Partida Rol por web

Al capitán le gustó la apreciación de William, el tipo era más listo de lo que parecía, por lo que dijo visiblemente conforme:

-Buena apreciación muchacho, intentad asfixiarles y usar las dagas para no realizar cortes muy anchos y a ser posible en zonas poco visibles como la espalda que se puede tapar con capas; en cuanto a lo del arco, la idea está bien, pero basta con que se pierda una flecha para que cunda la alarma en todo el campamento, por lo que yo aconsejaría que sólo se usara en caso de extrema necesidad, si alguno de los guardias se escapa o algo así.

Luego, tomando las riendas de la situación les dijo a Varen, Charles, Lucas, Oktael y otro mercenario que haya sido un buen asesino anteriormente:

-Vosotros venís conmigo, intentaremos matarlos en cuerpo a cuerpo -dijo sacando su daga- el resto de la compañía que nos sigan con sus arcos y sólo los usen si la situación se desmadra, ¿entendido? -concluyó a la vez que mordía el puño de su arma, portándola en la boca, para permitirle libertad en sus manos y que le fuera más fácil ahogar a sus enemigos, mientras que la tenía cerca por si debía recurrir a ella con máxima prontitud.

Oktael escuchó con atención los planes esgrimidos por Polux. Sujetó su lanza con firmeza mientras sentía la adrenalina correr por su cuerpo. Rezó en silencio a sus dioses, mientras la imagen de su familia danzaba por su mente.

Esa lanza nueva que tenía el equilibrio ideal para él era cuanto necesitaba para llevar a cabo su tarea. Si utilizaban la sorpresa y el ataque coordinado, no iba a tener problemas. Atravesar una espalda con la lanza no requería mucho esfuerzo.

- A sus órdenes Polux.- dijo secamente Oktael.- Aquel pelado que se está desperezando es mío.- dijo marcando a uno de los guardias. Mejor era estar organizados para que no quede ninguno libre.

Varen se acercaría apenas por detrás de Polux. Cuando este hubiese atacado, él haría lo mismo.

Uno de los mercenarios con mayor experiencia en el arte del sigilo, dado su pasado de ladrón, se unió al grupo.

Este tomó un camino distinto. Intentaría atacar a un guardia que estaba ocupado tomando agua.

Oktael estaba acostumbrado a otro tipo de terreno para escabullirse en silencio, por lo que en esta oportunidad optó por mantenerse cerca de sus compañeros y no ser de los primeros en avanzar.

Tensé el arco y le apunté al mercenario más lejano. Si este los veía, le daría tiempo de correr y gritar antes de ser sesinado, por lo que decidí atacarlo.

Se quedó esperando la orden y avanzó despacio hacia uno de los guardias

Seguí con el objetivo brutal, asesinar de la manera más baja portando mi cimitarra. Un toque, un muerto, ese era el plan.

Los soldados estaban tranquilamente haciendo sus rondas de vigilancia. No tenían ningún tipo de preparación para un ataque. El asedio a la fortaleza estaba haciendose muy prolongada, pero muy lejos de ser algo difícil de lograr.

Cuando los mercenarios atacaron, nadie estaba listo para una intromisión de ese tipo.

El grupo había logrado matar con sigilo a la mayoría de todos los presentes. Solo uno de ellos, que realizaba la vigilancia desde muy lejos, pudo percatarse de como los estaban matando uno por uno. Por lo tanto, comenzó a correr con la intención de accionar una campana que estaba dentro del campamento.

¡Maldición, se nos ha escapado uno! ¡William, debes abatirlo con tu arco, YA!

Prensé el arco. Apunté rápidamente, y solté la flecha. Sonreí al ver que la flecha iba en dirección hacia el soldado

Oktael miró con atención el disparo de William. Contuvo su respiración unos instantes, hasta que finalmente vio el resultado positivo del disparo. Poniéndole una mano en el hombro, le mostró su aprobación a su compañero.

Dirigiéndose al resto les dijo
- Creo que debemos esconder los cuerpos cuanto antes. No vaya a ser que aparezca alguien...- dijo mientras buscaba un guardia con su complexión para quitarle la ropa "espero que haya guardias negros, sino estaré complicado..."

La flecha había sido certera. El soldado cae abatido por la misma, y con el agregado de que fue a tiempo y con sigilo, los mercenarios consiguieron avanzar por la primer instancia, logrando derrotar a todos los guardias. Ahora deberían apresurarse en tomar alguna decisión, sobre si avanzar o esconder los cadáveres y tomar sus uniformes. No tardarían mucho en notar la ausencia de tantos hombres.

Le sonreí a Oktael. Sin embargo, no había tiempo para palabras. Mientras todos sonreían por el asesinato exitoso, me dirigí rápidamente al cadáver más lejano, al que había abatido. Crucé entre los cuerpos hasta llegar al cuerpo, y noté que la flecha la había dado en el cuello.

(Excelente suerte, supongo) pensé para mis adentros. Tomé la armadura y arrojé el cuerpo a unos matorrales junto a mi equipo ya removido.

Pólux sonrió satisfecho ante el certero disparo del caballero, mas sólo pudo asentirle en gesto de felicitación pues la distancia y la situación hacía que primara el silencio.

Tras ello, se vistió con las ropas del hombre que asesinó y seleccionó a los hombres que le acompañarían en aquel campamento enemigo, cambiando a William por Marcus. Aconsejó a Oaktel que se tapara todo el cuerpo con telas, pues sería sumamente sospechoso que vieran a un negro en el campamento.

Finalmente, tras decirle a Marcus que le dijera a Alfred cual sería el punto de reunión, se internó con sus compañeros, diciéndoles en un leve susurro:

-Si alguien nos hace el alto, diremos que íbamos a relevar a los hombres de la zona en la que estábamos pero habían desaparecido y por ello nos dirigimos a informar a los capitanes, ¿de acuerdo? -expuso esperando que les pareciera bien aunque estaba abierto a otras sugerencias.

Oktael estuvo de acuerdo con Pólux. Trató de cubrirse lo mejor que pudo todas las partes de su cuerpo. Al tener tanto ropaje encima empezó a sentir un extraño calor en su cuerpo. "Bueno, es esto o que me descubran" pensó para sí.

Terminando de esconder los cuerpos, el africano coincidió con Polux con su coartada. "Espero que al menos duden el tiempo suficiente para que ataquemos"

Sonreí de un placer efímero por volver a sentir la sangre recorrer mi arma, un placer exaltante para alguién como yo, un artista de la matanza. Al ver como William acertaba al acobardado guardia, solté un susurro de molestia-Tss... Presumido...

Pero ya todo seguía acordé a los planes, muertos se desprendían de sus vestimentas y las cambiaba ahora en mi, apestaban a sudor pero no habian plantas de menta para mejorar lo terrible del olór. 

Luego de colocarme la armadura, me acerqué al grupo nuevamente. Vi que ya todos estábamos listos para la acción...

-Chicos, todavía quedan unas cuantas tiendas de campaña. Yo optaría por silenciar a todos estos bastardos, para que a la salida no supongan un problema mayor, sin embargo, eso nos colocaría con un tiempo de rescate mínimo. De paso, si alguien llega a ver los cuerpos y da el aviso, estaremos tan muertos como un hombre decapitado. Pienso que lo mejor es entrar de una vez, busquemos a la persona que merece ser rescatada y salgamos de aquí tan rápido como sea posible.