Partida Rol por web

La Dama de fuego se mantiene con el arma en mano viendo como la manada de gnolls han decidido escapar. Mientras te acercas a Marpilla ves su cuerpo mal herido, y no recibes ninguna respuesta por su parte. Parece haber quedado inconsciente temporalmente.

La mujer apoya una mano sobre tu hombro, y ella se encarga de levantar al cuerpo de la gnoma. Con la cabeza te señala hacia la posición donde acaban de aterrizar aquellos dragones.

Con tanta espesura y árboles no puedes disntiguir a tus compañeros, pero sin duda que deben de encontrarse en un gran peligro por los rugidos de combate que llegan hasta tus oídos.

El desconocido parecer estar muy concentrado en no ser descubierto por el dragón que acaba de alzar el vuelo. Va cubierto por un conjunto de telas oscuras que le hace pasar despercibido en la oscuridad. No obstante, parece que no llega a ser invisible para todos los ojos.

Avanza con la intención de alcanzar las escaleras, sobrepasando tu posición. En ese momento sales detrás de él, en silencio. El hombre se detiene, obligándote a cuidar más tus pasos por haber creído que ya te había detectado, pero los silenciosos pasos del extraño continúan hacia la escalera, llevando una de sus manos a la cintura...

 Querelar actuó por inercia, la terrible bestia que le había atacado yacía muerta, o casi muerta, en el suelo, pero otro peligro real estaba encima de ellos, uno de los dracos permanecía atacándoles. Gararet recibió graves heridas... momentos antes de que intentara ayudarlo. No podía dejarle a su suerte, a pesar del poco efecto que le tenía.

 El valletano se acerco, apretando fuerte los dientes ante el dolor lacerante que le causaban su propias heridas, y con un gesto imperativo de su mano armada lanzó un haz de energía verdosa de nuevo, el rayo fue un tanto desviado, pero la gran envergadura de la criatura y su poca destreza hizó que este la impactara. El rayo recubrió por un instante a la bestia, arrancándole aullidos lastimeros de dolor agónico... la había cabreado. El Valletano se preparó para aguantar una aacometida de la criatura, con la rodela, casi insignificante ante tan enorme criatura, delante de él, listo para intentar desviara el posible ataque.

Moviéndose con todo el sigilo posible, Metgar se acerca lo suficiente al desconocido para posar la punta de la espada en su espalda

Pon las manos donde pueda verlas y sin movimientos bruscos o acabarás con un agujero en el pecho... hace una pausa en la que espera que el desconocido cumpla sus instrucciones ¿Quién eres y qué haces aqui? le pregunta a continuación mientras intenta averiguar qué es lo que llevaba en la cintura

El hombre se detiene al notar la punta de un arma tras su espalda. Alza las manos para que puedas verlas y sin girar sobre sus pies, de momento, dice. -Hay un dragón ahí afuera, y te preocupa verme ensartado...  Su voz te es tremendamente familiar, aunque el pañuelo que cubre su boca hace que su voz sea menos reconocible.

De su cintura pende una espada larga, manchada con sangre. Deberías ahorrarte esas preguntas, dama. No quiero hacerla daño.-

Sin que llegue a ver tu rostro y sin que llegue a darse la vuelta todavía, el desconocido aprovecha un nuevo rugido del dragón para darte un codazo amistoso, que le lleva a tener el espacio suficiente para escaparse de ti. El ladrón sube las escaleras con una velocidad sorprendente y en ese momento el draco vuelve a estar sobrevolando el edificio.

Maldición! no puedo dejarlo ir y arriesgarme a un enfrentamiento con el dragón teniéndolo a mi espalda... .... esa voz.... quén??, ahora no importa..

Agarrando firmemente la espada y el arco, Methgar echa a correr detrás del ladrón, intrigada y dispuesta a descubrir quién es el dueño de esa voz que está a punto de reconocer.

Detente! dime donde está Hima, ¿qué habeis hecho con él? le grita mientras sube

Las extremidades del engendro, tensas para poder mantenerse aferrada sobre los derruidos cimientos del edificio, le ayudaban a tener un posición firme y al mismo tiempo con cobertura. Descubrió al ladrón, que se detuvo para contestar a tu última pregunta. Pero el estruendo del dragón te robó la respuesta y cargó contra el desconocido con una velocidad sorprendente. El cuerpo fué a parar varios metros más allá, empotrándose contra los muros de hormigón.

Volvías a estar frente a aquella criatura a sólas, apenas acompañada de tus armas y una pareja de misteriosos globin. La criatura, te echó una última mirada acompañada de un gran rugido. El dragón alzó el vuelo, y tras él quedó al descubierto aquel extraño hombre.

Muy cercano a tus pies, en un momento en el que bajaste la mirada y el contorno de la criatura ya se perdía entre el oscuro cielo, percibiste unos pendientes adornados con un par de plumas de rojas y negras, las cuales pertenecían a Hima.

Hima! grita asustada por si hubiese muerto al descubrir los pendientes en el suelo. Sin importarle la presencia de los goblins o el probable retorno del dragón, corre hacia el cuerpo al tiempo que coge de la mochila la poción que tenía reservada

Aguanta Hima!, aguanta... sigue hablando mientras se arrodilla a su lado y le aparta la capucha para comprobar su identidad no se te ocurra dejarme, no ahora que te he encontrado..* continúa hablandole mientras busca signos de vida en él para, a continuación darle a beber la poción si es necesario..

Viendo que Gárret se decidía a huir pero el valletano seguía estando cerca de mí, bastante herido, decido sanar sus heridas para que pueda recuperarse un poco, al fin y al cabo gracias a sus hechizos hemos logrado aguantar hasta ahora y casi acabar con la vida de Lhaeo. Le debo no solo una, sino varias, eso si salimos de aquí con vida, lo cual veo complicado... pienso a la vez que comienzo a susurrar palabras en idioma élfico mientras muevo mis manos en dirección de Querelar.

Después vuelvo a tomar mi arco y me dispongo a colocarle la siguiente flecha.

El valletano de tez oscura avanzó firme y seguro hacia el siguiente engendro. Atrás ya quedaba la moribunda bestia con la que se había engarzado anteriormente, aparentemente sin vida. De su mano liberó un apagado rayo verdoso. Éste salió disparado hacia su nuevo objetivo en una trayectoria en espiral. En un principio daba la sensación de no ser lo suficiente efectivo como para atravesar las magníficas barreras de protección natural que poseía la criatura. No obstante un rugido desgarrador mancilló a la criatura, reduciéndole sus fuertes escamas.

En ese instante, la bella elfa se acercó tras la espalda del mismo Querelar y posó la palma de su mano sobre él. A los pocos segundos, el mísitco recibió una agradable curación mágica. La mayoría de sus heridas quedaron cerradas, manchadas por una tierna cicatriz (+14pg). Gárret por su parte ya había huído del combate...

La criatura miró al valiente valletano, y se lanzó sobre él con sus dientes y garras por delante. Aunque consiguió desviar la peor parte, sintió como la manada de dientes se hincaban en su carne y una de sus garras dejó una gravísima herida en su cuello desnudo. (-21 pg) Miya, que quedaba como la principal protagonista del brutal ataque se vió obligada a intentar esquivar el corpulento cuerpo del engendro. Una de sus alas le alcanzó, casi haciéndola tropezar y al poco tiempo sintió un aguijón clavado en su espalda. Su piel comenzaba a cambiar a un color más blanco, sentía frío. (-12 pg)

Miyanuviel quedó frente a frente contra aquella criatura, aún sedienta de sangre.

No recibías síntomas de movimiento en aquel hombre desconocido mientras te acercabas. Su cuerpo quedó mal herido por el brutal impacto que recibió contra la pared, algunos rasguños sin importancia sobre los antebrazos desnudos era todo lo que se distinguía.

En el momento en el que te inclinaste y descubriste su identidad sentiste una sensación difícil de dominar. Viste aquel rostro, aquellos ojos verdes que sólo podían poseer una persona, y aquel cabello largo y rebelde; era Hima. Su estado lo desconocías, pero parecía haber quedado inconsciente y le notabas más delgado, como un par de kilos menos, quizá por la falta de nutrientes.

Cuando ingerió el líquido una tos seca te informó de que estaba vivo. Ya casi entre lágrimas no sabías sin sonreir o pegarle amistosamente por haberte echo sufrir tanto. En cualquier caso estaba allí, abriendo los ojos detenidamente para dislumbrar poco a poco el rostro más bello que él había visto. Sonrío y entre algún que otro síntoma de dolor consiguió reincoporarse para apoyar la espalda contra la pared. -Has tardado mucho. ¿No crees? Como un quinceañero se acercó a tus labios, te besó como si fuera la primera vez. Cuando separó sus labios te acarició el rostro, apoyando la frente sobre la tuya.

Nunca más volveré a dejar que un dragón interrumpa nuestro reencuentro. Bromeó. Luego te miró a los ojos y con un tono más serio y habitual te dijo. Y nunca pienso abandonarte, siento haberte echo pasar por todo esto...-

si no te hubieses escapado de esa silla te habría encontrado hace tiempo.. contesta (a lo de que ha tardado mucho tiempo) queriendo simular que está enfadada aunque no puede evitar sonreir ahora que finalmente le ha encontrado.

Tras las últimas palabras de Hima le abraza nuevamente, fuerte, como para corroborar que está ahí y vivo. Serás bobo... le dice cariñosamente mientras una vez se ha separado un poco, aunque sin soltarle del todo aunque tuviese que haberlo hecho sola, habría venido a rescatarte... sonríe al tiempo que su mirada se ilumina mientras le susurra te quiero, Hima hace una breve pausa emocionada a causa de haber manifestado sus sentimientos, cosa que nunca hace y no permitiré que nada, ni siquiera un dragón, se interponga entre nosotros... le besa una vez más, suave y lentamente.

Sin embargo, su instinto pronto le recuerda que aún se encuentran en grave peligro. A desgana, tras unos segundos, le suelta y se incorpora con gran esfuerzo pues comienzan a dolerle todas las heridas recibidas.

Vamos, tenemos que llegar junto a los demás y creo que he enfadado al dragón, no lo tendremos fácil... pasea la vista por la sala pues ha recordado también a los goblins ¿Los conoces? le pregunta al tiempo que le ayuda a incorporarse

 Un terrible dolor recorre el cuerpo del valletano, pero antes de ponerse a gritar y dejarse dominar por el pánico, el guerrero aprieta los dientes y aguanta ante la bestia.

 Necesitava un milagro par asalir con esta situación con vida, pero al parecer los dioses pretendían que siguiera el camino de sus padres, el camino de las armas.

 Sacudiendo la cabeza levemente para centrarse en la situación y dejar a un lado las reflexiones el valletano se dispuso a hacer pagar a la bestia un precio tan alto por su vida que no le mereciera la pena.

 Con un gruñido el joven se abalanzó, con sus escasas energías, tomando por sorpresa a la criatura que poco esperaba esta reacción por parte del gravemente herido hombre, el valletano logró descargar un profundo corte en el vientre de la bestia, punto por el cual se extendió una descarga eléctrica recorriendo todo su cuerpo, haciendole arrancar un agónico rugido de dolor

Gárret se ubica cde nuevo en una posición que le permite flanquear al draco que ha perdido interés en él y vuelve a usar su honda

Ya sabía que la acción de acercarme a sanar las graves heridas de Querelar me dejaría al descubierto, pero valía la pena intentarlo. Teniendo el don de la sanación no podía quedarme de brazos cruzados cuando un amigo necesitaba unas curas urgentes.

- ¡Ahhh! - grité de dolor cuando el aguijón del nuevo draco se incrustó en mi espalda fieramente. Traté de sobreponerme lo mejor que pude pero por unos instantes la vista se me nubló y las piernas me flaquearon, temí caer allí mismo y que no me respondieran nunca más a causa del tremendo dolor.

En silencio y con sigilo me dirijo hacia donde se encuentran mis compañeros...ya tendré tiempo de preocuparme de ella...pienso mientras me dirijo hacia la batalla.Esta vez tengo equipado el Tottem,el cual tenía pensado en ofrecérselo a los gnolls en caso de que nos ayudaran,pero no fué posible.

Con mi forma de Saurión y protegido por mi armadura de mago y escudo mágico,me dirijo hacia la batalla.

Con firmeza, el valletano encara a la bestia. La mano diestra la reluce y chispea debido a una fuerza eléctrica. Ésta no le daña a él, pero su oponente no es tan afortunado. El arma abre una gran brecha sobre el vientre del egendro mientras expulsa la fuerza de la electricidad. El dolor es agonizable. (-30 pg)

Gárret que en un momento había decidido huir del combate, vuelve sobre sus pasos y lanza una nueva piedra desde su hondo. El dolor es ridículo comparado con el potente ataque de su compañero. (-4 pg) La elfa, con uan distancia suficiente para cubrirse de las garras del dragón siente como su cuerpo vuelve a la normalidad. El conmocionando dragón no pudo acertar con un agresivo mordisco, sus fuerzas flaqueaban y su estado era un tanto incierto. Pero seguía siendo una criatura muy peligrosa incluso en aquel estado.

En aquel momento, un ligero giro de de cuello alertó a Miya. del contorno de un par de personas humanas. Los dos le eran reconocibles. Uno de ellos era Asaln, que estaba andando a duras penas acompañado por Heian. Mientras avanzaban hacia vuestra posciión, trataban de ocultarse tras los troncos de los árboles para no ser visto por la criatura.

El cuerpo de Lhaeo, había desaparecido. En algún momento debió de escapar, ¿pero cuando?

 Esta vez las fauces, las garras, las alas y la cola no habían hendido la carne del valletano quien se había defendido con dientes y uñas para salvarse. La férrea defensa, y la debilidad fruto de la sangre que empapa sus mallas y ropajes, hacen que el joven jadeé quedamente y resoplé.

 La aparición del mediano le dió el empuje necesario para lanzarse de nuevo contra la criatura reptiloide, otra vez se abrió paso a través de las defensas de la criatura para abrir otra profunda brecha en el cuerpo de la criatura. Era a vida o muerte.

No se esperaba aquella entrega de sentimiento por tu parte. Pero sin duda él tenía muy claro que eras la mujer con la que quería envejecer. Pasaron varios días hasta vuestro reencuentro, llegaste a pensar que podía haber muerto. Lo tenías allí, besando tus labios heridos. La pasión aumentaba, te mordía el labio inferior y si el cielo no estuviera lleno de criaturas voladoras y peligrosas el resultado podía haber sido otro completamente distinto.

-Si no se interponen dragones en nuestras vidas, resultarán poco emocionantes... ¿no crees? Bromeó, dándote un último beso antes de reincoporarse. Te quiero, Methgar. Eres preciosa...

Al momento el par de goblins hicieron su aparición. Son criaturas expertas en aparecer cuando menos lo requiere la situación y al veros tan pegados comenzaron a reirse a escondidas. Hima esbozó una sonrisa mirándote, y asintió a que había que moverse rápido de allí. Será mejor que nos larguemos de aquí. Les conocí cuando conseguí deshacerme de las cuerdas y la mordaza, me sirvieron de ayuda para despistar a los guardias... después intenté ir a buscar a mi hermano, pero no dí con él...-

Hima busca una de tus manos, raudo, para comenzar a bajar las escaleras de nuevo. No dejaba de hechar míradas criticas hacia le cielo. La criatura voladora podía aparecer en cualquier momento.