Partida Rol por web

Kolthar empitona al ogro que huía y éste cae cadáver al suelo. Pero justo en ese momento parece que el líder se liberar del hechizo de Quivalen:

¡¡Ahrg!!! ¡Maldita elfa! ¿Pensabas que tu magia duraría lo suficiente?

El ogro se acerca a Quivalen y, con una rabia inconcebible, descarga su enorme alfanje sobre la silvanesti. La herida es simplemente brutal y la maga apenas puede mantenerse en pie.

Hank conjura de nuevo y lanza un rayo a su oponente.

El rayo de Hank impacta en el ogro, que parece algo más débil, pero todavía con una fuerza considerable.

Elijayess da un paso para encontrar un tiro limpio y dispara no una sino dos flechas, que se clavan en su cuerpo, una de ellas atravesando limpiamente su hombro.

El arquero abanasinio sigue haciendo gala de la buena puntería del grupo y manda dos nuevos proyectiles sobre el líder de los ogros.

Las dos flechas de Amílcar impactan y el ogro da muestras de estar ya gravemente herido.

Gnart, viendo que ya solo queda un enemigo se acerca rápidamente moviéndose con cuidado y evitando los peligrosos golpes de su enemigo mientras le clava a Fragmento de Luz entre las costillas antes de retirarse.

El ataque de Gnart es el golpe de gracia que hace caer al líde ogro.

-¡Por las barbas del abuelo!--exclamó el nómada de las llanuras llevándose una mano a la calva para rascarse con cara de incredulidad--Nos estamos volviendo violentos de verdad...

-¡Ja, ja, ja! Cuando vi que eran tantos estuve a punto de sugerir que buscásemos refugio en algún edificio cercano pero, visto lo visto, ¡que los dioses teman nuestra ira! ¡Ja, ja, ja!

Mientras habla, el arquero se mueve por la zona en busca de aquello que pudiera haber estado pidiendo auxilio y que los llevó allí.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Amílcar se acerca al kénder, que parece respirar todavía, aunque está gravemente herido. Niguel, sin dudarlo, reza a Kiri-Jolith y con un toque sanador, el pequeño parece que comienza a recuperarse.

De mi herida sigue manando sangre a un ritmo alarmante. Mi túnica blanca poco a poco se va tornando a un color rojo carmesí, pero a pesar de todo me mantengo lo más erguida que puedo, ayudada por mi bastón mientras el resto trata de hablar con los kender que hemos rescatado.

A pesar de las palabras del nómada, soy consciente de que, con estas criaturas, de poco se puede esperar, y sirviendo al mal, están mejor muertas que caminando y haciendo de las suyas.

Kolthar se acerca al pequeño kender y tras comprobar que el peligro ha pasado, se deja caer con una rodilla en tierra, extenuado por el combate. La sangre del ogro le chorrea por la cabeza desde las astas teñidas de carmesí y el hacha mellada de abrir tanta puerta combina colores a juego.

Si hay algo que me gusta menos que un ogro, son varios ogros. ¿Pequeño, que hacen aquí estos hijos del averno?

Mientras sus compañeros ayudan al kender Hank y Gnart registran a los ogros en busca de algo de utilidad.

Ante la sugerencia de Hank, Gnart echa un vistazo al equipo del líder de los ogros.

Cuando ve que el kénder está fuera de peligro, Niguel usa sus conjuros curativos con Quivalen y Hank.

El kénder, por su parte, abre sus ojos, mira a su alrededor con gran curiosidad y exclama:

¡Guau! ¡Habéis acabado con todos ellos! ¡Eso ha estado genial! Gracias por echarme una mano. No estaba seguro de lograrlo yo solo. Por cierto, soy Parrick Andachiflando.

Gnart se sobresalta al ver lo locuaz de la pequeña criatura mientras guarda el látigo del ogro jefe.

Kolthar mira al kender y suelta una carcajada.

¿Tu solo, estas de guasa?

Luego coge el alfanjón con las dos manos y lo intenta levantar en precario equilibrio.

¿Creeis que podría usarlo? un poco lento, pero me gusta.