Partida Rol por web

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25
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Desde atrás, donde me ha relegado el transcurso de los acontecimientos, puedo ver la terrible tensión que marca todo el cuerpo de Derviche. La tienda de grog es un lugar amplio, pero a Gordo Wem no le gustan las peleas. Son malas para el mobiliario, y puedo recordar a alguno que perdió la paga de una luna, algunos dientes e incluso la Capa por una mala pelea aquí.
Sacudo la cabeza pesaroso. Últimamente la Infantería (al menos la Escuadra Barril) ha pasado en boca de los Hermanos de manera no muy halagüeña, y estos acontecimientos no van a mejorar eso. Alzo la voz ligeramente sin levantarme aún.
- Si de verdad lamentas dejarme así Derviche, lo puedes reparar fácilmente. Has comido y has bebido. ¿Querrías acompañarme en una caminata por el campamento? Me gustaría mostrarte algo. -

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Seguía tensa como un muelle, esperando la más mínima bravata de Cielo para saltarle los dientes de un puño. Pero aquello no ocurrió. Una auténtica decepción. Donde seguramente muchos verían a posteriori la cordura de Cielo, ella solo veía cobardía, una claudicación en definitiva. Eso no fue suficiente como para que la fanática se relajase. Siguió mirando a Cielo con rabia, pero tenía la sensación de que el infante no volvería a abrir su bocaza para meterse con ella. Sacó unos cobres y pagó lo suyo y la copa de Matador, como había prometido.

Lo deseaba

Por favor, Cielo, di algo más, cualquier estupidez, dame solo un motivo, por mínimo que sea, me da igual, dame una razón para golpear esa cabeza de idiota que tienes.

-Me parece justo, Lagrimita, marchémonos-  Al separarse del grupo formado por Niña de Oro, Cielo y Preocupado, le lanzó una mala mirada a este último, aunque fue cerca de Desastre donde se paró unos segundos, los suficientes como para susurrarle unas palabras al oido.

Esperó en la puerta a que Lagrimita se acercase, no podía evitar lanzar miradas asesinas a Cielo, su ofensa no sería fácilmente olvidable.

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MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Las palabras susurradas a Desastre, llevaban cierta carga de decepción.

-Así es imposible, Desastre, lo siento por ti que son tus hermanos y has tenido que ver este espectáculo, pero olvida lo del cambio-

Le palmeó el hombro y se dirigió a la puerta.

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DÍA: 25

Sonrío a Lagrimita. Parece que él, al menos, ha conseguido calmar los ánimos. Cuando Desviche se plantó ante cielo, temí lo peor. Pero me daba igual, la Infantería o toda la caballería. Había hecho un juramento, ahora la Compañía Negra era mi casa, y los campamenteros eran mi Familia. Como dice el juramento, protege a tus compañeros aunque no los ames.

Me acerco a la barra, y llamo a gordo Wen. Una ronda para todos, yo pago, y miro a los demás. No deberíais provocarla, sabéis como es, el provocarla es solo darle una excusa. No le caéis bien, lo sabéis, y decirla cualquier cosa por vuestra parte es provocarla. También sé que no le cae bien Loor, añado con cara apenada, y probablemente yo tampoco. Al fin, sirvo a la misma diosa que Loor y la considero no solo mi maestra, sino mi amiga. Pero ella es una Campamentera. Si las cosas hubieran ido a más, y aunque dudo que tuviera mucho que hacer contra ninguno de vosotros a pesar de mi iwisa, no dudéis que habría salido en su ayuda, incluso sin pedirla.

Me río y levanto la copa de grog. Por la compañía negra. Por sobrevivir para celebrar vuestro octavo año de servicio, y mi segundo año.

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DÍA: 25

Tener amigos es bueno, que consideren que te deben favores lo es más: echar una mano de vez en cuando puede no implicar que te den nada, pero sí que verán con buenos ojos el darte algo en el futuro. O, como en este caso, darte un chivatazo. Y Lombriz, que podía no ser un veterano de guerra a aquellas alturas pero a lo de "aprende dónde está el tema" se había adscrito como en piedra, se escurrió hasta la tienda justo para recibir una jarra de grog, bueno y gratis. El gratis lo hacía doble bueno si cabe. Encontrarse con Derviche en la puerta y comentar un

-Hermana

de saludo era un precio menor: farragoso, pero un precio.

¡Por la Compañía! ¡Mueran los enemigos de mis hermanos y sus huesos crujan bajo los dientes de las hienas!

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MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25
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Me dirijo hacia la salida de la tienda, sorprendido por la relampagueante velocidad del enjuto Lombriz. Con una mano solicito a Derviche que me preceda en la salida de la tienda, mientras que con la otra tiendo un vaso mediado de grog a Lombriz. - No dejes que se desperdicie Hermano - le digo mientras le guiño un ojo.
Tras eso comienzo el paseo con Derviche por el campamento. Parece que conversamos en un tono reservado mientras andamos.

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DÍA: 25

Sintió la mirada de Derviche en la nuca antes de que se fuese con Lagrimita, y supo que la jaguar estaba al límite. No te daré ese gusto esta vez, pero no olvidaré jamás tus insultos. Se giró hacia Niña de oro, alzando su copa:

 - Has hecho lo que debías defendiendo a tu hermana a pesar de vosotras no os lleváis bien has demostrado ser digna de la capa que portas, si lo unimos con lo que me has demostrado en los entrenamientos, te has ganado mi respeto. Sigo teniendo dudas sobre esa Diosa a la que adoráis, pero hoy brindaré contigo.

Después de un buen trago habló con los demás:

-Os pido disculpas hermanos por estropear la fiesta hoy he aprendido una lección sobre Derviche. Yo no soy así. Esta inactividad y mis pesadillas, me tienen descontrolado. Hacedme un favor, no quiero hablar de Derviche, no me digáis nada más sobre ella.

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DÍA: 25

Lombriz iba a hacerse con la copa, y ya se la estaban sirviendo cuando Lagrimita le dio la suya. No pensaba mucho de Lagrimita, pero aquello le hizo pensar mucho mejor, asintiendo con agradecimiento y cierto respeto: el K´Hlata era de los que creía que un grog es mejor que mil palabras, y que guerras hay pocas, pero noches sin trago y estómago frío muchas. Y ahora tenía dos copas a mano, lo que indicaba que su pensamiento era claramente grato a los dioses.

-...Derviche...

-Oh. Lombriz entiende ahora.

Echó un trago a la perra de su jarra, sabedor de que había otra más en su haber.

-Lombriz agradece la moderación de Cielo, en sus palabras. Para nuestra común Hermana. Ese gesto es honra a Cielo y a primeros ancestros -saludó con la cabeza. Sonrió- Niña de Oro. Lombriz celebra tener compañía hermana, aquí; Lombriz agradece también ofrenda de bebida. Es gran suerte que Lombriz apareciera aquí, ahora, para él.

Sí... suerte. Nada más que suerte. ¡Sólo suerte y nada más!

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DÍA: 25

Sonrio a Lombriz. También para mi es agradable tener junto a mí un hermano de pelotón menos... pasional, digamos.

Luego miro a Cielo manteniendo la sonrisa. Creas o no en ella, la Diosa ve con buenos ojos a la Compañía, y seguirá a nuestro lado pase lo que pase.

Y ahora, hermanos, ¿por qué no contais alguna historia interesantw? Por ejemplo, Preocupado, ¿qué fue de tu dádiva? Nunca llegué a saberlo, ni escuché nada al respecto.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Matador creía haber entendido a Derviche y como se sentía tras escucharla en la tienda de los heridos, sin embargo su comportamiento en la tienda de Grog no había sido como el esperaba.

Es cierto que Grito y Cielo eran un poco escandalosos, pero no la habían invitado a estar con ellos a malas sino todo lo contrario, por lo que el sabia había sido un intento de camaradería. Tomar algo y charlar como Matador mismo había hecho contando algo de su pasado que tenia ganas de soltar.

La respuesta de Derviche había sido brusca hacia ellos, entendía que podía querer estar sola, pero la situación que se provoco fue un tanto incomoda, y podía haber tenido mas tacto.

Matador intento cambiar el rumbo contando su historia en la arena, pero la cosa no se interrumpió y falto poco para ir a mayores.

Sus compañeros también parecieron reaccionar en exceso a las palabras de Derviche...no sabia bien el porque de los nervios tan a flor de piel, seria la inactividad...

Esperaba que se solucionasen las cosas...

Tal vez debía hablar con Derviche ya que se identificaba bastante con su carácter aislacionista hasta hace poco.

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MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Ahora que el ambiente estaba más calmado tras la marcha de Derviche en compañía de su compañero Lagrimita, Preocupado bebió tranquilo apurando su jarra de grog hasta el final, era ya la segunda, una buena cantidad para disfrutar de la camaradería de sus hermanos y no embotar del todo sus sentidos.

Tres son el límite Preocupado, a partir de ahí podría pasar cualquier cosa. Tres son el límite.

Le sorprendió la pregunta de Niña de Oro, al parecer Tarado no había dicho nada a los campamenteros. En cualquier caso tampoco le parecía que le fueran a hacer mucho caso, ni Niña de Oro ni Derviche que ya había salido. Ambas seguían a aquella extraña diosa y se habían alejado de los espíritus. Pero en la tienda de grog siempre había muchos oídos dispuestos a obtener algo de información y a Preocupado le pareció un buen foro para dar una explicación, quizás el alcohol hiciera razonar mejor a sus hermanos, en cualquier caso ya no perdía nada.

-¿Mi dádiva? Se la llevé al Gran Caratótem, el único con la sabiduría suficiente para saber que hacer con ella. Consultó a los espíritus y estos declararon que las dádivas no traerían nada bueno. Le dejé el pergamino allí, dijo que lo inspeccionaría bien y si era peligroso lo destruiría. No pienso ser yo el que se tome a risa la voluntad de los espíritus, aunque muchos lo hagan.

Preocupado se volvió con preocupación hacia la barra, ya había advertido a muchos y casi nadie le había hecho caso. Aquel parecía un buen momento para pedir esa tercera jarra de grog.

-Gordo, ponme otra.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Asiento al mencionar a Caratótem mientras susurro buena elección. Luego escucho el resto y tuerzo un poco el gesto. No es la primera vez que escucho algo así.

Bueno, al final voy a tener que agradecer que la mía no puede volverse en mi contra. Jajaja. Doy otro sorbo a mi jarra. Aunque es la primera, mi poca asuidad a beber hace que esté algo más contenta.

Contadme alguna historia de guerras pasadas, siempre es bueno saber más del pasado de la compañía.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Tras acabar de un trago el último grog, y ahora si, con una vocalización algo dudosa por el alcohol Cielo puso la mano en el hombro de Niña de Oro.

- Voy a decirte algo sobre la Guerra de los Castores, lo mejor que se puede decir sobre la Guerra de los castores es que salimos  de ella con vida, y nos ganamos la capa. Mi hermano Indómito, que por cierto,  no sé donde cojones se mete, y yo, combatimos juntos, porque veníamos de la misma tribu, y sobrevivimos. No se puede decir lo mismo de buenos amigos que se dejaron las tripas allí.

Niña de Oro, Lombriz, eso volverá a pasar en Galdan, muchos no regresarán, pero .- Señalando a Preocupado, Matador y Desastre.- ¿Veis a estos cabrones de aquí? Yo pondría mi vida en sus manos sin dudarlo cada jodido día de la guerra, y pondría mi cuerpo para recibir los ataques dirigidos a ellos. Y si muero protegiendo a un hermano, moriré feliz, ¿porque? Porque somos la jodida Infantería. Ahora, piensa en ello, Niña de Oro. Y le puso el dedazo el la frente, acabando el discurso con un eructo.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (ÚLTIMO DEL OTOÑO).

DÍA: 25

Con voz algo dudosa por la bebida, aunque no tanto como para no recordar lo que he hecho o dicho, sonrío a Cielo al notar su dedo en mi frente.

Entonces os hago una promesa, jodida infantería. Si sobrevivo a la puerta de Galdan, quedaremos un día aquí y pagaré todo el grog que podais beber hasta que os caigais de culo. Y yo beberé de igual modo con vosotros.

Meto la mano en mi bolsa y saco una moneda de plata, que pongo en la barra. Gordo, cóbrate y, si llega y quieren, ponles alguna más. Yo ya me voy, mañana voy a seguir entrenando. Nos vemos, infantería... espero que no en los lados opuestos de una pelea por las provocaciones de Derviche hacia vosotros y de vosotros hacia ella.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Acababa de terminar mi entrenamiento de la tarde cuando, al ir hacia mi tienda, veo a alguien conocido. Saludo con la mano a Manta, que se acerca y me ofrece ir a la tienda de Wen para cenar y contarnos las novedades.

Claro, digo, Deja que me cambie de ropa y vamos.

Una vez llego a mi tienda, me quito la armadura de cuero. Mojo un poco una toalla en agua y me quito el polvo y el sudor lo mejor posible antes de ponerme ropa limpia: un pantalón y una camisa, de buena calidad pero funcionales.

Salgo de mi tienda y nos encaminamos a la tienda de grog. ¡Gordo! Dos platos de estofado, y agua para mí para beber. Miro a Manta. ¿Tú que quieres beber, agua, grog? Manta parece cambiado, como si fuera más maduro, más hombre y menos niño. Yo también he cambiado en mi actitud, yo misma lo noto. Y estoy orgullosa del cambio.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Luego de presentarse ante su ex jefe, ante su jefe actual, y ante el resto de su nuevo Pelotón, Manta se encontró con Niña de Oro, saliendo del campo de entrenamiento. Sonrió al verla y le ofreció ir a por comida en la Tienda de Grog. Había dejado todas sus pertenencias en su tienda, y sólo llevaba puesta algunas ropas que se agenció en Cho'n Delor para protegerse del frío invernal, además de su capa negra con el broche de plata. Esperó a que Niña de Oro se cambiase de ropa antes de ir a la Tienda.

— Soy abstemio —explicó, declinando la oferta de grog con una sonrisa—. Agua estará bien junto al estofado.

Tras los seis meses separados de la Compañía, las facciones de Manta se habían hecho más severas por el inicio de la adultez, sus hombros más anchos y lo que antes era masa sin forma se había convertido en puro músculo, producto del riguroso entrenamiento al que se había visto sometido. Su mirada era mucho más profunda, y en general su porte era más confianzudo. Se había transformado en alguien muy seguro de sí mismo, pero no había perdido la amabilidad que le caracterizaba.

Manta se fija en una mesa situada en una esquina de la Tienda, lo que les permitiría hablar con tranquilidad y además, donde pueda sentarse con la pared a su espalda. Niña de Oro puede fijarse en que incluso habiendo mesas vacías más cercanas, elige deliberadamente una donde su espalda no de al vacío y desde donde pueda fijarse en quién entra y quién sale del establecimiento. Incluso con lo extraño de la elección de lugar, Manta empieza a hablar con naturalidad.

— ¿Qué tal está todo? ¿De qué me he perdido este tiempo? —Preguntó para dar inicio a la conversación, mientras esperaban los estofados.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Si bien físicamente sigo parecido, con quizá un poco más de músculo, la seguridad que reflejaba en nuestra última charla, en Cho'n Delor se ha acentuado. Pero hay algo más, una calma en mi rostro, como si todo el tiempo hubiera llevado una pesada carga sobre mi conciencia y esa carga hubiera desaparecido.

Pues bueno, las novedades se pueden resumir en que Belleza pasó a formar parte de los Exploradores cuando estos se reorganizaron, yo sufrí una herida en un entrenamiento con Piojillo y estuve varias semanas sin poder entrenar con normalidad y recientemente me he unido a Loor y Belleza en el culto a la Diosa Oscura.

Por mi parte, sigo entrenando mañana y tarde. Ahora he unido a mi entrenamiento con el báculo como arma doble un entrenamiento con iwisa y escudo.

¿Y tú, que has hecho todo este tiempo? ¿Qué tal con nuestro "amigo" Krogan? ¿Te hizo enfrentarte a Golkas? Le veo capaz... concluyo sonriendo, mientras por fin Wen nos trae el estofado refunfuñando algo como que tendrían que prohibir beber agua en las cenas.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Manta escuchó lo que le dijo Niña de Oro mientras la veía a los ojos. Cada poco asentía o emitía un "Uhmm". Cuando terminó de hablar les habían traído el estofado, y Manta lo revolvió un poco con el cucharón para liberar el calor; comerlo tan caliente habría sido garantía de una lengua bien quemada. Mientras se ocupaba de revolver el estofado, siguió la conversación

— Bueno, al menos ahora estáis Loor, Belleza y tú en un mismo Pelotón. Será más fácil que os enseñe ahora. Lo que te recomendaría es que no entrenes dos veces al día, el cuerpo necesita descanso. Podrías fatigarte de más —aconsejó con seriedad. Sonrió ante la mención de Golkas por parte de Niña—. El General está bien, más implacable que antes inclusive, si cabe. No llamó de nuevo a Golkas, pero me hizo combatir a golpes contra El Verdugo, ¿Le has visto? Es un tío gigante, casi tanto como Golkas, y mucho más malévolo, te lo puedo asegurar. Fueron cinco meses continuos de palizas, la verdad, no sé como sigo entero —dijo con un atisbo de risa—. Pero sin duda es un estupendo maestro —hizo una pausa para sorber un poco del estofado del cucharón, pero comprobó que seguía hirviendo—. Joder, ¿es que pone un dragón a soplar fuego a esto o qué? En fin, me alegro de haber vuelto. La capital es un lugar peligroso. No me agrada para nada Cho'n Delor... Me pone los pelos de punta caminar por sus calles, y seguro que de no haber estado tan cansado todo el tiempo, me habría costado conciliar el sueño todas las noches. La gente de allá... es un poco infeliz, o al menos dan esa sensación —explicó con la mirada perdida, rememorando su estancia en la capital—. Pero he hecho buenas migas con los Reservas y con el Pelotón de Dolorosos. No confío en los Dolorosos, son demasiado religiosos para mi gusto —le confió a Niña de Oro—. Creer en los dioses está bien, pero creer que alguien que vive y puede morir es un Dios... Ya es otra tela. Están algo idos de la cabeza —afirmó con humor—. Hey, esto ya está tibio. Comamos. Buen provecho.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Por desgracia no, Belleza fue trasladada a los exploradores.

Escucho atentamente sus explicaciones. Si hubieras llegado antes, te habría propuesto un combate de entrenamiento a ver cuánto has mejorado. Sonrio antes de ponerme seria otra vez. Por desgracia, dentro de poco nos lanzaremos por la Puerta, y no podemos arriesgarnos.

Ante sus explicaciones sobre Cho'n Delor asiento. Yo misma lo vi. ¿Sabes? digo, bajando la voz y acercándome hacia él para susurrar. Nunca me fie de nuestros contratadores y mientras estuvimos en la capital investigué un poco por mi cuenta. Así que sé a qué te refieres.

Ya hablando normal digo El Verdugo, ¿eh? Si es tan bueno, haberle dicho que viniera a pelear con nosotros. Y los dolosos... creer en un hombre, me reiría si no fuera tan triste. No creo que lleguen a ser soldados. Empiezo a comer. Mantengo mis modales, pero como de otro modo, más ansiosa... más cómo un soldado.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CAIMÁN (TERCER MES DEL AÑO)

DÍA: 1. En la tarde-noche.

Manta comió de manera agradable con Niña de Oro en silencio. A ratos sorbía un poco de agua y continuaba despachando el estofado. Mientras cenaba, pensaba en lo último que había dicho Niña de Oro antes de empezar a comer. Una vez terminaron, tomó la palabra:

— Me dijiste lo de Belleza dos veces y lo pasé por alto, lo siento —se disculpó—. Mi mente está en otro lado —explicó al tiempo que echaba una mirada discreta al resto de la tienda y tras comprobar que nadie escuchaba habló en voz baja y con mayor interés—. Te seré sincero: hay una chica —le confió no sin que llegara cierto rubor a su cara—. Es chondeloriana. La vi mientras volvía del Bastión del Dolor una tarde, y luego pasaron muchas cosas. En resumen, estoy enamorado como un idiota. Pero creo que ella también me ama... Incluso aprendí a hablar el chondeloriano para hablar con ella —confesó—. Pero su familia es de la aristocracia y yo... bueno, yo soy yo. Tengo dos opciones: volver de la Puerta de Galdan como un héroe y pedir su mano, o si eso no funciona, raptarla y escaparnos. La traería a vivir con la Compañía. Seguro que las meretrices podrían echarme un cable si eso llega a pasar, no le faltaría un buen techo donde dormir. Es... una chica estupenda. No soporto la idea de dejarla en esa ciudad. Sería horrible. Yo también he hecho averiguaciones, pues estuve mucho tiempo allá... Más que todo rumores. ¿Qué puedes decirme de lo que sabes? —Preguntó. Afortunadamente para Manta, había tan poca gente, y la poca que había era tan bulliciosa, que nadie les prestaría atención.