Partida Rol por web

SICOFANTE:

- Te detienes a recobrar el aliento. De verdad que lo estabas necesitando, y Recio también.

- Bebes un poco de agua de tu pellejo y le das una poca a tu caballo.

KEROPIS:

- Sientes una sombra que te tapa el Sol por un momento, y entonces alguien te da un espadazo en todo el yelmo...

PELAGATOS:

- Le das un espadazo en el yelmo a esa cosa asquerosa... Y entonces te parece recordar haber visto a un Campamentero que tenía un aspecto la mar de similar a este cadáver con armadura herrumbrosa, o lo que sea...

Una pequeña luz chisporroteó en mi cabeza. Este tipo no tenía nada. Era uno de los reclutas. Si, estaba seguro, el que hablaba arrastrando "esssses" y "errrrres".

Me acerqué más y le dí unos golpes. 

- Eh, recluta, despierta.

Viendo que no parecía despertar, le despojé de su yelmo. No recordaba haberle visto nunca sin él.

"¿Qué cara tendrá este tipo?"

- Eh - repetí déndole unas bofetadas - despierta recluta. Despierta. Qué ha pasado.

¿Qué hacía en medio de este terreno, sólo e inconsciente -o muerto-. Volví a mirar a mi alrededor intentando vislumbrar si había algún enemigo, con la espada preparada. Volví mi mirada abajo y le busqué el pulso en el cuello. Sería estúpido seguir insistiendo si estaba muerto. Y además eso eran noticias que iban a causar estragos en Matagatos. Un recluta muerto en medio del territorio, nadie a su alrededor.

"Un momento...¿no era el recluta de Serpiente?"

Oh sí, cada vez se ponía más interesante. 

"Primo, primo...¿Qué has hecho esta vez? ¿Crees que te vas a librar?"

Sentía el malestar de Dante como si fuera el propio. Tenía un objetivo y ese no era matar a su montura de modo que dejó que su caballo avanzara al paso.

Me detengo de correr pues realmente no sé hacía donde estoy yendo. No tengo ni idea y no quiero perderme aun más de lo que estoy. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas para enfriar mi cabeza. Las cosas están sucediendo demasiado rápido y ese es el problema. Hay temores de lo que pueda pasarle a mi grupo en mi ausencia y eventualmente de lo que pueda pasarme a mí:

"Mi grupo puede perecer si es emboscado sin mí. Eso es mentira, la verdad es que mi presencia solo mataría atacantes pero no garantiza la protección de nadie. Por otra parte, les dejé en buena posición para no ser emboscados y con una defensa más o menos armada, dirigida por Guepardo, quién es muy capaz. El hecho de que yo no llegue a tiempo ya es irrelevante pues he estado tanto tiempo intentando volver que de seguro cualquier ataque coordinado con el que sufrió el primer grupo ya terminó, para bien o para mal. Ahora debo preocuparme de encontrar yo el camino para regresar y no terminar completamente perdido. No me preocupa ser emboscado, pero si me preocupa morir bajo el hambre, la sed y el frío. Debo pensar y debo hacerlo luego."

Me quedo un momento sentado mientras escucho a mi alrededor. Busco con la vista el lugar más alto de las cercanías y me subo allí para desde esa posición mirar a los alrededores. Si no veo ni oigo nada, desenvaino mi espada y comienzo a hacerla girar en la altura para emitir destellos de sol reflejado que algún explorador pueda divisar a lo lejos, para bien o para mal.

Tras recibir ese golpe, Keropis abrió los ojos algo sobresaltado mientras llevaba una mano a la espalda. Intentó hacer un amago a levantarse, pero parecía que no podía ni siquiera mover el peso de la armadura.

Esa silueta que le había golpeado le tapaba el sol, pero no podía definir quien era bien a contra luz, asique decidió intentar fijarse en qué era eso antes de intentar cortarlo por la mitad a la altura de las pantorrillas.

El agua revitaliza tanto al tagliano como su montura. No se había dado cuenta de la necesidad que tenía de descansar y beber un pequeño trago. Las prisas, los parones imprevistos y sus ansias de llegar al lugar le habían obnubilado lo suficiente como para no percatarse de su necesidad de hacer un pequeño alto. 

Ahora, con una montura ya mas descansada, y él mas tranquilo, volvió de nuevo a iniciar el viaje. Esperaba -ahora si- llegar sin mas imprevistos.

- Pelagatos forcejea un poco con el yelmo de Keropis para quitárselo, pero parece que está atascado. Se necesitaría la fuerza de un tipo como Attar o Campaña para poder quitarle el yelmo tan fácilmente con un simple movimiento casual.

HA TRANSCURRIDO APROXIMADAMENTE UNA HORA.

Los ojos verde brillantes del ermitaño del desierto se abrieron y fijaron en Pelagatos. Parecía que no lo reconocía, pero tras un rato comenzó a sonar un gorgoteo- Bussscaba a un ossscurrro con la palabrrra gato en sssu nombrrre; perrro no a essste -dijo sin llegar a levantarse y moviendo la mano un poco para separarla de la empuñadura.

Coge aire y lo suelta con un siseo, como si fuera dar una clase a un niño sobre algo muy obvio- Digamosss que tenía que llegarrr con Matagatosss parrra sssaberrr que errra esssa humarrreda que ssse veía; perrro essse essstúpido camello me derrribo y ssse fugó, y no encontrrre la rrruta, asssique decidí sssubirrrme a essste montículo parrra orrrientarrrme.

Comenzó a incorporarse, le costaba mucho, como si le hubieran pegado la mayor paliza de toda la existencia a él solo... o como si Campaña le hubiera dado un golpetazo con un poste de madera enorme unos días atrás.

-¿Y qué hacesss aquí? -preguntó al Hostigador veterano, pero luego rectifico- Ssseñorrr...

MENTIROSO:

- Finalmente encuentras el lugar donde se encuentra el Grupo II, el liderado por Ponzoña.

PEREGRINO:

TIRADAS:

- Concentración.

- Conocimiento Local: Cho'n Delor (si la tuvieras).

- Otear.

- Supervivencia.

- Recio está ya muy cansado cuando por fin logra alcanzar al Grupo I liderado por Matagatos.

PEREGRINO:

- Te ha parecido ver humo a lo lejos. ¿Vas en esa dirección?

PASADO EL MEDIODIA.

La posición nueva que he tomado me ha brindado una pista, una luz en la que apoyarme en mi hora sombría. A lo lejos soy capaz de ver humo, lo que es señal de que algún humano anda por esa zona o anduvo, lo que aun es más de lo que tengo en este momento de perdición y soledad.

Miro bien la zona, me fijo en todos los detalles que puedo, la posición del sol y las colinas que alcanzo a ver. Una vez estoy lo más ubicado que puedo y tengo lo más situado el punto desde donde sale el humo, comienzo a correr en esa dirección. Mi intención es guiarme principalmente por la columna de humo, pero también tener otras referencias en caso de perderla de vista.

Corro hacía allá, pero mi intención es que una vez llegado, ocultarme para no caer en una emboscada enemiga por la desesperación de encontrar a mi gente. La precaución nunca está de más.

PEREGRINO:

- Tiradas ocultas de Esconderse y Movimiento Silencioso.

LENGUA NEGRA:

- Te parece que ya estás llegando.

- Tirada oculta de Otear para confirmarlo.