Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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01/11/2019, 19:40
Iradio di Calendia

Pasa un buen rato. O quizás no tanto, pero son unos segundos que se hacen largos. Muy largos. Finalmente alguien se asoma por la ventana.

El doctor tiene las manos sucias, con algo de sangre, aunque unos largos guantes blancos las recubren ahora. Y tiene un delantal sobre su traje. Mira hacia la calle, poniéndose un monóculo en su ojo izquierdo. Recuerdas que el doctor perdió el derecho, crees que sirviendo en la guerra, aunque el ojo de cristal la verdad es que disimula bastante, y es dificil que llame la atención. "Hecho por un Arcano" te confesó una vez.

- Maese Vairan - saluda, volviéndose hacia el interior-. Estoy terminando una pequeña intervención, ¿que ocurre? ¿Qué es tan urgente?

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01/11/2019, 19:42
Encapuchado

Antes de que el extraño que afirma ser uno de los Perdidos te responda, un grito se oye desde la planta inferior. Probablemente de la enfermería.

Es tu nombre. Y por la voz, reconoces a Gavilano, llamándote. Parece que algo molesto.

En ese momento, la extraña silueta parece moverse hacia ti. 

- Oh, arañita, me encanta como intentas trepar por los hilos como puedes. Siempre he respetado mucho el valor. Y veo que no te falta arrojo. Sé que jamás te entrometerías de forma alguna entre Pee y yo, así que claro, puedes cuidarla como su fiel guardián. Asegurarte de que nada le pase y que yo no tenga que intervenir. Pronto ella comenzará su viaje hacia mi, y espero que tú puedas custodiarla hasta entonces, mi arañita. Y claro que si, te recompensaré. Te recompensaré en su justa y poderosa medida. 

Sus palabras suenan amables, agradables y cariñosas, como antes. Pero menos... Idas. Mas enfocadas. Te producen un escalofrío, porque te da la sensación de que está jugando contigo, ¿pero que más puedes hacer?

- Y sé perfectamente lo que ocurrió en esta casa, mi araña querida - continúa, flotando alrededor de donde estaban las ropas de Peara, las cuales parece observar-. Estaba aquí. Tan, tan divertido. Pero es mejor por vuestro bien y el de Pee que abandonéis ese asunto, mi araña querida. Las fuerzas que se embarcaron en contra de los antiguos inquilinos reposan ahora en letargo, ajenas a vuestra importancia. Por ahora, seguramente, creerán que sois poco más que unos advenedizos la mar de oportunos. Es muy probable que os dejen hacer y deshacer a vuestro antojo... Salvo que saquéis de su cajón el secreto del comandante. Eso os arrastraría a los brazos de la convergencia antes de lo previsto, oh si. Mis compañeros todavía no se han empezado a mover, pero créeme... ¿Dos piezas juntas en Duriel? ¿Cuatro en el continente? Sabrán que ha comenzado, y se moverán. Les he avisado, claro. En cuanto supe que la convergencia había empezado. Pero sus tronos de cristal son incómodos, sus reinos de sueños cansados, y les cuesta, les cuesta moverse. En cualquier caso, arañita, si quieres que tu mundo siga siendo seguro, que tus hilos sigan siendo firmes, asegúrate de que el cajón del comandante siga cerrado. Hazme caso. Será lo mejor. 

Tras eso, decides hablarle del pastel. De dárselo mañana. Es extraño, pero cuanto te responde, sientes... Sientes que se ríe.

- Ahhh, arañita, tranquila. Estaré cerca, no te preocupes, más ahora que tu vas a proteger a mi querida Pee. Me resultas simpática. Me caes bien. Cuando veas un pastel, simplemente tiéndemelo. Y habla conmigo cuando lo desees, te escucharé. No hace falta que te canses mirando al interregno, mi buen amigo. Si quieres hablar conmigo, yo te responderé. Me encanta hacer nuevos amigos. ¿A ti no?

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01/11/2019, 19:57
Director

Tras escuchar a tus nuevos líderes volver a dar ordenes a la vez (en una especie de danza en la que se empeñan a repetir lo mismo para demostrar mas autoridad que el otro) coges la camilla plegable y sales hacia el callejón. 

Cuando llegas te cruzas con Fantina, que sale haciéndote un gesto y avanza a paso rápido hacia la mansión. 

Al llegar hasta el otro lugar, aparte de los charcos de sangre, ves a Corlas y Adalo vigilando el callejón. En el suelo reposa el cadáver de Eikon y el cuerpo malherido e inconsciente del hombre al que Vairan había llamado Darao. 

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01/11/2019, 20:01
Finnaes di Bassid

Finnaes no es estúpida y nota como dudas de ella. Ves que se pone roja de la ira, y da un paso adelante, apretando mucho los puños.

- Escúcheme bien, maese di Taran - dice, su voz fría y contenida-. He pasado las últimas semanas manteniendo viva esta casa. Cuidando de que no fuera expoliada y expropiada por las fuerzas de esta ciudad que querían ver su final. Sin dormir. He sido yo quien les ha hecho unirse a esta casa, quien les ha explicado como funciona y cuales eran los riesgos. No sé si es usted idiota o simplemente una mala persona, pero para atreverse ahora a dudar de mi quizás debería pensar antes en lo absurdo de lo que usted sugiere. ¿Les he hecho firmar un contrato para matarles cuando, sin mí, no serían ustedes nadie en esta casa? Quizás no seré miembro, pero he servido a las Rarezas durante años, muchos más de los dos días que lleva usted aquí. Que le quede claro.

Y sin decir nada más, avanza hacia la casa con furia en sus pasos. Parece que la has ofendido sobre manera. Mientras se aleja, ves como Hiparchia aparece con una camilla. 

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01/11/2019, 20:06
Director

Tras llegar Hiparchia al callejón con una camilla, no hace falta explicar demasiado. Hay que trasladar al herido y al cuerpo al interior de la mansión... No es lo mejor dejarlos ahí tirados. Corlas hace un gesto bastante claro, indicando que él se ocupa de vigilar. Por un lado está solo, si alguien volviera, no sabéis si sería suficiente.

Por otro lado es el tipo más inmenso que hayáis visto nunca, y espera apostado junto a una esquina. Nadie podría dispararle antes de que él usase la enorme espada que sujeta desenvainada. Dudáis de que esté en dificultades. Además, de lo improbable que sería que alguien ataque justo de inmediato, con toda la casa en alerta. 

Así que cargáis primero al pobre Eikon, llevándole en la camilla, y luego al inconsciente Darao. Depositáis a ambos en las camas de la enfermería, junto a un Viero que respira más tranquilo y una Peara que parece esperar a su lado cuidándole. 

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01/11/2019, 20:09
Director

Tras el breve intercambio, todos abandonan la habitación. Os quedáis solos, esperando. Que aparezca un doctor, o que alguien más vuelva. Pero al poco, véis que Adalo e Hiparchia llegan cargando el cuerpo muerto de Eikon, y vuelven a irse. Un par de minutos después, aparecen con el malherido tipo que antes voló por los aires, que ahora permanece inconsciente. Depositan a ambos en las camillas.

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01/11/2019, 20:11
Director

Tras llevar los cuerpos a la enfermería, los cuatro permanecéis tomando aliento por un momento. Viero no se encuentra ya tan mal, solo está palido por la pérdida de sangre pero parece que el torniquete ha hecho su efecto. Aun así, tampoco puede irse a ningún lado hasta que un médico acuda a cerrar sus heridas.

Los demás observáis también al "hombre volador", al que Vairan llamó Darao. Quizás una atención de primeros auxilios podría garantizar la supervivencia del hombre, que parece sumido entre la inconsciencia y el delirio causado por el dolor.

O quizás no os preocupe lo más mínimo.

Esla y Gavilano os han dicho que debíais ir a buscar a Fantina, la cual parece evidente que no está en la mansión. Viero ahora mismo no parece necesitar ayuda, le basta con un poco de reposo. 

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01/11/2019, 20:14
Director

Los dos partís hacia vuestras habitaciones, tras esperar unos segundos a ver si Cael responde. No sabéis si sigue en la mansión o si está ocupado, sea como sea de momento el noble no baja, pero vosotros tampoco tenéis tiempo que perder esperándole.

Aunque tenéis sangre en las ropas, tampoco es que necesitéis mas que lavaros un poco y cambiaros los ropajes. Unos minutos después, ambos os reunís en la planta baja donde Finnaes os espera y os observa.

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01/11/2019, 20:19
Finnaes di Bassid

- Adalo me ha informado un poco de la situación - os dice-.  Lo lamento. Fue en parte culpa mía. Cuando salí a casa, vi a ese grupo allí apostado, pero no le di importancia, y ellos me ignoraron... Supongo que no pensaron que fuese miembro de la casa. Tendría que haber vuelto a avisaros. Pero ya... Ya no sirve de mucho.

Os mira ambos, alternativamente.

- Puedo intentar retrasar la reunión, aunque no sé si será posible... Es vuestra decisión. 

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02/11/2019, 21:52
Vairan
Sólo para el director

Era desesperante, allí no parecía haber nadie y el tiempo jugaba en nuestra contra. Quizás Gavilano había conseguido estabilizar al muchacho, pero lo que necesitaba de verdad era la atención de un buen cirujano como Iradio, pero éste no parecía encontrarse en casa. Hasta que lo vi, asomándose en el balcón. Respiré aliviado pero ese alivio duró poco tiempo ya que, no hacía falta que me dijera nada porque se veía la sangre en sus guantes, parecía estar bastante ocupado.

Por fin —no pude evitar exclamar—. Tenemos en la Casa de las Rarezas una urgencia. Un herido bastante grave que requiere atención cuanto antes. ¿Te falta mucho? —En condiciones normales no me atrevería a hacer esa pregunta ya que respetaba profundamente el buen hacer del cirujano, pero el tiempo apremiaba y yo empezaba a ponerme nervioso.

Haber ido en busca de un cirujano y haber tardado tanto, o incluso aparecer sin él, podía levantar sospechas en el resto y les podía hacer pensar que lo había hecho aposta. Y eso por el momento no me interesaba. No tenía ningún peso en la Casa y si quería sacar adelante mis planes debía mostrarme solícito, colaborador y un perfecto idiota para no levantar sospechas.

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04/11/2019, 12:57
Gavilano

Nadie respondió a su llamada. Cael, dondequiera que estuviese, no lo había escuchado o había decidido ignorarlo. Gavilano, algo frustrado, terminó por optar por ir a prepararse, a pesar de las inquietudes que lo rondaban. Sólo a través de callejón se podía salir de la Casa, y el joven di Venture no lo había cruzado, algo que dejaba pocas opciones. Pero el tiempo era un carcelero cruel.

Unos minutos y una bañera de agua teñida de rojo más tarde, el joven estaba ya listo. Había logrado combinar algo de la ropa que le quedaba limpia con un traje de dos piezas del color verde oscuro de las hojas de los robles que había encontrado, y lo había acompañado de algunos complementos que, llegado el momento, ya devolvería a sus dueños pertinentes. Después de peinarse y recogerse el pelo a la espalda, se miró en un espejo de mano con ojo crítico, y decidió que estaba lo bastante digno como para presentarse incluso ante el propio rey si fuese necesario.

O, en una primera instancia, ante una irritante princesa.

Aunque había previsto que Esla tardaría algo más que él, lo cierto fue que ambos coincidieron en el rellano de las escaleras, encontrándose también con Finnaes, que se apresuró a disculparse por no haber dado un aviso de la presencia de los asaltantes a los que al parecer, había encontrado a su salida.

-Es lo de menos, Finnaes. -Contestó de inmediato, quitándole importancia. Las disculpas de la letrada estaban muy lejos en su orden de prioridades. -Somos nosotros los que bajamos la guardia.

-En cuanto a la reunión… -Miró de reojo a Esla mientras respondía a la propuesta del intento de aplazamiento. Por pura estadística, la joven d’Iridar acabaría por contradecirle, pero eso no le hizo callar su opinión. -Creo que no deberíamos posponerla. Por lo que dijiste, Finnaes, ni siquiera ha sido fácil conseguirla como para confundir más a los Doriar. Además… lo que ha pasado hoy se sabrá. Es inevitable. No acudir… podría dar una imagen de debilidad que no nos beneficia en absoluto. Si parece que tenemos miedo… si parece que nos acobardamos después de que tres matones nos asalten… más valdría poner en venta la casa.

-No, tenemos que ir. -Añadió con seriedad, después de una pequeña pausa. -Después de todo esto, incluso optaría por ir nosotros dos, sin nadie más. La mayor parte del resto parecerá que acaban de salir de un campo de batalla. Y Cael no aparece.

-En el peor de los casos, podría ir yo sólo. -Añadió con cierta ironía, absolutamente seguro de que eso era algo que Esla jamás aceptaría, y se encogió de hombros para añadir. -Lo peor que puede suceder es que me maten.

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04/11/2019, 16:21
Inara
Sólo para el director

Pese a la ventaja que nos ha sacado tras tropezar yo con ese madero, creo que aprovechando la concurrencia de la gente al ser una calle comercial, en vez de seguir corriendo haya optado por esconderse y tratar de pasar desapercibida, así que, le digo a Yria que la busquemos , y yo haré lo propio.

Que no sea sólo mirar, voy a preguntar a la gente si la ha visto - Una mujer corriendo, llevaba una pistola y estaba herida, ¿alguien la ha visto? hay recompensa - lo repito unas cuantas veces para que se escuche cláramente lo de "la recompensa" por encontrarla, igual me dicen que ha seguido corriendo... en ese caso le diría a Yria que fuera tras ella.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No la saco, era una tirada difícil en sus 2 opciones (en la de atletismo tendría que sacar un 8, en la de advertir un 9 y finalmente he sacado un 6). Así que, me quedo con mi nariz ensangrentada.

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04/11/2019, 23:55
Adalo di Taran

La mirada de Adalo paso de Viero hacia el resto de presentes hasta terminar en Darao y sus heridas, caminando junto a su camilla se aclaro la garganta para llamar la atención del resto y comenzó ha hablar:

- Peara, si tenéis conocimientos en técnicas sanatorias os pediría que ayudarais a este hombre, Vairan parece conocerlo y nos vendría bien algo de información sobre nuestros enemigos.

Su mirada no se desvió ni un momento del enemigo que tenia delante, escudriñando sus ropajes y facciones, intentando averiguar trozos del rompecabezas. Entonces cayo en la cuenta que no había asegurado a su prisionero por lo que antes de que Peara pudiera acercarse registre sus ropas y posesiones buscando armas u objetos relevantes.

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05/11/2019, 02:50
Esla d'Iridar

Apenas tiempo para arreglarse. El justo para tirar la ropa en un cesto, lavarse y buscar otro juego. No demasiado diferente del que había elegido para esa mañana. Al fin y al cabo, lo había elegido para presentar su candidatura a comandante. Nunca habría acudido descuidada a algo así.

Llegó con el cabello recogido y un atuendo de llamativo granate. Pantalones granate oscuros, de lejos podrían parecer negros, camisa blanca y sobre ello una casaca de un granate más vistoso. Al cinto su espada, y cruzado en diagonal sobre su torso un cinturón que parecía portar algo que quedaba oculto bajo la casaca. Lo completaba con un colgante, recuerdo de la familia, una pulsera, unos vistosos pendientes y un pasador sujetando el moño. Le habría gustado poder dedicar algo más de tiempo a afinar el conjunto, pero serviría. Quería mostrar estatus, que nadie olvidase que era noble, pero tampoco que era una experta luchadora. Hacía mucho tiempo que se había acostumbrado a ir siempre preparada para pelear. Siempre. 

Llegó en mitad de la conversación entre Gavilano y Finnaes. Dejó que fuese Gavilano quien hablase. Ella también compartía que Finnaes no había tenido la culpa, aunque no estaba del todo de acuerdo con la explicación de Gavilano. De todos modos, no era algo que mereciese la pena discutir.

-Señor Gavilano, se que no lo dice en serio, pero será mejor que se borre esa idea de la cabeza. No hay amenaza en Duriel que me vaya a hacer perderme esta reunión – respondió con seriedad, aunque casi de inmediato suavizó el tono – Además, aunque no lo crea, no tengo intención alguna de perder a mi capitán más elocuente tan pronto. Si vamos hacia una emboscada, le aseguro que agradecerá que le cubra las espaldas.

-En lo que si concuerdo con el señor Gavilano es en que no debemos retrasar la reunión. Debemos confiar en que nuestros compañeros sean capaces de terminar de asistir al señor Viero y de defender la casa hasta nuestra vuelta. Más tarde nos ocuparemos del resto de asuntos.

No respondió a la mención acerca de Cael, pero el joven Venture no había abandonado sus pensamientos en el último rato. Ese era uno de los asuntos de los que pretendía ocuparse a la vuelta. 

No discutió tampoco la sugerencia de que fuesen solos. Habría preferido llevar con ellos a Corlas o Adalo, pero el mensaje que mandaban yendo solos bien valía la pena el riesgo. 

Será mejor que no nos demoremos más. Animó entonces a todos a ponerse en marcha. No tenían tiempo que perder, ni mucho más que hacer allí.

-Señora di Bassid – se dirigió a Finnaes mientras caminaban hacia la salida - necesito que en el trayecto nos cuente los detalles del acuerdo con los Doriar. Es importante que sepamos que es lo que nos van a reclamar, en especial aquellas cosas que podría ser complicado cumplir en nuestra situación actual. Me gustaría encontrarnos el menor número de sorpresas posibles.

Hablaba con confianza, como si tuviera fe en que todo iba a salir bien en aquella reunión, pero la realidad es que no creía que fuesen a sacar nada bueno de allí.

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05/11/2019, 09:59
Cael di Venture
Sólo para el director

Cuanto más se acercaba, más miedo sentía Cael. Su valentía era un cuentagotas que se iba agotando a cada palabra del encapuchado, esparciéndose en el suelo mientras el temblor en sus manos era cada vez más evidente, intentando esconderlas en su espalda.

Se sentía tan pequeño, tan hormiga que la impotencia de saber que no podías hacer nada si realmente resultaba ser uno de los Perdidos, ya que se había metido en esas arenas movedizas que lentamente le tragaban. ¿Había merecido la pena tal riesgo? Deben morir, a cualquier precio.- Saber que habría una recompensa fue más que suficiente para darle un punto de partida, erróneo o no, pero que le serviría para avanzar por ese camino lleno de espinas y sangre que ya estaba cruzando.

No supo en qué punto esa fuerza terminó por abandonarle, si fue con la información sobre el comandante, esa masa extraña de energía que él mismo había podido ver y no sabía explicar, cuando habló de sus compañeros o la amenaza directa de saber que estaría cerca suya, vigilante a cada paso que daba con tal de proteger a la universitaria, pero por primera vez no quiso estar en esa realidad.

Se dejó caer en la cama, al lado del vestido de Pee, mientras sus ojos volvían a la normalidad como una rápida huida de querer vivir en ese mundo de mentira donde no había hilos, ni Perdidos ni peligros, sólo el silencio y la soledad apaciguadora.

Ya no podía controlar el temblor de sus manos mientras se quitaba las gafas de sol, notando ese mareo por haber estado tanto tiempo al otro lado y el sudor frío recorriendo su columna del escalofrío que sentía al saber que, viéndolo o no, mentira o realidad, esa figura seguía ahí.

¿Cómo debo llamarte? – Preguntó en voz baja al no salirse la voz mientras el labio inferior le temblaba, agazapado en la cama aterrado y con la mirada perdida en alguna baldosa del suelo.

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05/11/2019, 16:40
Gavilano

Con una media sonrisa asomando en sus labios, Gavilano escuchó la respuesta de Esla que, a pesar de sus sospechas, no fue tan contradictoria como él habría esperado, salvando su evidente negativa a no acudir a la reunión. Incluso accedió a acudir ellos dos solos, sin escolta, algo que el joven escuchó con agrado. En esos momentos, si debía escoger entre acudir sin escolta o con una que incluyera al enano, prefería batirse con mil demonios. Pero se guardó de expresarlo en voz alta.

De modo que, cuando Esla echó a andar hacia el exterior, él hizo lo propio, siguiendo a Finnaes, y preguntándose cuántos de los que habían dejado con vida entre esos muros seguirían así a su regreso. Vieiro… el hombre del parche… y aún nada sabían de Fantina, de Yria e Inara, y de la nueva desaparición de Cael. Realmente esperaba que la entrevista con los Doriar fuese de ayuda, porque no era precisamente un lugar tranquilo el que dejaban atrás. Y tal vez esos problemas fuesen los menos importantes, pensó, recordando lo que había visto esa misma mañana.

-De todos modos, Esla. -Añadió en un momento en el que la charla había dejado paso a un breve silencio. -Creo que nadie en la Casa agradece demasiado el título de señor. Por mi parte, resérvalo para los asuntos oficiales.

Tan pronto como estuvieron fuera de los muros de la casa, el joven sacó de su cinturón un pedazo de cuero y lo colocó sobre el antebrazo de su traje mientras dejaba escapar un suave silbido, que no tardó más que unos segundos en tener respuesta. Como una sombra fugaz, el gavilán descendió desde lo alto de la mansión para aferrarse al brazo de Gavilano.

-Vuela alto, y vigila. -Murmuró cariñosamente, mientras le acariciaba el cuello hundiendo sus dedos entre las plumas del animal, que lo observaba atentamente con sus ojos del color del oro fundido en una muestra de confianza que sería la envidia de cualquier cetrero. -Grita si ves algo raro. Sólo será un rato. Ve.

Luego levantó el brazo de golpe, dando impulso al ave, que extendió las alas y las batió con furia, elevándose rápidamente hasta alejarse de su vista. Sólo en ese momento devolvió el joven su atención a las dos mujeres que lo acompañaban.

-¿Sabemos ya quién nos recibirá de los Doriar? -Preguntó Gavilano a la letrada. -¿O aún no sabemos tampoco si el duque y su hijo corrieron la misma suerte que nuestros antecesores?

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05/11/2019, 17:58
Esla d'Iridar

Esla se quedó mirando, al principio con cierta incredulidad, a la pequeña exhibición de cetrería de Gavilano. No dijo nada, solo sonrió. Sonrió como si estuviese a punto de empezar a reirse, pero no lo hizo. Cuando siguieron caminando, la sonrisa seguía dibujada en sus labios. Como si algo de lo que acababa de ocurrir le hubiese resultado muy gracioso.

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05/11/2019, 23:47
Peara de Valdebrian

 Peara ve como llegan Adalo e Hiparchia con el nuevo herido, el hombre volador del callejón. Lamentaba no poder hacer mucho por él, aunque nada le decía en principio que debía sentir simpatía. Que Vairan lo conociera solo aseguraba algo de información, pero quién sabía las cosas en las que podía estar detrás. Más teniendo en cuenta la grotesca escena que vio allí atrás.

- Lo siento... no tengo conocimientos médicos. Es de las cosas en las que menos me he instruido en la academia... y no recomendaría el uso del Éter para este hombre. No podré ayudar en esto, por lo que intentaré ayudar con el otro asunto en espera... Fantina.

 La maga se acercó a la ventana de la enfermería, mirando la ciudad a la lejanía. Su mirada era de preocupación, especialmente pensando en las cosas que le podían suceder a aquella frágil muchacha. Si bien Peara no fuera el arquetipo de guerrera tampoco.

- Hay que buscarla. Es lo que nos encomendaron Esla y Gavilano. Tenemos que ir al barrio portuario y preguntar por ella. No individualmente, porque puede ser muy peligroso. Remarcaron que puede ser riesgoso... pero hay que hacerlo.

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06/11/2019, 02:03
Viero

Viero estaba tan preocupado que ni siquiera tenía ganas de pensar, mucho menos de hablar.

Cuando vió entrar a Darao tan malherido y hecho desgracia, sintió un corrientazo por su cuerpo y la herida su herida se sintió punzante, claramente la apariencia del otro sujeto lo había hecho concentrarse en el dolor.

Jadeante y en voz baja le dijo a Peara:

- Hey maguita, ¿crees que se tarden mucho con el cirujano?

Lo dijo en forma de queja, aunque no fuese su intención sonar rudo.

Luego volvió a mirar a Darao.

- Tengan cuidado si van a salir a buscar a la niña - dijo con esfuerzo - esa basura dijo que iba a "darle un mensaje a las rarezas".

- No fué un asalto fortuito. Hay algo más grande detrás de todo esto...

Dicho esto, volvió a mirar al techo, y a calmarse para no concentrarse en el dolor de su herida.

- Deberían matarlo... - añadió murmurando.

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06/11/2019, 20:37
Hiparchia de Menas

Había que hacer algo. Las palabras de Viero no sirvieron más que para confirmarle que la información que podía portar aquel hombre moribundo era de vital importancia. Hiparchia se remangó y comenzó a recabar información sobre el herido. Pulso, temperatura, reflejos, localización de las contusiones... 

- A falta de un médico profesional... -Hiparchia rebuscó entre los utensilios de la cocina. Unas tijeras le sirvieron para rasgar parte de la ropa del accidentado, aliviando la presión en algunas zonas magulladas, inmovilizando otras con tablillas y tiras cortadas de la propia ropa del tal Darao. Peara, acude a la enfermería. Tráeme todo cuanto consideres útil... Finalmente añadió algo más. De hecho, tráeme todo lo que veas. Lo que puedas cargar. ¡Venga, rápido!

A continuación se dirigió a Adalo. Bajó la voz. 

-Fantina está en la casa. No perdáis tiempo buscándola en los barrios del puerto. Adalo, encuéntrala. Encuéntrala y asegúrate de que no va a ningún lado. Por su seguridad y por la nuestra. Echó un vistazo suspicaz al patio, allí a dónde daba el callejón donde se había producido el ataque. No podemos descartar la casualidad, pero el hecho de que lleve desaparecida toda la mañana y justo haya aparecido ahora... es sospechoso.

- Tiradas (3)

Notas de juego

* Tirada de conocimiento (biología), por si pudiera extraer información relevante sobre el estado del herido. (La primera tirada era errónea, solo tengo un 10 en conocimiento)

* Tirada de primeros auxilios para tratar de estabilizarlo.