Partida Rol por web

Había funcionado bien. Demasiado bien. Era el momento de continuar. Actuando el último la acumulación de golpes parecía volver vulnerable a aquella cosa, y parecía ser poco resistente ante ese particular medio de ofensiva. Quizás ante las armas de Kalth aún fuese resistente, pero ese truco de los refuerzos parecía ser otro idioma. Ya se encargarían los sucesivos impactos de minar el blindaje, quizás.

En vista de que podía dañarlo, proyecté dos golpes más, uno con cada puño. Gancho de derecha y gancho de izquierda, dados sin criterio con aquel aura azul en construcción de halo energético.

- ¡No paréis ahora!- grité en vista de lo sucedido, con una Rei frenada. Era una obviedad, pues estábamos en un combate, pero aquel instante era crucial si iba a desencadenar en uno de los golpes mi... proyecto de futuro. Sonreí. Si funcionaba, el enemigo tendría problemas. Muchos problemas. Y eso sería bueno para todos.

Mis golpes eran inútiles contra aquel bicho, pero trece parecía tener algo en mente y mientras fuéramos una molestia podría ser un golpe definitivo o suficiente para dejarlo a toque de muerte.

Girando la lanza volví a clavarla en su cuerpo, con un lanzazo en dirección directa a su pierna, quizás así podría penetrarla o romper la lanza, esperaba que fuera la primera y no que tuviera que conformarme con una lanza corta y destrozada.

Me obligué a ponerme en pie pese a la queja de los músculos que empezaban a resentirse de tanto ajetreo, sobretodo la pierna que se había llevado todo el daño al caer.
No hay dolor, maldita sea, no hay dolor.
Pese a eso había dolor. ¡Vaya si lo había! Asíque, aunque más lenta de lo que me habría gustado me moví de nuevo para enfrentarme a la criatura, atacándole en cuanto me fue posible, aprovechando la situación para evitar cualquier réplica por parte de éste.

No conseguía provocarle grandes daños, pero si le mantenía así, puede que Trece pudiera volver a demolerle, pues en el último ataque pareció que le causaba muchísmo daño.

Intentando acumular de nuevo la poca energía corporal que me quedaba, seguía atacando y preparandome para lanzarle otra lluvia de golpes. Solo esperaba que esta vez fuera algo más efectivo.

Rugió de nuevo, y esta vez lanzó un ataque contra Trece, por haber sido el que más daño le había hecho. Se movió mucho más rápido que cualquiera de los presentes, sorprendiendo a todos pues nadie se esperaba que un ser de ese tamaño pudiera ser tan rápido.

Pero parece que al añadir velocidad perdió potencia. El ser golpeó a Trece iba hacia el cuello, pero el arma rebotó, lo que le sorprendió bastante. Bueno, nadie se esperaba que un ese ser resistiera un golpe, pero no sabía que en realidad debajo de eso llevaba una armadura bastante original para todo aquel ajeno a la Jürgand. El Jürgeneth zumbó y chirrió ante el impacto, pero consiguió aguantar.

Rei lanzó un ataque, que el monstruo desvió de forma horizontal con su espada y, trazando un círculo, lanzó otro tajo hacia Rei, la cual lo esquivó sin problemas de un ligero salto y lanzó otra estocada con su lanza, la cual fue directa al hombro del ser, pero no consiguió hacer ningún daño.

La lanza de Melfis impactó casi a la vez que la de Rei, pero este en una pierna, aunque, como había ocurrido anteriormente, el arma pareció detenerse unos milímetros delante de la pierna del monstruo sin llegar a causarle daños.

Trece, que se había movido muy despacio esta vez lanzó su ataque. Un golpe que iba directo al pecho y le hizo trastabillar, pues no lo consiguió parar, ya que eran muchos combatientes; y ocurrieron muchas cosas. Un destello surgió en el cuerpo del monstruo, como una ligera marca hecha de energía espiritual mientras que el ser parecía gritar por primera vez mientras que miraba a Trece con su cabeza "normal" y se le contraían todos los músculos de tal forma que parecían a punto de estallar... pero no vio venir el segundo golpe de Trece, directo al pecho, que al contacto provocó una explosión.

El ser rugió, una explosión sónica os desplazó unos metros atrás, provocando una ventolera que os hacía tener que taparos la cara. Al mirar, el ser ya no estaba.

Ahora, con el ser desaparecido, tenían a Mortimer, delante, con el círculo a su alrededor como si se estuviera inscribiendo solo. ¿Qué podríais hacer?

- Gracias- musité al grupo en general.

Había terminado, al fin. Confieso haber sentido verdadero pavor ante la perspectiva de vernos todos muertos, pero más valía maña que músculo, y combinar ambos con un cuidadoso proceder parecía haber dado sus frutos. Alcé los ojos, mirando a la que en principio tenía pinta de ser una traidora. A falta de pruebas, supuse que había permiso para acabar con ella, pero seguía siendo mejor, antes de lanzarse al vacío, ser cuidadoso con ella.

Tras el estallido de Ki, lejos de frenar, seguí acumulando la esencia alrededor del cuerpo. Fue al caer aquel tamaño rival cuando pude hablar, y cuando, sin perder comba, seguí actuando. A falta de saber qué iban a hacer mis propios compañeros, tenía que reaccionar rápido. Nunca se sabía qué podía hacer Mortimer si se la daba un segundo de descanso.

Con un nueva oleada de fuerza me concentré en desencadenar el siguiente truco, aún a riesgo de quemar todas las energías. Teletransportarse. Sólo necesitaba aparecer en su espalda. Quizás no pudiese volar, y no pensaba correr el riesgo de intentar atravesar el aro de fuego, ni desde el suelo, ni saltando, ni impulsándome. Pero quizás desapareciendo y materializándome detrás, de improviso, funcionase. No sabía qué barreras tenía aquello ni si prevendría contra aquello, pero era lo único que podía intentar.

La idea no era matarla, por supuesto. Confiaba en que un golpe bien calculado en esas circunstancias bastase para dejarla fuera de combate y llevarla ante Imperium.

Miré a la muchacha y fruncí ligeramente el ceño.

-¿Y si es la Puerta?-dije mirando al resto. Trece obró a su parecer pero debía haber alguna forma de contrarrestar el efecto del círculo extraño.- tiene que haber alguna forma- mascullé acuclillándome y hundiendo las manos en el pelo, enmarcando el rostro.-¡Kalth, piensa!

Sabía que de haber entrenado más podría cortarle la corriente sin problemas, pero no había entrenado más y esa habilidad estaba fuera de mi alcance.

Miré a Rei perplejo pues no tenía ni idea de como podríamos detener eso. es más. No tenía ni idea de qué era lo que estaba pasando.

Trece se teletransportó y parecía tener algún tipo de idea en mente; pero yo ahora mismo no sabía que hacer. No me atrevía a acercarme a ese círculo pues... ¿qué podría pasar?

El círculo parecía ir cerrándose y Mortimer gritó. Era un grito de dolor que os estremeció hasta el alma y fue secundado por una risa grave.

En ese momento parecía empezar a combarse el interior del circulo, como si alguien estuviera intentando atravesar una sábana. En ese momento un escalorfrío os recorrió el cuerpo y una palabra sonó con fuerza en vuestras cabezas.

VOLIATH

Y en ese momento parece que lo que intenta atravesar eso se hace más nítido.

Me quede sin poder mover ni un musculo durante unos segundos ¿es que solo había mounstruos en aquel lugar? Entonces un pequeño momento de meditación una idea cruzo mi cabeza.

- No se si es posible pero Mortimer puede que sea la llave si la quitamos de allí quizás este bicho vuelva por donde ha venido ¿alguna idea?- Miré nuevamente aquella escena, no había tiempo para pensar pero... como llegaría allí- ¿Trece alguna forma que te permita sacarla de ese sitio?

El Infierno atacando a Imperium. Una perspectiva interesante. Broté a las espaldas de Mortimer surgido de la nada, en un estallido amarillo de energía sobrenatural. Y, pese a ello, sentía la consunción de mis fuerzas al gastarlas de forma rápido. Uno o dos trucos más como esos y el Trece acostumbrado a sorprender podría despedirse para no volver en unas horas.

- Se me ocurre una- fue lo único que atiné a decir sin tener apenas tiempo para reaccionar. El puño ya bajaba, encadenado con el golpe. Pese a todo, existía la posibilidad de que el portal no se cerrase sin más una vez desencadenado, pero era la mejor baza, y detener a Mortimer parecía una tarea a realizar.

Dejé caer la lanza y corrí hacia Kalth-iagos, moviendo ambas manos en un mensaje rápido y conciso para mi compañero.
-Dejadme sitio para el aterrizaje-indiqué en mi carrera antes de abalanzarme sobre Kalth mientras rezaba que ésta vez nos saliera bien.

Impúlsame hasta ella para hacerla bajar, ¡corre!-las manos se movían rápidas mientras me acercaba a Kalth así que más le valía estarse al tanto de lo que le decía.

Asentí y me puse en posición para cuando Rei llegara hasta mí de la carrerilla.