sus monedas han sido acuñadas en Bretonia. Lleva catorce chelines encima, dinero suficiente para posadas, tabernas y establos. Un papel arrugado y manchado de sangre era, antes del combate, un mapa; un boceto más bien, unas líneas que representan carreteras y unos puntos ciudades y pueblos, el mapa termina en Delberz.

Klins capta la atención del hechicero, el licántropo continúa la cacería, ajeno a la proximidad del pueblo y arriesgando el frágil sigilo de la noche. De momento han tenido mucha suerte, la rapidez de sus movimientos ha impedido que sean detectados, pero alarmar a todo un pueblo de Middenheim...eso es un asunto que no suele acabar bien para los servidores y bestias del Caos.

Las cuatro poderosas extremidades del licántropo le impulsan por la arenosa carretera a la caza de sus víctimas, una de ellas apenas está a diez metros, su cabeza se giro nerviosamente hacia atrás con rostro de pánico, al hacerlo tropieza y cae por la suave pendiente de la cuneta, cayendo sobre unas moreras. A duras penas se levanta y camian unos pasos más, de nada le sirve, la poderosa bestia cae sobre él y repite los temibles movimientos de mandíbula y zarpas, destrozando y arrancando la vida a su víctima.

Los gritos del hombre suenan en la noche, las nubes ocultan o muestran las lunas en función de los caprichos del viento. Las sombras de la presa y su víctima se mueven en la cuneta de la carretera y pronto las moreras quedan manchadas por la sangre del hobre, quien ya ha dejado de gritar y cuyo cuerpo inerte aún permanece en la boca del lobo.

¡Wolfgang! ¡Wolfgang! ¿Dónde está esa gente? ¡Wolfgang!

El joven clérigo os despacha con las manos y abandona el huerto, dejándoos dentro, en cuanto sale cierra la puerta tras él. En el interior de la casa se oyen las voces de cuatro o más personas, al menos dos personas están gritando. Pronto la pareja se da cuenta de que en el resto del pueblo también hay jaleo y la música que antes se escuchaba ha dado paso al silencio. O no. Más que silencio lo que se oyen son pasos de carrera y relinchos de caballo, un griterío de histerismo y pánico. La pareja traga saliva cuando la puerta del huerto se abre y entra el joven clérigo, acompañado de tres milicianos.

Excelencia, ha llegado vuestra escolta, pero ha sido atacada por una bestia del Caos, un hombre-lobo; y viene hacia aquí.

No se preocupen -intervino el guardia que antes vieron en la puerta- no entrará en el pueblo, pero sus hombres están asustados. Tal vez debería hablar con ellos.

- Por supuesto - dice Farmiekh adelantándose a Maximillian - déjeme que me pongo algo de ropa más adecuada que estaba a punto de irme a la cama - dice mientras simula un poco de vergüenza.

Entrando en la habitación y cogiendo su ropa deprisa se viste y sale afuera donde están sus compañeros.

Una bestia del Caos? en que lío se habrán metido estos? no debí dejarlos solos

Ibrahm guarda las monedas que llevaba el cadáver en su bolsa y deja el mapa en el lugar, si no había ninguna seña especial no le interesaba y al estar manchado de sangre podía delatarlo.

Podemos acercarnos al poblado por otra ruta distinta a la de Marcus e intentar ir hacia el lugar donde vimos la luz. Hay que hacer lo importante, la misión, todo lo demás peude acabar en el mismo infierno peor si nos detienen seguimos siendo mutantes... Si el lobo no puede controlarse que asuma las consecuencias de sus actos, con algo de suerte como sólo ha salido él a al vista de los otros jinetes no tendremos demasiados problemas.

Saco un pequeño bote de uno de mis bolsillos y me paso el producto de su interior por la cara haciendo un pequeño masaje para secarlo luego con un poco de mi ropa.

Vamos?