Partida Rol por web

La noche cayó una vez más sobre el camino al norte de Argluna. El destino era Sundabar, pero el paso de Argluna estaba cerrado por lo que tuvieron que rodear las montañas Nezher por el norte y luego volver al sur a destino.

Llevaban 3 jornadas de viaje y cada vez se hacía más extenuante. Habían conocido a Hornet, el guía de la caravana, un hombre alto, astuto y bastante callado. De algún u otro modo a Darkon le llamó la atención ese sujeto, pareciera que su alma estaba corrupta como la suya y el noble caído tenía un sexto sentido para esas cosas, pero pocas palabras pudo obtener de él.

Los 4 venían desde lejos y tenían una única misión: Contactar a Sabandija en Sundabar, un devoto de Bane que los pondría a trabajar en su causa. Habían conseguido una caravana compuesta de 4 carros en Argluna y rápidamente se inscribieron como guardias protectores de la caravana. Dieron su palabra para protegerla a cambio de comida y de unas monedas a llegar a destino. El líder era un gordo con gran bigote negro y grasoso que no hacía otra cosa que comer, maldecir y dar ordenes con tono autoritario, como si sus contratados fueran esclavos.

Hornet se acercó a los cuatro de Bane y pronunció más palabras de las que les había dirigido en todo el camino. -No los conozco, pero algo me dice que son de fiar. Llegado el momento me gustaría contar con que se mantengan al margen de todo.

Ni siquiera esperó respuesta y se marchó, perdiéndose entre unos árboles en los que habpian decidido acampar. No era más que una arboleda que en algún momento del pasado perteneció al bosque Luna. Aquella frase no tuvo sentido en el momento, pero más adelante sabrían de qué se trataba.

Todos dormían excepto un par de guardias, cuando un grito de espanto los levantó a todos de un solo movimiento. Una enorme criatura identifficada como un Ogro saltó de repente cargando un gran mazo, matando a todo el que se atravesara en su camino. Muchos goblins atacaron y un par de orcos también, todos ellos eran dirigidos por un hombre encapuchado armado con un arco largo: Hornet.

Levantó la mirada a los 4 de Bane y se llevó el dedo indíce a su boca en un gesto de silencio.

Era hora de tomar una decisión: Cumplían su palabra de proteger la caravana (jajaj) o se mantendrían al margen de aquella emboscada

Me agradaba la caravana. Poco que hacer, mientras pasábamos la mierda de viaje. No podía dejar de pensar en que mi sed de sangre se saciara con la muerte de algún pobre diablo. Este lugar estaba peor que el octavo infierno de Cania, realmente era un puto glaciar. Nada que me interesara mucho, pero si aquí podía conseguir poder de verdad, seguiría este camino en honor a mi oscuro señor. Quería matar personalmente a aquél viejo gordo, que tanto nos había complicado todo. Cuando Hornet nos habló, asentí con la cabeza, y cuando todo comenzó, no pude evitar sonreír, y luego reír a carcajadas. Observé la escena y mirando a mis compañeros les dije;

-¿Qué les parece si vamos a torturar al cerdito? Creo que se lo debemos…-

Dije con una amplia sonrisa, a la vez que sonreía, buscando al gordinflón entre la escena, mientras iba silbando con despreocupación. Llevaba mi mandoble desenvainado, y mientras buscaba al gordinflón, ayudaba rompiendo las defensas de los pobres hombres que intentaban defenderse, en busca de mi objetivo.

Habíamos viajado por mucho tiempo, siendo guiados por la dulce y embriagante oscuridad de nuestro señor. Nos llamaban, nos silbaban, nos orientaban hacia nuestro objetivo, nuestro destino.

En mi mente solo hay oraciones herejes y un creciente fervor carnívoro que solo desea engullir a los infieles, estoy deseosa de aquel mórbido ritual. Lo bueno que no espere mucho para aquello, los invisibles hilos del oscuro por fin se movieron, guiando a Hornet a este festín en honor a nuestro señor.

Sonreí ante esta situación mientras movía mi cabeza de arriba hacia abajo, dando a entender que estaba de acuerdo con mi aliado, cojo mi maza   y me mantengo en espera, acumulando energía sacra para bendecir  a los siervos de Bane… 

Llevábamos ya unos cuantos dias viajando con la caravana, y aunque odiaba el aburrimiento y la frustracion de andar en una caravana sin hacer nada y sin poder robar algunos de los objetos valiosos que sabia que llevaba.

Parece que la suerte me sonrie esta vez, pense al tener la oportunidad perfecta para salir un poco mas adinerado de este "Desafortunado" ataque.

Mientras tanto escuche a Darkon, hablar de sus planes con aquel cerdo y no pude evitar sonreir mientras decia:

- Me encantaria, lamentablemente tengo una caravana que saquear, pero estoy seguro de que encontraras una forma de hacer sentir al desgraciado, como si todo estuvieramos hay. - Justo al terminar de decir que me coloque mi capucha encima y fundi en las sombras para ir hacia el lugar que sabia era el que tenia las cosas de mayor valor, cosa que me aseguraba de averiguar siempre que tenia trabajos de este tipo

El viaje fue algo aburrido y me molestaba mucho aquel gordo, desde que fui soldado e cumplido ordenes de gente capaz y con dotes de liderazgo esa tipo de gente que respetaba lo suficiente como para seguir su mandato, pero esto era diferente, era algo que no podia dejarlo pasar por alto asì que cuando hornet dijo que no nos metieramos cumpliria con su orden, a medias claramente, cuando se desato el caos en la noche tome mi equipo y sali siguiendo a darkon, me sorprendi cuando vi lo que se habia desatado alli fuera pero cuando darkon planteo la idea de ir a sacarle chillidos al cerdo todo lo que pude responder fue claro que si mentiendome con mi espada desenvainada y con el escudo alto no muy preocupado por no hacer ruido 

Allen se disipó entre las sombras que la casi-oscuridad podía ofrecer, se escabulló sin que nadie lo notara hasta uno de los carros. La información acerca del contenido de la mercancía jamás había sido revelado, pero el ladrón sabía que algo de valor debían llevar a cuestas.

Los otros tres se enfrascaron en la tarea de asesinar a ese malnacido líder de caravana. Lo visualizaron desatando uno de los caballos del carro más alejado para escapar. Se deslizaron siguiendo el ejemplo de su compañero ladrón, pero no tuvieron tanto éxito al ser divisados por un grupo de Goblins. -Auglsh niough dahelsh. Dijo uno de ellos, y 4 más se le sumaron para ir en contra del trío.

El combate era inevitable, pero tenían que salir rápidamente victoriosos de él si no querían que su presa se escapara definitivamente en ese corcel!

Avancé directamente por el camino hasta que vi un grupo de goblins, que se pusieron en nuestro paso. Los miré, y con la mirada seria les dije;

-Estábamos en el mismo bando, pero ahora que me están impidiendo llegar a mi objetivo, aprenderán el sabor de su propia sangre, malditos insectos. Les daré una sola puta oportunidad antes de ofrecerles sus almas a mi señor de Bane, y es que si no salen del  camino inmediatamente ahora, rasgaré sus pescuezos con mis manos hasta que se ahoguen en su puta sangre.  –

Y luego de eso, si no salían bien mis palabras, cargué directamente, contra el primero de ellos, enarbolando mi espadón. Miré a Anazareth y le dije;

-Tu encárgate del caballo del maldito obeso, no dejes que se escape. -Dije, con ira en los ojos.

Al escuchar lo que me dice Filomortal simplemente concentro mis energías entrópicas en mi mano y recito con una voz fría e inerte-. SHAGTARKA KUM DURG (te ordeno a que te detengas)-. Apunto mi mano hacia el lugar donde estaba el mal nacido y con una sonrisa malévola lanzo el sortilegio, preparandome para seguir avanzando hacia donde se encontraba mi presa. 

Todo salio según lo planeado y no tuve ninguna dificultad en escabullirme en medio del fragor de la batalla.

Lo primero que hice una vez tuve enfrente mi objetivo fue mira al mi alrededor, cuidándome de haberme fijado en todo y que no hubiera ninguna posible amenaza que pudiera haber escapado a mi vista, la primera vez.

Una vez por fin me hubiese cerciorado de que no me acompañaba nadie mas, entraría en el carro y revisaría los contenidos de mi futuro botín. 

Una vez que los goblins nos cortan el paso me preparo para la pelea haciendo un gesto de agradecimiento a anazaret por el apoyo, me fijo que darkon les dice unas palabras a los goblins antes de tirarse sobre ellos cosa que me parece inútil, los descerebrados seguirán siéndolo aun después de gritarles -vamos yo te cubro terminemos con esto rápido- digo a la par de que me dirijo a atacar al goblin mas próximo al que ataco mi compañero para así tener la capacidad de cubrirlo

-Aquí hay más escoria! -Fue lo que entendió Darkon a las pequeñas sabandijas..

Las pequeñas criaturas vacilaron en atacar al grupo, si bien era más numerosos, aquellos cobardes Goblins eran cobardes y siempre tenían que superar en gran número a su oponente. Darkon supo leer a la perfección aquel detalle y se adelantó a sus compañeros para tratar de conciliar con los Goblins.

Las palabras de Darkon sonaron intimidantes, pero era su forma de mostrar que estaban del mismo bando. Las criaturas permanecieron escépticas y bajaron la guardia un tanto, hasta que fue evidente que no los atacarían, los dejaron seguir su camino sin derramar sangre. Los goblins entonces buscaron a otra víctima a la cual caerle encima: Una pobre sirvienta, constantemente abusada por aquel gordo líder.

Allen por su parte, rebuscó entre los barriles y cajas cosas que sirvieran de valor.

La sonrisa se dibujó en la cara de Darkon cuando tuvo a aquel gordiflón a su alcance. Demoró demasiado en soltar los caballos y eso era su perdición...

Sonreí al ver que mis amigotes goblin hacían caso. Habían salvado el pescuezo, por esta vez. Hice una seña a mis compañeros para que pudiéramos avanzar, y con una sonrisa llegue hasta donde estaba el gordinflón trotando, ¿No queríamos que el centro de esta fiesta escapara, no? Sonreí acercándome a él, y le dije;

-¿A dónde va tan nervioso, señor? ¿No ve que sus hombres necesitan ayuda? –Dije con una sonrisa, para luego adelantarme antes de que pudiera huir hacia cualquier caballo, y levantando mi espadón, se lo enterraría directamente en una pierna para evitar que pudiera escapar.

Una vez le hubiera enterrado el espadón para que no pudiera escapar, lo sacaría y sacando mi daga lo apuntaría directamente al cuello, empujándolo al piso mientras mis compañeros se acercaban;

-¿Sabes? Ha sido un viaje de mierda. Ya era suficiente con que tuviéramos que soportar un frío que nos hacía tiritar, ¿Y todo para qué? Para que un gordo hijo de puta como tú nos estuviera tratando de esclavos. Ahora como puedes ver, tu caravana es atacada, tus ayudantes masacrados, y tú te has ganado el mejor de los puestos debido a tu actitud de mierda. Querido, querido amigo…realmente nos vamos a divertir contigo. –Dije con una gran sonrisa, y revisándolo para sacarle cualquier cosa de valor, arma o anillo que anduviera trayendo encima, lo pateé hacia Anazareth, para que procediera a hacer un ritual en nombre de Bane.

Observe cuantas cosas me fueran posible en el vagón, e intente identificar cada una de ellas. Por su puesto, tratándose de mi, mi prioridad recaía sobre, averiguar que cosas eran valiosas y que cosas podrían sernos útil en nuestra jornada, ya sea provisiones o objetos que tuvieran un uso mas "técnico" 

No importaba tanto lo que encontrara ya que este no era un robo planificado, ni sabia que cosas había, pero definitivamente no quería regresar con las manos vacías y este era una buena forma de aumentar nuestras ganancias sin tener que esforzarnos, o por lo menos es así mientras no tenga que pelear o me tengan que proteger mientras saqueo el vagón.

Estaba preparado para cargar contra esas escorias pero al parecer eran mucho mas cobardes de lo que ya creia que son de por si, pero no me importo mucho así que segui adelante sin bajar mi guardia hasta donde estaba el lider de la caravana, darkon y anazareth tenian planes para el así que solo me sente en el piso con una sonrisa a ver el espectaculo, ya que tampoco tenia mucho que hacer ademas de tocarme los huevos un rato .

Miro a la escoria que se retuerce de dolor en el suelo, no digo nada, solo lo tomo por el cuello y lo arrastro a pocos metros hacia un sector plano,  en donde mis camaradas y los cadáveres frescos hacen un bello matiz con la nieve, formando un tétrico publico deseoso a que comience con la satírica obra.

Dejo de arrastrar a la carroña, cojo un miembro amputado y con la sangre de este comienzo a dibujar herejes símbolos sobre la pulcra nieve, mientras que mis labios comienzan a evocar palabras antiguas llenas de blasfemias y deseos impíos.

-.Margalash tumrk atehm-.

Digo en voz baja, casi completando el símbolo

-.Gotrish t’hum garkortg-.

Tomo, por el cuello, al cerdo y lo posiciono al centro del círculo, que lentamente comenzaba a emitir un aura oscura y maligna.

-. Bane ar`koth cartashur-.

Entierro la daga ritual en el estómago del cerdo, abriéndolo de izquierda a derecha, haciendo que sus entrañas y fluidos internos se esparcieran por todo el lugar, al mismo tiempo que los gritos de dolor, desesperación y odio hacían que mi cuerpo lentamente se excitara.

-.Tyorthem furth BANE, BANE, BANE!-.

Saco la daga del estómago del hombre, para luego apuntar su punta al caótico cielo nocturno esperando una señal, un gesto, un calido suspiro de nuestro dios para guiarnos hacia nuestra oscura cruzada y propagar la sagrada profanación…

Allen investigaba sigilosamente en uno de los vagones, el ladrón sabía donde buscar y era muy habilidoso. Era lógico que de haber algo de valor en el carro, él lo encontraría. Solo que le tomaría un poco de tiempo.

Mientras tanto, en otro lugar, sus compañeros se divertían con el gordiflón.

Al principio, el hombre puso cara de alivio cuando vio al trío acercarse, el muy imbécil pensó que venían a protegerlo.

-¿A dónde va tan nervioso, señor? ¿No ve que sus hombres necesitan ayuda?

La pregunta la recibió con toda naturalidad, sin sospechar aún de los 3. -Claro que necesitan ayuda, iré al asentamiento más cercano e informaré de lo sucedido, ese imbécil guía tendrá su cabeza colgada de una estaca. Ustedes vayan y ayuden, para eso se les paga!

Torpes palabras... Su cara de espanto lo dijo todo cuando escuchó a Darkon mientras seguía hablando con un intimidante espadón en su mano -Hijos de puta Y otras maldiciones lanzaba a todo pulmón mientras su corazón se aceleraba a una velocidad sobrenatural, su piel se tornó blanca, casi como la de un muerto. -No...No... AAAAAGGGGHHHHH -Gritó cuando el espadazo aterrizó de lleno sobre su muslo, la sangre salpicó a Darkon que parecía disfrutarlo. 

-Por todo el panteón de Faerûn -Dice con gran dificultad debido al dolor, entre balbuceando, llorando y sollozando -Que demonios me hacen -Se quejaba mientras era arrastrado al círculo dedicado a Bane, mientras recitaba unas palabras malditas. El líder de la caravana gritó como un cerdo siendo masacrado en el matadero cuando la daga atravesó piel y carne hasta llegar a su barriga, los chillidos agudos solo excitaron a la sacerdotiza que se regocijaba con el sufrimiento y la sangre del desgraciado.
Los rituales tenían respuestas diferentes por parte de Bane, pero siempre daba respuestas. A veces con visiones, a veces con misiones, a veces con bendiciones y a veces con regalos o información. Pero siempre tenían respuesta y este no sería la excepción, lo que no sabían aún era cuando sucedería. Lo único seguro es que el alma del desgraciado estaba condenada y marcada para ser presa de los Baatezu para un "más allá" de solo sufrimiento y dolor.

Los chillidos iban mermando a medida que la vida y la sangre dejaban el cuerpo de la víctima, hasta que el silencio mermó completamente y solo el sonido de la vida nocturna de la espesura era audible. De repente, Hornet, los goblins y los orcos habían terminado con la matanza y estaban observando el sangriento ritual.

Hornet se adelantó a hablar con el grupo a la vez que Allen llegaba de rapiñar sigilosamente.

-Vaya! Yo que pensé que solo se mantendrían al margen de la situación, que grata sorpresa encontrarse con adoradores de Bane. Les propongo una asociación -Dijo convencido de sus propias palabras. -Trabajen conmigo y recibirán grandes riquezas y autoridad con estos esbirros.

Palabras más, palabras menos, Hornet proponía asaltar caravanas y cometer crímenes para ganar reputación y conseguir más seguidores, deseaba ser un bandido de renombre con cientos de criaturas bajo su mando y crear terror entre la gente. Quería que su nombre fuera recordado y temido.

Comida y pieles, de eso estaba lleno el carro. Poco y nada que valiera la pena, pero tu sexto sentido indicaba que debía haber algo más.

Después de rebuscar, encontraste un escondrijo entre el piso del carro. Una bolsa de cuero cerrada con un cordón. Al alzarla sentiste el placentero sonido metálico propio de las monedas.

Cincuenta monedas de oro y una daga de excelente manufactura se encontraban en el interior de la bolsa, la metiste en tu mochila y decidiste que ya era hora de reunirte con tus compañeros.

Sonreí y reí a carcajadas al ver el horror por el que estaba pasando nuestro ex ‘’jefe’’. Miré a mis compañeros una vez que todos nos reunimos, y al ver a Hornet acercarse, miré a mis compañeros, y luego hablé, explicándonos;

-Estaríamos encantados, pero vamos hacia Sundabar, pues allí tenemos más contactos, y nos estamos preparando para dar un golpe más grande. ¿Pero sabes qué? Dinos como encontrarte, y cuando tengas un asunto muy grande en entre manos, contáctanos y te ayudaremos. Si encontramos un trabajo en el cuál también se pueda ganar mucha pasta te buscaremos y te ofreceremos también participar de él. Fuera de todo esto, siempre puedes contactarnos en Sundabar cuando quieras vender algo de importancia que no puedas vender en otro lugar. Lamentablemente tenemos una misión más importante, pero al menos podemos hacer contactos a futuro, en caso de que queramos extender nuestra red de contactos. –Dije, mirándolo, mientras limpiaba mi espada en el cadáver del gordinflón.

Luego de eso miré a mis compañeros, y agarrando las cosas encontradas las guarde en el morral diciéndoles;

-Llevaremos estas cosas y las venderemos en Sundabar, luego las repartiremos y seguiremos con el plan. Tomemos un poco de cobijas, comida y un par de caballos si es que quedan para que nos vayamos de este maldito lugar. –Luego miré a Hornet y le pregunté- ¿Sabes algún atajo hacia Sundabar? Quizás podamos asaltar otra caravana en conjunto camino hacia allá, por los buenos tiempos, ¿Qué te parece? –Pregunté, mirándolo. 

Al terminar el ritual, limpio lentamente mi sagrada daga pera luego guardarla, gentilmente, en su vaina, una vez hecho eso, rezo en voz baja unos párrafos en honor a perdición.. .

Vuelvo a donde se encuentran los fieles de mi señor e ignorando toda palabra del humano con delirios de grandeza, muevo mi mirada en dirección a Sundabar deseosa de seguir con mi viaje, yo, mi grupo y los corruptos e embriagantes espíritus caóticos de este lugar conocían que mi destino, mis acciones y mis decisiones deben ser dictadas solamente por el eterno gobernante de la penumbra y no por un simple mortal…

- Parece que valio la pena haberme quedado mas de lo que queria; Pense que habria mas cosas pero estoy es mas que suficiente para un ataque del que no formamos parte. - Fue lo que pense al ver los contenidos de la bolsa de oro y la daga.

Pense un momento que hacer y decidi sacar veinte monedas de oro para mi y dejar las treinta restantes para mi grupo, despues de todo lo que no sepan no les molestara y esto sera el dinero para "Emergencias" 

No pude evitar esbozar una sonrisa a la vez que me preparaba para regresar con mis compañeros.