Partida Rol por web

Disparos, explosiones, y más disparos, eso es lo que estaba pasando, y por cada ronda de disparos unas cuantas visceras de bichos decoraban el paisaje, habían entrado con fuerza, estaba claro que aunque les estuvieran esperando esto no lo tenían previsto, los infantes habían tomado ventaja y debían aprovecharla, en cuanto el gecko se paró sacó el arma del puesto y bajo con el resto, las palabras del sargento le hicieron saltar como un resorte.

-Allá vamos - dijo el artillero mientras se colocaba el arma bien para poder salir corriendo hasta la posición que debían tomar, Deprisa, no dejemos que esos mamones intenten hacer nada. y corrió a la par que sus compañeros. Ahora ya no estaban dentro del gecko ahora ya estaban corriendo sobre la nieve, sobre el hielo. Y los bichos seguían haciendo de las suyas, habían destrozado varios blindados con sus plasmas, y se preparaban para algo más, había llegado el momento de hacer lo que mejor sabían hacer el único problema es que estaban todavía a bastante distancia que recorrer a la intemperie, a campo abierto a merced de cualquier trampa que esas cosas pudieran hacerles.

Vandel se quedó con una cara de gilipollas que daba miedo cuando el sargento le ordenó que diera su nueva arma al que la había roto, y ahora tendría cargadores sin usar y un arma sin apenas munición- Perfecto -refunfuñó mientras le daba el rifle al médico- Úsalo bien y devuélvemelo entero -cambió el arma y sacó  la hawkeye- te quedan diez balas -informó al médico mientras este empezaba a correr.

Bueno, ahora toca ser eficaz -pensó mientras se dispuso a seguir a los demás, aunque tampoco avanzó tanto como el sargento o el médico, a un trote avanzado mientras esperaba a que esos bichos sufrieran todo lo que había sufrido él antes.

Otra vez el plasma. Me vuelvo a poner nervioso, pero por suerte nos mandan desplegar para tener más oportunidades. Ordenes precisas, a intervalos cortos pero sin estar juntos para no ser un blanco rentable.

Por extraño que parezca, ahora que se que estoy atrapado en todo esto, en esta trampa del ejercito, ahora me encuentro más calmado. Total ¿qué puedo hacer? solo puedo correr, luchar y morir con el resto. Si no es hoy, será mañana.

-Si señor- respondo a Frost y me lanzo a la carrera para tomar mi posición en la línea y luego avanzar con el resto. 

Había llegado el momento de la verdad. Había llegado el momento de bajarse del Gecko, preparar su arma y avanzar a pie hacia el enemigo. Ahora solo quedaba algo entre ellos y la victoria final: Un montón de bichos. No pudo evitar sentir cierta emoción, cierto miedo, cierto nervio. Era una vez más la adrenalina corriendo por cada una de sus venas, estimulando sus músculos, sus huesos, haciendo que su respiración se acelerara, que frunciera el ceño, que el miedo fuera a menos, que la sensación de invulnerabilidad fuera a mas.

Una peligrosa combinación.

- Claro, Señor. - Respondió por la radio al sargento, comenzando a correr hacia su posición, entre Taylor y Vandel. Era este el momento de dar lo mejor. Aunque había algo que le mosqueaba. Algo que le preocupaba. Los bichos habían demostrado en no pocas ocasiones parecer que se adelantaban a sus movimientos. ¿Les habrían ofrecido aquella información para llevarlos a una trampa? Si esto era una trampa, esperaba que el poder de los drones y la artillería fuera suficiente para sacarlos de allí.

Vivos.

O al menos, a la mayoría de ellos.

Un bandazo, luego otro más brusco y ya estábamos dentro de la galería de tiro de las fuerzas arácnidas. El Gecko frena y es hora de entrar en acción para bien o para mal. Frost da las órdenes y todos las acatamos con diligencia. - Vamos, no quiere que ninguno se pierda la diversión por quedarse dormido dentro. - Con la morita cargada voy corriendo buscando abrirme al igual que el resto para evitar darle una chuza a los bichos plasma.

Ante la lluvia de artillería enemiga, los infantes se vieron en la tesitura de comenzar el desembarco antes de alcanzar la colina para minimizar bajas. El escuadrón Gatling no tardó en recibir las órdenes del Teniente Hammer a través de la cadena de mando para hacer saber a cada soldado el nuevo orden de actuación.

Por suerte, habían podido abatir suficientes de esos asquerosos insectos como para poder desplegarse en terreno despejado. Tan solo unos guerreros se encontraban al pie de la colina, aunque McNillon sabía por experiencia que miles de ellos podían estar ocultos bajo tierra... El Sargento Frost no tardó en hacerse oír tras apearse del transporte. El objetivo que debían cumplir era de vital importancia y lo último que podían hacer era perder el tiempo para contemplar el paisaje. De modo que las pautas de avance fueron asignadas de manera concisa. -¡Sí, señor!- Exclamó Jenkins al recibir las órdenes. 

A pesar de no haber logrado erradicar a los arácnidos desperdigados que quedaban en la retaguardia, sí que habían logrado despejar el terreno lo suficiente como para poder actuar con cierto grado de tranquilidad. El fusilero había aprendido por el camino difícil que uno no debe fiarse de las apariencias y mucho menos de un camino fácil; pero aun así no podía evitar sentirse animado a la vez que ansioso ante la batalla venidera. Tenían una pequeña victoria al alcance de la mano... Solo debían cerrar el puño con firmeza y no titubear.

La batalla se había desatado ya en toda su magnitud, las tropas de la infantería móvil desplegaban todo su potencial para llegar a la cima de aquella colina avanzando al ritmo de los cañones de los Heavy Geckos que avanzaban con ellos. Hasta ahora todo parecía funcionar bien, el enemigo se encontraba replegado en la cima de la colina y los bichos en los alrededores habían caído en su mayoría. De los bichos que habían quedado atrás, poco podían saber pues la cortina de humo aun los envolvía.

En la colina, el enemigo no parecía reaccionar de momento, probablemente aturdidos aun por el ataque continuo de la artillería y por lo sorpresivo del ataque. A pesar de ello, era claro que había muchos bichos en la cima de la misma, quizá cientos. El combate realmente apenas empezaba y el enemigo no tardaría mucho en mover sus piezas.

Todos habían avanzo y una tara mental me había dejado totalmente rezaga, aunque un rápido vistazo me hizo ver que no era la única. Cogí con fuerza mi arma y corrí como mil demonios para alcanzar a mis compañeros

La cortina de se terminó de despejar por completo a medida que el avance hacia la cima se hacía más certero y cercano. Los ojos del sargento pudieron distinguir rápidamente el gran número y variedad de criaturas que guardaban aquél puesto de artillería orgánica. Por momentos había parecido que los drones y el armamento de fuego pesado que los acompañaban eran más que suficientes para tomar el objetivo, ahora estaba claro que la gesta podría ser más complicada y peligrosa, si tal cosa cabía.

Con el puño cerrado en alto, Frost les hizo señas a sus hombres para que bajaran el ritmo. El avanzar de golpe ahora podía significar solamente encontrarse con una pared de letal fuego químico o cosas aún peores; antes de llegar arriba debían desatar el poder de fuego de la federación.

-¡García! Solicitamos disparo del cañón Thunderstrike adelante- gritó mientras señalaba -Fuego supresivo de los drones sobre los guerreros y sobre el tanke que tenemos en frente, y por último dos misiles HEAT allí- tras un paso y otro estaba claro el lugar dónde se solicitaba el fuego de los TAC UAV.

Jhony tomó de su cinto una granada con la mano derecha y calculó mentalmente el lugar dónde convenía lanzarla.
-Rivas, Haggar, Gallagher, García; encarguensé de ese hueco con granadas HE- indicó apresurado mientras sopesaba la granada, la masa del explosivo le era más que familiar luego de tantos entrenamientos y los detallados estudios sobre explosivos y demoliciones que venía siguiendo para ingresar al cuerpo de ingenieros.
-Stukov, conmigo- ordenó al tiempo en que daba un paso hacia adelante cual atleta olímpico y hacía volar el aerodinámico explosivo por los aires.

-El flanco sur avance y ataque, los coordinará el cabo- terminó de trasmitir por radio mientras observaba la trayectoria de los misiles y granadas que comenzaban a volvar por todos lados.

Stukov no tardó en darse cuenta de lo evidente: correr sin activar la potencia extra de la armadura era una putada, pero una putada mayúscula. Ahora comprendía los berridos del Sargento Instructor hace meses cuando afirmaba que fumar y la infantería eran incompatibles.

Algo estaba claro.

Si debía elegir entre dejar la infantería y fumar, me quedaba con fumar. Aunque los subidones de adrenalina mezclados con episodios de acojone máximo no estaban mal del todo. Por desgracia, sus teorías se desvanecieron cuando el Sargento le indicó que debería ir con él. - ¡Sí, Señor! - Alzó la voz por el intercomunicador, marchando a su paso mientras lo imitaba, sujetando la morita con la mano derecha y sacando del cinturón una granada, tomando impulso y haciéndola volar lo más lejos posible. - ¡Fuego en el agujero*! - Grité, avisando que lanzaba la granada.

Siguió con la mirada la granada volar hacia la colina, esperando que diera en la pelota de bichos.

Avanzaban como poseídos, y de pronto salieron de debajo de la nieve muchos bichos más, y tankes, y mas bichos, estba claro que ahí, era un punto importante. 

- ¡Entendido jefe! dijo el artillero mientras avanzaba siguiendo la formación, nada les aseguraba que bajo sus pies aparecieran mas bichos como los que acaban de salir en la ladera, o incluso en su retaguardia, pero eso no iba a ser un obstáculo, tenían que seguir y tomar esa colina, y eso iban a hacer, -¡¡¡Vamos!!! espoleó a los que tenía al lado. Mientras avanzaba, cogió una de las granadas HE que les habían repartido cuando les explicaban la misión, cuando llegó al punto designado lanzó la granada.

En cuanto lanzó la granada, al levantar la vista vió en lo alto bichos, muchos bichos, pero entre ellos varios de tipos que no había visto intentó acordarse si le habían hablado esos bichos de aspecto rojizo.

Mi sudor cae por mi frente mientras escucho mi corazón latir fuertemente. No había corrido así en mucho tiempo y la situación actual no ayuda mucho:

"Mi pensamiento está nublado, debo tener alta la concentración de adrenalina en la sangre. Mis suprarrenales van a estallar en cualquier momento. Debo vigilar mi pulso y presión para no desfallecerme. ¡Maldición Tycho, concéntrate en hacer tu trabajo y no pienses en atenderte!"

Al escuchar las palabras del Sargento acerca de atacar, avanzo lo que puedo mientras disparo con el rifle hacia los bichos que tengo enfrente. Es un tanque y varios enemigos, por lo que debo tener cuidado y acabar con todos los que pueda antes de meterme en la boca del lobo.

Hans escuchó las órdenes del sargento dispuesto a mostrar que él valía mucho más que lo que había hecho anteriormente, aunque fuera con pocas balas las haría contar todas y cada una de ellas. Ahora el problema eran esos bichos, pero no tenía munición como para ponerse a hacer supresivos por todos lados, no, tenía que buscar objetivos en los que ser eficaz, y ese tanque de la zona sur estaba llamándolo a gritos.

Así pues, apuntó a ese enorme bicho y disparó una ráfaga, corta, controlada y bien dirigida contra un solo objetivo con la intención de matarlo, o en su defecto, hacérselas pasar canutas a la enorme mole.

Aun así, no podía evitar pensar en esa cantidad de bichos y en si habría una forma eficaz de matarlos. Todos los seres vivos tenían un punto débil.

Franz se había quedado rezagado -maldita su estupidez- así que esprintó hacia donde se encontraba el resto de sus compañeros. No era el momento de fallar ahora ni quedarse atrás. 

-Vamos- respondo a Haggar después de escuchr las ordenes de Frost. 

Comienzo a avanzar mientras preparo la granada. Realmente estamos avanzando hacia sus posiciones defensivas, núnca había visto bichos de ese tipo, así que supongo que estarán preparados para repelernos. Nunca había visto bichos resguardarse tras cobertura, siempre van a saco y cuentan con su número, pero esto es distinto.

-Joder, nos superan por mucho- pienso mientras doy los últimos pasos y hago un lanzamiento reglamentario, tal y como dice el manual y observo cómo la granada vuela hacia la zona que he marcado con mi mano aunque por la distancia se desvía bastante.

Ahora si el imperio comenzaba a asomar su estrategia. Mientras dejaba voladores ocupando parte del fuego de la federación mantuvo a la espera a otros para este momento y en simultáneo el surgimiento de los tanques con los túneles más el peligro del bombardeo de plasma. Con razón los cerebros eran tan grandes, controlar todo esto con tanta coordinación es una tarea monstruosa.

Los túneles son un peligro latente que tendremos que solucionar y quizás surjan otros a medida que vayamos acercándonos, por eso guardo mi morita mientras voy tanteando mi triple. - Vandel, McNillon y Tarcus. Cubran a la ligera de esos voladores. -