Partida Rol por web

    La nariz de Villtur se arrugó como si de algún modo hubiese presentido que alguien se aproximaba hacia ellos, seguidamente una de las puertas que daban acceso a la sala se abría para dejar pasar a Lobatov, conocía a aquel participante, habían colaborado en la primera etapa aunque también era el que había dejado más claras sus intenciones individualistas desde el principio, no le gustaba, por lo que se puso en guardia a la espera de su reacción y la de la elfa que lo acompañaba a él sin perder de vista el arma que estaba tendida en medio de la sala.

Al ver a Villtur, me relajé un poco, aunque tampoco demasiado, todavía con el tridente en la mano, observé la reacción, tanto de él como de su acompañante.

Veo que estáis colaborando para salir de este puto laberinto. ¿De dónde habéis venido? porque por allí no hay salida alguna digo señalando la puerta por donde había entrado.

La verdad es que acababa de eliminar a Fonkin, y lo había hecho porque él había querido y me había atacado, por dos veces, antes de que yo le atacara. No tenía ganas de combatir, y tampoco iba a ganar nada con ello.

Si queréis comprobarlo vosotros mismos, adelante. Yo iré por este otro camino digo moviendo la cabeza hacia la puerta, mirando de paso el arma que estaba en el suelo.

Probare entonces con otra, pienso mientras me muevo por el laberinto por enésima vez en busca de otra de las puertas y de paso averiguar si la plaga sigue alli

Te aproximas en silencio hacia la habitación de la plaga, no parece que te hayan visto, pero el que se vuelvan hacia la entrada que estás tú te indica que sí te han escuchado, la plaga se posiciona enfrente de ti, pero estás escondido entre las sombras y no consiguen verte

¿Sabéis qué puede ser esa daga? comento señalando la daga doblada ¿era así, o se ha doblado intentando abrir la puerta de hierro?

    -Al igual que tú, acabamos de llegar a esta sala, por lo que la daga ya se encontraba así cuando entramos.- De momento no parecía tener intenciones de atacarlos pero quien sabía si eso en verdad no formaría parte de algún truco para intentar que bajasen la guardia ahora que se encontraba en inferioridad numérica. Pese a ello, Villtur siguió con sus explicaciones. -De donde venimos nosotros igual, esta puerta comunica con un pasillo que lleva a una de las salas en las que aparecen algunos de los nuevos participantes cuando empiezan esta prueba, de hecho tuvimos que defendernos del ataque de uno no hace mucho, trato de aprovecharse de la oscuridad para emboscarnos.- Seguía sin resultarle del todo cómodo hablar de ello, así que volvió la mirada por encima de su hombro buscando a la elfa. -No veo necesario el luchar ahora, por lo que considero que cada uno puede seguir por su camino, Lobatov me ayudó en la primera prueba así que creo que podemos dejarlo así y continuar por aquella dirección.- Terminó por decir mientra señalaba la puerta a su izquierda*.

Asiento mientras sigo mirando a la daga. Mi expresión es de total tranquilidad, sin demostrarme nada amenazante. No sabía bien por qué, desde el principio, Viltur había tenido una actitud desconfiada hacia mí, sin haber hecho nada. De todas formas, es bueno ser precavido en este lugar donde nunca sabes desde dónde te podrían atacar.

Está bien. Yo seguiré por allí entonces digo mientras me acerco a la espiral y la daga para, a continuación, salir de nuevo por donde he entrado y volver con el cuerpo del gnomo.

-¡Mierda! -escucháis gritar a Anazareth que se ha dirigido a la otra puerta, al abrirla un dardo había salido disparado hacia ella- Está cerrada

Mientras tanto Lobatov se gira para volver por el mismo camino que ha regresado

-Usa la llave -dice Anazareth una vez Lobatov se ha marchado

Vuelves a por Fonkin cuando ve que encima del cuerpo del gnomo se ha instalado un ciempies monstruoso grande. Tus tripas comienzan a rugir, el esfuerzo desde esta mañana te ha dado hambre

Lentamente, muy lentamente, comienzo a retroceder pendiente de su activación y esperando encontrar algo en la habitación de la puerta, algo debe de cambiar o quedare aquí...

Índice y pulgar apretando el dardo que había atravesado su piel, Anazareth tomó aire antes de extraerlo, contemplar fascinada el oscuro ícor de sus venas manar y tirarlo a un lado. Apretó los labios un momento y se lamió la herida para mirar a Viltur con ojitos deleitados, había una línea muy difuminada para la elfa entre dolor y placer, aquel susto habiéndole gustado más de lo que cabría esperar.

- Si te quedases para siempre convertido en lobo podría olvidar tu grotesca forma humana y cogerte cariño, cambiaformas -susurró-; guarda mis espaldas mientras me visto con el equipo del enano, lo que no pudo protegerle a él quizás lo haga conmigo.

Con esto se reclinó sobre el cadáver y lo desvistió por completo, ciñendo la cota de malla sobre su figura, apretando las cinchas del escudo de acero sobre su brazo y balanceando el martillo de guerra.

- Lo veo en tus ojos, el hambre que no conocías y que ahora has saciado- rió con malicia-; veo también que si te dejases llevar también habrías cerrado tus fauces sobre Lobatov y eso, ese instinto, me agrada. Espero los patrocinadores pronto pidan su cabeza.

Habiéndose cambiado se acercó al cambiaformas con una armadura liviana para que la usase o la metiese en la mochila.

- El pelaje de tu piel y el acero de estas anillas resgardarán mi vida mejor que esta armadura tan ligera, úsala si es tu deseo, por si te pillase el combate fuera de tu forma lupina- con la ceja enarcada por el interés Anazareth aguardó a ver las acciones de Viltur, expectante por si decidía vestirse él también en su presencia y bajo su atenta mirada

    El rostro de Villtur se tornó sombrío cuando la drow se decidió a romper el silencio, aquellas palabras le habían alcanzado y no se sabia como reaccionar ante ellas, el no era un asesino y el debate interno entre el deber de seguir adelante por su pueblo, con todo lo que ello acarreaba, u olvidarse de todo aquel macabro juego le estaba quebrando ¿En verdad ella tendría razón? ¿Aquella disyuntiva era en verdad algo mucho más profundo y personal entre su instinto más primitivo y su humanidad?

    No, el había llegado a conocer a los ancianos de su pueblo antes de la guerra, sabía que hallar el equilibrio entre su particular dualidad era posible y no entregaría su alma a los deseos de una sádica solo porque hubiera sabido leer parte de sus pensamientos a través de sus dudas. La entregó la llave y guardó la armadura en la bolsa.

    -Tienes razón, el enano es la primera vida que me he visto a forzado a matar pero no por ello voy a sucumbir a supuesto deseo de sangre para complacer tus perversiones, solo lo hice para protegernos y ayudarnos a sobrevivir, los términos de nuestra tregua terminan ahí.- Sentenció con hosquedad. -En cuanto a Lobatov, es cierto, no me gusta y estoy seguro de que trataría de traicionarnos si le diésemos la más mínima oportunidad por eso solo he evitado el combate como muestra de cortesía por la ayuda que me prestó en el pasado, la próxima vez es posible que no exista tal generosidad.

    -En cuanto a la armadura, la guardaré en la bolsa pero no la vestiré, los mi... Ni necesito tal cosa, solo entorpecería mis movimientos.- Dio unos pasos atrás, preparado para transformarse mostrando una fría sonrisa. -No te preocupes, me aseguraré de que no tengas que presenciar este desagradable rostro más de lo necesario, recuerda que podré entender lo que me digas.-

    Nunca antes había tenido que cambiar de piel tantas veces en un mismo día pero no le preocupó, sabía por qué lo hacía y las vidas que dependían de su fracaso o victoria. Sus huesos se retorcieron, su piel quedó pronto cubierta por un manto oscuro que absorbió la bolsa y todo lo demás que portaba, sus brazos descendieron al suelo y de su boca emergieron brillantes dagas de marfil. Su forma humana había desaparecido, ahora solo quedaba el lobo.

Ves un holograma de los que cada vez estás más acostumbrado, un nuevo tributo ha muerto

Vuelves hacia la habitación con la puerta cerrada ya que la plaga de araña no te deja avanzar por el otro lado, la única forma es echar la puerta abajo o esperar que los patrocinadores se apiaden de ti.

En ese momento un holograma al que cada vez te estás acostumbrando más aparece anunciando una nueva muerte

Mientras Anazareth está poniéndose la armadura un nuevo regalo aparece ante vosotros, una lanza con una nota:

Para Anazareth, tengo mis esperanzas puestas en ti. Patrocinador anónimo

Acto seguido un holograma anunciando una nueva muerte aparece ante vosotros:

Comenzáis a tener sed, Anazareth está tardando más de lo que esperaba en ponerse la armadura al hacerlo sin ayuda, sin que os enteréis un ciempies monstruoso grande entra en la habitación trepando por el techo se deja caer encima de Villtur y le muerde, aunque no le hace mucho daño

-¡Viltur! -se sorprendió a sí misma gritando ante el ataque sufrido por el lobo para rápido recomponerse y cambiar el tono- Humanos y gusanos, estoy rodeada de sabandijas -gruñó la Drow sonriéndole a su compañero -; te haré hueco para que lo aniquiles.

Con gran habilidad hizo aspavientos con la lanza, círculos sobre su propio cuerpo y fintas contra el rostro de aquella monstruosidad; todo con tal de distraerla para que fauces y garras obrasen su milagro.

El ciempiés te muerde y caes inconsciente