Partida Rol por web

La vampiresa, quemada y débil, miró con gran furia a su torturadora. Ninguna palabra salió de sus labios, tan solo la observaba con fijeza, sin rastro de miedo en su mirada.

—No os va contar nada. Está vinculada con sangre. Ama con locura a su sire (verdad)— pronuncio el arcanista con condescendencia—. Cualquiera diría que sois Vigilantes.

Después de pronunciar aquellas palabras y sentir como el ambiente se tensaba, Shandal borró la sonrisa de sus labios y miró al suelo sumiso. Tras esto continúo hablando con inseguridad, temeroso de haberlos enfurecido.

—Pudrirme en una celda suena mejor que ser un siervo sin mente o morir torturado hoy mismo (verdad)— añadió poco después mirando el empedrado del suelo—. La Cofradía Carmesí esta formada por todas las mujeres que fueron supuestamente secuestradas y digo eso, porque muchas aceptaron recibir el Abrazo con gran aceptación (verdad).

» El refugio de Lilith y sus chiquillos era el castillo de Belon, lugar donde fueron “renaciendo” una a una. Cuando finalizaron, todas se marcharon a un lugar que desconozco, excepto ella que se quedó aquí para vigilarme y continuar con el plan (verdad)— continúo explicando con voz pausada—. Su objetivo fue siempre acrecentar el descontento de los nobles hacia los Vigilantes. Es posible que se estén organizando ya para atacaros con la excusa de intentar tambalear el poder establecido de Norul (verdad).

Mientras tanto, Abelgos, después de algunos minutos examinando cada centímetro del lugar, suspiro frustrado. Ninguna puerta, trampilla o mecanismo secreto existía en aquella habitación. Cansado se sentó en los peldaños de la escalera y se esforzó por no mirar aquella macabra escena, centrando su atención en el ligero balanceo de las telarañas que colgaban del techo. Fue entonces cuando escucho un sonido lejano. ¿Alguien estaba entrando en la mansión? ¿Soldados?

Me levanto y con paso normal me pongo al lado de Caidus pensando si despertarlo de un puntapié de mala gana pero finalmente opto por mecerlo un poco con la puntera del calzado hasta que se despierte. Le miro y le hago un gesto para que guarde silencio con el dedo índice de la mano.

-Necesito que todo el mundo guarde un momento de silencio, incluido el interrogatorio.- No lo hubiese interrumpido de no ser completamente necesario. Me dirijo a la puerta para comprobar que esta debidamente bloqueada y pongo la oreja apoyada contra esta para oir mejor, a ver si era capaz de percibir algo mas que pisadas.

Ya no sonreía, ni miraba amenazador, solo observaba a Shandal, pensativo. Tras un momento, entrecerró los ojos, y dejó que sus pensamientos volaran hacia Alya, como sabía que harían. Tenía ganas de unirse él mismo al interrogatorio, pero confiaba en el buen hacer de la mujer, por lo que dejaría que fuera ella la que siguiera llevando a cabo el proceso, dando una ilusión de unidad mayor a la que tenían en realidad, como ella quería.

¿Entonces solo hay un/a chupasangres en la ciudad? ¿Y qué papel juega Belon en todo esto? ¿Quedan más aliados de Lilith o su descendencia en Norul? Tantas preguntas al respecto, y seguro que se le escapaban más, aparte de las que no habían respondido. Por ejemplo... ¿Qué había ocurrido en la Torre Arcana? ¿Había alguna trampa más en marcha contra ellos? ¿Y había alguna forma de salir de allí burlando a los guardias? ¿Estaría dispuesto, a cambio de su vida, a testificar sobre lo ocurrido en favor de los Vigilantes, delante de los soldados y la nobleza?

Dejó que la inquisidora mascara como sonsacar todo aquello, mientras daba a Abelgos el momento de silencio que había pedido.

Me quedo en silencio. El mago me ignora. Si no fuese por el comentario de Abelgos, Iniciaría mi método... y a nadie la iba ahacer gracia, la pantomima estaba bien, pero yo prefiero ir en serio. si su lengua no nos vale, se la quemaré un poco... pero de momento nos sirve.

Una duda empieza a existir en mi cabeza: ¿si las dos sangres estaban conectadas, podría...?

Vicnan asintió a las palabras de Abelgos y también se puso en alerta. Afinó su oído tratando de discernir pisadas y su número estimado. 

Caidus se despertó al notar el pie del elfo. Algo legañoso, se incorporó con suavidad, quedando sentado. No le costó hacerse a la escasa luz de la habitación y pudo ver a Abelgos cómo le pedía silencio. El mago asintió con la cabeza.

Con una señal suya, Smurf se acercó sigilosamente para ver mejor qué se acercaba, manteniéndose oculto de cualquiera que pudiera entrar.

La cosa esa seria, un montón de vampiresas sueltas completamente leales andaban sembrando el caos contra los vigilantes, era prácticamente una guerra contra la ciudad y ellos estaban aislados en medio de todo.

Ahora al menos tenían un lugar donde ir, el castillo de Belon, ahí podrían descabezar a la serpiente pero seguro que no sería fácil.

Con el aviso de Abelgos, Balthor aguza sus sentidos, Ronroneo está durmiendo, mejor dejarle tranquilo.

Los sentidos de la psiónica se pusieron en alerta ante la advertencia de Abelgos y perdió su foco durante un instante en la prisionera... Y aquello pudo ser un error fatal, dado el nada sutil empuje que arremetió contra su normalmente férrea voluntad. Afortunadamente, el efecto de la poción era tan sólido como les habían prometido, o aquello podría haber terminado de forma terrible.

- Buen intento. - susurró en el oído de la vampira. - Lástima que el mismo truco no funcione dos veces. Estamos todos protegidos.

Aquello no era cierto; no del todo, al menos, por lo que mentalmente se apresuró a mandar la alerta a sus camaradas - Acaban de intentar dominarme. Quien tenga la poción todavía, que se la tome.

No creía que fuera a funcionar con él, pero por si acaso, sacó aquél vial, y siguiendo la recomendación mental de la psiónica, se la tomó; al fin y al cabo, si no era en ese momento, no lo necesitaría tampoco más adelante.

Al igual que sus compañeros, decidió tomarse la poción, por si acaso, pero además, para evitar que la vampiresa o el mago pideran ayuda, Ildyra lanzó un conjuro de silencio a una de las paredes donde estaban apoyados sus prisioneros e informó a sus compañeros del area que ocupaba.

Balthor con desgana se toma la poción, a saber que han metido en eso.

Vicnan también se tomó la poción. No era momento de bajar la guardia.

Uno a uno los Vigilantes, siguiendo la recomendación de Alya, sacaron el frasco que contenía el brebaje de color violácea y la bebieron de un trago. La poción era acida como los frutos rojos del bosque con un regusto a ajo al final. Por ello, una mueca de desagrado surco el rostro de mas de unos los presentes.  A pesar de ello, no dejaron que su mente se distrajera, manteniendo en todo momento la atención en los prisioneros y en los intrusos de la mansión Grigory.

Poco después Balthor y Abelgos percibieron como las pisadas del enemigo se dividían. En concreto una de ellas se dirigió en tropel, sin ningún tipo de duda, hacia su dirección. De pronto los pasos se detuvieron y el silencio se hizo en la biblioteca. Agudizaron más aun sus sentidos desde el subterráneo, oyendo poco después como alguien manipulaba las estatuas de arriba.  Todos sabían que de colocar en el orden correcto las esculturas, el mecanismo se activaría y el enemigo podría entrar donde ellos se encontraban.

—Debemos irnos— dijo Mercer con voz preocupada— Si consiguen entrar estaremos en una situación peligrosa. No solo estamos cansados, sino que además el derramamiento de sangre es inevitable, empeorando un poco mas la situación.

» Quizás debiéramos entrar por la puerta que encontró Abelgos en los túneles— sugirió finalmente.

En aquel momento, escucharon como le mecanismo que había por encima de sus cabezas se activaba a jugar por las vibraciones que se extendían por toda la habitación. Disponían de unos minutos antes de que la escalera se revelase y el enemigo lograra romper la puerta que habían bloqueado.

Asintió. Ya no había tiempo para seguir con los juegos.

—Eso significa que el interrogatorio acaba aquí. Shandal, tienes un minuto, mientras nos preparamos para irnos, para contestar lo más rápido que puedas: ¿Entonces solo estaba esta vampiresa en la ciudad? ¿Qué papel juega Belon en todo esto? ¿Quedan más aliados de Lilith o su descendencia en Norul? ¿Qué ha ocurrido en la Torre Arcana? ¿Hay alguna trampa más en marcha contra nosotros? ¿Y hay alguna forma de salir de aquí burlando a los guardias? Tic, tac, Shandal. Habla ahora mismo o te haré trizas antes de escapar.

Sus palabras ya eran directas y su tono agresivo, remarcado por su imponente aspecto.

Que todos en guardasen silencio le ayudó, lo suficiente para por los pasos y sobre todo sentir las vibración que se transmitía.

Pero el silencio no duró mucho, la gente comenzó a hablar y ya no fué tan fácil oir, podría haber detectado algún fragmento de conversación o quizá si llevaban algún animal con ellos, como sabuesos de tener algo mas de tiempo. 

-Vienen en tropel y parece que saben que estamos aqui, de un modo u otro. 

Había que irse si, pero esos dos prisioneros serían un lastre y liberarlos no era una opción, pudo ver en la rostro de cada uno lo que estaban pensando.  -Shandall. "No es bagatela si no advertencia, con la bestia de colmillos no se juega." -Cité señalando a Agatosh. -Morir desmembrado con murió el ghoul... gritó como ningún hombre debió haber gritado jamás. 

Rememoré la escena, como la sangre brotó y salpicó todo, como cuando embiste un toro. -Sangre, ghoul... -Volví la vista hacia la vampiresa y dudé mientras todos se ponían en marcha. Tuve un presentimiento.

Fui de nuevo a revisar los objetos que habían en aquella estancia y al poco supe lo que tenía que hacer. Agarré el barril para volvarlo pudiendo trabajar mejor con el.  Tras palpar y buscar el modo en hincar mi daga encontré el doble fondo. Allí encontré varios viales de sangre que se esparcieron por el suelo antes de que los recogiese.

-Premio.  -Me llevaría la mitad y la otra mitad la dejaría para que se lo encontrasen los guardias igual entre todos sumaban para un razocínio de que era eso y porqué estaba allí. 

- Mago, eres un criminal que merece la muerte, pero la providencia divina dictó que hubiera un Inquisidor de Sarenrae entre tus captores - Dijo Vicnan a Shandal - si aceptas esta segunda oportunidad que te da la Flor del Amanecer, harás lo que te sea posible para no estorbar nuestro escape. Si la rechazas te dejaré en manos de mis compañeros, mucho más prácticos que yo -

- Y recuerda: Sarenrae da segundas oportunidades, pero no terceras. Si sospecho por un momento que pretendes escapar o traicionarnos, te mataré sin miramientos. Soy un Inquisidor después de todo -

Dada la inminente amenaza que se cernía por encima de sus cabezas, unido a que Shandal no podía pronunciar palabra alguna por el silencio sobrenatural creado por Ildyra, los Vigilantes decidieron posponer el interrogatorio para más tarde. Tras amordazarlo y atar sus manos a la espalda, así como empalar a la vampiresa y guárdala en el espacio interdimensional, el grupo marchó en tropel por la única salida que tenían: Los túneles.

Con cada paso que daban, este era acompañado por el sonido lejano de los guardias al tratar de romper la puerta. Finalmente, tras un par de minutos caminando por el suelo encharcado, oyeron el eco lejano de la madera al astillarse; sin embargo, ellos ya estaban demasiados lejos.

Con eficiencia y rapidez Abelgos les guio por el subterráneo, hasta llegar a un túnel cuya entrada no estaba bloqueado por una reja metálica. Mas aun, a pocos metros de distancia, podía apreciarse como la puerta que conducía a una de las casas nobles estaba abierta, invitándoles a entrar.

Con desconfianza sacaron sus armas y colocaron al apresado arcanista en la parte frontal de la comitiva. Tal acto no levanto nerviosismo en Shandal, el cual se limito a caminar con lentitud hacia el lugar que le habían marcado. Cuando este atravesó el umbral, ninguna trampa se activó, ni ningún enemigo emergió de las sombras buscando sangre y muerte. En su lugar vieron algo que les descoloco por completo.

En mitad de la siguiente sala se encontraba un gnomo de avanzada edad, sentado en una silla, profundamente dormido. Su aspecto era la de un acaudalado comerciante, vestido con ropas finas y coloridas. Además, en sus manos no había arma alguna, sino que portaba un emblema conocido por todos los presentes. Aquel desconocido pertenecía a la Hermandad o al menos colaboraba con ellos como un asociado externo.

Sin perder un solo momento, rodearon al anciano, tras lo cual, de manera educada, carraspearon para despertarlo de su ensueño. En respuesta este se agito ligeramente antes de abrir los ojos y mirarlos con sorpresa.

—Pensaba que nunca vendrían— dijo poco después con gran alivio—. Antes de nada, necesito que bajéis la reja metálica de afuera, sino estaremos en graves problemas dentro de poco.

» Soy aliado de la Hermandad y por ello son bienvenidos a mi hogar— añadió poco después de que Marcus regresara de realizar la petición anterior—. No teman. Ningún enemigo os espera entre estas paredes, ni pretendo entregarles ante la más mínima oportunidad que se me presente.

Después de pronunciar aquellas palabras bajo de la lujosa silla de madera y comenzó a caminar por el pasillo hacia el interior de la mansión.

—Imagino que estarán cansados y hambrientos, algo que puedo satisfacer si me lo permiten; sin embargo, me gustaría que me explicaran que es lo que esta ocurriendo en Norul— pronuncio mientras les observaba con cierta inquietud—. Temo que la explicación ofrecida por Julieth sea solo la punta del iceberg.

Al pronunciar aquellas palabras se detuvo, para girar en redondo y observar al prisionero. En su mirada había una mezcla de desconfianza y miedo. Al comprender la situación levanto la mano, dando a entender que tales explicaciones podían esperar para mas tarde. 

En silencio el grupo deja atrás el túnel, para ser recibidos por una extensa bodega repleta de multitud de vinos de diferentes colores, los cuales pasaban por los tradicionales, blanco y tinto, hasta pasar a otros de colores nunca vistos, como el azul o el dorado.

Poco después fueron guiados por el hombrecillo de pequeño tamaño a través de largos pasillos decorados por grandes lujos, para finalmente terminar el trayecto en un gran salón, donde unas altas y cálidas llamas decoraban la chimenea. En la mesa había gran cantidad de platos de comida, con la cual podrían alimentarse cada uno de los presentes.

—Pueden coger lo que gusten— ofreció el anciano, mientras tomaba un plato y comenzaba a servirse.

» Mi nombre es Eldon Turen— se presentó mientras comenzaba a comer.

La comida, una procesión de gastronomía gnómica y local, a pesar de que se encontraba fría, lo cierto es que se mostraba apetecible. Cerdo con castañas, huevos duros con una salsa de té verde triturado y muchos más variopintos platos esperaban en la mesa ser devorados.  

Atravesó los pasillos en una fúnebre procesión, quizás muriesen allí. Aún le quedaba alguna bomba, al menos, se llevaría a alguien por delante, no la iban a atrapar con vida. El nigromante parecía colaborar... más o menos. A la más mínima estupidez, le destrozaría.

Estupidez que no ocurrió, por lo que parecía. En su lugar, encontró la escena rocambolesca del gnomo. Demasiado cerca, demasiado conveniente... pero no tenían muchas más opciones, en realidad. Salvo esa sospecha que perturbaba su mente desde un tiempo. Lilith siempre parecía adelantarse a todo, ¿y si...? No, ya llegaría el momento de verlo, cuando la volviese a ver.

Siguió a la pequeña criatura hasta el comedor - Aerin Mauar, hija de la bruma - Inspeccionó rápidamente los alimentos antes de probarlos, pero no ingirió líquido alguno de momento. Todavía tenía dudas de que hacer.

Aerin tampoco fué la única en dudar de la tentadora cena que se nos había preparado y lo llevé un poco mas lejos no tocando nada directamente, ya cazaría algo luego. Luego se me ocurrió guardar algo de todo en una tela para mas tarde, pasadas unas cuantas horas y viese que no había síntomas de envenenamiento o somníferos.  Hecho eso se dirigió a una de las chimeneas para entrar en calor. 

-Abelgos. Gracias por los alimentos y por el refugio... Lo que está pasando en la ciudad se resume en una palabra: Vampiros. Un terrible plan a largo plazo para hacerse con el control de la ciudad y usar a la hermandad como chivo expiatorio. 

-La guardia y mas hombres de armas nos buscan ¿Tiene donde escondernos en caso de que llamen a la puerta?

Correr y huir. El elfo no estaba acostumbrado a ese ritmo, y su fatiga no hacía más que aumentar. Necesitó de un gran esfuerzo y concentración para no quedarse rezagado del resto del grupo y llegar al aparente refugio de la casa del menudo.

Con la mayor dignidad de la que podía hacer gala, en su estado, hizo una leve reverencia y se presentó:

—Saludos, Eldon Turen. Soy Caidus el arcanista. Si es seguro, agradecería poder descansar como es debido y, después, le contaré lo posible, o le confirmaré lo que mis compañeros hayan dicho. De momento, además de lo que dice Abelgos, debe saber que la Torre Arcana ha explotado. Desconocemos si Nalen'Dag estaba dentro.