Partida Rol por web

- Bien, esa es la choza - dice indicando hacia la choza en cuestión - ¿has pensado cómo vamos a entrarle a la shaman? - preguntó interesado - ¿has pensado algún plan? Personalmente opino que no deberíamos engañarla, podríamos ofrecerle magia y poder... - propuso.

Xiaoyan se fija todo lo que puede en los aspectos militares del poblado, y en la forma de vida de los hobgoblin.

Cita:

Ya te digo, responde Xiaoyan, divertida. ¿Te has quedado con lo de chupártela, ¿no? Tranquilo, que todo se andará... pero aquí en medio no creo que sea el mejor sitio.

Asiento al trasgo, como era de esperarse se encuentra cercana a la residencia del "poderoso" Lesh... Camino en esa direccion pues, prestando atencion a las chozas tanto como a la gente. No seria raro que su morada tuviera alguna señal en particular. Un hacha de batalla como la de su dios, o algo que la distinga, como residencia de un sacerdote... o tal vez no. Nunca se sabe.

Ofrecer es de débiles. - Argumenta Morzog. - Nosotros conquistamos.

Parece hablar sonriendo.

Por ahora simplemente me presentaría ver como reacciona a nosotros y seguir a partir de allí ... las relaciones diplomáticas son muy dinámicas, planear algo tampoco es que sirva de mucho. ¿En todo caso te interesa averiguar algo en concreto? Para dirigir la conversación hacia allí ...

Como digo, en mi caso solo quiero saber como reacciona y si es necesario coaccionarla para que se una a nosotros.

No puedo creerme lo que escucho. – ¿Y atacarlos no será de suicidas?

Puede que delante de su dios sea meritorio pero yo personalmente no pienso hacerme matar por el orgullo de alguien que conozco de hace unos días.

No pretendo atacar a nadie. - Dice Morzog mirando a Joanuth. - Mi negocio son las palabras no el acero.

De hecho creo que hice bastante buen trabajo con el líder. Y me parece que lo que hacemos todos ahora no es mas que rizar el rizo. - Añade con exceso de confianza.

Y aunque las cosas salieran mal, ¿realmente crees que moriríamos aquí?

Por favor ...

Parchan escuchó las palabras de Morzog, él estaba más acostumbrado a las negociaciones - bien, aunque sea algo dinámico creo que una breve preparación sí que sería útil. Si vas a ir con la verdad por delante, no hay problema, pero si piensas 'improvisar' algo, cuanto más informado vayamos, mejor.

Tras oir la extraña conclusión de Joanuth, comentó - no vamos a atacar, y tampoco a morir. Vamos a entrar, le haré de improvisado chambelán - tras lo que se dirigió a la entrada de la cabaña y comenzó a entrar.

Resulta extraño el no encontrar a los magos a mi regreso, pero de haber habido problemas seguro que no hubieran dejado a los dos esclavos, así que sólo quedaba una cosa lógica.

- ¿A dónde se han largado los magos?

Les pregunto a los esclavos mientras una punzada de desconfianza aflora en mi corazón.

Ya sabes lo que dicen: "no hay mal sitio si la picha es buena"

Cita:

No hagas promesas que no estés preparado para cumplir, reconviene Xiaoyan.

Tu intuición funciona. En efecto, cerca de la mansión del "gran" jefe de los gran trasgos, encuentras una estructura que, si bien no deja de ser una basta construcción de madera, es mas refinada y grande que las que están junto a ella. Pareciera que se han unido tres chozas, formando una única estructura, y en la única puerta situada en el centro de la estructura, como habías previsto, se encuentra el hacha símbolo de la deidad gran trasga.

Al llegar hay dos grandes trasgos en la puerta, en actitud de guardias. Ambos llevan hachas de batalla al cinto, y armadura de pieles

Ninguno de los dos sois expertos en construcciones ni en fortificaciones, pero vuestra experiencia en el ejercito se nota. La estructura es bastante defendible desde fuera, aunque si bien es obvio que está pensada mas para resistir a un grupo medianamente alto de atacantes, no tendría esperanzas reales de defenderse de un ataque aéreo, ni de un asedio bien pensado y prolongado.

Las deficiencias también son evidentes a la hora de la relativa facilidad de entrar y salir del poblado; las chozas provocan numerosos puntos ciegos cerca de la empalizada que podrían usarse para llegar hasta la misma, aunque una vez hecho esto el trepar la señalada empalizada y huir sería facilmente perceptible por cualquier guardia medianamente competente.

La sociedad de los gran trasgos es brutal, pero clara. El fuerte tiene mayor posicion social y se impone al debil. No hay una situación de constante violencia por la calle, pero si se palpa cierta brutalidad, evidente en algun golpe, algun grito, e incluso algun cadaver. Los guardias son bastante presentes, y casi todos los varones llevan algun arma a la vista. Es obvio que si el arma está acompañada de armadura, o es mas rara o de mejor calidad, supone un mayor nivel social.

Pero poco mas podeis deducir en este corto rato. Os parece que hay cierta estructura familiar, y patriarcal, pero podría ser un error de apreciación, o una simplificación

Con pasos firmes, camina hacia la entrada del improvisado "templo", disponiendose a entrar directamente en busca del clerigo trasgo . No esta aqui para hablar con los guardias, de modo que solo si estos se interponen directamente en su camino los interpelara.

-Llevame con Togarde. +indicara directamente.

El interior de la vivienda era cuando menos desagradable. Un olor nauseabundo parecía surgir de una olla calentada sobre el hogar, y un sin fin de frascos y odres de cuero mantenían en su interior objetos, algunos que ambos magos podían reconocer como partes de conjuros, pero otros que les eran completamente desconocidos. Muchos de ellos de un origen claramente humanoide. Un bazo, un cerebro, unos ojos...

En el interior de la choza estaban las dos grandes trasgas que habían estado presentes hacia una hora, cuando habiais hablado con el gran jefe gran trasgo. La mas joven se puso de pie de un salto (estaba en el suelo creando lo que parecía un tapiz con huesos) pero la mayor la detuvo con un gesto imperioso.

- Decid qué quereis - digo en tosca lengua indigna

Indagar. - Contesta en trasgoide mientras observa el lugar, su mascara ocultando su aparente desagrado por este.

Luego las observa a ellas esperando su reacción.