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La Ira de los Justos - La incursión de la Herida del Mundo

2-1b. Tras la tempestad

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19/04/2014, 01:27
Narración

Cuando Liliana recobró la consciencia, vio el rostro de Kale tiznado de hollín y polvo sobre el suyo. Tenía los ojos cerrados. Dormitaba, no estaba muerta como podría haber pensado en un primer momento. No sabía cómo habían llegado allí ni dónde estaban, pero la luz había declinado considerablemente y no podía ver el cielo.

Kale debía de haberla arrastrado hasta un refugio, una casa o algo parecido. Quizá una tienda, por lo que veía a su alrededor. Alguien debía de haberla saqueado, porque aquí y allá había armas y trozos de armaduras tirados por el suelo, y algunas monedas de plata y cobre esparcidas por doquier. Kale había aprovechado una pared para sentarse y descansar. Había colocado a Liliana sobre sus muslos, como si hubiese cuidado de ella mientras estaba en otro mundo. Una de sus manos aún sujetaba su hombrera como si temiera que fuese a caérsele de entre los brazos.

A su alrededor no había rastro ni de Sibiella ni de la chica que habían rescatado. El recuerdo del templo estallando en llamas la golpeó en la nuca cuando hizo memoria. ¿Cuánta gente había muerto ya? ¿Cuántos habrían de morir?

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20/04/2014, 19:05
Liliana Drauss

Liliana se quedó ahí tumbada un rato, quizá más del que debería. Pero necesitaba un momento de paz después de todo lo que había pasado. Después toda esa muerte...

Se limpió con la mano una lágrima que había escapado de sus ojos y cabeceó. Lentamente, se incorporó ahí donde estaba tumbada, y echó un vistazo a su alrededor.

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21/04/2014, 22:19
Narración

Kale había dejado a mano su escudo y su espada por si tenían que recogerlas con urgencia. Liliana notaba el fuerte aroma a azufre aún remanente en el aire. Cojeando, se acercó al mostrador y se dio cuenta de que había un cuerpo al que le faltaba la cabeza con la mano metida en la caja del dinero. La sangre se había coagulado ya, pero se había extendido por la mitad del suelo de la tienda y lo había dejado muy pegajoso. En el interior vio que había un montón considerable de oro y gemas.

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24/04/2014, 11:58
Liliana Drauss

Tras devolver su espada y su escudo a su espalda, Liliana examinó el cadáver, sobretodo la herida. ¿Qué había matado a ese hombre? ¿un demonio u otra cosa? No estaba muy segura, pero la verdad, poco importaba. Le retiró la mano de la caja de dinero y dejó el cuerpo tendido en el suelo, todo lo dignamente que pudo.

La verdad es que en esa tienda quizá encontraban cosas útiles, y de todos modos era preferible que cogiesen ellas las cosas de valor antes quee dejarlas para saqueadores como esos tiflin. Pero primero iba a ver cómo estaba la mujer que la había arrastrado hasta allí. Se acercó a Kale, la tomó del brazo y la sacudió con suavidad, para despertarla.

Probablemente le debía la vida por segunda vez.

- Tiradas (1)
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24/04/2014, 12:58
Kale

Kale abrió los ojos sin sobresaltarse, como si hubiese estado alerta todo el tiempo.

-¿Cuánto llevas despierta? -Se limpió la boca con el dorso de la mano-. Perdona por haberme quedado dormida, pero éste parecía un lugar seguro y estaba agotada.

Alargó la mano hasta su mochila y sacó una manzana que limpió con un trapo.

-Creo que Sibella y la chica están muertas. No las vi en el callejón y no pude pararme a buscarlas. -Dejó escapar un suspiro-. Lo siento.

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24/04/2014, 13:32
Liliana Drauss

Liliana cabeceó. Todo el sentimiento de que habían hecho algo bueno al salvar a la niña había desaparecido ahora al saber que la habían llevado luego hasta su muerte.

-Yo también lo siento -fue lo único que pudo responder, bajando la mirada.

Echó otro vistazo a su alrededor.

-¿Dónde estamos, Kale? -preguntó, intentando ser positiva y concentrarse en hacer algo de provecho, algo que les ayudase a sobrevivir a ese apocalipsis que se había desatado.

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29/04/2014, 14:31
Kale

-Creo que estamos en el Viejo Kenabres, pero no estoy segura -murmuró-. Me di cuenta de que la tienda estaba vacía. Quienquiera que intentase saquearla ya está muerto, y en la calle no se oye mucho. Los demonios más poderosos ya se han ido, parece, pero la ciudad sigue invadida. Necesitamos descansar antes de intentar... intentar lo que sea.

Kale le dio un mordisco a la manzana.

-¿Quieres algo de comer?

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05/05/2014, 12:42
Liliana Drauss

-Creo que tengo algo de comida encima... -respondió, abriendo la bolsa de su cinto. Había dejado gran parte de su equipaje (como las varias mudas de ropa, o parte de su material de escritura) en su habitación de la posada... que quizá ya no existía. Pero había cosas que siempre llevaba encima. Sacó algo de carne secada y empezó a devorarla con avidez. Hasta ese momento, no se había dado cuenta del hambre que tenía.

-Dame un momento, por favor. Luego nos movemos -le pidió a Kale, mientras se cubría la boca con la mano para que esta no la viese mascar. Al terminar el trozo de carne, sacó un pergamino plegado, un frasquito de tinta y una pluma que se había llevado para documentar la ceremonia del día de Armasas. En lugar de eso, hizo un breve recuento de lo que habían vivido desde el ataque de los demonios. Si morían, quizá esa crónica en primera persona de los hechos ayudaba a alguien... No se esmeró mucho en la redacción, pero se aseguró de dejar constancia del coraje de Sibiella, por si era cierto que había muerto, como era probable. Hizo dibujos esbozados de los demonios que habían visto: el que encontraron frente al templo, el volador que se posó en el tejado, y el enorme que luego destruyó la casa de Iomedae. Al recordar esa visión, se le aguaron los ojos, pero se apresuró a secárselos. No quería que ninguna lágrima manchase el pergamino y corriese la tinta. Una vez terminó, dejó el papel a secar un instante mientras echaba otro vistazo a su alrededor. Había visto antes armas y armaduras esparcidas por el suelo, y se decidió a examinarlas más de cerca.

-¿Crees que encontraremos algo útil aquí, Kale?

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15/05/2014, 21:34
Kale

-Quizá. Creo que alguna vez se pasaba por aquí un artesano mágico. Quizá podamos encontrar equipo -dijo señalando las armas y armaduras-. O eso, o algo de gran calidad.

Kale levantó la vista frunciendo el ceño.

-Liliana, tú no eres una cruzada, ¿verdad? -preguntó con tono desgraciado.

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03/06/2014, 11:57
Liliana Drauss

Liliana suspiró. Respondió sin atreverse a mirar a la otra mujer.

- No. Soy lo menos parecido a una cruzada que puedes encontrar. Soy escritora y, aunque había entrenado, nunca había estado en un combate de verdad hasta... hasta el demonio de delante del templo. Estas armas y armadura son un regalo honorífico de los líderes de Kenabres.

Las leves lágrimas de un momento antes volieron con fuerza renovada, resbalando por sus mejillas. La voz se le empañó por el llanto.

- Yo intenté ayudar. Ahí en el templo... snif... nadie hacía nada, parecían estar esperando a la muerte o a un milagro. Intenté que hiciesen algo por sobrevivir. Si os decía que era una escritorucha, nadie me hubiese escuchado. Pero no quería engañaros... snif... solo ayudar. Y no ha servido de nada. Ahora están todos muertos igual.

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04/06/2014, 12:50
Kale

-Eh, Liliana -dijo Kale extendiendo la mano y tocándole la espalda con timidez, pero luego con confianza-, no llores. Iomedae y los demás dioses saben lo que has hecho y ha sido muy valiente. Que te enfrentaras a los demonios sin tener experiencia sólo demuestra que eres de corazón puro. Si no hubiera sido por ti, yo también estaría muerta y me habría rendido en el templo. Si no fuera por ti, me habrían matado. Estás haciendo todo lo que puedes. Las dos estamos intentando ayudar y salir de esta como podemos.

Kale sonrió para ella.

-Estamos juntas en esto. Yo tengo que encontrar a mi hermano, pero después debemos ir a buscar refugio con los cruzados de la ciudad. Descansemos y busquemos algo útil en este lugar, y cuando estemos listas, salgamos a buscar a más supervivientes.

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04/06/2014, 15:21
Liliana Drauss

Liliana miró a Kale, mientras se secaba las mejillas con el dorso de la mano.

-...entonces, ¿no estás enfadada conmigo?

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04/06/2014, 15:26
Kale

-¿Cómo podría? Si no fuese por ti, estaría muerta. Cruzada o no, da lo mismo. Me has ayudado, me has salvado... y si hubiera sido diferente, podrías haber inspirado a todos los del templo para que saliesen a luchar por sus vidas. Si eres sólo escritora, entonces tienes más mérito si cabe.

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04/06/2014, 15:41
Liliana Drauss

-Bueno, si no fuese por ti yo hubiese perecido ahí en la plaza cuando empezó el ataque. Pero tienes razón, esto no ha terminado. Si nos quedamos aquí, tarde o temprano los demonios nos encontrarán, o esta parte del pueblo se verá arrasada por uno de los incendios que esas fieras van provocando.

Se puso en pie y miró a su alrededor.

-Busquemos si hay algo que nos pueda servir por aquí. Y luego volvamos a ir hacia la plaza. ¿Ahí es donde estaba tu hermano, no?

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04/06/2014, 16:08
Kale

-Sí -dijo Kale-. Aunque espero que ya no esté allí. Cuando murió Terendelev, todo se convirtió en un infierno.

La guardia se sacudió las manos y miró a su alrededor.

-A ver si los saqueadores nos han dejado algo de utilidad. Voy a mirar en el sótano.

Aparte del tipo sin cabeza y de la caja donde había dinero y gemas, de las armas y armaduras desparramadas por ahí y las panoplias, la tienda daba a un taller contiguo a través de una puerta giratoria. Aquí había herramientas para forjar y afilar armas y arreglar armaduras averiadas. Oculto detrás de la pequeña forja había un alijo con una cerradura para la que no tenía llave.

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04/06/2014, 17:52
Liliana Drauss

Liliana observó al hombre decapitado no sin cierto reparo. No sabía si le había matado un demonio o si se trataba de una trampa que había puesto el anterior dueño de la tienda. En cualquier caso, si había algo de valor ahí, más les valía encontrarlo, pues toda ayuda era poca en su situación.

Eso incluye el dinero de la caja, pensó Liliana. No es mío ni tengo ningún derecho sobre él, pero es mejor que me lo lleve yo a que lo cojan saqueadores como esos tiflin. Y si salgo de esta, lo usaré para ayudar a las cruzadas, lo prometo. Así que espero que me perdonéis, dioses, por cogerlo.

Se acercó al cadáver. Si se trataba de una trampa, era posible que el hombre la hubiese ya disparado y no hubiese peligro, pero también podía ser que se reiniciase sola. Agachándose para tener la cabeza por debajo de donde había recibido el corte ese pobre desgraciado, agarró el cadáver y lo dejó tumbado en el suelo. Lo registró rápidamente, a ver si llevaba algo o por si antes de morir había encontrado la llave para ese alijo cerrado. Luego, aún agachada, tomó la caja registradora y la bajó del mostrador para dejarla en el suelo.

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05/06/2014, 20:29
Narración

En una de las manos del cadáver encontró una llave que sin duda pertenecía a la caja fuerte de la forja. Al abrirla se encontró con una armadura muy parecida a la suya con el símbolo de Iomedae grabado en rojo en el pecho, una capa doblada varias veces de un material magnífico, un estuche con seis pociones y una daga de factura increíble dentro de una vaina cubierta de granates.

Notas de juego

En el alijo encuentras una coraza +1, seis redomas de poción de Curar heridas leves, una daga de gran calidad en una vaina enjoyada y una capa mágica, además de gemas por valor de 400 mo.

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05/06/2014, 22:01
Liliana Drauss

Al ver lo que había encontrado en el alijo, no pudo evitar volver a empezar a llorar. Se tapó la boca para contener un sollozo mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Tras unos segundos, hincó una rodilla en el suelo, se quitó el colgante de plata con el símbolo de Iomedae del cuello, desenvainó su espada bastarda y ató la cadena del colgante alrededor de la empuñadura. Con la hoja alzada, miró fijamente el símbolo de la diosa, inspiró con fuerza para tratar de calmar la voz, y empezó a hablar en voz baja.

-Oh Dama del Valor... He usado sin derecho el nombre de aquellos que luchan y dan su vida por ti y por tus ideales. Pero mi intención con ello ha sido proteger a los débiles, resguardarlos de la maldad que asedia este lugar. Permíteme pues que tome estas prendas con tu insignia, y que las use para marcar la diferencia. Para salvar vidas y derrotar a los enemigos del bien y la justicia. No te defraudaré, mi señora.

Cerró los ojos y esperó unos segundos, luego volvió a colocarse el colgante alrededor del cuello, se quitó su vieja y abollada coraza, y se puso esta que acababa de encontrar. Miró la daga: no tenía uso para ella, por muy magnífica que pareciese; su espada de acero frío le parecía un arma más adecuada. Kale, sin embargo, quizá la quería. La capa le llamaba la atención, pero también quería compartir el botín con su compañera. Se acercó a la entrada al sótano y gritó su nombre.

-¡Kale! ¡He encontrado algunas cosas de valor! ¿Y tu? ¿Todo bien por ahí abajo?

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06/06/2014, 19:20
Kale

Kale subió a buscarla dando pesadas zancadas. Sonrió al ver lo que había encontrado.

-Ya sabía yo que la Dama del Valor no nos defraudaría. En el sótano no hay demasiado de utilidad, sólo cachivaches y conservas. ¿Quieres que te ayude a ponerte la coraza? Parece hecha a medida para ti -dijo tomándola con cuidado y reverencia-. ¿Sabes? Es extraño que alguien como tú, una escritora, siga tan fielmente a Iomedae. Pensaba que los artistas adorabais a Shelyn. Mi hermano Ioseph es un paladín de Shelyn -murmuró mientras le apretaba las correas-. A mis padres no les gustó demasiado que se apartase de la fe familiar. La mujer de mi tía Viviana era una sacerdotisa, y le hicieron enamorarse de Shelyn con sus bonitas historias. Por otro lado, me alegro de que sea así. Mi hermano mayor murió hace poco. Era cruzado, como mis padres. Podría haber sido también Ioseph...

Su voz se extinguió como si de pronto hubiese recordado que la vida de su hermano aún seguía en el aire.

-Ya estás -dijo tras terminar en silencio.

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06/06/2014, 19:41
Liliana Drauss

Mientras dejaba que Kale la ayudase a ponerse la coraza, Liliana escuchó la historia que le contaba y respondió en cuanto esta terminó.

-Oh, no creas que no soy también devota de Shelyn. ¡La de veces que he acudido a su templo de Carpenden, donde vivía con mis padres, o de Almas, donde me mudé a vivir por mi cuenta! Tanto cuando me bloqueaba y necesitaba su inspiración para mis novelas, como cuando terminaba alguna y quería darle las gracias.

O cuando necesitaba consejo con alguno de mis enamoramientos, pensó para sí. Se alegró de estar de espaldas a Kale y que esta no viese como se sonrojaba un poco.

- Pero por alguna razón siempre he tenido una conexión muy fuerte con las enseñanzas de Iomedae. Y eso que no soy en absoluto su prototipo de seguidora... pero no sé, las primeras historias que me atraparon y apasionaron fueron los relatos de sus Actos, y las historias de hazañas de sus paladines. Mi tía Joslyenne, la hermana menor de mi padre, es una inquisidora al servicio de la Heredera. Casi siempre está viajando, pero cuando pasa por casa, las dos nos llevamos muy bien y nos entendemos mucho. Ella me dio mi colgante cuando tenía yo... buf, ni siquiera lo recuerdo. Me parece como si siempre lo hubiese llevado conmigo.

Tras ponerse la coraza, recuperó su escudo y su espada. Se estaba acostumbrando bastante a su peso ya, y empezaba a ser capaz de empuñarla con solo una mano. Tiempo atrás, solía acudir a veces a las lecciones municipales de entrenamiento marcial, pero en los últimos años nunca había encontrado un momento para ir. Pero poco a poco, sentía como que las lecciones que había tomado regresaban a ella. Cogió las pociones y entregó la mitad a Kale, y luego le enseñó la capa y la daga.

- Por las inscripciones en los frascos, esto son pociones curativas. Nos irán bien ahí fuera. Además he encontrado esta daga y esta capa. No soy una experta, pero parecen muy bien hechas, incluso mágicas quizá. ¿Las quieres para ti, ya que yo me he quedado con la armadura?