Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Con un asentimiento de cabeza y la vuelta a las labores del Cabo Matagatos quedaba claro que la conversación había llegado a su fin. Apenas me ha dado tiempo a echar un vistazo en la tienda para ver en qué podía ayudar, cuando se acerca Lagrimita a comenzar un diálogo conmigo.

- Hola. Sí, imagino por qué te envía. Ha sido muy rápido. Creo que está ansioso por ver el resultado.

Está claro que la situación me hace cierta gracia y a la vez, sentirme orgullosa.

- Claro, mañana al amanecer. Nos vemos en el patio.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE. (Cuarto del mes, primero de la primavera)

DÍA: PRIMERO DEL MES. Pocas horas después de la batalla.

Había estado charlando unos minutos con Chamán Rojo mientras le limpiaba las heridas, y ahora vuelvo con el cuenco de agua hervida y el trapo, y una expresión de profunda tristeza en el rostro. Se nota que hemos discutido.

Vacío y limpio el cuenco y pongo el trapo con el resto de sucios para lavar más tarde, y me siento en algún lugar cerca de Matagatos mientras observo cómo revisa el estado de los inconscientes. Bajo la mirada y me rozo suavemente mi propia herida, limpia por mí misma pero aún sin tratar, mientras espero a que se fije en mí y tenga un momento para hablar en privado.

Cuando lo hace le recibo con una sonrisa cansada, pero sincera.

- Amor... creo que tenemos que sacar a Serpiente de aquí. En un lugar público e inconsciente, me temo que alguien aprovechará una bajada de guardia para acabar con él. Y tiene muchas explicaciones que dar antes de que eso suceda.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Lagrimita asiente mientras acerca una mano a un lado, asiendo el cinto con sus armas, el cual ciñe a su costado. Mientras se lo abrocha observa el estado de la Tienda. Han pasado unos días desde la Batalla de Galdan, y los hombres están recuperando fuerzas.

Los esfuerzos de Matagatos, unidos a aquellos que le hemos auxiliado en ello, están haciendo posible que dentro de unos días la mayoría de los convalecientes puedan abandonar la Tienda. Algunos tardarán más, y es posible que deban ser evacuados a una posición más retrasada.

El propio Lagrimita fue herido de consideración en la batalla y aún sentía cierta tirantez en algunos de sus movimientos. Pero se encontraba preaprado para llevar a cabo las órdenes. Abrir las Puertas de Galdan había insuflado un soplo de ánimo a su normalmente alicaída moral. Por último asiente a Dedos.

- Sea Dedos, al despuntar el alba te veré en el patio. - Lagrimita señala al enorme K´Hlata que se intuye como una sombra en la puerta trasera de la Tienda. - Dolor nos acompañará, es posible que necesitemos de su fuerza, ¿no? - Lagrimita sonríe fugazmente, tras lo cual atendiendo a cualquier otra palabra que la Hostigadora le dirija, se dirije hacia Preocupado, que acaba de entrar en la tienda, saludándole de manera efusiva.

- Hola Hermano, ¿Qué tal siguen tus heridas? Parece que esas quemaduras tienen mejor aspecto. - Lagrimita evalúa al Infante con una mirada rápida.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Soñaba con calma. La pequeña k'hlata casi podía sentir como su cuerpo empezaba a recuperarse. El calor de las mantas que la cubrían era agradable. A pesar de todo se sentía mejor que nunca. Al menos hasta que algo perturba su sueño.

Ya había escuchado en duermevela algunas conversaciones a las que no había prestado atención y de las que una vez despierta no se acordaría, pero ésta era diferente. Había escuchado su nombre, estaba segura.

Como saliendo de un profundo pozo de agua, hace un esfuerzo para llegar a la superficie. Vuelve el dolor, vuelve el cansancio. Vuelve el recuerdo de la batalla. Como si fuese la tarea más difícil del mundo, la más dura, Plumilla abre los ojos.

Mira en dirección a la persona que debía estar llamándola, y tarda varios segundos en enfocar su rostro, en tornando los ojos para ello.

- Pre... ¡Hrum! - La curandera aclara su garganta, pues entre el dolor y las horas sin hablar le cuesta sacar la voz. - Preocupado... Estás bien.

Plumilla hace un gesto de dolor, apretando los dientes. Está tumbada boca arriba y aparte de la cabeza no parece ser capaz de mover mucho más sin sufrir. Parpadea varias veces mientras intenta mirar a su alrededor. Deduce que se encuentra en la tienda de heridos.

Algo más espabilada distingue voces. Le parece escuchar a Lagrimita, a Dedos, a Matagatos.

Están bien. En pie y hablando.

 - ¿Cuánto tiempo llevo dormida?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

La voz de Lagrimita hizo que el infante se irguiera como un palo y se quedara tieso durante un instante. Por si aquello no fuera ya suficientemente embarazoso parecía que Plumilla había decidido que aquel era el mejor momento para despertarse. Preocupado hizo lo mejor que sabía hacer y se preocupó por como salir de aquello.

-Emmmm... si, bueno, yo... Estaba preocupado, eso es todo. Pero me preocupa que tu estés mal, si si, eso es, me preocupan tus heridas.

Apretó el puño, aquello empezaba a incomodarle, pero si lo mantenía cerrado nadie se daría cuenta. Ahora tenía que hablar con Lagrimita, sí, su hermano sabría que hacer, él solo tenía unas nociones básicas de curar heridas pero Lagrimita había estado practicando mucho y además ahora había dejado de hablar con aquella pelandrusca de Dedos, no la necesitaban.

-¡Ah, Lagrimita, no te había visto! Estaba aquí... visitando a los heridos. Me preocupo por ellos, ya sabes. ¿Mis quemaduras? Bueno, empiezan a no dolerme, pero creo que no desaparecerán. Seguro que me dan un aspecto más fiero o me hacen más guapo ¿Que opinas hermano? -Será mejor que deje de decir tonterías o se van a dar cuenta, lo mejor es desviar la atención hacia otra persona.- ¡Oh! ¡Pero mira! Plumilla acaba de despertarse, seguro que tienes que atenderla ¿Verdad? Yo ya no os molesto más, tengo que... tengo que hacer algo por ahí, fuera. Pero debes cuidarla bien, ya sabes que siempre cuidó muy bien de Desastre cuando los del triplete casi lo liquidan, además así podrá ayudaros con todos los heridos, ella tiene mucha mano con eso, si, mucha mano.

Pasó su brazo por detrás de la espalda de Lagrimita y lo empujó suavemente hacia el camastro de la K'Hlata.

-Bueno, si me necesitas estaré con nuestros hermanos. Yo ya no tengo más que hacer aquí, solo vine a ver a los heridos, estaba preocupado, ya sabes.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Matagatos asintió levemente ante el informe de Dedos

-No creo tener tiempo, pero si puedo lo intentaré. Aún así, confío en vosotros. Recuerda, nada debe tocarse hasta que haya un nuevo cuadro de mandos-dijo el oscuro. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE. (Cuarto del mes, primero de la primavera)

DÍA: PRIMERO DEL MES. Pocas horas después de la batalla.

Matagatos se encontraba cansado, pero no podía parar. Aún había muchos heridos que tratar, y demasiado poco tiempo. Habían llevado con ellos hasta las murallas varios heridos críticos, más aquellos que quedaron así en el propio asalto, y dado que Plumilla era una de ellas y Ojopocho estaba muerto, el único sanador que quedaba era Matagatos, si solo se contaba a aquellos con una competencia razonable en el asunto. Así que, uno detrás de otro, los miembros de la Duodécima de Khatovar casi al completo iban pasando por sus manos. 

Cuando se acercó Dedos, la saludó con un leve y breve asentimiento, demasiado ocupado. Sin embargo, sus palabras le hicieron parar un momento y girarse a mirarla.

-¿De verdad crees que alguien rompería su juramento así? Pues no sé donde vamos a meter a Serpiente, habría que asignarle una guardia, o algo, hasta que esté consciente. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

La verdad es que el K´Hlata hacía bien en preocuparse por su aspecto. El fuego había lamido la mayor parte de su cuerpo, y donde debía haber negra piel se apreciaban ondas de piel de color desvaído, como si Preocupado estuviera perdiendo su color, y debajo de su piel de ébano, hubiera escondido un Oscuro. Bien podía ser por el valor, fidelidad y arrojo que demostraba en combate. Si a ello le acompañara cierta dosis de lógica sería mucho más letal. Pero era Preocupado y eso es todo lo que Lagrimita buscaba en su Hermano.

- Estás como siempre. Ya sabes que las batallas te cambian por fuera, pero eres tú el que eliges cambiar por dentro, Preocupado. -

Lagrimita se extraña cuando el Infante lo medio empuja hacia el camastro de Plumilla, mirándolo confundido pero firme. Firme porque no se mueve ni un milímetro.

- No, no, Preocupado, he acabado mi turno por hoy. Debo descansar ya que mañana tengo... otras labores que me tendrán ocupado. Pero ya que estás aquí, tráele algo de agua a Plumilla, acaba de despertar y siempre uno lo hace con la boca seca. - Lagrimita mezcla saludo y despedida en un gesto hacia la menuda K´Hlata con una sonrisa, alzando la mano. - Saludos Plumilla, no es tan grave como parece aunque debe de doler bastante. Te dejo en las manos de Preocupado, bebe un poco y recupérate pronto, ¡hay mucho trabajo por aquí! - Lagrimita se aleja ya hacia la puerta de la Tienda. - Hasta mañana Hermanos -.

El atardecer recibe al Oscuro, que observa el nuevo lugar donde se han establecido. Sin duda no pueden llamar a este sitio casa, y queda mucho trabajo hasta poder considerarlo seguro. Eso es lo que él y Dedos deben conseguir en los días venideros, que el lugar sea seguro para sus Hermanos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Lagrimita siempre era amable y atento, un hermano de verdad que se preocupaba por los otros y tenía amables palabras, incluso alguna que otra lágrima.

-Gracias por tus palabras Lagrimita, quizás tras cada batalla hacemos balance de lo que perdimos y ganamos y eso es lo que me preocupa. Estoy contento porque los espíritus se han mostrado generosos una vez más con nosotros, pero me preocupa el gran número de muertos y heridos, pero... ya hablaremos de eso en otra ocasión hermano, ahora no es el momento.

Parecía que Lagrimita no estaba dispuesto a quedarse y eso le preocupaba pues era el único con el que tenía confianza.

-Ah... vaya, eso me preocupa. ¿Ya te marchas? ¿Y ni siquiera vas a ofrecer agua a una hermana que se acaba de levantar? ¿Cual es tu prisa? -Hubiera esperado eso de cualquier Oscuro, pero viniendo de Lagrimita le preocupaba, él nunca se había mostrado así. Preocupado recogió un cuenco de agua y se lo tendió a Plumilla.- Bebe hermana, ya has oído a Lagrimita, que no digan que en la infantería no nos preocupamos por nuestros otros hermanos. -Preocupado miró a Lagrimita sin comprender lo que pasaba y de repente lo comprendió todo. Había reconocido de inmediato aquella actitud. Así que es por eso... Le preocupaba su hermano, pero él sabía que debía hacer, así que se acercó a Lagrimita mientras salía de la tienda.- No te preocupes Lagrimita, se pondrá bien. Hermanos, que los espíritus os protejan y os den salud.

Tras despedirse caminó junto a Lagrimita, ya no podía seguir allí, todo el mundo sabía que a Matagatos no le gustaba que la gente le interrumpiera en su trabajo y además ya tenía a Dedos "ayudando", era mejor dejar descansar a los heridos y le preocupaba estorbar. Además tenía nuevas preocupaciones en las que pensar y necesitaba estar solo.

-De acuerdo -dijo ante la negativa de Matagatos a cualquier operación de acondicionamiento. Tras las inervenciones de las mujeres y del cabo, añadió-. Lengua Negra debería hacer ese inventario. Asumió las labores de Analista cuando este fue nombrado Capitán.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: PIE (INICIO DE LA PRIMAVERA).

DÍA: 01. POCO ANTES DEL ANOCHECER, DESPUÉS DE LA BATALLA DE GALDAN.

Lugar: Tienda de los Heridos. 

Tal vez Desastre le hubiera oído. Tal vez no. A su alrededor todos hablaban sin prestarle atención, lo que no era una novedad. Algo parecido a una sonrisa deformó su rostro. Mucho mejor que cuando le tiraban piedras, o trataban de matarle. La Compañía era, sin duda, una familia, y aunque no fuera amado (¿quién salvo una buena bruja o una buena pitonisa hubiera podido amarle con su cuerpo y su cara, y aún así, nunca como amaban a otros hombres?) al menos, sí se sentía parte de ese grupo.

Aunque a veces se le ignorara. Por un instante Caracabra se preguntó si alguien recordaría que fueron sus armas las que vertieron, en las dos primeras ocasiones, la sangre de la Heroína. Seguramente no. Eso no le produjo rabia, sino un sincero regocijo.

Estaba vivo, era útil. Siguió observando las conversaciones entre sus hermanos, sin intentar intervenir ya.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Nadie contesta a su respuesta, aunque Preocupado le ofrece un poco de agua que la sanadora agradece. Se incorpora con dolor, pero tras hacerlo se siente mejor. Mira a su alrededor. La tienda está abarrotada de heridos, y Matagatos parece no tener tiempo ni de respirar.

- Cabo Matagatos, - le llama, - creo... creo que después de comer algo ya estaré bien para ayudarte.

Apenas lo ha dicho cuando Dedos le acerca algo que poder llevarse a la boca. La chica revisa sus magulladuras y heridas con cuidado. Parece que todo sana correctamente.

- No os preocupéis, ninguno. No hace falta. - Les dice a Lagrimilla y Preocupado. - Podéis iros. Es mejor que el lugar esté despejado.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE. (Cuarto del mes, primero de la primavera)

DÍA: PRIMERO DEL MES. Pocas horas después de la batalla.

Asiento a la primera cuestión del oscuro. Sí, sí que creía capaz de que alguien rompiera el juramento, después de que todos le echaran la culpa de lo sucedido.

- Buscaré una dependencia con llave, o que pueda ser cerrada de alguna forma. Quizás con algún tipo de trampa que haga de alarma.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Al darme cuenta de que la sanadora está despierta, me acerco a ella con cataplasmas y algo de comer.

- Llevas durmiendo varios días. Estamos en el quinto del mes. Despertabas, y podías alimentarte, pero demasiado cansada como para recordarlo. Ahora... - Echo un vistazo general a sus heridas. - Pareces bastante mejor. Descansa un poco más.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (INICIO DE LA PRIMAVERA, MES CUATRO).

DÍA: SEGUNDO DÍA DEL MES.

AL ANOCHECER

Un día entero sumido en la inconsciencia. Una jornada completa de oscuridad vacía de sueños. Un herido más, echado en un camastro improvisado, con el cuerpo desparramado sobre la paja vieja como un muñeco de trapo que ha perdido demasiado relleno entre las costuras abiertas. Uro, el Ungido, parecía más un cadáver que un superviviente.

Los ojos se entreabrieron con esfuerzo para volver a cerrarse. Demasiada luz en unas verdes pupilas que se habían acostumbrado a una densa e insondable negrura. Las llameantes antorchas de las paredes dibujaban sombras que danzaban sinuosas sobre las gruesas paredes del interior de la torre. Fantasmas de penumbra que parecían regocijarse ante el sufrimiento, la sangre y las mutilaciones.

—Agua... —susurró el Cazador de Cabezas, débil como un cachorro desvalido. Su voz, otrora grave y amenazadora, sonaba rasgada, exánime.

Con un tremendo esfuerzo, el salvaje logró incorporar la cabeza y echar un vistazo a su alrededor, mas las fuerzas le fallaron al instante siguiente y su nuca chocó sonoramente contra el armatoste del catre. El Guerrero de la Diosa gruñó de dolor mientras la cabeza le palpitaba con furia.

Dolor... Sentir dolor... Uro estar vivo...

Una carcajada demente y cascada nació de la torturada garganta del k'hlata. La risa de un asesino.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Al anochecer.

Había tranquilidad en el lugar. Los recuperados ya habían abandonado la tienda para ser asignados a estancias en la muralla donde vigilar y descansar, y los que aún están graves ya están adormilados.

Matagatos aprovecha para revisar los puntos cicatrizantes y cambiar vendas, y yo recogía los enseres usados durante el día y los limpiaba, preparada para ir a mi propio lugar de descanso o, como en el caso de esta noche, al lugar de la muralla donde había hecho el dibujo para Loor.

Una palabra, una sola, una petición de una voz que parece venir del interior de un nicho llama mi atención. Miro a mi alrededor y me llaman la atención unos ojos claros que habían estado cerrados hasta entonces.

Rápidamente lleno un odre con agua y se lo acerco al guerrero.

- Matagatos, otro más que despierta. - Llamo la atención del oscuro con ánimo.

No muy segura de cual puede ser el comportamiento de Uro en una situación así, le dejo espacio para que beba, se mueva, intente incorporarse para saber si le es posible.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Matagatos se acercó a comprobar el estado de Plumilla, y negó levemente ante el ofrecimiento de esta.

-De eso nada. Debes descansar, órdenes del médico. Has estado muy herida, y la recuperación lleva su tiempo-dijo, cordialmente aunque con firmeza. Lo último que necesitaba era que se abrieran heridas porque la gente se empezara a mover antes de tiempo. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

-Sí, supongo que deberemos comunicárselo-respondió Matagatos, con un tono que incluso podría ser de buen humor, aún a pesar del cansancio que suponía atender a una cola de heridos que parecía no tener fin-¿podríais decírselo vosotros? Yo aún voy a estar ocupado aquí, durante los próximos tres siglos más o menos-bromeó, aunque lo cierto es que aún tenía mucho trabajo por delante. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE. (Cuarto del mes, primero de la primavera)

DÍA: PRIMERO DEL MES. Pocas horas después de la batalla.

-Necesitamos guardias-dijo, negando suavemente-mientras no esté consciente, no creo que sea buena idea moverlo mucho. Aún no sé muy bien como ha recibido más de la mitad de sus heridas... O qué las ha hecho, a decir verdad. Temo que pueda sufrir complicaciones si lo movemos demasiado. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (INICIO DE LA PRIMAVERA, MES CUATRO).

DÍA: SEGUNDO DÍA DEL MES.

AL ANOCHECER

Matagatos se acercó ante el aviso de Dedos, para ver como Uro recobraba la consciencia. Indicó con gestos firmes al guerrero que no debía moverse. Estaba demasiado débil para resistirse con violencia, o eso pensaba el oscuro... Pero nunca se sabía con algunos miembros de la Compañía.

-Debes guardar reposo-dijo, con calma. Ayudó a beber a Uro del odre, aunque no demasiado, era mejor que recibiera el agua poco a poco-no debes hacer esfuerzos durante varios días.