Partida Rol por web

- Encantada, James. Bueno, si me ayudáis a regresar a mi colonia, seguramente os podamos echar una mano para encontrar lo que sea que estáis buscando. Mi gente no es ingrata, y sabe devolver un favor.

- Cuenta con ello Ola. - respondo. Además hace tiempo que debo una visita a Brendan.

- Los cuerpos sin vida de los vuestros convertidos en Trolls, ¿qué quieres que hagamos con ellos?

Ola adquiere una expresión grave

- Quemadlos. Ya no son enanos... Su torturador ya ha sido ajusticiado; no necesitan más.

Podéis notar cierto tono de amargura en esas palabras, pero su rostro permanece imperturbable

- Eso haremos. - digo.

- ¿Qué tal si nos movemos? - comento. Tenemos que localizar el Corazón del Invierno y a su "propietario" para poder recuperarlo. Y no podremos hacer nada de eso si permanecemos bajo tierra.

Escucho el intercambio de frases entre Ola y James. Parece que se conocen (o que tienen conocidos en común, que para el caso es lo mismo) y, tal como profetizó el sueño, hemos encontrado unas nuevas aliadas. Me apoyo en cualquier sitio y abro la cartera del gigante, buscando entre las tarjetas alguna de Gunnar Fronson o de Slam!

Cuando terminan de hablar, me acerco a la humana y le tiendo la mano para ayudarla a levantarse.

- ¿Sabes si hay algo más de interés por aquí? - pregunto. - ¿Algo que guardase el gigante y nos pueda ayudar con nuestra misión? - Ha dicho que tiene capacidades proféticas, así que tal vez ella misma pueda echarnos una mano.

Antes de irnos quiero asegurarme de que no estamos dejándonos nada importante atrás.

- No, aunque os puedo echar una mano. Como compensación por haberme ayudado.

Cybil se levanta de la cama y coge un cuenco de cobre que había sobre la mesa. Lo llena de agua, y mira en su interior. Al cabo de unos segundos sus ojos se ponen en blanco y recita lo siguiente:

La hija del mentiroso     Ayudará al grupo

Su corazón reemplazado    Por las manos de un héroe

Arbol y Montaña               Destinos torcidos

Un diezmo de sangre          Controla las puertas

Cybil se queda pensativa unos segundos

- Bueno, la primera linea parece que me está diciendo que os acompañe. El resto.... no se. Supongo que lo comprenderemos cuando llegue el momento

- Cybil, ¿quién es tu padre? - pregunto intentando averiguar si también es hija de algún Dios.

Parece ponerse nerviosa de repente

- Bueno... yo... Mi padre es Loki... ¡Pero soy de fiar, de verdad! ¡No elegimos a nuestros padres, vosotros lo sabéis tan bien como yo!

Mi boca se encogio como si chupara un limon.
Una hermana?

-Bueno, bueno, bueno... ya es momento de que salgamos de aqui, luego tendremos tiempo de tomar algo tranquilos y charlar...-

Diesmo de sangre, corazon remplazado... cuantas cosas se me cruzan por la cabeza... hay que pagar con sangre un peaje? o que... En tal caso le arrancaria el corazon a un caballo y diria que es de Hagger, o el de un conejo y decir que es de James...
Una hermana?!... por lo menos queda la enana...

Cuantas cosas se me cruzan por la cabeza, pero prefiero moverme ahora antes que perder tiempo pensando.

Asiento con la cabeza. - Bien, vamos entonces - digo echando un último vistazo alrededor. Entonces me fijo en Ola y me quedo quieta justo antes de empezar a caminar. - Ola, es de día fuera... ¿Tú puedes salir a la luz del sol? - Pregunto.

No he olvidado su oferta de ayuda si la devolvemos a su colina, aunque no estoy segura de que realmente tengamos tiempo para hacerlo. De lo que no tengo ninguna duda es de que no podemos dejarla aquí. "Maldita sea... Si nos hubieran avisado unos días antes ya tendríamos el Corazón del Invierno", pienso, aunque sé perfectamente que no sirve de nada lamentarse.

- La luz puede ser la enemiga de vuestros aliados - repito una vez más en un susurro. Y ahora una nueva profecía diciéndonos que Cybil nos ayudará.

- Parece que tendremos que dividirnos. Ir unos al pueblo por los coches... y herramientas para cambiar una rueda - añado mirando de reojo a James, no sin cierta culpabilidad - mientras otros se quedan aquí para cuidar de Ola y Sybil.

- Me quedo yo con ellas para protegerlas, no os preocupeis. 

Y dicho esto Hagger se encendió un cigarro. 

- Puedo salir fuera, pero no me quiero convertir en un adorno de jardín -dice con sarcasmo- Habrá que esperara a que anochezca.

-En tal caso, mas yo no puedo hacer aqui- Rio con sorna a la mirada cruzada de Hilda y James.

Entre una media hermana y una enana recientemente viuda, que fiesta se montara aqui, en esta cueva...

-...Por es me voy... a por un coche o algo, no me vanco mucho quedarme aca-
Con tal de salir a mover el culo.

Pensando en el tiempo que queda para que anochezca

-Solo un par de horas... nos alcanza para enparchar una rueda...no?-

No parece que esté fingiendo; la profecía parece auténtica

Asiento en respuesta a la pregunta de Ian.

- Eso espero... Si no tarda demasiado el autobús. De cualquier forma en el peor de los casos podremos llevarnos la moto en la parte trasera del jeep.

Me vuelvo hacia Hagger, pasándole la linterna para que la use mientras no estamos. - ¿Te quedas tú con ellas entonces? ¿Alguien más? - pregunto al resto del grupo. - Yo iré por mi coche entonces. ¿Quién se viene? Aunque tal vez podáis esperar en el edificio. No tenía luz y así no forzaremos demasiado el montacargas.

Si salís ahora, os da tiempo a coger el autobús de vuelta

- Vaya, una Hija de Loki. Curioso. - pienso. Es lo último que me esperaba.

- Hagger, yo me quedo contigo para proteger a Cybil y Ola. - comento. De todas formas no he venido en coche.

- Hagger, si arriba no da la luz deberíamos esperar allí. Prefiero tener más zona vigilada. - digo. De todas formas tengo que subir para luego poder bajar el ascensor así que esperadme en la puerta del mismo. - añado acompañando a Ola hasta la puerta del ascensor.