Partida Rol por web

La repentina entrada en escena de los zombis pilla por sorpresa a Pock, haciendo que estos a pesar de ser mas lentos pudieran empezar a hostigarlo. Uno de los zombis atrapa a Pock y lo sujeta con fuerza por las espaldas, impidiendo que este pudiera moverse asta que el resto de zombis pudieran acercarse lo suficiente tambien.

¡Maldito déjame ir! - Maldice el gnomo mientras intenta inútilmente deshacerse del zombie.

Una lluvia de golpes cae sobre Pock sin que este pueda hacer nada para evitarlo. El gnomo estaba recibiendo una brutal paliza y esta vez era imposible huir, lo avían acorralado.

Una sombra paso rápido sobre el gnomo y los agresores y estos se detuvieron al instante al sentirla pasar. Aunque los golpes cesaron el zombi que mantenía agarrado a Pock no dejo de sujetar a su presa, pero también levantó la cabeza a lo que se había posado sobre vosotros.

Un ser de enormes proporciones había pasado por encima de vosotros y dado media vuelta al ver el ajetreo. La débil luz que iluminaba el lugar fue cubierta por el enigmático ser volador. Sus alas eran como la de los murciélagos, patas recias con grandes garras y una cabeza de reptil imponente unida a su igualmente impresionante cuerpo por un cuello largo, todo él esta recubierto de escamas brillantes y de una tonalidad ardiente por lo que se podía apreciar de su silueta, pues la parte delantera y su rostro estaban oscurecidas por estar de espaldas al sol, apoyando los cuartos traseros y contemplando unos segundos a la multitud. El animal llevaba entre las patas delanteras lo que parecía ser un palo mayor, el cuál arrojó con la misma facilidad que si fuera una vara.

El imponente animal dijo unas palabras en una lengua desconocida para Pock, pero que los zombis parecieron entender. Incluso ellos vacilaron un momento y retrocedieron un paso por instinto. El ser repitió las mismas palabras pero esta vez no se movieron del sitio. El animal respondió entonces con furia, haciendo un ataque lateral con la garra hacia Pock…

…y desgarrando por encima de su cabeza el zombi que lo había estado sujetando.

Poco después de su desgarrador ataque el animal se inclinó hacia delate y roció con ácido a los enemigos restantes, produciendo ampollas en los mas afortunados y reduciendo a nada al los que no.

Pock se encontraba en estado de shock y era incapaz de actuar, eran muchas cosas las que habían ocurrido en poco tiempo y tenia ante él a su salvador, un dragón que debía haber pasado a la edad adulta haría poco a lo que se refería a estas criaturas longevas.

El ser hablo otra vez pero Pock, el cual seguía impresionado pero que no respondía, no porque seguiera en shock sino porque seguia sin entenderlo. El animal meditó unos segundos, se rascó la barbilla y lo volvió a intentar, pero esta vez en común.

-¿Entiendes común? Conozco a las criaturas que prueban la isla y en esta no hay elfos… -Comenta al confundirte con un niño elfo. -¿Quien eres?

Pock tarda unos segundos en responder.

Esto ... gracias por salvarme. Me llamo Pock, aunque no creo que saberlo te sirva de mucho.

... soy un gnomo, no un elfo. - Sonríe sacando pecho. - Tampoco pertenezco a esta isla.

¿Eres ... el señor de este lugar? 

Las ultimas palabras sonaron con un poco de temor.

Pues la tengo liada como este sea el causante de todo.

El dragón dedica unos segundos de escrutinio sin perder de vista a Pock. Asimilando las palabras de este y tomándoselo con calma para dar una respuesta.

-Se podría decir así… En realidad tengo la ancestral misión de proteger este lugar. -Responde. -Debería presentarme yo también, mi nombre es complicado de pronunciar pero en este lugar los aborígenes me conocen como “Alasnegras". -Dice el reptil, viéndose obligado a presentarse y dar un nombre como el resto de seres inferiores tenia por costumbre de hacer para hacer mas cómodo y afable el dialogo.

Tus ojos, cansados y algo amoratados por la reciente paliza, distinguen al fin el color del ser. El animal estaba recubiertos de escamas semejante a cobre. Sin lugar a dudas el sobrenombre “Alasnegras” debía venirle por la sombra que proyectaba con sus alas desplegadas cuando sobrevolaba el lugar, proyectando una sombra negra con forma de dragón, oscureciendo cuerpo y alma.

Tras la debida presentación el reptil mira detrás de ti, el supuesto largo recorrido que el gnomo debía haber dado hasta llegar ahí, algo que sabia demasiado bien que no era fácil.

-Dime, Pock el gnomo. ¿Que asuntos te traen a mi isla?

Bueno ... - Levanta los hombros. - No estoy aquí por voluntad ... ni mis compañeros ... naufragamos.

La verdad es que la idea de estar hablando con un dragón no se le hacia muy cómoda al gnomo, pero intentaba mantener la compostura y que no se le notara el exceso de nervios que se acumulaban bajo su piel. No obstante no se quitaba esa sensación de ser un ratoncito hablando con un gato.

¿Por casualidad no habrás notado la presencia de mas personas por aquí? Los únicos supervivientes del barco donde iba nos separamos cuando los aborígenes de la isla, gente muy antipática por cierto, nos asaltaron

¿Y ... que es este lugar? - Añade mirando a su alrededor.

El dragón escuchaba en silencio al gnomo y estudiaba con calma la información que el naufrago le aportaba. Sabia que la hospitalidad del gnomo no era otra que mantenerlo satisfecho por temor de ser devorado. Aunque se mantenía en silencio y la mirada fija en la diminuta figura, la cola del dragón se movía como el de un felino inquieto.

El dragón miró a su alrededor unos segundos despues de la pregunta de Pock sobre la naturaleza del lugar y seguidamente cogió con una de sus patas delanteras al gnomo, sujetándolo bien pero con delicadeza para no aplastarlo con su poderosa garra.

-Las preguntas tendrán que esperar por el momento, gnomo. En esta zona hay no-muertos y algunos sirven a los señores de la muerte en vida… Te llevare a mi cubil, allí podremos seguir con la conversación en privado.

El dragón tomo impulso y dio un potente salto impulsado por las alas. Escombros y tierra volaron por todas partes y el reptil subió metros en cuestión de segundos. Para cuando Pock quiso darse cuenta ya esta sobrevolando las inmensidades del lugar. Al parecer al fin el gnomo había conseguido una “montura” voladora.

Mientras la garra lo inmoviliza y se lo lleva elevandolo del suelo, el gnomo solo puede asentir con una tímida vocecita.

Claro ... como gustes ...

Contempló con cierta incomodidad como el suelo se alejaba a gran velocidad y el viento surcaba su cara. La sensación era incomoda para alguien que siempre había vivido a 2 palmos del suelo.

Por el momento no dijo gran cosa, sobrecogido por la experiencia, y se limitó a mirar el paisaje buscando puntos clave.

El dragón siguió ascendiendo asta llegar a considerable altura, suficiente para contemplar la inmensidad de la isla y rozar algunas nubes bajas. Sin lugar a dudas el gnomo estaba viviendo una experiencia única en la vida aunque por su incomoda situación no pudo disfrutarla.

Tras menos de una hora el dragón y su visitante dejaron a tras al cementerio de navíos y lapidas y sobrevolaron acres de colorido bosque, el cual, minutos mas tarde dejarían también a tras para llegar a una ciudad de magnitudes increíbles asentada dentro de un cráter, rodeado de barrancos y cataratas pero que no se hundía, posiblemente gracias a túneles subterráneos que la desviaban.

Pock no vio al sobrevolar el magnifico lugar ningún signo de vida. Hacia mucho que sus calles no eran transitadas por nadie. Aun tratándose de ruinas conservaba gran parte de su belleza. Los edificios estaban hechos de materiales amarillos y blancos, que a la luz del sol daban la sensación de estar hechos de oro y plata pero con un tono verde por la antigüedad y la humedad de las cascadas. El edificio que mejor conservado era una pirámide escalonada que estaba situada en el centro de la ciudad.

El dragón empezó a descender poco a poco y aminorando la velocidad, pero en lugar de buscar una zona amplia para aterrizar se precipitaba a una de las cataratas. El gnomo tenia el cuerpo en tensión, no solo por la garra sino por la inminente colisión, sin embargo su anfitrión y él atravesaron el manto de agua y entraron en una gruta oculta.

Alasnegras se sacudió en agua como si fuera un perro y después siguió caminando pero sin soltar aun a Pock. El túnel era ancho (lo suficiente para que por él pudiera entrar un dragón de tamaño adulto con las alas bastante abiertas) y que bajaba en espiral a otro lugar…

Pock miró sorprendido la ciudad y no pudo evitar sentir curiosidad por caminar en esas calles y ver que quedaba de esa civilización.

Olvidandose un poco de su posición, se atrevió a preguntar.

Oye, ¿Que es este lugar? Parece antiguo ... ¿hay tesoros en el?

¿Donde tienes la casa? ¿En la piram ... e ... oye ... cuidado con la cascada ...eh, EH! CUID... - El sonido del agua y la cascada ahogaron sus palabras mientras se tapaba la cara con los brazos.

Cuando el sonido había desaparecido y se encontraba rodeado de piedras, suspiró, le gustaba mas el paisaje de fuera.

¿Crees que podría andar por mi cuenta? Es que me pone nervioso estar en las garras de una poderosa criatura mas anciana que mi pueblo de nacimiento.

A ESTE POST LE SIGUE UNO MUY LARGO

A Pock se le empezó a aflojar la lengua y para su sorpresa el gran reptil no parecía molesto, aunque a decir verdad el bardo era incapaz de descifrar el estado anímico del dragón.

La criatura siguió bajando en silencio a pesar de los muchos comentarios del gnomo aunque escuchaba lo que decía y estudiaba sus palabras. El drágón había demostrado ser de entre sus familiares el mas social pero un tanto serio.

-Antes de llegar a mi cubil debemos cruzar por una red de túneles y no quisiera que te perdieras. Responde con serenidad. -También hay ciertas cosas de valor histórico que han sobrevivido a la catástrofe de este pueblo y que no quisiera que se rompieran hoy al recibir mi inesperado huésped.

El dragón de bronce siguió bajando y girando en un par de ocasiones asta que al fin llegasteis a unas ruinas húmedas y antiguas que el gnomo calculo que debían estar ocultas bajo la ciudad pues el murmullo del agua se hacia patente en todo momento pero su ruido se fue amortiguando según bajabais.

La primera sala tenia la entrada adornada con sendos dragones, uno a cada lado. Frente a vosotros al entrar había una pequeña caída de agua, la que se filtraba de una de las cataratas. Entre esta y la entrada había un agujero que daba a otro piso mas bajo aún. Alasnegras despliega sus correosas alas y se deja caer por el agujero, agitando las alas poco a poco para frenar el ímpetu de la caída.

El siguiente piso, por su aspecto, debió ser el dormitorio de un estudioso que debía contar con una importante posición en la ciudad pues disponía de los mas caros lujos y comodidades. Aun existía el que debió ser su camastro, con sabanas de terciopelo rojas. También había una gran colección de libros que con el paso del tiempo y la humedad se habían enmohecido y cerca de la impresionante estantería una esfera, todo el mundo de los mortales estaba plasmada en ella, incluida la desconocida isla.

El reptil siguió agitando sus alas y aun bajo un piso mas, también húmedo pero mas seco que los anteriores conforme os habíais alejado de la cascada. Una gran sala que contenía una cuantiosa cantidad de reliquias antiguas entre los que se encontraban jarrones, estatuas, armas y armaduras. Cada una de estas piezas debía ser mas vieja que el bardo y cada una tenia un increíble valor histórico y artístico.

-Aguarda un poco mas, ya casi estamos, gnomo… -Dice, cruzando la sala y pasando entre la gran colección de piezas arqueológicas para llegar ante un túnel que estaba en la pared, por encima de una cabeza de dragón esculpida. El trono del dragón.

El reptil se agacho y tomó impulso, con la agilidad de un felino se subió sobre la cabeza de dragón. Una ves arriba, sabiendo que el gnomo seria incapaz de bajar por su propio pie y que tenia lejos de él sus mas preciados tesoros, lo soltó con suavidad.

-Se bienvenido, Pock el gnomo. -Dice mientras se aleja de este adentrándose un poco mas al túnel y poder acostarse sobre unos mullidos cojines de terciopelo.

-Ponte cómodo, hacia tiempo que no recibía visitas y mantenía una conversación hablando el Común. Cuéntame ahora tu historia… y la de tus amigos. Después decidiré que hacer contigo. -Dice mientras su imponente cuerpo se hallaba acomodado y brillante por la luz de las antorchas.

Pock se muestra un poco molesto ante el trato recibido. Molestia que se nota en su voz aunque no diga nada directamente.

El gnomo se dedica a contar su naufragio y las aventurillas que ha sufrido su grupo a lo largo de la isla, hasta el punto en que llegó en el cementerio.

Desde su posición contempla a su alrededor, aún molesto por tratarle como un vulgar ladrón, o peor aún, como a un mediano.

Después de contar su historia se queda mirando al dragón y dice:

Bien, ya te he dicho mi historia ... ¿tienes interés en responder a alguna de las preguntas que te he hecho o se me comes ahora?

El dragón escucha paciente las historia de Pock mientras lo contempla con sus grandes ojos de reptil. En la historia del bardo habían datos que no hacia falta añadir y que ambos ya conocían, como quien era el responsable del naufragio del Leviatán.

El reptil sonríe ante la malhumorada pregunta del gnomo. El dragón no se sentía ofendido y seguía acostado con el vientre por encima de los cojines y su cabeza recostada sobre otro mas grande y de terciopelo rojo.

-Aunque seguramente eres mejor bocado que los aborígenes, por tu tamaño no me saciaría…-Dice en un tono que parece tratarse de una broma.

-Descuida Pock, si tu historia es cierta y no conocías de antemano este lugar y tuviste la desventura de surcar los mares en los que no debías no sufrirás ningún daño. Merola no tubo nada que ver en el hundimiento de tu navío, fui yo. Lamento la perdida de tu barco y la de tus compañeros, que de seguro ya han muerto, pero mis razones tenia para hacer lo que hice… Tienes derecho a preguntar lo que gustes, gnomo, siempre que prometas que lo que se hable hoy aquí no salga de este lugar.

¿Mu ... muertos? - Dice el gnomo titubeante ante las palabras.

¿Lo dices por decir o lo sabes con certeza?

Curiosamente hasta el momento Pock no había contemplado la posibilidad de que sus compañeros hubieran muerto y la idea le retorcía en el estomago como un nudo.

-Se de lo que hablo y me baso en la experiencia de siglos como custodio. Nunca nadie había llegado antes aquí a excepción de ti y fue porque así lo quise... Pocos son los que sobreviven al naufragio y son menos aun los que consiguen sobrevivir a la isla. Ya de por si resulta impresionante que llegaras asta el cementerio. En él hay cosas mucho peores que los zombis y si tus amigos intentaron cruzarlo dudo que hayan salido con vida…

El gnomo suspira aliviado y con una sonrisa responde:

Eso es que no conoces a Heskan o a Gaaki.

Un poco mas tranquilo (pues su fe en sus compañeros es grande) el gnomo busca responder sus otras dudas.

Bueno, agárrate a las almohadas ... allá van mis preguntas.

¿Que es este lugar, esta isla?

¿Quien habitaba en esa ciudad y por que ya no está aquí?

¿Cual es el motivo de ese cementerio?

El dragón sonríe ante el optimismo del bardo y lo convencido que estaba en que sus compañeros estaban aun vivos en algún lugar de la isla.

Las especies menos longevas tienden a aferrase a la esperanza, pero es algo que envidio. No quiero ser yo el que le quite la ilusión de volverlos a ver…

Mientras el dragón se guardaba para si sus pensamientos Pock emprende una avalancha de preguntas, cada una con una historia larga que se remontaba incluso a antes de la creación del mundo natural. El reptil guardo silencio, cerro los ojos y se relajo, mostrando una infinita paciencia con su interlocutor.

-Cada una de tus dudas será resuelta, pero haz las preguntas de una en una, pequeño. Hacia tiempo que no tenia compañía y cada una de tus inquietudes tiene una historia muy larga. -Dice mientras coge uno de los cojines y se lo tiende a Pock, el cual asta hace poco estaba de pie y a la defensiva.

El gnomo suelta un bufido y cierra los ojos intentando tomárselo con calma. Se sienta en el cojín y hablando lentamente como quien intenta hablar con un anciano dice:

Vale, una a una.

Cuéntame la historia de esta isla ... por que está oculta, por que tiene guardián, etc.

Antes que el Dragón pueda hablar, el gnomo vuelve a abrir la boca.

Un momento por favor. Quizá pido demasiado pero ... ¿tienes algo que comer? - El gnomo sonríe intentando poner su cara mas conciliadora. - Es que hace unos días que estoy malviviendo por la isla. Mi mente estaría mas clara si pudiéramos hablar mientras cenamos.

El dragón levanta la cabeza y mira en la dirección de unos restos humanoides que quedaban cerca de donde estaba dormitando. Alasnegras, comprendiendo que devorar otras especies humanoides no entraria en la dieta del gnomo y que mas bien podría sentirse incomodado, oculta mas aún los restos mortales del ultimo aborigen y se levanta.

-Mi dieta se basa en lo que los "moradores de la ruina" me traen como ofrenda… y no creo que quisieras probarlo. Aguarda un poco, iré a por algo mas apropiado.

Dice el dragón, levantándose y hiendo del mismo modo que cuando te llevó a su cubil.

No fue mucho tiempo el que el gnomo estuvo a solas, a penas unos minutos, pero el suficiente tiempo como para curiosear el lugar. Las piezas de mayor valor se encontraban fuera del alcance del gnomo, pero en el túnel en el que estaba habían otras cosas igualmente interesantes.

El dragón era sin lugar a dudas un amante del arte. En las paredes habían pintados frescos que parecían narrar alguna historia antigua. El bardo pudo reconocer la ciudad que acababa de ver cuando sobrevolaba con el dragón, pero representada en su máximo esplendor y en el edificio mas grande, el que tenia forma de pirámide, había sentado en la cúspide una gran figura con alas semejantes a las de murciélago extendidas a ambos lados. A juzgar por su porte, se trataba de un dragón, pero el cual no supo reconocer de que especie se trataba. Era una criatura que le recordaba a todos los dragones y a ninguno. Aquel ser estaba representado con un aura a su alrededor, como si fuera una divinidad que observaba atentamente toda la ciudad.

El gnomo siguió mirando y vio también el dibujo del mismo dragón, medio de su cuerpo salía de una anillo, representando que entraba en el mundo mortal, mientras que su parte inferior aun no había cruzado el supuesto portal y se encontraba aun en otra dimensión apunto de cruzar. A la llegada de este había un gran numero de humanoides de aspecto reptiliano que se postraban ante él.

Los recientes hallazgos hicieron que el gnomo se adentrara un poco mas al túnel y que se encontrara con algo oculto por una sabana blanca pero que delataba que lo que fuera que había debajo tenia forma circular.

Un sonido de aleteos alerto al bardo de la llegada del dragón, dándole tiempo a regresar a su asiento y fingir su serenidad.

El dragón entro con calma y arrojó a los pies del gnomo dos peces de considerable tamaño que aun daban coletazos, luchando por su vida fuera del agua.