Partida Rol por web

Vaya era un extraño sitio para una cena romantica... no era precisamente el local donde tuviesen ni la mejor comida ni la mejor bebida. No obstante no seré yo lo que mueva a aguien a acabar en un sitio como este. En todos mis años de vida por los muelles habia visitado locales así, donde aparte de mujeres y hombres de afecto negociable, tambien coexistian gentes que podian proporcionar exóticas mercancias. Las mejores y mas variadas...

No era mi intención molestar en medio de una compra venta...pero parecia que nuestra feliz pareja estaba sola. Asi que me acerque con una jarra de cerveza, esquivando las proposiciones de algunas bellas señoritas y de un par de hombres. Para mi este era mi mundo y me llamaba la atención que dos jovenes de la Cromeria se adentraen en el voluntariamente.

Llegué con mi jarra bebiendo un poco y me sente con total descaro en la mesa de los dos tortolitos.

-Vaya curioso sitio para una noche romantica chicos! sois clientes habituales?- dije con una media sonrisa maliciosa.

Mi tono de voz era seguro y tranquilo.

-No seré yo quien diga que no a una noche de pasion y sexo...pero creo que este local no es de lo mejor de la zona y vosotros si me permitis comentar... llamais la atención mas que un trozo de carbon en medio de la nieve. Ademas no creo que tengais la necesidad de pagar por los servicios que aqui se ofrecen- dije riendo y mirando a Naya guiñandole un ojo.
 

Anthor prestó su total atención en Luther una vez les había descubierto.

Ladeó su cabeza para mirar al hombre que se estaba acercando, era su compañero; Luther. No tenía una gran relación con él y poco más sabía de su persona que lo que podría contar su vista. Pero pese a todo le sonrió y asintió con expresión amena.

-¿Y tú, Luther? ¿Has venido por necesidad? -Enfatizó esa misma sonrisa con un toque más divertido e intenso. Luego miró a Naya, quizá con cierta complicidad antes de volver a mirar a Luther. -Esto está algo muerto por ahora, no hay mucha gente todavía.

La espalda de Naya se envaró al ver a Luther allí. Se llevó la cerveza a los labios para evitar decir la palabra malsonante que deseaba escapar de su boca. La mirada de Anthor le devolvió la sonrisa.

Se acomodó el cabello suelto y despeinado - No estamos aquí por....eso - dijo sin atreverse a decir la palabra - Imagino que tu si. Ahora hay muchas chicas disponibles...- hizo un además con la mano señalando alrededor cuando cayó en una cosa - ¿Tu vienes mucho por aqui? - dijo clavando sus ojos en los del joven

-Bueno Naya yo no he venido aqui por eso... simplemente os vi entrando en el local y me acerqué a saludar- dije con una amplia sonrisa.

-Prefiero seducir a una mujer con mi lengua que con una bolsa de plata- dije encogiendome de hombros y bebiendo un sorbo de mi cerveza

Miraba con serenidad a los clientes habituales por si alguno estaba demasiado pendiente de nuestra conversación al tiempo que iba contando cuantas armas habia a la vista y sobretodo que salidas serian las menos complicadas de alcanzar en caso de una pelea. Era algo que siempre hacia inconscientemente cuando entraba en una habitación cerrada, mas aun despues de sus mas funestas experiencias.

-Yo me he criado en los muelles y conozco bien los locales que aqui exponen la mercancía... es por eso que os vi con la misma claridad que se ve un oso negro en la nieve.- sonreí mientras me sentaba y acomodaba con la feliz pareja. Tampoco es bueno que se expongan tanto ...pero son mayorcitos.

- Si no son mujeres lo que buscais? venis a comprar algo ilegal? información?- pregunté con franca curiosidad.

Naya sonrió complacida al escuchar a Luther. Después de todo no iba a ser tan malo que él estuviera allí. Apoyó ambos brazos en la mesa.

- Busco a un hombre. Bastante rico. Cruel. - miró a Anthor antes de volver a fijarse en el recién llegado - Me han dicho que vive por aquí, aunque justo antes de que llegaras le estaba comentando que me parecía raro que un hombre tan rico pudiera vivir "aquí" - enfatizó la última palabra sin hacer alusión al ajetivo que le venía a la mente. No quería decir algo inconveniente pues él se había criado allí y si era como Flit...

Aquello le llevó a pensar en si seguiría enfadada con ella. Carraspeó para volver a centrarse en la conversación actual. Aunque antes se aseguró que nadie estaba pendiente de ellos.

- Warumax - su voz fue apenas un susurro, casi había que leer aquel nombre en sus labios
 

- Justo nos has pillado nada más sentarnos, estábamos hablando de algunos detalles previos. Ahora mismo íbamos a hacer algunas preguntas, y sí. Quizá este no sea el lugar, pero tratándose de gustos nunca se sabe así que para comenzar este lugar es tan bueno como otro.

Observa de refilón la mirada de Naya y luego vuelve a Luther -¿Por qué no te sientas con nosotros?

Me puse cómodo como si el local fuese mio. Yo tenía muy claro quien era ese hombre y lo peligroso que era. 

Me parecía que realmente no sabían con quien estaban tratando así que suspire un momento para mirar a Naya.

-Conozco a ese hombre, pero no creo que queráis hacer tratos con él... y menos en su casa.- dije mirando a ambos.

Rico y cruel...no era todo lo que ese hombre que buscaban era... pero era complicado que lo entendiesen dos personas que no habían crecido en su barrio. Aún así habían tenido la suerte de haberme encontrado en el muelle. Era realmente una casualidad que mi padre hubiese decidido citarme hoy.

-Que queréis de él? o que necesitáis saber de él?- dije tomando otro sorbo de mi bebida.

Se cruzó de brazos y volvió a acomodar la espalda en el respaldo de la silla. No conocía apenas a ese chico. Solo que sabía trazar de formas muy imaginativas y ese aire de chulería y confianza en si mismo. También tenia un lado amable, pero...

- Solo quiero saber. Saber por donde se mueve, que le gusta, que no.. Que necesita... -

Esa era la clave. Si sabia que necesitaba Warumax podría ofrecérselo a cambio de lo que ella quería.

Bebió de nuevo - Nos puedes ayudar entonces? O vas a querer algo a cambio? - directa al grano. Como siempre. Pero cuanto antes lo aclararan mejor. No quería malentendidos.

-Depende de en que quieras que te ayude claro esta, hay cosas que tienen precio, otras no.- dije encogiendome de hombros.

Lo mas adecuado seria decir que todo tiene un precio aunque hay muchos que nosotros no estamos dispuestos a pagar, en mi caso conocia todos los precios, pero sobretodo conocía todas las consecuencias a las que nos enfrentabamos por simplemente hablar sobre este hombre.

-Pero bueno, ya que hemos intimado tanto en el entrenamiento, sobretodo con esa postura tan excitante que me enseñaste...creo que te ayudaré un poco- dije risueño

-Nuestro amigo se mueve por aqui...por los bajos fondos y por los muelles, pero tambien se codea con la alta aristocracia, dudo mucho que puedas hablar con el sin una cita previa y estoy seguro que si lo intentais vosotros os van a llevar a algun callejon oscuro y violaros antes de mataros...o tal vez al reves.- dije pensativo

-Le gusta el poder, el dinero y como a todo hombre el sexo.... pero es un hombre que se ha construido a si mismo...ha salido desde abajo y ha masacrado y eliminado sistematicamente a todo lo que se ha intentando interponerse a él. Si algo desea es poder, la cosa es que lo ha conseguido de ahi su peligrosidad.- dije recordando los encuentros con mi padre y sus consejos al respecto de este hombre.

-Y lo que no le gusta supongo sera que 2 estudiantes entrometidos vengan a uno de sus locales para hablar con el sin una cita previa o sin demostrar que tienen algo para ofrecerle- concluí

-Esto que te he comentado es lo que no tiene precio...el resto que me pidais puede que si lo tenga.- dije acabandome mi cerveza y dejandola en la mesa

Naya le propinó un pequeño puñetazo a Luther en el brazo ante el comentario fuera de lugar y el cual podía ser malinterpreteado. Miró a Anthor con cara de "no le hagas caso".

El resto de las palabras de Luther fueron acogidas con mucho autocontrol, aunque sus dedos se crisparon por la irritación. Dejó que terminara de hablar para responder

- ¿Tengo cara de estúpida? - preguntó alzando una ceja - Veo que esa chulería tuya tapa muy bien el hecho de que no sabes escuchar - dijo burlona mientras descruzaba los brazos - En ningún momento hemos dicho que queramos hablar con él. Y mucho menos hoy. Recabar información adecuada lleva tiempo y dedicación. Él es bastante conocido. Mucha gente hablará de él, dirá cosas, algunas útiles otras no... Si quieres quedarte y ayudarnos serás bienvenido, pero si esperas algo a cambio... - sacudió la cabeza con suavidad lo cual volvió a hacerle ver que odiaba llevar el pelo suelto.

- Os voy a dejar discutir esto un rato. Naya, avísame para lo que sea. Lo que decidas, me parecerá conforme. -Apura la bebida y tras apoyar las manos se reincorpora para cruzar justo al lado de Luther- Voy a por otra cerveza. 

-Ummm ya te he dicho que te iba a ayudar, ya sabes por que tenemos un pasado juntos...- dije con una sonrisa socarrona.

Tambien porque me aburria claro...y por que no queria que acabasen en un canal con el cuello cortado... pero eso no lo dije en voz alta. Me divertia ver como creian que tenian la situacion bajo control. Bueno tal vez era mejor así.

-La cosa es que probablemente él ya sepa que estais aqui... ya os he dicho que eres bastante destacable en este antro.- dije encogiendome de hombros.

-Y en cuanto a mi chuleria... bueno yo lo llamo confianza en mi mismo y el hecho  es que me he criado aqui, asi que tengo más claro el nivel de peligrosidad de lo que estas haciendo- continue aún de buen humor

-Ahora bien, tu estas al mando de la operación, me pone mucho una mujer que sabe mandar- le dije guiñandole el ojo mientras agitaba mi jarra comprobando decepcionado que no quedaba ni una gota.

Vaya Anthor ha tenido una buena idea, mi jarra estaba vacia...pero la cerveza en este antro es peor que el agua del muelle...

No ves nada destacable,las mujeres demasiado maquilladas y e incluso algunas ya demasiado mayores para esta vida te observan aburridas desde sus posiciones.Hay algo en todo aquello,el nombre de ese hombre,un recuerdo o una sensación que pugna por salir a la superficie de tus recuerdos pero que no consigues aún ubicar

Naya iba a retener a Anthor, pero al final optó por dejarlo ir. No quería demostrar que le ponía nerviosa quedarse a solas con Luther. A parte, que lograba sacarla de sus casillas con solo unas palabras.

Enrojeció ligeramente ante sus últimas palabras - ¿Es que no tiene mesura alguna? - siseó antes de resoplar molesta. 

Calmate Naya. Respira despacio. No dejes que te saque de quicio

- No entiendo porque dices que destaco - se miró confusa el sucio vestido un segundo - Pero tu eres el que te has criado aquí -  puso cara de "ahora entiendo muchas cosas" - Iluminame y dime que debería hacer - puso cara de concentración mientras esperaba la respuesta. No era tan idiota como para no aprovechar los conocimientos que se le ponian al alcance

Una vez sobre la barra apoyó sendas manos en la misma y se reclinó ligeramente hacia delante, de tanto en tanto oteaba el lugar en busca de algo que no lograba encontrar o quizá simplemente mataba el tiempo ojeando hasta que le atendiesen.

No podía evitar fijarse en la pequeña batalla que libraban esos dos, estaba claro que ya tenían su historia, por breve que fuese. Era como ver pelear una roca y un río, así que no pudo evitar para sonreír y negar. -Otra cerveza- Pide sin más una vez contactó visualmente.

Tenía la impresión de que ese lugar no era el correcto, pero todavía por encima de eso le resultaba sumamente sospechosa e impetuosa la actitud de Luther. Si habían llamado la atención, era imposible que fuese a riesgo de delatar su postura contra Warumax pues no le habían mencionado delante de nadie.

Le dejó a aquel joven el beneficio de la duda mientras estudiaba su comportamiento frente a Naya, estaba claro que buscaba alguna clase de confrontación contra ella. Trataba de hacer memoria y cayó en la cuenta, que él había sido el adversario de Naya en la prueba. 

Cierto era que tal vez fuese un hombre tan importante que solo mencionarlo resultase sospechoso, debía de buscar a alguien de confianza. Así que pensó en sus antiguas compañeras y amigas, la única familia que había tenido. Quizá ellas supiesen algo. Y sí podía confiar en ellas.

-Bueno, a ver...como decirtelo sin que te ofendas?- digo pensativo

-Te mueves como si no fueses de aqui, andas como si no fueses de aqui, bebes como si no fueses de aqui..y hablas como si no fueses de aqui... ademas por este territorio todos nos conocemos de vista... las caras nuevas destacan.- dije con una sonrisa mientras señalaba con ambas manos mis dominios.

-Lo que deberias hacer...es dejar que alguien como yo haga las averiguaciones y tu quedarte en la Cromeria, pero de todas formas, necesitaria saber el por que de tu interes en este caballero... y si realmente quieres hablar con el puedo conseguir una cita a traves de la compañia familiar para la que trabajo- dije sopesando que seria lo mas seguro, nadie suele matar a nadie en una reunion... es malo para los negocios.

Tambien podian seguir dando palos de ciego por aqui y esperar a que algun grupo de camorristas les asaltasen. O que el jefe de esta zona los considerara personas non gratas para sus negocios...y les mandase un aviso amistoso.

Normalmente los avisos amistosos solo te mandan al hospital.

Igualmente sin saber las motivaciones de estos dos era todo inutil explicarles nada mas... Aún hay honor entre ladrones pensé al sopesar las consecuencias de mis actos futuros.