Partida Rol por web

MURALLAS DE LA FORTALEZA DE LA PUERTA DE GALDAN:

- "No creo que eso sea precisamente gente. ¿Algún efecto sobre las murallas?" -

- "No, mi señora. Las salvaguardas contra encantamientos han aguantado. Aunque es posible que esos desgraciados sí hayan resultado afectados." -

MURALLAS DE LA FORTALEZA DE LA PUERTA DE GALDAN:

- "Bien, que Brenda y Kano se ocupen del Oeste. Los nobles os ocuparéis del Este. Yo defenderé el centro contra la Compañía Negra.

¡Artilleros! ¡Arqueros! Abatid a esas cosas, dadle a todo lo que se mueva en la parte más cercana a la Zona de Muerte." -

MURALLAS DE LA FORTALEZA DE LA PUERTA DE GALDAN:

- "Sí, mi señora." - El Caballero se retira hacia el Este para avisar a los suyos.

MURALLAS DE LA FORTALEZA DE LA PUERTA DE GALDAN:

- "¡Sí, mi señora!" -

Las dotaciones de las armas de asedio se ponen a la tarea, y pronto comienzan a llover bolas de fuego y proyectiles de balista sobre las hordas de no muertos congregadas al pie de las murallas de Galdan.

MURALLAS DE LA FORTALEZA DE LA PUERTA DE GALDAN:

- "¡Sí, mi señora!" -

Las Arqueras y los Regulares se ponen al trabajo, disparando flechas y venablos por docenas.

LLANO DE GALDAN, RETAGUARDIA DE LA COMPAÑÍA NEGRA:

Resuena por el Llano el cuerno de guerra del Teniente. Es la señal para continuar en el avance. ¡Hacia Galdan!

BATALLA DE GALDAN:

SEGUNDA FASE DE BATALLA:

Actualización del Mapa de Batalla: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178747

- Siguiendo la señal del cuerno de guerra del Teniente, la Compañía Negra avanza.

- En los flancos extremo occidental y extremo oriental los Comunes de Sesvolea y los Escorias de Mindy, respectivamente, también avanzan.

- Serpiente (en el Mapa 7) apenas tiene fuerzas para continuar.

- Los Hostigadores de Matagatos avanzan (pasando del Mapa 6 al Mapa 7), dando alcance al aturdido Serpiente. Portan un armatoste de carros para transportar una escala pesada de diez metros.

- Pese a los esfuerzos de Serpiente, la horda de no muertos recién reanimada no reacciona y en la Zona de Muerte adyacente a las Murallas de Galdan comienzan a ser masacrados en gran número por el fuego de las máquinas de asedio y las flechas y venablos de los defensores.

- Los Campamenteros de Lengua Negra avanzan (pasando del Mapa 5 al Mapa 6). Portan un armatoste de carros para transportar una escala pesada de diez metros.

- La 1ª Escuadra de Reclutas Dolorosos (10 hombres chondelorianos) y su líder Sacerdote han sido aniquilados por una bola de fuego lanzada por el Dragón de Triplet en el Mapa 8.

- La 2ª Escuadra de Reclutas Dolorosos (10 chondelorianos), permanecen desmoralizados y desconcertados (mantienen posición en el Mapa 8).

- La 3º Escuadra de Reclutas Dolorosos (10 chondelorianos), pese a estar desmoralizada, obedece la orden del Teniente y avanza (pasan del Mapa 2 al Mapa 3).

- La 4ª Escuadra de Reclutas Dolorosos (10 chondelorianos), pese a estar desmoralizada, obedece la orden del Teniente y avanza (pasan del Mapa 14 al Mapa 15).

- La Escuadra Barril avanza (pasando del Mapa 0 al Mapa 1). Portan a pulso una escala pesada de diez metros.

- La Escuadra Diana sigue a la Escuadra Barril (pasan del Mapa -1 al Mapa 0). Empujan una catapulta pequeña.

- La Escuadra Lemur con la Sargento Vientos a la cabeza avanza (pasan del Mapa 12 al Mapa 13). Entran en el terreno donde fue masacrada la escuadra de los Exploradores de Ridvan.

- La Escuadra Mostaza con el Sargento Virote a la cabeza avanza (pasan del Mapa 11 al Mapa 12).

LA BATALLA DE GALDAN:

- La Compañía Negra está avanzando por el Llano de Galdan sin sufrir ninguna baja.

- En los flancos extremos hacen lo propio los Comunes de Sesvolea y los Escorias de Mindy.

- La Compañía ha recibido 6000 refuerzos no muertos, aunque estos están siendo en estos momentos intensamente atacados por los Defensores de Galdan. Los que tienen mejor vista de la Compañía pueden ver las bolas de fuego, las docenas de proyectiles perforantes de balista, y los cientos de flechas y venablos volando desde las inexpugnables murallas de la Fortaleza de la Puerta. Las criaturas no muertas caen por docenas para no volverse a levantar.

- La Compañía Negra presiona el avance.

- Las Escuadras 3 y 4 de Dolorosos han avanzado un mapa.

- La Escuadra 2 de Dolorosos mantiene la posición.

- Los Hostigadores entran en el Mapa 7, dando alcance al confundido y aturdido Serpiente.

- Los Campamenteros les siguen, ocupando el Mapa 6, anteriormente ocupado por los Hostigadores.

- La Escuadra Barril comienza a sudar por el esfuerzo, especialmente Lagrimita, Preocupado y Romo, cuya fuerza es algo inferior a la media de sus compañeros. Romo en concreto comienza a temblar, es el menos fuerte físicamente de su escuadra. Gracias a que son nueve y a la fuerza superior del Cabo Barril mantienen el ritmo sin desfallecer, pese a que llevan la escala a pulso. De hecho su avance no es un ápice más lento que el de las otras escuadras. La Escuadra Barril entra en el Mapa 1.

- La Escuadra Diana entra en el Mapa 0, anteriormente ocupado por la Escuadra Barril.

- La Escuadra Lemur entra en el Mapa 13, el lugar en el que los Exploradores fueron derrotados días atrás, procedentes del Mapa 12.

- La Escuadra Mostaza entra en el Mapa 12, procedentes del Mapa 11.

- En las murallas de Galdan, por la parte externa norte, se ven seis jaulas colgadas con los prisioneros de los Exploradores. Jaulas unipersonales, donde los Exploradores llevan todo este tiempo encerrados desde su derrota. Sus seis ocupantes se agitan débilmente, en su agónico cautiverio. ¿Conseguirá la Compañía Negra liberar a sus Hermanos?

BATALLA DE GALDAN:

TERCERA FASE DE BATALLA:

Actualización del Mapa de Batalla: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178900

- Todas los Grupos de Batalla de la Compañía Negra avanzan un Mapa hacia el Sur.

- Centro:

• La 2ª de Dolorosos sigue desmoralizada, pero ha avanzado con sus dos manteletes hasta el Mapa 9.
• Los Hostigadores (con Ponzoña temporalmente al mando) han recogido a Serpiente en el Mapa 7 y se lo llevan al Mapa 8. Pasan ante los restos humeantes de la 1ª de Dolorosos (Sacerdote y diez Reclutas chondelorianos muertos, y dos manteletes destruidos). Portan un armatoste de carros con una escala pesada.
• Los Campamenteros de Lengua Negra pasan del Mapa 6 al Mapa 7, ocupando el terreno en el que antes estaban Serpiente y los Hostigadores. Portan un armatoste de carros con una escala pesada.

- Flanco Oeste:

• La 3ª Escuadra de Dolorosos (10 Reclutas chondelorianos y dos manteletes) titubea. Están rodeados de no muertos y al frente las Defensas de Galdan parecen estar haciendo una escabechina de no muertos. Están en el Mapa 3. El Mapa 4 y 17 son, respectivamente, Zonas de Muerte 1 y 0.
• La Escuadra Barril avanza con decisión del Mapa 1 al Mapa 2. Portan una escala pesada a pulso.
• La Escuadra Diana sigue a la Escuadra Barril. Pasan a duras penas del Mapa 0 al Mapa 1. Empujan con denodado esfuerzo una catapulta pequeña y está claro que apenas pueden con ella por este traicionero terreno lleno de socavones.

- Flanco Este:

• La 4ª Escuadra de Dolorosos (10 Reclutas chondelorianos y dos manteletes) está en el Mapa 15. Incluso en la distancia parecen desmoralizados y parece que no pueden avanzar debido a una abrumadora densidad de no muertos.
• La Sargento Vientos conduce a la Escuadra Lemur del Mapa 13 al Mapa 14. Portan a pulso, y sin aparente esfuerzo, una escala pesada.
• El Sargento Virote conduce a la Escuadra Mostaza del Mapa 12 al 13. Este es el lugar en el que fueron derrotados los Exploradores de Ridvan. Empujan con un enorme esfuerzo una catapulta pequeña.

En el flanco Este una de las figuras que se distingue un poco del resto de la marea de muertos vivientes que caminan al son de los designios de Serpiente se queda quieta repentinamente.

Ladea la cabeza como si le extrañara lo que ve. Entonces sus ojos comienzan a brillar con un resplandor rojizo y malvado. Poco a poco va tomando conciencia de quién es y dónde está.

De por qué está ahí. De quién acabó con su vida y de cuál es su misión. Poco a poco recupera la conciencia de sí mismo mientras el resto de los muertos continúan avanzando con paso cansino.

La figura voltea su rostro en dirección al Mago de la Compañía. Sus ojos ardientes casi parece que atravesaran el cuerpo de Serpiente, como si viese más allá. Entonces, un grito surgido de una garganta que hace tiempo que dejó de ser humana recorre el campo de batalla.

Las manos esqueléticas cierran sus puños en el aire, apretándolos con una fuerza y una ira inusitadas, mientras jirones de energía comienzan a acumularse a su alrededor. Normalmente sólo un mago vería esas volutas… esas nubes pequeñas que comienzan a condensarse alrededor de esa figura y que empiezan a crecer. Pero ahora esa magia negra toma forma de remolinos oscuros, visibles por cualquiera que preste algo de atención.

Y como el padre que una vez fue, el ser convoca a sus hijos. Y al unísono, todos los muertos detienen su avance.

La criatura ha vuelto ahora al que una vez fue su cuerpo físico, gracias a la magia del ritual de Serpiente. El espectro inmaterial al que una vez derrotó el Quinto Mago en los túmulos funerarios de la Compañía Negra al Norte del Campamento Principal ahora ha centuplicado su poder. Consciente de ello, sonríe, y la suya es una sonrisa cruel.

La voz de este ser extraordinario se escucha nítidamente en todas partes, sin duda amplificada mediante la magia.

- "¡¡SERPIENTE, MAGUCHO ASQUEROSO!! ¡VEN, QUE TE DARÉ UN ABRAZO PARA AGRADECERTE TODO ESTE TREMENDO PODER!" -

La criatura lanza un terrible aullido que estremece todo el Llano de Galdan al tiempo que ondas rojas pulsantes recorren toda la llanura, haciendo temblar levemente el suelo hasta un estallido final y un repentino silencio...

La criatura que una vez fue un Gran General de Cho'n Delor obtiene todo el control sobre la horda de miles de no muertos caminantes.

- "¡MUERTOS DE GALDAN! ¡CHONDELORIANOS Y PASTELEROS, VISITANTES FORASTEROS! ¡VALIENTES SOLDADOS EN VIDA O HUMILDES TENDEROS Y CAMPESINOS!

¡ES LA HORA DE COMER! ¡MATAD A TODOS LOS VIVOS!" -

EL LLANO DE GALDAN, RETAGUARDIA DE LA COMPAÑÍA:

El Teniente observa al ejército de no muertos empezando a gruñir, a gemir hambrienta y desesperadamente, mientras los centenares de malignos ojos sin vida se clavan, ávidos de deseo, en los cuerpos de los hombres y mujeres de la Compañía Negra.

Entonces se lleva el cuerno de guerra de la Duodécima a los labios y sopla con fuerza.

Es la señal inequívoca de avanzar.

Había perdido totalmente la noción del tiempo, no sabía cuantas lunas habían pasado desde mi encierro en esta incómoda jaula. Me encontraba colgado a merced de los elementos, sin comida ni agua. No sé en qué momento había oído la voz del Señor del Dolor resonando a lo largo del valle y acto seguido como se levantaba un ejército de no muertos.

Como vacuo consuelo contaba con la compañía de otros Exploradores. Cerca tenía a Frontera que parecía tan débil como yo, apenas eramos capaces de movernos tanto por falta de espacio como por falta de fuerzas. Llegó un momento en el que me sentía realmente mal y me encomendé a los espíritus de los ancestros si es que aún me escuchaban...

Llevaba tiempo oyéndose un extraño rumor, al principio pensé que sería un delirio fruto de la inanición. Al poco tiempo pude ver como en el horizonte se levantaba un gran grupo de hombres, no cabía duda, eran nuestros hermanos.

La Compañía venía hacia nosotros y, aunque les quedaba todavía un largo y difícil trecho atestado de enemigos, pronto llegarían, sí, la Compañía Negra nunca se detiene. La esperanza floreció de nuevo en mi corazón y pareció darme fuerzas, teníamos que aguantar...

Recuperar la consciencia no había sido lo peor, ni siquiera el hambre y la sed. Escudo tenía claro que moriría allí mismo, hacía tiempo que había dejado atrás la esperanza.

¿Cuantos de los exploradores habían sobrevivido? ¿Cuantos eran prisioneros?

-¡Inkampani Omnyama! 

Grité en un agónico sonido mezcla del dolor por las heridas sufridas, el dislocamiento del hombro y las feas cicatrices que me habían dejado los ataques. 

Quería morir como un guerrero allí en combate pero ni los espíritus me favorecieron para darme una sepultura digna... me habían salvado del honor en la batalla para morir en una jaula y perder así el honor y la gloria en la otra vida. Miré hacia las otras jaulas con la mirada baja debido a la pérdida de sangre y el estado de shock en el que me encontraba, por el dolor insufrible del hombro derecho dislocado... sabía que Escudo estaba a mi lado o cerca.

- Escudo tú honorable guerrero morir encarcelado signo de derrota, yo (las palabras que trasmitía eran un claro signo de dolor e ininteligibles) - morir sin ser nada ni explorador he servido. Espíritus no satisfechos... dije en un último aliento ya que me costaba hablar por el dolor insoportable que sufría. El rostro lo acerqué a los barrotes viendo como una oleada de muertos vivientes se acercaban a la muralla -serpien... balbuceé mientras una breve risa fingida salió para después guardar silencio para concentrarme en no perder la conciencia.

Miré al suelo oscurecido el cual parecía no tener fondo y eso se debía a que el cielo se había ennegrecido pero era demasiado esfuerzo tener que mirar hacia arriba. Me dejé llevar por la inercia de mi dolor dejando que toda la pesadez y cansancio recayesen en mi cuerpo con la cruda realidad de no moverme para evitar sufrir un dolor descomunal en cualquier movimiento. Me quedé quieto y aunque el dolor normal no se iba al menos sabía que no perdería la conciencia si conseguía no moverme o hablar de esa forma tan ruidosa, ya que hasta hablar en una boca pastosa y convulsionada por la sangre perdida podía hacer que no sostuviera mi mente... pero debía de aguantar no quería morir en una jaula sin honor ni gloria.

Desde su jaula, entre la bruma de la batalla y con una sensación como si estuviera flotando en medio del aire (posiblemente debido al su estado de inanición), Escudo se esforzaba por mirar a lo lejos, intentando ver qué rumbo tomaban las acciones tanto de los aliados como de los enemigos. De vez en cuando miraba a sus compañeros de encierro, estaban vivos pero si no se les atendía o liberaba en poco tiempo morirían.

Él mismo se daba ya por muerto, no confiaba en la liberación. Lo malo es que no iba a ser un proceso rápido.

De pronto le sobresaltó un grito de Frontera: ¡ al menos estaba vivo !

- ¡ Aguanta, ya llegan !

No se atrevió a decir más, estaban demasiado a tiro de las arqueras y éstas podrían matarlos solo por capricho.

Preocupado se encontraba confiado y ocupó su puesto junto a sus compañeros. Acababa de recibir la protección de un espíritu materno gracias al ritual de Rastrojo y eso le daba fuerzas y ánimos para lo que venía. Pocas veces había afrontado una batalla con aquella seguridad, pero estaba seguro que el triufo sería para ellos pues los espíritus les protegían y ayudarían a derrotar al enemigo, por más numeroso y protegido que estuviera.
Avanzaron con seguridad, guiados como siempre por el Cabo Barril y demostrando que los duros entrenamientos que habían estado realizando habían servido para preparar al pelotón. Pronto las murallas se fueron haciendo más visibles y los reflejos que se atisbaban de vez en cuando eran una clara muestra de que los defensores estaban esperándolos. Llamó aún más la atención del infante unas jaulas de hierro colgadas en la muralla y que encerraban los cuerpos de algunos hermanos de los exploradores, desde aquella distancia no podía distinguir si estaban vivos o muertos.

Niño Guerrero... Si está vivo lo rescataremos.

Ese pensamiento le animó aún más y siguió avanzando sin apenas resentirse por el peso de la escala.
Y fue entonces cuando algo lo estremeció, un ejército de cadáveres que se alzaba por todo el llano gracias a algún tipo de magia oscura de la que prefería no saber nada. Las palabras del Cabo Barril intentaron animar a todo el pelotón, pero Preocupado se sintió algo desorientado ante ellas.

-¡Pero Cabo! ¿Esto es cosa nuestra? Esto está mal, muy mal. Los muertos deben permanecer en la tierra descansando, a los espíritus no les gustará esto.

Negaba con la cabeza una y otra vez intentando centrarse en seguir el paso y no mirar a todo lo que tenía alrededor. Cada vez estaba más convencido que aquel contrato los llevaría a la muerte y lo peor es que muchos estaban perdiendo sus almas de camino. Fue Lagrimita el que contestó a sus preocupaciones intentando razonar con el infante.

– Esto no es cosa nuestra Preocupado, es el aliento del Señor del Dolor, que ha soplado su magia negra sobre el Llano, donde los muertos reposaban para que luchen al lado de la Compañía. Tienes razón al decir que esto está mal. Pero muchas cosas lo están. El veneno del Capitán, la muerte de Sicofante y Peregrino, y otros, la masacre de los Exploradores y que ellos - señaló con la barbilla en dirección al muro - ahora mismo yazcan agonizantes en sus jaulas esperando la muerte. Todo eso está mal. Y tus Espíritus clamarán por todo ello quizás, pero dejemos que sea después de la batalla. Aunque sea una mano muerta la que nos auxilie, prefiero tomarla antes que ver como se apagan las vidas de más Hermanos. Que los muertos clamen contra nuestro enemigo. Acabemos con ellos y lamentemos después el cómo. O quizás no lo hagamos. Pero la sangre de nuestros Hermanos caídos nos llama a esa muralla. Cumplamos la misión encomendada Hermano. Por los caídos, hagamos el brindis final con la sangre del Triplete.

Sabía que Lagrimita tenía buena intención en sus palabras, pero siempre había sido demasiado cándido e inocente, quizás por eso aún seguía siendo un soldado como ellos y nunca lo habían ascendido. Le preocupaba que ni los suyos le tomaban muy en serio, recordaba a los pequeños Oscuros hacía unos años como se burlaban de él cantándole aquella ridícula canción:

Lagrimita es un llorica y juega con muñequitas
le gusta regar las flores y que crezcan bien bonitas.

Y su compañero nunca se enfadaba con ellos. Le preocupaba que fuera demasiado bueno, aunque quizás lo que le preocupaba es que nadie podía ser demasiado bueno si quería sobrevivir y que lo respetaran y eso era un gran problema. Los espíritus querían el bien para todos.
Cabeceó haciendo una negación. Sí, El Señor del Dolor estaría detrás de todo aquello, eso seguro, pero el que había ayudado verdaderamente era Serpiente, que había venido cambiado de la capital, nadie quería acercarse a él.

-Ha sido tu primo Serpiente y eso me preocupa. Y hay muchas cosas malas en este mundo que no gustan a los espíritus, pero últimamente en la Compañía están pasando muchas de ellas. Solo espero que nos sean propicios una vez más. Tomar la muralla será la única forma de salvar a nuestros compañeros exploradores.

No pudo evitar pensar en Niño Guerrero, debía hacer aquello por él, por todos los compañeros perdidos y por los espíritus.
El Cabo Barril, que conocía perfectamente a sus chicos, cambió la estrategia e intentó desviar la atención que habían puesto sobre los muertos vivientes con una mención a la escuadra del Cabo Lemur que parecía haberse adelantado un poco sobre ellos, cosa que surtió el efecto deseado.

El peso de la escala estaba poniendo al límite las fuerzas de Preocupado, a pesar de los entrenamientos la escala se hacía más pesada, el terreno era demasiado irregular y además estaban rodeados de aquellos muertos resucitados que le inquietaban. Las palabras del Cabo fueron toda una motivación para el infante, eran la infantería, la escuadra de Barril, los más recios, los más valientes, nada los detenía ni nada los ganaba, ni tan siquiera otra escuadra.

-¡A sus órdenes Cabo! ¡Venga hermanos, sostener y correr!

Aquello no era mala idea del todo, no solo porque quería ser la primera escuadra que alcanzara el muro y lo tomara, si no porque eso les alejaría más de los muertos. Reunió todas las fuerzas que le quedaban y siguió llevando el ritmo que el Cabo les había marcado.
Pero los muertos eran numerosos y les impedían el paso, además la magia oscura había dejado de funcionar y se volvían contra ellos. El Cabo Barril ordenó dejar la escala en el suelo para defenderse ante los primeros ataques de los muertos.

En cuanto escuchó las órdenes del Cabo, Preocupado soltó la escala de inmediato y con la práctica que dan tantas horas de entrenamiento enarboló su escudo y cogió una de sus lanzas mientras se acercaba a su superior con intención de realizar la formación.

Sabía que esto no era bueno, nada bueno, pero los mandos nunca escuchan, se han dejado engañar por el Señor del Dolor.

Pero ese no era el momento apropiado para discusiones o para buscar culpables. Se trataba de salir de allí, todos y vivos y para eso debían luchar juntos hombro con hombro y sin fisuras así que se preparó para ello.

-¡Si Cabo Barril! ¿Que haremos? ¿Retrocedemos hacia el campamento o vamos en busca de la escuadra del Cabo Lemur para ir reagrupándonos? Matador, no podemos combatir a estos engendros y también asaltar esa muralla, creo que este ataque no será posible hoy, los muertos debían haber permanecido siempre enterrados...

El cuerno del Teniente resonó en todo el Llano dejando claro que debían seguir el ataque a pesar de todo y la infantería nunca se arrugaba en esas ocasiones demostrarían su resolución y su fuerza.
Lucharon contra los muertos, avanzaron con la escala, se defendieron, volvieron a avanzar, todos juntos, coordinados siguiendo las órdenes del Cabo Barril hasta que alcanzaron a los Dolorosos que les precedían con el mantelete que debía protegerlos cerca de la muralla, ahora eran un grupo más numeroso, pero los muertos no se terminaban nunca. Eso hizo que el Cabo se replanteara la situación y ordenara un repliegue hacia el Este para poder proteger a los Hostigadores pues debían cumplir su misión de abrir las puertas. Mientras sus compañeros portaban la escala, Preocupado, liberado de ese trabajo, les cubría las espaldas y remataba a algunos muertos que todavía podían ser molestia, tras eso siguió a sus compañeros.
Una vez cerca de los Hostigadores y manteniéndose cerca por si necesitaban una mano, los infantes avanzaron con paso firme y decidido hacia la muralla. Estaba claro que su duro entrenamiento y la experiencia les había dado ventaja, a pesar de ser una escuadra pequeña la escala avanzó a una buena velocidad.
Y mientras avanzaban lo vieron, nunca había creído los rumores pero allí estaba, posado sobre la muralla mirándolos fijamente y entonces de las fauces del temible dragón salió una gran bola de fuego disparada. Preocupado fue incapaz de moverse por la impresión y la bola impactó de lleno. Era la hora de su muerte, quizás lo hizo o al menos debía haberlo hecho, pero los espíritus a veces son caprichosos u olvidadizos, y la protección que Rastrojo le había proporcionado funcionó a la perfección. Se quedó unos instantes tumbado, como si estuviera muerto, reuniendo la fuerza necesaria para continuar. Quemado y dolorido se levantó, seguía vivo y aún podía ayudar a sus compañeros a vencer al temible enemigo. Le preocupaba lo que el dragón podía haberles hecho a sus compañeros, pero casi todos habían podido salvarse del impacto y las quemaduras, el Cabo Barril parecía haber sido uno de los más afectados junto a él pues su armadura mostraba la negrura del impacto.
Con ánimos renovados todos siguieron portando la escala y viendo que su objetivo estaba cada vez más cerca, tanto que desde lo alto de la muralla comenzaban a disparar las primeras flechas. Como respuesta los magos de la Compañía Negra habían invocado una niebla mágica que hacía difícil que les vieran con claridad.
Finalmente su escuadra consiguió llegar al muro y apoyar la escala, ahora solo tenían que subir. Preocupado sabía que sería de los últimos en hacerlo así que se dispuso a defenderse de los ataques de las flechas. Una de ellas alcanzó y mató a uno de los dolorosos y Preocupado ensartó su cabeza con la lanza, no quería que se levantara contra ellos en ningún momento. Libres de peligro y con algunos de sus compañeros ya subiendo se dispuso a ayudar desde la base a los que quedaban sin subir. En cuanto quedó un hueco libre comenzó a hacerlo él mismo, libre de enemigos pues algunos de sus compañeros ya habían alcanzado su objetivo y matado la resistencia. No fue coser y cantar pero consiguió subir y encaramarse a lo alto de la muralla.

¡Por los espíritus! ¡Lo hemos conseguido! ¡Lo hemos conseguido!

No habían ganado, pero el verse allí ya era todo un logro y no dudaba que la batalla comenzaría a inclinarse a su favor a medida que el resto de Hermanos de la Compañía Negra fuera llegando.
Se asomó hacia el otro lado y observó como la Heroína del Triplete luchaba contra algunos de sus hermanos, cogió una de sus lanzas y se la tiró, pero le falló el pulso y el arma voló desviada de su objetivo.
Ya no tenía nada que lanzarle y el paso hacia la parte inferior estaba ocupado en una tremenda lucha, decidió buscar los mecanismos de las jaulas para intentar salvar algunas vidas, pero en la batalla todo era muy confuso y no consiguió distinguir nada, era una pérdida de tiempo y tendrían que buscarlo cuando la lucha terminase.
Sin embargo le preocupaba los estragos que la Heroína estaba haciendo entre sus compañeros. Había vencido de nuevo al Cabo Barril y ahora eran Uro y Lagrimita los que se enfrentaban a ella.

¡Lagrimita! ¡No!

Había prometido cuidar del infante y no pensaba faltar a su palabra. Decidido a salvar las vidas de sus compañeros se arrojó contra la mujer. Consiguió impactar y luego Guepardo y Uro la remataron para su felicidad, el K'Hlata ya se veía una nueva víctima en sus manos. Pero la batalla continuaba y la muerte de la Heroína, aunque importante no era el final de la lucha, junto a Lagrimita cargó contra unas arqueras que los acosaban, pero resbaló con la sangre de un cadáver al intentar saltarlo y dio con sus huesos en el suelo. Las arqueras se retiraron temerosas ante la cercanía de los infantes y Preocupado se levantó, saltó el cadáver y siguió corriendo tras su compañero en dirección a la otra torre. Allí los esperaban unos cuantos enemigos a los que dieron su merecido, con la ayuda de Lengua Negra que junto a sus Campamenteros habían llegado por fin. Muertos todos los enemigos subieron por la torre y Lagrimita localizó uno de los mecanismos de apertura de las puertas, pero debían accionar el otro y Lengua Negra se dispuso a atravesar el paso que separaba las dos torres. Preocupado por los dos Oscuros, Preocupado se dispuso a defenderlos de cualquier posible ataque mientras se coordinaban para abrir las puertas y dejar que todos aquellos muertos vivientes terminaran el trabajo que habían comenzado ellos, pero Lengua Negra y Lagrimita le necesitaban como enlace para transmitirse las instrucciones así que siguió al Cabo Lengua Negra tras su orden y se colocó a medio camino entre ambas torres para poder ayudar a abrir las puertas. Finalmente fue Ponzoña quien accionó los mecanismos de la otra torre ayudando a Lagrimita a abrir las puertas.
Los muertos comenzaron a entrar en tropel y las últimas fuerzas del Triplete que quedaban luchando optaron por retirarse al bastión sur, que finalmente fue abandonado por la oleada de muertos que siguieron adentrándose en territorio enemigo. La batalla había terminado y la victoria era una vez más para la Compañía Negra, ahora tocaba hacer balance del coste que había supuesto.
Preocupado, aliviado por la victoria, comenzó a preocuparse por las consecuencias de esta y por los muertos y heridos que había en el campo de batalla, era tiempo de volver a reunirse con su Cabo y el resto de su pelotón.