Partida Rol por web

Stukov apenas podía ver nada debido al humo dentro de su casco, así que cerró los ojos disfrutando del pitillo mientras escuchaba las conversaciones de sus compañeros. - Garcia. Felicidades por ese ascenso, cuando seas general acuérdate de este Zapador que tantas veces te salvó el culo. - Intentó bromear, añadiendo cierto punto de humor a una situación tan jodida como aquella. Pero al menos, en el humor y hablar del futuro diera cierta esperanza. Lo que más necesitaban. Bueno, lo que más necesitamos son balas, granadas y misiles. Pero después viene la comida, el tabaco y luego la esperanza. Ahora si. Pensó, mientras sacaba de la bandolera los cargadores que le quedaban.

- Sargento. Aquí Stukov. - ¿Me estará escuchando? - En el arma me quedan veinte balas, y tres cargadores. Y una granada. - Contando el cargador que acababan de darme. Y al menos, una buena noticia. Gallagher había despertado. - Me alegra escucharte de nuevo, Gallagher. -

Escuché el discurso de Sergi. No le faltaba razón, aunque si algunos gritos, aspavientos o subidas de tono. Incluso algunas palabrotas y promesas de tabaco, alcohol y diversión cuando volviéramos. Pero encontraba que tenía más razón que un Santo. Éramos una familia. - Sin mi estaríais perdidos... Estoy contigo, Sargento. - Acabó por decir, quitándose el casco al acabar el cigarro para que el humo escapara y le permitiera ver una vez más.

Me había mantenido en silencio al igual que Vandel. Habíamos corrido a más no poder hacia la línea defensiva. Yo apenas había disparado hasta estar tras el muro. Me sentía avergonzado, pero por otra parte veía aterrorizado cómo la federación seguía actuando igual una y otra vez.

-Tengo cuatro cargadores y 20 en el fusil-respondo ante la orden del sargento-No volveremos ahí ¿verdad Sargento?.

Realmente realizo la pregunta al superior, me da igual que sea Frost Gallagher, me da igual que crean que tengo miedo porque es cierto.

-¿Esos imbéciles no han aprendido nada con cada ataque que hemos realizado?. Consejo de guerra, arresto, prisión.

Pero me da igual. Están destrozando a batallones enteros por culpa de la estupidez humana, están muriendo soldados mientras nosotros comemos a distancia de tiro. La artillería gasta munición a placer, los bichos caen y la infantería muere mientras alguien junto a una mesa resolpla pensando en mandar otra oleada para ver cuántos bichos hay.

-No se por qué luchamos por esta mierda de planeta.

Todos han recibido el entrenamiento, Frost es un veterano y a ninguno parece importarle de verdad nuestra situación. Simplemente las ordenes son claras y por la federación que moriremos. Estoy harto de eso. Fui el primero en creerme la propaganda y el primero en entrenar para ser de los mejores, pero ahora eso ya no importa y si no fuera porque no hay donde ir, huiría.

Pero solo puedo sonreír con desgana. Sonreír y pensar que haga lo que haga estoy perdido.

.-Tal vez debería acabar con todo esto ya...

Viendo que nadie respondía al intento de aliento para el grupo pienso en otras cosas para hacer durante el "descanso" como ver que todos tengamos con que disparar, algo que ya algunos han comenzado a hacer. - Gente, quiero que me digan cuanta carga les queda en las baterías y que hagan un recuento de municiones. - Miro mi arma y veo que tiene 5 balas en el cargador y dos cargadores completos, uno gracias a la generosa colaboración de la Federación. Dejo en uno de los huecos para cartuchos el de 5 balas para reemplazarlo por uno completo. - El que tenga poca carga que avise y que se consiga una nueva. Stukov. ¿Sabes si son explosivas estas baterías? -

Dió un golpe al maldito casco,  el auricular empezaba a carraspear justo cuando el nuevo sargento empezaba a hablar, justo después de saber que García acaba de ascender a soldado de primera, es la ley de la infantería, tan pronto subes como muerdes el polvo y te pudres en el suelo.

 Ahí lo llevas García, dijo bromeando, la idea le gustaba había demostrado tener mas pelotas que muchos infantes que había conocido.

 Vió mover los labios de Llorens pero el auricular volvía a carraspear y no emitía sonido seguramente los disparos de artillería estuvieran interfiriendo, dió un golpe rápido con la cabeza y ya parecía de nuevo funcionar. Lo siguiente que escuchó era para hacer recuento de lo que llevaban.

No se cuanto le quedará de batería a este trasto, Llorens,  pero espero que sea suficiente, ... , la morita le queda este cargador que nos acaban de dar, y la shredder aún le queda bastante plomo que escupir, 

- Dame un segundo, Cabo. - Le pidió, mientras se quedaba quieto. - _{Veamos.... opciones....} ¡Armadura, Opciones de armadura! _{Vale.... Eh.... Potencia, control de potencia, manual, comunicador, volumen de comunicador... radio... No sabía que esto tenia radio.... color display... no... opciones del display, aquí, si.} ¡Armadura, Opciones del display! _{Bien... opciones... veamos aquí.... modulo de visualización... debe ser este...}  Armadura, Módulos de visualización. _{Visualización del canal de radio...  visualización de control de daños, visualización de carga de baterías... Es este.} Armadura, visualización de carga de baterías. - Y en el visor de la armadura apareció la carga restante en el traje. De puta madre.

Abrió del comunicador de radio. - ¿Cabo Llorens? - Preguntó, antes de nada. - Encontré la forma de visualizar la carga restante en el visor. Acceda a opciones de la armadura, después a Opciones del Display -o del visor, dependiendo del idioma que tenga configurado-, después módulos de visualización y por ultimo visualizar carga de baterías. - Explicó para todos los demás, mientras se ponía en pie y se estiraba.

- Para reemplazar las baterías sería mejor dejárselo al Sargento Frost, está más preparado que yo en ese campo. En cuanto a la estabilidad de las baterías... para este modelo no estoy seguro, pero nunca escuché que a nadie le explotara una batería de este modelo de armadura. - Explicó, mientras se acercaba a Llorens, preparando su arma.

La idea de volver al frente no le hizo demasiada gracia, sobre todo ante la visión de los cuerpos destrozados de los heridos que pasaban por allí. Joder, prefiero morir a verme así. Dios me perdone. Y no pudo más que apartar la mirada de aquellos soldados heridos para no hacerse mal cuerpo, y rezar por no acabar como ellos, o peor.

- Estoy preparado, Señor. -

-Recojan todas sus cosas soldados, nos marchamos al frente- pronuncio el teniente con sequedad. -Sargentos Frost y Odonell, muevan a sus tropas y preparenlos para entrar en combate, esta vez lo haremos abordo de Gecko y seres apoyo para el grueso del ataque-.

¡Si, señor! respondió el infante con ímpetu, el grito salió de su pecho y de su espíritu. En esa desolación helada, cuyos únicos habitantes de la federación eran abandonados a una suerte incierta, contar con la confianza de un superior que supuese delegar tareas era lo máximo a lo que se podía aspirar. Entre la confusión, órdenes claras del teniente eran lo que le daban vida a todos ellos. Por fin, descansar mientras otros mueres a pocos metros es desesperante. Pensó mientras recordaba las crudas imágenes que habían sucedido una tras otra solamente unos instantes atrás.

Frost sin tardar un momento, se paró, piernas separadas y espalda recta. Soldados, terminen cuanto antes de revisar sus armas y de verificar la carga de sus trajes como ha indicado el zapador Stukov, es una orden. Al igual que es una orden colocar en todas las armas ahora mismo la mayor cantidad de munición posible. Terminó de dar esa orden, abrió el visor del casco y tiró la minúscula colilla de cigarrillo que aún aferraba entre los labios. El trocito de papel, tabaco y goma surcó el aire cual bala de cañón humeante y fue a apagarse en un charco barroso de aguanieve, con un siseo inaudible. Mientras él ajustaba sus armas siguiendo las órdenes dadas al pie de la letra, les daba tiempo a sus hombres a hacer eso mismo.

Miró a Rivas, que parecía el más acobardado de todos Infante, es un asteroide, no un planeta. Parece que hubiese reprobado los cursos informativos al respecto. Sobre lo demás que comenta, preguntese para que diablos se enlistó, como si entrar en la infantería pesada fuese obligación de nadie. El comentario fue dado de una manera casi paternal, pero no lo pudo hacer de otra forma por más que quisiese. Jhonny tenía varias figuras como modelos del buen soldado: su padre, el fallecido sargento Wolf, el capitán Tsumina. Se vio a sí mismo siendo una mezcla de las imágenes que ellos habían proyectado sobre él.

Partimos, infantes.

Hans se había mantenido alejado y solo hasta que el Teniente les llamó de nuevo, en ese momento fue cuando se percató de los cambios de rangos- Enhorabuena Sargento, y enhorabuena Garcia -dijo a Frost y a la nueva soldado de primera- solo espero que en esta batalla pueda hacer algo más que en la anterior.

Revisó sus bolsillos y sus armas- tengo tres cargadores en total para mi morita, y la pistola el que tiene con ella, todos llenos; pero no tengo más munición -terminó de dar el informe de datos y esperó a que le dieran permiso para subir al Gecko. A lo mejor con lo mal que había luchado le quitaban el equipo y lo dejaban tirado en la base.

Por suerte ya había terminado de comer, lo que habían visto antes eran imagenes de niños en comparación a lo que se veía conforme el asedio iba poco a poco alargándose. Se veía en las miradas, estar aquí sin hacer nada era lo que les iba a matar, si seguían así iban a perder antes de poder pelear. Y quizá por ello, las nuevas ordenes que llegaban, a pesar de saber que iban camino a otro callejón sin salida, otra trampa mortal, las agradeció a su manera era al menos una oportunidad a pesar de lo descabellado que pareciese.

Cogió la Shredder, la examinó concienzudamente para después cambiarle el cargador y colocarle el otro extra intacto que le habían asignado, esperaba que los problemas que había tenido antes se terminaran con eso, se colocó la morita en la espalda, y cuando terminó ya estaba listo, Bien jefe, tengo la shredder a punto, cargador completo, y la morita con el único cargador que tengo puesto, y aquí atrás dijo señalando la mochila tengo el triple con algunas granadas por si hiciera falta.

Intentó poner atención a la explicación de Stukov sobre como acceder al modo de la armadura para comprobar la carga de baterías, intentó memorizar los pasos y se dispuso a ello, extrañamente había recordado paso por paso todo y parecía haberlo comprobado, Carga comprobada, gracias Stukov estaba convencido de que esas indicaciones le habían ayudado y quizá lo hicieran en el futuro.

Se levantó, Preparado para la acción. Vayamos a patear unos cuantos culos de bichos  Miró a sus compañeros, ahora tenían que salir a por esos bichos, miró a la izquierda, le dió la mano a García la nueva soldado de primera por méritos propios, y cuando se levantó , las damas primero por supuesto dijo bromeando, haciendo una reverencia esperaba que no se le subiera el cargo demasiado.

La aparición de Hammer y las órdenes de Frost y Llorens pusieron en marcha a Mia. La Consejero Táctico agradeció las palabras de Vandel, recargó su Morita con uno de los cargadores completos y revisó la carga de su traje. - Todo en orden, sargento. - Dijo al terminar. Lista. Vayamos de nuevo al infierno.

Cuando Haggar se aproximó a ella para estecharle la mano, justo estaba alegrándose por haber vuelto a revisar su equipo,  pues acababa de descubrir en uno de sus bolsillos un cargador con unas 10 balas que sabía que tenía. Pero al pensar que Haggar había informado que sólo tenía 30 balas en su rifle, algo se ablandó en ella. Lo que fácil viene, fácil se va... Se dijo,  recordando el cargador que sacó del inconsciente Gallagher.

- Haggar, ten. - Le dijo Mia amigablemente, tendiéndole el cargador de 10 balas cuando se incorporó de su boba reverencia - Apenas es una ráfaga, pero seguro que le sacas partido... Y ve tú delante si tan caballero eres. Las damas no pensamos ir primeras. No somos vuestras madres. Ni vuestras fulanas. - Añadió con una discreta sonrisa y una palmada en el hombro del soldado mientras miraba de soslayo a Amanda. Mia era una mujer difícil en el campo de batalla. Y más díficil aún fuera de él.

Con el lanzacohetes vacío, la triple con poca carga y dos cartuchos de morita sopeso cuanto pueda llegar a ayudar al resto de mis compañeros. - Gracias Stukov, también me salió esa información pero no logro recordar que tanto explotan. - Pero la charla se corta cuando el Teniente Hammer hace aparición y me levanta un poco la moral, estuvo en el peor lugar posible del campo de batalla y aquí está, al pie del cañón. Frost da rápidas órdenes y me toca hacer que las cumplan. - Ya escucharon al Sargento, que todos vayan diciendo su carga de batería a medida que van subiendo y poner cartucho lleno en su arma. - Tantas hombres muertos, desparramados por el campo de batalla y ahora nos mandan a nosotros otra vez, ni siquiera nos dan la chance de poder retirar los cuerpos de los caídos antes de partir. Miro a los que están despedazados junto a la cerca y cocinados incluso cuando esta se encendió sin darles posibilidad alguna y me hace pensar que esos son los afortunados porque tendrán un entierro asegurado.

Me alejo un momento para ir a vaciar el cuerpo para no llevar cuerpo extra y tras terminar vuelvo a subir como un misil al Gecko cerrando la formación para ser el primero en salir.

Primero corro hacia los sanitarios pero tuerzo el rumbo cuando ninguno de la unidad puede verme y voy directo al arsenal. Espero que se vacíe un poco para ir a hablar con algún solitario infante como yo. - Buenas, necesito un favor enorme. - Le muestro la Javelin vacía. - Está completamente vacía, me dieron un solo cohete para todo la batalla y tengo dos cargadores para bajar los tanques, haznos un favor y ve si algún cohete se pudo haber perdido por ahí cuando se armó la base. ¿Puedes? - Se que podría comerme un par de insultos, pero el no intentarlo ya era un no seguro y quizás le daba lástima o ganas de vencer a los bichos y me facilitaba uno. - Ya sabrás como salimos con todas las oleadas anteriores y tengo unas ganas enormes de devolverles el golpe a los malditos bichos. ¿Nos ayudas? -

Gallagher trató de incorporarse

-Mentiría si le dijera que e estado peor-Dijo con una sonrisa-enorabuena por su ascenso, sargento ¡solicito permiso para reincorporarme a la linea de fuego!-sonrió a su antiguo subordinado.

No necesita permiso para entrar en combate, Gallagher. Mientras pueda empuñar un morita, bienvenido. Frost sonrió al ver a su compañero de armas con ánimos de volver al campo de batalla habiendo pasado tan poco tiempo de la recuperación de su herida. Seguramente tendría que pasar algún tiempo en el hospital para estar listo por completo.

El tan necesario descanso había llegado a su fin tras la aparición del teniente Hammer. Debían volver al frente... McNillon se puso de pie al instante que su superior se presenció y escuchó atentamente los detalles de la acción que debían llevar a cabo. Jenkins era un soldado de la Federación y era su deber luchar por ella, pero aquella guerra perdía gran parte de sentido cuando uno se encontraba en el sangriento y despiadado campo de batalla. La motivación que uno pudiera tener se esfumaba para dejar sitio a un instinto de supervivencia primordial y tan solo una férrea determinación podía permitir a uno continuar sujetando su morita para enfrentarse a su destino. Y el fusilero ya había puesto su determinación a prueba a pesar de la derrota sufrida.

Así que, sin dejar que el desánimo se apoderase de él, Jenkins se dispuso a prepararse para un nuevo asalto. -¡Sí, señor!- Respondió a las órdenes del sargento Frost. Revisó su arma y le cambió el cargador por uno lleno dejando el mediado en su cinturón. También comprobó el estado de su armadura de combate. Aquella protección era su principal arma para no sucumbir a las inclemencias de la atmósfera de este planeta y su mejor baza para sobrevivir lo suficiente a un combate cerrado contra uno de aquellos bichos. 

-Si mi sargento--respondo al sargento Frost cuando se dirige a mi.

Comienzo a trastear con la información de la armadura para intentar llegar donde nos ha dicho Stukov y cambio el cargador para seguir las ordenes por poco que me gusten.

Puedo cambiar el cargador como un rayo joder...

Me siento bajo de moral y de ganas. Se que no es lo mejor para entrar en combate, pero no puedo hacer otra cosa cuando se que no soy más que un animal enviado al matadero con un lazo muy caro en el cuello.