Partida Rol por web

Varias cosas ocurrieron de golpe.

Trece golpeó en el cuello a Mortimer. Esto produjo un sonido un tanto sordo como un "poc" y, de pronto surgió una pequeña explosión que hizo retroceder a Trece en lo que Mortimer caía al suelo; pero Rei estaba en ruta para placarla, pero se encontró con que más que placarla la iba a coger al vuelo.

El ser gritó de forma atronadora y lanzó una garra que intentaba romper ese círculo de realidad alternativa hacia Rei, pasando por encima de su cabeza mientras cogía a Mortimer al vuelo y, haciendo un giro bastante espectacular, cayó al suelo con los dos pies y derrapó varios metros, casi estampándose con un árbol en el proceso.

El tacto de Mortimer era frío y estaba pálida y su pelo, antes brillante y rojo, era de un gris sucio y apagado, como si hubiera envejecido solo esa parte de su cuerpo. Respiraba, muy débil, pero respiraba.

El rugido del ser llegó a su climax cuando sonó un trueno y una explosión de luz y viento os embistió, como había sucedido antes, pero muchísimo más fuerte, haciendo que derrapaseis por el suelo y os cubrierais la cara para evitar que alguna rama o sustancia os entrara en los ojos.

Y, de repente, calma. El silencio os volvía a abrumar, pero ahora si parecía oírse algo a lo lejos.

-Agentes en prácticas, informen -escuchasteis la voz de Dama- Necesitamos estado de la situación. Repito, agentes en prácticas, informen.

El mensaje se repetía, a veces más claro, otras se entrecortaba. Parecía que todo estaba acabando, pero necesitaban saber qué estaba pasando.

Aún estaba en shock... ¿que coño había pasado? Trece había conseguido que Mortimer descendiera y Rei había conseguido cogerla, en esos instante no había sabido que hacer, solo me quede quieto hasta que el golpe atroz nos hizo derrapar y casi caer. Me cubrí el rostro para no perder un ojo con todo el polvo y las ramas, solo quedo silencio y calma después de todo aquello, mire a mis compañeros parecían bien, me acerqué a Rei cuando oí la voz de Dama.

- Dama, Melfis al habla, estamos bien, tenemos a Mortimer con nosotros y hemos evitado que... algo llegase a traspasar un portal, no se de él estado de Mortimer, me dirijo a comprobarlo- me termine de acercar y vi su pelo blanquecino...¿Pero que coño esta pasando?

Apreté contra mí a Mortimer, inerte entre mis brazos.
-No la tocarás ni tú ni ninguno de los que aquí estamos sin tener los conocimientos necesarios-avisé a Melfis con un siseo amenazante, protegiendo a la chica sin poder olvidar el grito de dolor que nos había perforado los oídos a todos.
-Lilith ha caído. Voliath no ha podido atravesar la Puerta. Necesitamos al médico aquí para ayer, Dama-miré hacia Trece-¿Estás entero?
Me incorporé tambaleándome ligeramente por el esfuerzo de alzar a Mortimer cuyo cabello sin color y lacio se balanceaba sobre el vacío.
¿Dónde está Derek?, eso quería preguntarle a Dama cuando mis labios se despegaron para formular otra pregunta completamente distinta-¿Oulos está bien?

Avancé un par de pasos con pesadez pese a que en realidad no notaba el cansancio sacudiendo mi cuerpo.
-Kalth, coge la lanza de Gerth, me matará si la dejo por ahí tirada-pedí al muchacho de cabellos platirrojizos.

El chasquido sobre el cuello de Mortimer me hizo dudar.

No he podido matarla.

Sin embargo, al ver a rei actuar y comprobar que respiraba, me quedé mucho más tranquilo. La pequeña mueca de horror y duda que tenía se esfumó, tornándose simple aceptación y resignación final. Todo había acabado, al fin, o eso parecía.

- Entero, gracias por preguntar- respondí a Rei con humildad de soldado, acercándome a paso lento-. Mortimer ha servido como medio para intentar abrir un portal, pero ha sido neutralizada antes de que ocurriese- expliqué a Dama, llenando los huecos en la información dada por los compañeros-. Todo obstáculo en el camino antes de eso ha hallado la muerte.

Las tres últimas palabras revistieron cierta solemnidad, como si existiese algún tipo de Valhalla para los demonios o los adversarios en combate. En cierto modo, esto último era lo que creía particularmente.

-De acuerdo, avisaré a Anderthael para que mande un médico. Oulos está bien, salió a la batalla con un nuevo Jürgeneth de nuevo.

La voz de Dama seguía siendo tranquila y calculadora, mostrando una precisión absoluta al manejar a todos los muñecos y marionetas a la vez. Pero cuando os empezaba a invadir la sensación de que erais meros peones, la voz de Dama sonó de nuevo- Buen trabajo, Agentes.

Un par de minutos después, se escuchó un chasquido y una ligera explosión, entonces visteis bajar a dos seres angelicales, uno con unas alas brillantes como la luz y el otro con unas alas de fuego que hacían que todo adquiriera un tono anaranjado. 

Eran Anderthael y Derek.

Descendieron con cuidado y su presencia parecía que os calmaba en el instante. No habían mandado a un médico, sino al Jefe de Médicos. Eso quería decir que en verdad se habían estado preocupando por ellos.

Descendí al suelo al lado de Derek y estudié el panorama. Vi a Rei con Mortimer en brazos y no parecía estar muy bien, pues su color se tornaba grisáceo por momentos.

-Rei, déjamela a mí, yo me encargo. ¿Alguno de vosotros está herido gravemente? -pregunté mientras cogía a Mortimer de los brazos de Rei.

Esperé una respuesta por parte de los demás chicos, aunque parecía que no estaban todos- ¿Dónde está Lilith?

Descendí al suelo con la preocupación pintada en el rostro. Había sido una batalla dura y, sobretodo, inesperada. Nunca nadie hubiera pensado que pudiéramos recibir un ataque en nuestra propia base, en Jormungardr. Al descender vi a los chicos que parecían agotados y algo magullados; pero no parecía que sufrieran ninguna herida leve.

En lo que Anderthael hablaba y se preocupaba por el estado de los chicos busqué a Rei y Kalth con la mirada, y un gran alivio surgió en mi interior al ver que estaban en perfectas condiciones. 

-Buen trabajo, chicos -dije cuando terminó de hablar Anderthael- Me gustaría que me dierais un informe de lo que ha ocurrido aquí exactamente.

Y, con mucha paciencia, esperé a que me contaran lo que había ocurrido aquí.

Por un instante creí que mis piernas fallarían al ver al príncipe ahí, insolente, altivo... y sin embargo con la preocupación empañando su mirada. Anderthael y sus alas pronto apartaron a Derek de mi campo de visión y recuperé el aplomo, entregándole a la desvanecida Mortimer.
-Su cabeza está ahí-dije señalando a un lado-El cuerpo no anda lejos-señalé la ubicación donde el cuerpo decapitado de la chica estaba tendido en el suelo tiñiendo su alrededor de rojo.-Se lo comuniqué a Dama-dije mirando a Anderthael a los ojos. No haría mención de las heridas recibidas. No lo haría ni aunque me fuera la vida en ello. Después de todo no me estorbaban.

Debería haber contestado a Derek, pero no me veía con fuerzas para enfrentarme a él. Miré hacia Trece un instante, luego a Melfis, a Alice que parecía ausente y a Kalth.

-Sin Alice y sin Trece nos habría cazado-dije con sencillez caminando hasta la lanza de Gerth que Kalth no había recogido. Apoyé el asta del arma en el suelo resistiendo por tozudez el impulso a recuperar el tamaño habitual al que tenía acostumbrados a los dos hombres.

Oulos estaba bien y había seguido peleando, después de todo lo pasado y lo que habia visto, sentí un alivio indecible. Agaché la cabeza interesada de repente en el suelo, mientras el resto hablaba. ¿Qué pensaría el príncipe de todo eso? Que no servía para nada, que no debería haberla sacado de la zona cero.
Apreté el agarre sobre la lanza para reprimir el instinto y comportarme como una agente, que era lo que se esperaba de mí, después de todo.

- Seguimos el rastro que se nos ordenó- sentencié yo, contando la historia de forma ordenada de principio a fin, sin extenderme demasiado-. Nos llevó al bosque. Nos enfrentamos a quienes buscábamos, creo, y después partimos a buscar a Lilith, que había desaparecido- miré la cabeza, señal de que un soldado solo no era nada, fuese quien fuese-. Encontramos esto- añadí sin desviar la mirada, a pesar de la repulsa-. Supongo que intentaría enfrentarse sola a esto. Nos encontramos a Mortimer en el aire, en un círculo de fuego. Abatimos a lo que podría ser una invocación suya, o algún tipo ser entre mundos con apariencia de demonio oriental- usó el plural para ello, incluyendo a sus compañeros en el operativo, pues no era para menos, y atribuirse más mérito del regalado por Rei hubiese sido inmortal y desacertado-. Tras ello, dejamos fuera de combate a Mortimer y, creo, detuvimos el paso de Voliath a través de lo que parecía un portal abierto. Siento no poder especificar más, pero mis conocimientos de lo sobrenatural son muy limitados.

Siempre podían ahondar en mis recuerdos, desde luego. El Análisis Mental de los Psíquicos Mentalistas era una facultad muy querida por todos, que bien salvaba de ese tipo de situaciones. Sea como fuere, ese era un informe muy resumido y acertado de lo que había tenido lugar, en mi opinión.

- Estoy herido, pero no necesito atención urgente- añadí, respondiendo a la solicitud del médico. Mucho mejor que se centrase en Mortimer. Confiaba en que mi golpe no la había dañado gravemente, pues respiraba y la intención era dejarla fuera de combate, pero conociendo mi fuerza, mejor sería que lo valorase, y que comprobase si otros influjos sobre ella-. ¿Podemos saber algo sobre Mortimer y el ataque?- rogué. No era propio de un soldado decir esa frase, pero la necesidad me carcomía por dentro. Habían atacado mi hogar, y apenas sabía los detalles sobre a quien culpar y cómo reaccionar en un futuro.

Ignoré el hecho de que Anderthael y Derek habían bajado del cielo. Más me valía ni cuestionarme cuán elevado debía de ser su poder para poder volar en una zona que ponía tantas trabas a la intención. Lo importante era que ya había pasado todo, o eso parecía. Necesitaba saber que todo había acabado bien en el seno del complejo.

Escuche a mis compañeros mientras, me colocaba el escudo y la lanza a la espalda, sus informes estaban mas que completos, la verdad es que no había nada más.

- Eso es todo, señor, no tengo nada que añadir a sus informes, es precisamente lo que ha sucedido- Escucho la petición de Trece sin duda se merecían esa respuesta, aunque se temía que no iba a haber ninguna respuesta entonces se acerco a Trece.- ¿Seguro que estas bien? no me apetece tener otro desastre como lo que me sucedió a mi.

También miró a Rei, la chica parecía que iba a estallar de un momento a otro, pero aguantaba como la que mas de nosotros, miré a Derek unos segundos antes de preguntar.

- ¿sabe también que le ha pasado al pero de Mortimer, señor?

Aún estaba algo impresionado por todo lo que estaba pasando. Ese ser, no se qué habría pasado si hubiera conseguido llegar. Y los otros, no sabía que intentaban. ¿Querían permitir atravesar la puerta a ese ser?

Eso sin pensar al otro que nos tuvimos que enfrentar...

-¿Estáis seguros de estar bien? -dije mientras cogía bien a Mortimer- No tenéis que aparentar ser duros, la misión ha concluido y con éxito -esbocé mi mejor sonrisa y miré a los chicos. No serían los primeros que querían aparentar en su primera misión que había sido fácil- Recordad que hasta Oulos acabó malherido, pero bueno, parecéis convencidos, así pues me llevaré a Mortimer mientras Derek recibe el informe, y no, no se como le ha podido pasar esto a Mortimer -contesté a Melfis.

Tras esto, alcé el vuelo y atravesé todas las ramas y hojas como si en realidad no estuvieran allí.

Asentía ante el informe realizado por Rei y por Trece y esperé a que Anderthael terminara de hablar.

-Entiendo, una pena lo de Lilith, pero debió de pensar qué hacía. Si os mandamos en grupo es por algo -dije mientras paseaba y examinaba todo lo que había alrededor. Me giré hacia Trece y seguí hablando- Sobre Mortimer no podemos decir nada, ya que de momento no sabemos nada. Tendréis que esperar a los informes que haga Anderthael.

Me giré de nuevo hacia Rei, examinándola y luego hacia Lilith, o lo que quedaba de ella- La batalla está terminando, aunque hemos tenido considerables bajas y algunos edificios han sido muy dañados. Casi todas las bajas han sido de muñecos y marionetas, pero algunos fueron agentes -me giré de nuevo hacia los chicos- Creémos que han sido algunos de los llamados "Cuervos", son miembros de una organización que buscan conocimientos y poderes sobrenaturales y ocultos, y no sabemos aún como han conseguido dar con nuestra existencia real -me dirigí hacia los chicos y me centré con ellos- ¿Tenéis alguna pregunta más? Ahora deberíamos dirigirnos hacia la ciudad para que deis un informe de primera mano a Dama y el resto de cargos de la organización.

Tenía el rostro girado hacia otro lado, mirando a la espesura mientras la voz cálida y melodiosa de Anderthael era sustituída por la profunda y aterciopelada voz de Derek.
Me estremecí apretando los labios, estaba cansada de las órdenes, del camino, de las heridas. Cansada de ese día y más les valía dejarme dormir hasta que se acabara el mundo después de eso.
Sacudí la cabeza en una negativa rotunda. No tenía más preguntas, aunque veía innecesario seguir dando informes.
Al menos todos nosotros. Quizá hubiera sido buena idea que hubiéramos designado un portavoz...como Kalth, él podría contarles todo.
Por gestos, claro.
Basculé mi altura de un pie a otro ladeándome antes de avanzar un par de pasos, indicando que estaba preparada para marchar.

De ninguna de las maneras crucé la mirada con la escarlata de Derek, no me sentía con ánimos. Si no era capaz de retomar el aspecto aniñado de costumbre por la falta de concentración menos sería de seguir aguantándome las ganas de montarle un buen numerito al príncipe.

Por mucho príncipe que fuera.

- Estoy bien- repetí con sencillez tanto a Melfis como Anderthael antes de su partida.

Tras observar impasible cómo el segundo alzaba el vuelo y desaparecía entre la espesura, asentí a Derek.

- Como quiera- concedí ante sus palabras finales.

Era lo más sensato, y pasado todo el peligro, la situación estaba más que controlada. Sólo quedaba anotar en el registro y en la documentación para Dama. Quizás, como mucho, ayudar a limpiar lo que aún quedase de batalla, pero no parecía necesario ni nosotros los más aptos para ello. Me pregunté si aún estaría el Rey sembrando la purga contra los demonios que quedasen en pie.

- Cuando queráis- dije al aire, pues ciertamente no era algo que dependiera de mis compañeros, sino de nuestros superiores, o esa era mi filosofía. Inconscientemente me llevé una mano a la zona de la herida, pero la aparté rápidamente. Sanaría rápido.

Derek os guió por el bosque de vuelta a la "ciudad" por llamarla de alguna forma. Y lo que más os sorprendió es lo poquito que tardasteis. No se preocupó de coger el cuerpo de Lilith, solo le dedicó una mirada por encima y continuó con su camino.

A los pocos minutos salís del bosque, y lo que veis es algo bastante desolador. El suelo esta cubierto de cuerpos, tanto de los invasores como de los defensores. Hay marionetas, agentes de la Jürgand y enemigos por doquier. Los edificios están afectados, con algún derrumbamiento de la parte superior, otros en llamas, pero parece que el hospital ha sufrido poco, pero en cambio el laboratorio ha sido el centro de los ataques y está bastante destrozado. El rey seguía caminando haciendo que el suelo temblara ligeramente. Parecía que ya no tenía esas alas lumínicas desplegadas, aunque seguía imponiendo con su presencia.

-Cuando nos dimos cuenta de que sus ataques estaban centrados en el laboratorio era demasiado tarde, pues el Rey ya lo había detectado y los arrasó sin contemplaciones. El problema es que él tiene la prioridad de que si pueden robarnos algo de nuestra tecnología debe destruirla. Si no es nuestra no es de nadie.

Entre las ruinas del laboratorio se veía salir a raudales el líquido que contenían las grandes probetas donde se hacían investigaciones o se creaban nuevos posibles agentes. El problema era si estaban llenas o vacías, o si habría sobrevivido su inquilino o no.

Derek os llevó hasta el centro de la Plaza de Prácticas, que ahora era un llano completo y, cuando se detuvo, el Rey se giró hacia vosotros, inclinándose como si fuera un niño pequeño que va a mirar de cerca a un grupito de hormigas. Cuadno todos esperaban algún tipo de reacción, hizo lo más extraño que podría hacer un ser así de grande.

Inspiró por lo que parecía ser la nariz.

El problema era que su cuerpo parecía ser o estar cubierto de una forma lumínica que bailaba entre el naranja y el negro, pasando por todas las tonalidades de rojo, pero sus dos grandes ojos blancos luminosos denotaban muchísimo poder e inteligencia.

Cuando terminó se puso en pie de nuevo, con sus casi treinta metros de altura, y del suelo surgió lo que parecía un ascensor bien camuflado y de ahí salió Dama. Estaba sentada con todos los cables que salían de su cabeza unidos al trono en el que reposaba, o puede que fueran los cables los que surgían del trono y se conectaban a la cabeza. En realidad daba igual.

-Muy buen trabajo agentes, os habéis merecido un buen descanso, pero antes de eso, me gustaría que me hicierais un informe completo desde que Mortimer salió volando en mitad del examen y todo el caos comenzó.

Hablaba tranquila y esbozaba una sonrisa amable, parecía más una madre que la organizadora y manipuladora de toda una fortaleza.

Avancé con la comitiva a través del bosque sin dedicar a Lilith y su muerte más tiempo del necesario. Titubeé al ver el manto de cadáveres que cubrían el suelo y los daños en las infraestructuras, aunque nada podría haberme preparado para ver el estado de los laboratorios.

No puede ser.

Podía recordar la noche en que Derek me había llevado de madrugada al laboratorio para despertar a Kalth-iagos y jamás, jamás, pensé que pudiera ser destruído.
Como adivinando mis pensamientos la voz aterciopelada del príncipe contestó a las preguntas que mis labios no habían formulado. Debería haberme sentido a salvo puesto que el Rey había acabado con el problema de raíz; pero la verdad era que me sentía mal. Me sentía peor por el trabajo perdido y aquellos que no habían llegado a despertar que por la chica que había muerto en el bosque. Retrasé mi marcha hasta que Kalth me alcanzó y le tomé la mano con fuerza, temiendo que alguien se le llevara también. Después de todo, si había evitado que le desecharan cuando se evidenció su falta de voz, podía evitar que alguien intentara llevárselo ahora. Por mi mente también pasó la imagen de la encargada de los laboratorios, esa que iba detrás del príncipe bebiendo del aire que él respiraba. No la deseaba ningún mal, normalmente había sido muy maja con ella aunque sospechaba que Derek no la había mencionado por algo.

-Es terrible-dije en voz baja, acongojada ante tanta pérdida.

La Plaza de Prácticas había dejado de ser una Plaza y en ella, enorme e imponente, estaba el Rey. Retrocedí un par de pasos intimidada cuando éste se inclinó como si sólo fuéramos juguetes y creí que me moría de la impresión al verlo inspirar. Me planteé la posibilidad de que tuviera algo preparado para nosotros, pero un pequeño bufido de vapor y un sonido mecánico desvió mi atención hacia la aparición de Dama.
La voz de la mujer era un bálsamo que calmaba mis inquietudes como solo podría hacerlo el arrullo de una madre.
De una madre o del príncipe, pese a que los arrullos de éste quedaban lejanos en el tiempo, sepultados bajo las súplicas.
Fruncí el ceño, no era un pensamiento agradable y menos con el príncipe cerca.

-Al comenzar el caos nos dividimos. Mi camino me llevó hasta una extraña reunión entre un hombre y otra entidad escalofriante. Espié su conversación e identifiqué que su objetivo era llegar hasta La Puerta, que daría acceso a Voliath en este lugar. Al regresar informé a Gerth-mi voz no parecía la mía, no parecían mis vivencias, era como si estuviera contando lo que otra persona había hecho- nos dieron órdenes y las seguimos, adentrándonos en el bosque, donde encontramos resistencia y uno de nosotros se separó del grupo para adelantarse. Para cuando llegamos junto al engendro que aguardaba junto a Mortimer, inconsciente y suspendida en el aire , no podíamos hacer nada por Lilith cuya cabeza y cuyo cuerpo habían elegido seguir caminos distintos. Atacamos al engendro y lo derrotaron-me excluí con suavidad del grupo puesto que realmente el trabajo de acabar con él no había sido cosa mía- no sabíamos como cerrar el portal y Voliath estaba cada vez más cerca así que solo se nos ocurrió alcanzar a Mortimer. Trece la golpeó y yo la capturé al vuelo,seguía inconsciente pero viva pese a haber perdido seguramente gran parte de su vitalidad.-inspiré hondo y aguardé.