Partida Rol por web

Había seguido a Lengua Negra interesado en qué era lo que iba a hacer para solucionar aquello. Viéndolo había comprobado su nula capacidad para tratar con un idiota, tarea que había tenido que realizar la pitonisa, tal era su profesión.

Creía haber visto hacía un par de días que Sicofante ponía un gesto extraño al escucharme durante uno de mis "ejercicios", así que con una sonrisa burlona me dirigí hacia él en una lengua extraña.

Luego, como si no me hubiese dado cuenta de la presencia de la Quinta hasta entonces, me giré hacia ella con gesto compungido.

- Qué desafortunado Khadesa, simpatizando con un recluta momentos antes de que cometiese tan atroz acto. ¿No lo viste venir?, ¿no lo adivinaste? Cuidado, la culpabilidad tiene colmillos voraces- reí.

- ¿Qué crees tú que va a pasar? Te recuerdo que Campaña no solo es Oscuro, también es hijo de Herrero. Seguro que la misma Khadesa es de la opinión de que se debería ser benévolo. Aunque tengo la certeza de que no diría lo mismo si el que hubiese estado bajo las ruedas hubiera sido su hermano.

Tras negar con la cabeza ante la pregunta de Sicofante, un ni idea mudo, la Quinta escuchó el comentario de Serpiente con indiferencia. En respuesta alzó una ceja, y bufó, imitando algún tipo de pequeño animal. ¿Quizá algún tipo de gesto protector, o malévolo? Pero añadió:

-Colmillos.... ¿como los de una mangosta...?

No se rió, no estaban las cosas como para eso. Sólo se encogió de hombros, y volvió a mirar a Lengua Negra, a la espera de ver qué ocurría con Campaña.

Va relajando su posición pero sigue alerta a su alrededor, al recibir el gesto de apoyo de Sicofante asiente agradecido. No era la primera vez que lo felicitaban, pero no se daba muy amenudo. Con el rostro iluminado y renovadas energías vuelve a su posición en la escuadra de protección y se agazapa junto al carro, al izquierda. Ahora la situación parece controlada y ha entendido que no forma parte del juego. Habrá que cuidarse de no molestar a nadie pues parece que la insubordinación para cobrarse una venganza puede ser el plato del día.

Si no puedes confiar en la manada no puedes confiar en nadie.

Asiente ante las palabras de Serpiente. Cuando quería hablar claro podía hacerlo sin problemas. No le sorprendió que conociese el Bajo Tagliano, y que lo hablase de forma perfecta. Que mas idiomas conocería el extraño personaje.

Sin embargo, si el rumor corre de la actuación de Campaña y no tiene un castigo ejemplar, ¿como se verá afectado eso a la reputación y liderazgo de Lengua Negra?- inquiere, en Bajo Tagliano y solo a él. 

Escarabajo habia dejado de intentar moverse y se habia quedado quieto dejandose llevar, odiaba lo de la pierna, esperaba recuperarse de aquello y que eso no le dejara sin poder volver a moverse, era su mayor preocupacion, no poder volver a luchar ni nada, queria morder algunas piedras para calmarse, pero le dolia demasiado como para hablar, asi que se conformo con morder el brazal de cuero de Uro.

Ese imbecil de Campaña, se habria esperado un combate o una carga de alguien como el, pero no una accion que pondria en peligro bastantes cosas y tan publico, parecia que no iba a poder estar tranquilo si las cosas se ponian asi, iba a tener que dormir con un ojo abierto a este paso, maldito fuera ese energumeno grandullon.

Bien podía ser porque Khadesa no rio ante la ocurrencia, o porque la respuesta que dio me pareció graciosa, a mi me entró la risa.

- ¿Mangosta?- reí con más fuerza-. Quizá. Pero recuerdo que la pitón es también una serpiente, pitonisa. ¿Sería inteligente que la hiena invoque al león para que le ayude a cazar la gacela?

Tras decir aquello me giré complacido para continuar la conversación que tenía con el extranjero.

- Si durante semanas cuatro perros hambrientos ven cómo su dueño sólo alimenta a un quinto, ¿la sangre de qué desdichado terminará bañando el suelo? – fue lo único que di a modo de respuesta.

Serpiente volvía a su manera peculiar de hablar, mas Sicofante entendió perfectamente lo que quería decir. 

Esperemos que nuestro dueño actúe con cabeza entonces- replica- puesto que hay mucho perro hambriento- y tras decir esto mira a Escarabajo, que si se recuperaba, no dejaría pasar bajo ninguna circunstancia alguna oportunidad para devolverle lo que le había hecho Campaña.

KHADESA:

- Serpiente le habla a Sicofante en una lengua que no conoces. Deduces que se trata la lengua nativa de Sicofante, el Tagliano.

- Sólo has podido entender una palabra: "Khadesa".

- Uro le quita a Escabajo dos extraños guanteletes con garras de fino acero afilado. Son su única arma. Se los entrega a la Cabo Rompehuesos para su custodia.

- R'Gaa entablilla como puede la pierna de Escarabajo, aunque sin atreverse a intentar ponerla recta, eso es tarea para alguien con mayores conocimientos que los suyos.

- Después Uro alza en brazos a Escarabajo y se dirige al Campamento principal seguido de R'Gaa.

- Dedos corre hacia la Puerta Interior para cumplir lo que se le ha ordenado.

- Un rapazuelo, uno de esos niños huérfanos que siguen a la Compañía Negra a todas partes, entra corriendo en el campamento de instrucción. Parece el mismo que entró hace dos días. Centinela no hace nada por detenerlo, aunque frunce el ceño.

- "De acuerdo, Lengua Negra. Dejo el castigo de Campaña en tus manos. Es tu responsabilidad directa. Recuerda que es inmune al dolor desde su nacimiento." -

- Uro, Escarabajo, R'Gaa y Dedos pasan al Campamento principal a través de la Puerta Interior.

- Odio les mira con desprecio.

Veremos a ver que castigo recibe- le dice a Serpiente- esperemos que después de esto no haya mas incidentes y podamos ya continuar. 

RAPAZ:

El niño corre hacia las proximidades del carro y se detiene a unos ocho metros de donde está Khadesa.

La mira fijamente y después sonríe taimadamente, recitando unos extraños versos en K'Hlata:

- "Cuando era niño sabía

Que las estrellas sólo podían volverse más brillantes

Entonces nos acercaríamos

Más cerca.

Cuando era niño sabía

Que las estrellas sólo podían volverse más brillantes

Entonces nos acercaríamos

Dejando atrás esta oscuridad.

Ahora que soy mayor

Las estrellas arrojan luz sobre mi rostro

Pero cuando me encuentro solo

Me encuentro solo.

Ahora que soy mayor

Las estrellas arrojan luz sobre mi rostro

Pero cuando me encuentro solo

Me siento como si estuviera ciego.

Me siento, me siento, me siento, me siento como si estuviera ciego.

Desearía que la luz pudiera brillar ahora

Está más cerca, está cercana

Pero no presentará mi presente

Ellos no presentirán mi presencia

Desearía que la luz pudiera brillar ahora

Porque está cerca, está cercana

Pero no presentará mi presente

Y hace que mi futuro y mi pasado sean dolorosamente claros

Escucharte ahora

Verte ahora

Puedo mirar fuera de mí

Debo examinar mi aliento

Mirar adentro

Escucharte ahora

Verte ahora

Puedo mirar fuera de mí

Debo examinar mi aliento

Y mirar adentro

Porque me siento ciego

Porque me siento ciego

Me siento, me siento, me siento, me siento como si estuviese ciego." -

Después el niño sale corriendo y desaparece por la Puerta Interior, de regreso al Campamento principal.

La Pitonisa había ignorado a Serpiente y su risa. Y también ignoró el hecho de haber escuchado su nombre entre las palabras que el mago decía a Sicofante en tagliano. Apenas parpadeó cuando se llevaron a Escarabajo.

No, su mirada estaba puesta, y devuelta como por un espejo, en los enormes ojos negros del chiquillo que acababa de cruzar la puerta del Campamento.

A su alrededor todo se desvaneció, a medida que el niño, ya frente a ella, iba desgranando el collar de frases, una tras otra como uno degrana un collar de cuentas de oración, con cadencia, lentamente. Algo apareció en el fondo de su mente, un recuerdo, o una premonición, un mensaje quizá. Las imágenes se volvían turbias o precisas, el hálito de la oscuridad rodeó su percepción, como el humo, como la niebla, como un sudario. Y se hizo densa, y luego se materializó.

Danzó con la bruma, y en ella, danzó con los cuerpos desnudos, con ella y él y ambos, con el futuro, con la nada. Danzó con la ceguera de su mente, o la lucidez, escuchó su música ambigua, y dejó que la penetrara, la asimiló, la hizo parte de sí misma.

Tenía los ojos bien abiertos, y, sin embargo, la ceguera de la danza borró las presencias naturales, a su alrededor, mimetizó las sombras con los sueños, la atrapó.

Nació y murió, atravesó la nube, se la tragó, se atrevió a descender al infierno de las tumbas tortuosas, se adentró en el lago de la nada, en las aguas de la pregunta eterna, sin respuesta, ante los ohos duros, hieráticos de la divinidad.

El trance la dejó en silencio. Ciega. Entre estrellas brillantes, ojos brillantes, ausencias brillantes...

Escucha las palabras del chiquillo, y no logra comprender lo que dice. 

Seguro que Serpiente las ha entendido a la perfección- piensa. No obstante, Khadesa parece que las ha comprendido muy bien, pues su rostro quedo fijo en el chiquillo y parecía como si su mente vagase por otro mundo. Parecía que estaba en trance.

Sicofante da varios pasos y se coloca a un lado de la pitonisa, esperando. No sabía que estaba pasando pero no tenía intención de despertarla, por ahora, de su estado. Eso si, estaría dispuesto a actuar en caso de que ocurriera algo extraño.

LENGUA NEGRA:

- Alguien quiere saber si mientes.

- Tirada oculta de Engañar.

Estando al otro lado del carro no puede ver al niño acercarse, pero cuando lo escucha hablar se gira algo sobresaltado y da unos pasos rodeando el carro para ver que ocurre. Al ver a quien se dirige y la mirada perdida de Khadesa no osa intervenir, la magia sin duda atrae a los demonios y parece que aquí intervienen unas fuerzas que no comprende. Pese a que su mente le dice que se mueva sus pies no osan moverse y se queda a buen recaudo tras el carro.

Finalmente el niño se da la vuelta y vuelve por donde ha venido, Khadesa no responde, permanece mirando un punto indefinido sin reaccionar, sus ojos carecen de vida, parece que no está aquí. 

He fallado.

Es lo único que puede pensar. Se acerca lentamente a la pitonisa, pero antes de llegar a ella, mira en derredor. Los otros no parecen haberse ni dado cuenta. Solo una leve esperanza le permite permanecer allí y no perseguir el niño, quizá la pitonisa esté teniendo un visión. No conoce de sus artes ni como son llevadas a cabo, podría ser, pero la sensación de fracaso no abandona su mente.

- Sin duda nos sorprenderán. - Se repite a si mismo con voz temblorosa.