Partida Rol por web

Los contenedores de la bóveda están llenos de grano, lana, harina y otros artículos de primera necesidad, con un valor calculable no superior a las doscientas monedas de plata. A pesar de ser bastante pequeña la sala resulta bastante complejo buscar una llave por aquí. Eso podría llevar tiempo.

Con los cofres, sin embargo hay algo más de suerte y parecen estar limpios de mecanismos. Así que Racalín no duda en tirar de ellos para abrirlos, el primero lo abre y en su interior se aprecia varias monedas de oro, unas doscientas así a primera vista, el segundo sin embargo está cerrado con llave.

En ese instante, Sejmet se asoma por la puerta para preguntaros si habéis "visto algo":

Avanzas hasta ponerte a la par de la elfa, pero los pasos de Methgar son demasiado rápidos para ti, por eso quizá te lleva a desviarte en el último momento y te acercas hasta la puerta que abrieron tus otros dos compañeros.

El interior está ilmunado gracias a la luz solar que entra por un pequeño orificio en el techo de la construcción. En su interior puede verse varios embalajes, barriles, cajas, sacos y un par de cofres cerrados y envueltos en polvo. - Racalín se encuentra examinándolos y Caesar parece estar buscando algo con la mirada por los contenedores -

Junto a estos cofres también se ven varias jaulas de tamaño mediano, seguramente para encerrar animales, o incluso a los niños.

Avanzas raudo en proporción a tus heridas, a ti te parece la velocidad de un caracol pero te das cuenta de que la velocidad humana no es la misma que la de los elfos salvajes y cuando te das cuenta Sejmet ha quedado alejada de ti y se ha parado, quedándose frente a la puerta que abrieron tus otros dos compañeros.

Ya enfrente de la celda los niños ven como te acercas. La mayoría parecen estar asustados al verte, y en su mirada puedes leer el miedo y el sufrimiento que han debido de padecer. Te das cuenta de que todos se van hacia atrás, tratando de huir de ti. Es posible que no hayan visto a una elfa de tu clase o tengan entendido que los elfos salvajes suelen ser bastante peligrosos como norma general.

En cualquier caso, el muchacho de melena larga se mantiene en su sitio con su hermana en brazos. La niña te mira en silencio y se baja de brazos de su hermano, te sonríe y saca su pequeño brazo por los barrotes para tenderte una flor roja.

Espera a que se la cojas.

Querelar consigue no perder el equilibrio y enderezarse correctamente para enlazar una carrera por el pasadizo, su contricante: una pedazo de roca redonda.

Por suerte todo sale bien y no hay ningún pequeño traspiés, al fondo puede apreciar como el elfo se mantiene firme y de espaldas en el final del pasadizo. Justo donde ya se ve la plena luz del día. El Valletano grita desesperado a su compañero que se aparte mientras la roca le sigue de cerca. Tan solo quedan unos metros para llegar al final y si Minsk no se hace a un lado podrían tropezar los dos y ser aplastados por al violenta roca que persigue al humano..

Minsk sale de le pasadizo y se aparta de la boca del túnel, para dejar a Querelar salir a toda velocidad y a lo que sea que le persigue. al mismo tiempo prepara su estoque por si hubiera que volver a entrar a buscar al bandido. Limpia su estoque en la hierva y aguarda a que el torpe de su compañero salga de una vez.

Vamos Querelar, no será para tanto, ni que una roca te fuera a aplastar.

Que divertido, una roca quiere aplastar a Querelar.

Aquí hay oro,lo podemos repartir...

DIgo,mientras intento abrir el otro cofre.

mmmmph....clik...

Me cuesta un poco pero al final lo consigo.

Ya está!,veamos que hay...

Espero que no sea una víbora

Gracias pequeña dice dulcemente mientras se agacha para quedar a la altura de la niña y coge la flor es muy bonita Parece ser que les dejaban salir... si no cómo habría podido cogerla...

Tranquilos, pronto os sacaremos de aquí y nadie os hará daño.. os llevaremos con vuestros padres termina con convicción para tranquilizar a los niños

 Más por instinto que por razocinio, el guerrero, nada más salir del túnel, se echa al lado contrario del que se encuentra el elfo. Nada más apartarse una roca de grandes dimensiones, de forma esférica, sale aplastando todo a su paso, provocando un leve temblor a su paso.

El cofre contiene varias monedas de platino - unas 20 -, una cuerda de extrema calidad y unos guantaletes bastante grandes para tus ojos, sin embargo la cuerda si que la ves adecuada para tu tamaño.

El valletano se apresura y aprieta los dientes antes de hacer el último esfuerzo para hacerse a un lado. Justo en ese momento la gran roca pasa por su lado, arrasando todo lo que encuentra a su paso que no es mucho hasta que un fuerte árbol detiene su movimiento, quebrajando su robusto tronco.

Recuperando la respiración, puede apreciar una burlona sonrisa en los gestos de su compañero y ya más tranquilo se puede apreciar el paisaje que os rodea. Hay varios muros derruidos enfrente de vosotros como bien sabe Minsk. En lo alto de esta construcción, multitud de enredaderas cubren casi por completo la estructura, demostrando lo antiguo del lugar, y sirviendo para camuflar, visto desde la distancia, algo más que viejos muros.

Lo que se muestra son las ruinas de un antiguo emplazamiento, descubierto por casualidad. Y a corta distancia, apenas a unos pasos de los lindes de la foresta, más que la entrada al recinto, son múltiples las posibilidades a escoger para iniciar una desconocida y temida siguiente etapa del camino. Pero seguramente para vosotros dos no sea dificil orientaros:

A vuestra derecha, a la lejanía se aprecia un sendero que conduce hacia la Villa de Aguas Fuertes. En vuestro frente, dichos muros derruidos y tras ellos sigue un bosque bastante frondoso y con altos árboles con hojas recién nacidas debido a la epoca del tiempo.

Tras ver el continúo recorrido de la roca hasta que la detiene un árbol, algo te llama la atención tras ese mismo árbol. Es el cuerpo de una persona tendida en el suelo, y no se mueve. Quizá haya sido aplastada por la roca, o quizá lleva hay mas tiempo del que te imaginas..

La rosa se queda entre tus manos mientras los demás niños que siguen detrás de la niña se acercan lentamente como si te quisieran examinar. Y eso es lo que hacen, te examinan con la mirada y estiran los brazos con algo de miedo para sentirte. Aprovechan que estás a su altura para alargar las manos tras los barrotes y así poder acariciarte y ganarte su confianza.

Todos ellos sonríen al ver como les das una respuesta de seguridad y se sienten más tranquilos, e cinluso se miran entre ellos al no poder creer que una elfa salvaje se esté comportando de esa manera. Seguramente sea por culpa de la educación que han tenido y de todo lo que se rumorea sobre dicha raza.

Pasas un rato entre ellos, y ellos disfrutan con tu compañía. Tus compañeros siguen en el interior de la bóveda.

 Querelar terminando de recuperarse del susto mira al elfo, en us rostro no hay ningún rastro de gracia. Luego examina el lugar en el que están, el entorno y lo que se aprecia en el horizonte.

 - Haz lo que creas conveniente, pero yo no me avenuraré tras esos muros desconociendo lo que pueda haber en ellos. Prefiero reunirme con el oficial y los chavale rescatados, tal vez puedan contarnos algo de utilidad, como por ejemplosi han vistomás bribones o otros siervos a parte de los trasgos.

 Sin esperar la respuesta del elfo, Querelar pone rumbo a Aguas Fuertes, atento por si pueda haber alguna sorpresa desagadable.

Minsk, sin hacer caso de lo que dice su compañero, se  acerca con cautela al cuerpo tendido en la hierva, con el estoque desenvainado se aproxima muy lentamente al cuerpo.

¿Se encuentra bien, extraño desconocido tendido en la hierva?, ¿necesita ayuda o ya no hace falta?

Cuando esta al lado del cuerpo, observa con detenimiento de quien se puede tratar antes de comenzar a mover a patadas el cuerpo.

Mirad chicos,más dinero....

Exclamo con alegría a mis compañeros.

Y no solo eso hay unos guantaletes y una cuerda.Creo que deberíamos repartir el dinero,no creeis?

DIgo mientras empiezo a guardar mi parte.

Esta cuerda me la quedo yo,quien quieres estos guantaletes?

-Tal vez parte sea de los niños... -repuso la clériga- y si no, en cualquier caso, creo que deberíamos darles algo. -añadió, un tanto reticente a la idea de coger lo que no le pertenecía.

Quién sabe a cuánta gente habrán asaltado para reunir esto...

-¿Encontrais la llave de la celda?-pregunta a Caesar, que parece buscar algo.

Entonces el mediano habla de nuevo y Sejmet no puede evitar tomar los guanteletes que Racalín menciona, para examinarlos.

Chicos, me quedaré aquí vigilando, por si acaso, si me necesitáis avisadme! dice en voz alta para que le escuchen sin tener que alejarse demasiado de los niños.

-¡Lo tengo!- Dice el humano lleno de alegría al ver una palanca oculta  tras los barriles.

Tras accionarla, avisa a la elfa a grito pelado para ver si la puertas de las celdas se están abriendo.