Partida Rol por web

Imitando a su compañero Kovu no tarda en arrojar también una ficha negra al interior de la urna.

Lechuga Veloz no tarda tampoco en plantarse junto a la urna, aunque tiene una difícil decisión por delante. Coge dos fichas, una de cada color, y sopesa el peso de ambas en cada mano. Finalmente escoge una y la deja en la urna mientras devuelve la otra al cofre sin enseñar cuál ha escogido.

Vetusto no lo duda y sin contemplaciones arroja una ficha negra al interior de la urna.

Vilieta se acerca contoneando levemente sus caderas hasta la urna. Recoge una ficha negra y lanza una mirada a Niño Guerrero. Le guiña un ojo y deposita la ficha negra en la urna antes de regresar a su sitio

Zu agacha la cabeza y se suma al carro de la mayor parte de sus compañeros de escuadra. Recoge una ficha negra y la lanza a la urna antes de regresar cabizbajo a su lugar.

Portaestandarte ha apoyado su espalda en el alto respaldo de la gran silla de madera en la que está sentado, por lo que su rostro permanece en sombras.

Tan sólo se perciben unos brillos, los de sus ojos y los de sus dientes. ¿Es posible que esté sonriendo?

El soldado se levanta, y sin más miramientos arroja una ficha negra la vasija. Saluda levemente con la cabeza a Portaestandarte, y a Analista también y regresa a su lugar.

Buscando una posición privilegiada desde la que poder seguir la incesante danza de idas y venidas, el cuervo revoloteó hasta posarse sobre la lámpara que pendía del techo. Desde allí siguió observando cuanto ocurría con sus profundos ojos negros, aunque parecía especialmente interesado en las fichas que saltaban de mano en mano para terminar en una vasija.

- Cuidado con a quién pides que disparen, Rastrojo...- susurré al aprendiz de chamán en lo que más que una voz parecía un graznido.

Con parsimonia me acerqué al lugar sobre el que Lengua Negra había dejado caer las dos fichas. Ambas, con sus diferencias, habían estado juntas en la misma caja hasta hacía solo unos momentos. Cogí ambas con una sonrisa divertida ante la situación que se planteaba y tras guardármelas en el puño las dejé de canto sobre la mesa, pero donde antes había habido una de cada color ahora había dos fichas exactamente iguales, ambas mitad negra y mitad blanca.

- ¡Que el presente dé paso al futuro!- exclamé antes de hacerlas girar sobre la mesa con una carcajada.

Para cuando dejaron de dar vueltas sin sentido, sobre la mesa quedaron dos fichas separadas por una distancia insalvable, por demasiadas diferencias: las dos fichas originales que ya había descartado Lengua Negra.

Con la misma tranquilidad con la que me había acercado me alejé de la mesa lamentando haber ido a las letrinas antes de que la reunión diera comienzo. Después de todo haberme cagado en la mesa desde la lámpara hubiera sido todo un golpe de efecto.

- "Además de divertido..."- pensé al tiempo que reía.

Tras la ruidosa exhibición de Serpiente a juicio de muchos. Y tras acallarse los susurros y murmullos al ver al animal transformarse en hombre. Uno de los soldados de infantería da un codazo a otro de sus compañeros.

Romo se levanta él primero para acercarse hasta la mesa centra, coger una ficha blanca y depositarla en la urna.

El hombre que estaba sentado junto a Romo se levanta después y realiza el mismo procedimiento depositando una ficha blanca y asintiendo en dirección a Analista.

Escudo seguía observando el devenir de sus compañeros. Sabía que al final tenía que tomar partido y depositar la ficha en la urna. Elegir entre la locura o la indisciplina. La falta de disciplina era grave, pero la locura al final era mucho más peligrosa.

Se levantó y tomo una ficha blanca que arrojó a la urna, pero no miró a Analista.

Flores sonríe también en dirección a Analista y se dirige al centro para poner otra ficha blanca en la cuenta del Anciano.

Como un resorte Lagrimita se levanta y acude también hacia la urna para votar. Se frena justo al final y mira a ambos extremos. Portaestandarte primero y Analista después. Finalmente se decide por tomar una ficha blanca y arrojarla en la vasija.

Aunque cuando está regresando a su silla una lagrimilla comienza a recorrer su mejilla, pero se la seca con un rápido movimiento de la mano.

Portaestandarte mira con absoluto desprecio a Lagrimita mientras éste regresa a su posición, pero no dice o hace nada.

SALÓN DE LA DISCORDIA: ASAMBLEA DE LA COMPAÑÍA.

Cuando Portaestandarte hizo su ruidoso voto, Pipo se pegó un batacazo monumental. Al haberse quedado dormido sobre la silla como en una percha y al no ser un pájaro, el despertar sobresaltado tuvo tal efecto. Se agarró con las dos manos al borde de la mesa y se izó con cierto desparpajo. Luego se entretuvo un rato mirando con la boca abierta de par en par cómo todos iban haciendo su numerito y participaban en el extraño juego. Bueno. Dado que todos podían participar eligió un color (no estaba enterado de la mecánica del juego, pero intuía dónde estaba su elección por quién elegía un color y quién otro).

Se levantó tranquilamente, tomó una ficha blanca y la metió dentro de la urna.

SALÓN DE LA DISCORDIA: ASAMBLEA DE LA COMPAÑÍA.

Ganancia se pone en pie y os mira a todos. Está considerado como un Hermano que se ha ganado algo de respeto, pero poco más. Y sin embargo, ahora se atreve a hablar ante todos:

- "¡Pero vamos, Hermanos! ¿Es que nadie piensa ser la voz de la razón en esta Asamblea?

Todos hemos escuchado los informes de los Exploradores sobre la Fortaleza de la Puerta de Galdan. Es un bastión inexpugnable que no se puede tomar con una gloriosa carga de la caballería.

Sí, nuestro Primer Pelotón ha matado a los hombres de Último Inmortal. ¡Bravo! Y sí, Portaestandarte es nuestro mejor y más glorioso guerrero. El más famoso de todos nosotros. Puede que el Señor del Dolor buscase contratar a nuestra Compañía tan sólo gracias a su fama, tal vez.

Pero los demás no estamos a su altura legendaria. No podamos luchar a su nivel, aunque nos esforcemos por ello, aunque nos desangramos y muramos. Pues eso es lo que haremos si él nos comanda. Todos lo sabemos. Portaestandarte no acepta debilidades en aquellos bajo su mando, no acepta que los que le siguen no puedan igualar su ritmo, su empuje, su ferocidad y sus dotes para las masacres.

¿Quién soy yo para hablar en contra de votar a este gran héroe? Nadie, en tiempos fui un simple mercachifle de los Hombres de Arena. Vendía mantas y tiendas de campaña, sí. Pero alguien aquí tiene que ser la voz de la razón.

Alguien tiene que pediros sensatez, prudencia, sosiego, calma. Alguien tiene que abogar por Analista, nuestro mejor activo, nuestro hombre más sabio y más inteligente. El más cercano a la manera de pensar de nuestro agonizante Capitán, pues siempre fue su mejor amigo y consejero.

Por eso yo, no lo voy a dudar." -

Coge una ficha blanca y, con ceremonia, la vierte en la vasija.

Enviado escucha atentamente a su compañero de Pelotón. Después se levanta, coge una ficha blanca y la mete dentro de la vasija.

SALÓN DE LA DISCORDIA: ASAMBLEA DE LA COMPAÑÍA.

Indómito asiente con una sonrisa, y también introduce en la vasija una ficha blanca.