Partida Rol por web

La Isla de Jormungandr es grande, y con un terreno que no corresponde a una zona geográfica en concreto. El norte tiene unas cadenas de montañas bastante abruptas, mientras que el oeste es un bosque frondoso que algunos llegarían a calificar de jungla, con zonas pantanosas. En el centro se extiende una llanura hasta el este que llega a una playa enorme y amplia, mientras que al sur continúa la llanura pero llegando a ser más una sabana que una llanura en sí misma, terminando también en una amplia playa que es la continuación de la anteriormente nombrada. El clima suele variar mucho, de ahí que se crea que la isla se mueve, pero cuando alguien lo pregunta a un superior o alguien con conocimiento solo recibe como respuesta una sonrisa, es el secreto por excelencia, el que lo consigue descubrir no lo va a regalar así como así.

En el centro se extiende el centro de operaciones de la Jürgand, compuesto por 7 grandes mansiones, en las que residen diferentes grupos de alumnos y compiten entre sí por ser la que mayor puntuación consigue cada año. Hay un gran comedor común al norte de estas instalaciones donde comen todos los agentes y alumnos juntos, pero por turnos, 1º alumnos, 2º agentes y 3º los mandos. Al sur están la zona de prácticas, que es un edificio cuyo interior es cambiante para la situación que se requiera y cuyo patio exterior tiene un circuito de obstaculos y grandes circulos para practicar el combate, y junto a este edificio está el Centro Médico y de Investigación, Es un solo edificio pero el ala este es como un laboratorio gigante y el oeste es un gran hospital, que se sitúa cerca de la zona de entrenamiento por motivos más que obvios. Al Este del complejo se sitúa una amplia forja donde varias Marionetas de Obra se dedican a la reparación del equipo de los agentes y el Maestro de Forja crea el equipo para los nuevos miembros o algún encargo personal para algún agente.

Dentro de cada una de las grandes mansiones hay cuartos, sala de descanso, biblioteca y "zona de lanzamiento" solo accesible para los agentes o superiores. Cada cuarto o habitación dispone de cama, mesa, cuarto de baño propio con bañera, lavabo, sistema de agua hasta el cuarto y un "holovisor", junto con lámparas de velas inconsumibles. La biblioteca y sala de descanso ocupan toda la planta baja (que viene a ser casi 2000 m2 de base) y en los pisos superiores se sitúan las habitaciones, no hay correspondencia por cuerso, alumnos, agentes o sexo, se suelen asignar los alumnos de un curso a una misma planta pero no tienen porque estar puerta con puerta y puede que entre ellos haya agentes o incluso mandos o instructores.

Hoy era el día, este era el momento, siempre me tocaban las charlas, odiaba las charlas, siempre los mismos discursos, siempre las caras parecidas... niños que se creían dioses, niños que se creían agentes... no tenían ni idea de lo que les esperaba a partir de ahora.

Me levanté y entonces lo ví, estaba dirigiéndose hacia el edificio que había mandado preparar a las marionetas, un agente... ¿que coño hacía un agente del Imperium aquí? cualquiera de estos niños se lo podía comer vivo sin que se diera cuenta de qué ocurría.

Entonces me encaminé hacia él

-¿Qué demonios te crees que haces aquí?

El joven me miró atemorizado y comenzó a abrir y cerrar la boca, hasta que pareció centrarse algo

-Verá, señor, esto... nos han mandado aquí para que le informemos de que va a llegar el Alto Mando de la Jürgand, señor.

Un escalofrío recorrió mi espalda, no era normal que viniera pero siempre cabía una posibilidad, detrás de él había otros 4 miembros, todos nerviosos.

-Gracias, por el informe, dígale que la reunión será en la Plaza de Prácticas, que allí estarán todos los encargados de la Jürgand porque hoy comienza la fase final de la instrucción de varios alumnos.

Tras esto me dirijí hacia una de las Marionetas

-Despierta a todos los alumnos de las diferentes mansiones, los de la generación XW-87 y tienen 2 horas para prepararse y estar aquí... y recuerda, los dormilones deben de ser puntuales por lo que si les tenéis que tirar de la cama, hacedlo, si no llegan en punto, sufrirán medidas disciplinarias.

Tras esto volví la atención hacia el circuito de entrenamiento, hoy sería un día diferente.

Iba con Rei en brazos cuando ví a lo lejos a Lilith... entonces sin pensarlo, me puse a Rei a la chepa, la agarré con fuerza de las piernas y comencé a correr con ella encima... quería llegar antes que nadie a la Plaza... al menos por una vez

Pasé como una exhalación por el lado de Lilith y las marionetas comenzaron a correr detrás de mí, como si tuvieran que llegar a la vez... PERO YO QUERÍA LLEGAR EL PRIMERO

Dejé que el peliblanco se adelantase si tantas ganas tenía de llegar primero a la plaza. A mí realmente me daba igual... bueno, no es que me diese igual ya que siempre me ha gustado ser la primera en todo, pero prefería guardar fuerzas en lugar de hacer el zopenco y correr como como un poseso para luego tener que esperar una eternidad.

-¿Cuánto tiempo tenemos?

-¿Kalth?-cuando me colocó en su chepa me agarré como una garrapata a su cuello y entonces el desgraciado del peliplateado echó a correr como si le ardiera el culo-KAAAAAAALTH-gritaba mientras notaba las trenzas sacudirse en el aire a mi espalda por la velocidad.

-Algo menos de cuarenta y cinco minutos, mi señora

La marioneta siguió con los ojos el movimiento del chico y la pareja de escoltas

-No podrá escapar si es lo que está intentando

-Deja que haga lo que quiera. Sigamos.

Continué caminando hacia la plaza mientras veía como los sirvientes de aquellos dos levantaban polvo al correr a toda velocidad tras ellos. Seguro que les acabarían atrapando y haciendo que caminasen a un paso digno para alguien como ellos. Bueno, de dignos no tenían nada.

Despues de dar una caminata entren los largos pasillos de la mansión hasta la plaza de practicas. Melfis miró cuando había tardado, 14 minutos y 36 segundos, sonrió arrogante mientras bajaba entraba en la plaza. La túnica roja y blanca le quedaba bien, aunque no le gustaba llevarla le parecía aveces algo inútil y ademas si estaban en la sala de practicas le entorpecería seguro... eso si practicaban de alguna manera.

Entró dirigiéndose hacía el maestro Oulus... la marioneta dijo que él les había convocado así que le pareció lo mas lógico ir a dar con él... aunque mi vista se centro en el grupo de gente que se estaba acumulando en el mismo sitio, cambie de opinión y me acerqué al grupo, si nadie iba con Oulus era por algo y significaba que no era lo adecuado.

Llego a la plaza de practicas con rectitud, orden y tiempo de sobra como es costumbre. Me paro frente a mi superior no sin antes dar una reverencia de respeto y luego esperé sus ordenes. Noté que otras personas se encontraban aqui y me limité a esperar. La túnica cubria mi rostro entre sombras pero se notaban bastante los brillos azules de mis ojos.

Ignorando el centró médico y de investigación Trece atravesó el patio exterior, sobrevolando el circuito de obstáculo y de práctica combativa, para internarse al fin en la sala de prácticas. Siempre cambiaba de apariencia, como Trece hacía, por lo que aquel sitio le gustaba, tenía afinidad por él y le resultaba familiar, cercano.

Supuso que probablemente debía limitarse a esperar, así que, desde el umbral de la puerta, echó una ojeada a ver si reconocía a alguien. Alice, o quizá el mandamás que seguramente les tendría que decir algo. No en vano hoy era el día.

Adelanté a todos los que estaban de camino como una exhalación corriendo y acabé derrapando unos metros justo delante de Oulos, al que acabé señalando y después haciendo un gesto de sacar músculo.

Con cuidado me bajé a Rei de la chepa y la deposité en el suelo, tras lo que empecé ha hacer unos gestos hacia ella mientras señalaba de vez en cuando a Oulos

JAAAAAAAAAAAAAA, ¡¡¡llegamos los primeros!!! diselo a Oulos, diselo, diselo, diseloooo

Tiré de los mechoncitos que parecen atenitas para que "vuelvan a su ser" en lo que Kalth-iagos estaba gesticulando como un descosido.

-Que sí , que sí-dije sacudiendo la cabeza y echándola hacia atrás todo lo que podía para mirar a Oulos a los ojos.

-Kalth dice-cogí aire y me puse a imitar a Kalth-¡Llegamos los primeros!¡¡Los primeros!!¡¡¿y nuestro premio?-vale, lo del premio me lo saqué de la manga, pero si colaba había colado.

Menuda escenita tenía que ser encontrarse a alguien con mi tamaño imitando a alguien bastante más grande físicamente, como Kalth.

No me lo podía creer, Kalth y Rei estaban antes de la hora, y encima exigiendo un premio

-El premio es no recibir un castigo disciplinario en condiciones, no un castigo como los que suelo poner -digo esbozando una sonrisa.

Detrás venían otros miembros de este grupo al que tenía que darle el discurso hoy... en fin...

-Veo que ya estáis viniendo la mayoría, pero aún faltan unos cuarenta minutos asique esperaremos a que lleguen los que faltan y entonces comenzaremos.

Tras esto me doy la vuelta, pendiente de por donde va a aparecer el Alto Mando

Despacio, con precaución, me acerqué al grupito, arrastrando los pies para fingir que caminaba cuando en realidad, levitaba. No sabía muy bien lo que tenía que hacer, y portando esta apariencia y personalidad era más propio el combate y la grosería que la asertividad. Más valía avanzar despacio y con cautela.

Cuando Oulos nos dio la espalda miré a Kalth y arrugué la nariz mientras abría y cerraba la boca como diciendo "blablabla" y le comunicaba algo por nuestro peculiar lenguaje de signos.

Vamos, que nos demos con un canto en los dientes.

Miré a todos los presentes arrugando la nariz algo disgustado. El grupo era una niña escandalosa, un chico muy raro, otra chica que parecía estar caminando como si fueran a pegarle, como no también estaba la cara amargada y otros que no conocía...

Me apoye en la pared ya que nos tocaba esperar mientras sacaba una regalina de mi pitillera y me la metía en la boca, volviendo a guardar la pitillera en la camisa, lo necesitaba.

Mi figura permanecía quieta en su lugar, aún fuera de peligro, de cualquier espíritu merodeante y molesto. El brillo azul de mis ojos entre sombras denotaba que seguía con la mirada los movimientos circundantes. Todos distintos y de diversas personalidades, un grupo bastante pintoresco, pero había quienes parecían llegar tarde. Solo les quedaban unos minutos, en el fondo me sentía un poco impaciente, aunque mi rostro no lo demostrara. Bueno... tampoco podía verse bajo la capucha aunque lo hiciera...