Partida Rol por web

CHO'N DELOR: BASTION DEL DOLOR.

- El Bastión del Dolor es la principal fortificación de la ciudad de Cho'n Delor. Protege la Muralla Sur, alberga buena parte de los ejércitos de la ciudad y es una de las principales sedes gubernamentales.

Attar desfilaba junto a sus compañeros, aunque a juzgar por como lo hacían algunos, podríamos decir que algunos de los Hostigadores desfilaban... Y otros lo intentaban. 

Sin embargo, el mestizo no le dio importancia a aquello. Siempre y cuando supieran luchar, al guerrero le daba igual como desfilaran. A la mente de Attar se le escapaba la verdadera utilidad de aquello, y los entresijos de la apariencia y fama de la Compañía. Pensaba que, siempre y cuando lucharan bien, daba igual el aspecto que mostraran todos ellos. 

Desfilar... era un decir. R'Gaa anduvo, simplemente. Antes del encuentro, o encontronazo mejor, con el gigantesco Gorkas había mostrado un porte solemne y altivo, aunque no marcial. Ahora... ni eso.

Con la orden del Capitán toda la Compañía volvió a ponerse en movimiento al escuchar el sonido de la trompeta, cruzando el puente hacia el interior del recinto que formaban los muros del Bastión del Dolor.
Matagatos se puso en movimiento en cuanto el grupo que los precedía comenzó a desfilar y tras él el resto de Hostigadores. La mayoría conseguían desfilar de una manera bastante aceptable pese a ser el pelotón más reciente de todos, los otros hacían lo que podían para mantener la formación. Marchó con paso firme con la esperanza de que fuera el último tramo de desfile, aunque no tenía muy claro si en aquella ocasión romperían un poco la costumbre a la que estaban acostumbrados en la Gran Sabana.
Quizá esta marcha tan ceremoniosa que habían hecho solo fuera el preludio de un Juramento de Capa igual de solemne y luego regresaran nuevamente en formación de vuelta al palacio. Tenía la sensación que no habría una fiesta posterior tan sonada como la anterior, en la que también habían celebrado la victoria sobre Tres Castores. Se dibujó una pequeña sonrisa en su cara al recordar aquella noche, aunque ninguno de sus hombres lo vio pues marchaban detrás.

Quizá cuando volvamos al palacio...

Después de entrar en el Bastión Matagatos ocupó el lugar que le correspondía dentro del patio y esperó a que los que venían detrás hicieran lo mismo y comenzara la ceremonia.

Altivo y con el pecho hinchado había comenzado la marcha. Esta era una gran noche para mí, y nada podría estropearlo. Además, estábamos en una ciudad próspera y con edificios asombrosos, no cómo las aldeas de la sabana o los campamentos temporales. Era el lugar perfecto para mi nombramiento de Soldado de la Compañía, era el mejor lugar que podría pedir. Ya que en mis adentros estaba seguro de que esto era el preludio a mi nombramientos (y otros Hostigadores, pero eso no me importaba lo más mínimo).

Marché con elegancia todo el recorrido hasta que una mole gigantesca se interpuso en nuestra honorable marcha. El gigante cogió a R'Gaa y pareció balbucear algo sobre su prometida, pero el episodio no duró más que unos segundos; unos segundos y un Guepardo desarmado y lanzado por los aires.

"No me gustaría un cuerpo a cuerpo contra ese monstruo, suerte que parece estar de neustro lado... de momento." - pensé cuando una especie de mujer que era todo músculo, demasiado para mi gusto, pareció reprimirle. No llegué a entender realmente lo que decía, debía de hablar algún dialecto, pero la verdad es que el tono y las palabras me resultaban familiares...había escuchado ese idioma en mi sueño, esa voz para ser más precisos,  cuándo estaba en coma.

La marcha se reprendió, y los trompeteos de la corneta del Cabo no eran algo poco familiar para mí, así que con elegancia y exactitud me detuve y reanudé la marcha cuándo y cómo fue necesario.

Y fue entonces cuándo entramos a través de la fortificación más impresionante de la ciudad, y también la más impresionante que yo había visto en vida. Aquello era lo que se merecía la Compañía, No unos campamentos temporales entre tierra y arena.

BASTION DEL DOLOR: PATIO DE ARMAS:

- El Patio de Armas del Bastión es inmenso. Las murallas tienen un grosor ciclópeo, asombroso. Esta es una fortificación capaz de soportar un bombardeo sostenido de armas de asedio durante muchísimo tiempo.

- El interior está iluminado por centenares de braseros y antorchas. Todo ha sido engalanado con estandartes, incluyendo docenas de réplicas del Estandarte de la Compañía como un modo de honraros.

- El lugar está lleno de guardias, siervos; representantes de diversas unidades militares, tanto regulares como mercenarias; y muchas personalidades. Distinguís a algunos conocidos, como el Chambelán de las Cuchillas y Ansia de Dominio, junto a otros oficiales que no conocéis.

Al fin aquel desfile se movía: Por un momento había creído que a alguien le dio un golpe de calor, o cayó inconsciente por la emoción... Vaya, eso si que sería divertido.

Pero, a pesar de todo, tras unos minutos, la compañía progresó.

Entraron a otra zona de aquella ciudadela. Mientras observaba sus rededores (Las paredes gruesas que podían impedir una arremetida, pero también su escapada si en algún momento algo se incendiara o saliera mal.), comprendía porqué aquel lugar era tan importante: Era todo un fortín, un lugar blindado, y todos los que observaban a la compañía no hacían mas que corroborar que aquel lugar cobraba importancia por la ingente cantidad de soldados y personas de renombre que podían juntarse.

¿En qué se podía traducir aquello? En dinero, sin duda. Si es un punto importante de las grandes personalidades, también lo sería para el comercio, o eso supuso. Ansiaba ya el momento en el que todo aquello acabara y pudiera darse una vuelta por sus calles.

Pero claro, primero estaba la ceremonia. Obligado a detenerse cuando observó a los demás hacerlo, consiguió ejecutar el movimiento de detención a tiempo. Nadie hablaría de el: Aquel era su gran objetivo. Que sus miradas se posaran en otros, y pasar inadvertido, como siempre había hecho.

- Los ojos de Serpiente brillan intensamente amarillos, y por un instante, parece francamente aturdido y confuso.

SERPIENTE:

- La magia ambiental es muy poderosa, aunque lo de los muros era previsible (encantamientos de protección antiguos y nuevos entretejidos) y la insignificante magia de las armaduras de los guardias también.

- Hay presentes varios adeptos mayores, pero hay una única presencia sobretodo que te deja momentáneamente cegado con su puro poder.

- ¿Será posible que sea de la Cuarta Magnitud? ¡Pero si esa Magnitud no existe! La teoría mágica enseña que sólo son posibles Tres Magnitudes. No es posible trascender más allá y seguir siendo un simple mortal.

El desfile continúa hasta que llegamos al propio Bastión del Dolor. La fortaleza es realmente impresionante y no deja de asombrar la gran magnificencia de la construcción, cuyo espesor de murallas es más grande que cualquier otra obra de ingeniería que haya admirado en toda mi vida. Su estructura parece ser capaz de resistir cualquier tipo de ataque y detener hasta al ejercito más poderoso.

Por un momento se me pasa por la cabeza si los líderes de Cho'n Delor realmente necesitan los servicios de La Compañía o es que para ellos es más cómodo:

"Ya han demostrado que las riquezas es algo que parece sobrarles, por lo que quizás aprecien más su comodidad y el bienestar de sus tropas, por lo que sea más fácil contratar espadas de alquiler. Sea como sea, es por ello que tenemos trabajo y dinero para subsistir, además de un buen motivo para abandonar esa hostil sabana que ya me tenía considerablemente harto."

Desfilo de la mejor manera que puedo, lo que a mis ojos es excelente, excepto porque a veces la tropa se mueve a un lado o se detiene y no logro entender el sentido de los movimientos, por lo que me salgo de la formación. Aun así intento esforzarme por mantenerme en mi lugar, no sin pensar que quizás lo que a mí me parece una buena manera de marchar quizás difiere mucho de la manera militar real:

"Bueno, no puedo pedir mucho más si en realidad nunca he aprendido nada de eso. Lo mío es matar al enemigo, no aportar con mi imagen al respeto de las filas."

Pensándolo bien, en realidad nada de mi aspecto hace orgullo para el grupo, pues mi aspecto enclenque y flacucho, que tanto contrasta con los enormes músculos de los K'Hlatan que me acompañan, mis harapos, mi aspecto de pordiosero y mi paso desgarbado, son signos de que en realidad no soy más que el relleno de las filas de un grupo que necesita limpia-pisos y cava-letrinas.

Aun así, intento mantenerme lo más digno que puedo, aunque deseo que el desfile termine pronto, pues no deseo causar más vergüenza que la actual.

Muchos ojos contemplan con detenimiento a la Compañía, ahora formada en posición militar de firmes, presentando un gallardo espectáculo.

Entre los ojos que os miran con discernimiento están los de Sar Krogan, uno de los misteriosos oficiales o mercenarios al servicio del Señor del Dolor.

Sus ojos valorativos se detienen unos segundos más de la cuenta en Peregrino.

Ansia de Dominio os contempla con una especie de retorcida sonrisa en su desagradable rostro. Unas burbujas de agua escapan ocasionalmente de entre sus labios.

- Im… imposible… No, no puede ser.- Las piernas me temblaban. La boca se me había quedado seca. Era tan real, tan densa que su presencia me asfixiaba.- Es… es completamente imposible…

A medida que me desprendía de la incredulidad como la serpiente se deshace de la piel que se le ha quedado pequeña, comencé a caminar a tientas todavía abrumado por lo que estaba experimentando. Necesitaba salir de la formación, escapar de aquella prisión de ciega disciplina para poder sentir la llama más de cerca. Y así lo hice.

Nadie me siguió. Ni uno solo de los hostigadores se había dado cuenta. Cegados por la altura y grosor de sus muros no se había percatado de que el verdadero poder del Bastión, su verdadera fortaleza, no estaba en sus murallas sino en quien vivía tras ellas.

Resultaba tan triste y a la vez tan patético que mis “compañeros” no pudieran sentirlo que me entró la risa. Aquella carcajada sería su única pista...

Matagatos esperó a que su pelotón se colocara en posición y observó a sus compañeros detenerse, de peor o mejor manera en algunos casos, pero eso era algo que ya tenía asumido.
No se dio cuenta del extraño comportamiento de Serpiente hasta que este abandonó la formación de manera descarada y comenzó a reírse. Reprimió su primer instinto de salir corriendo a interceptarlo y llevarlo de vuelta al lugar que le correspondía. Apretó los puños con rabia.

¿Se puede saber que está haciendo? ¡Estoy harto de sus tonterías, nos está dejando en ridículo a nosotros y a toda la Compañía!

Lo de Serpiente estaba resultando el patético broche final a todo el desfile que habían tenido hasta el momento y Matagatos estaba ya realmente cansado de todo aquello. Dejó de apretar los puños, aunque siguió notando la marca que le habían dejado sus uñas, y miró hacia el resto de sus compañeros. Con una voz firme y sin gritar, pero lo suficientemente potente para que lo escucharan con claridad sin llamar demasiado la atención alrededor.

-Rastrojo, Vieja Gloria. Llevaos a Serpiente de aquí y confinadlo en su celda y dad orden en la puerta de que no lo dejen salir. Después podéis regresar a la ceremonia.

Más tarde le pediría explicaciones a su primo, lo que estaba convirtiéndose en una costumbre últimamente, pero ahora no quería que nada más interrumpiera la ceremonia. Un momento tan solemne e importante para la Compañía y en especial para muchos de sus compañeros estaba siendo estropeado una y otra vez aquel día. Tan solo esperaba que a partir de aquel momento tomaran protagonismo los verdaderos merecedores del honor de aquella tarde.

Chssst, Serpiente. Guarda silencio.

Era impropio que un Recluta llamara al orden a un Soldado. Pero aprovechando el anonimato de la multitud, o del pelotón en este caso, se pegó el gustazo de ir contra natura y reñir a alguien que estaba un escalafón por encima de él. Total... ¿Quién se iba a enterar de que fue Rastrojo?

No guardó interés en el mago por mucho tiempo más. Ni a los que presidían el patio, en realidad. Toda esa gente importante eran personas que Rastrojo no conocía, y seguramente a las que nunca llegaría a tratar. Miró alrededor, despreocupado, buscando algo que le entretuviese y mantuviese su cabeza lejos de la idea de que seguía siendo un Recluta con pocas probabilidades de protagonizar una ceremonia de ascenso.

Pffff... Vaya birria de muros. Si mandara yo, ordenaba construir murallas con la mitad de piedras. Menudo desperdicio.

¿Eh? ¿Qué?-las órdenes de Matagatos le devolvieron a la realidad. Oh, dulce realidad.

Oooooh... cómo voy a disfrutar de esto, mago repelente...

El chamán se puso a un lado de Serpiente y le agarró de un brazo para tirar de él hacia su celda.

Una siniestra figura de corpulencia extrema observa con severidad la pérdida de control de Serpiente desde detrás de Sar Krogan y Ansia de Dominio.

A la derecha de Sar Krogan aguarda una mujer, una guerrera a juzgar por su porte. Parece una oficial del ejército de Cho'n Delor, seguramente una Capitana o incluso una Coronel.

Una misteriosa figura embozada observa desde un lateral del enorme patio de armas a Serpiente, seguramente con curiosidad, aunque su rostro no es visible.