Partida Rol por web

La Torre Infinita

La Entrada a la Torre

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22/09/2019, 16:55
Syrid

Lo había sentido. Había sentido el abrazo de la muerte en sus propias carnes, cómo su alma la abandonaba para unirse a todos los que habían muerto antes que ella, cómo su cuerpo caía inerte al suelo mientras el resto seguía luchando por lo que creían.

Había muerto, de eso estaba completamente convencida. Nalnwalme había terminado con la pretensión de la norteña de ser una gran guerrera, con sus sueños de ser una de las grandes que había conseguido terminar con el mal que azotaba el mundo, en definitiva, ser una de las elegidas.

Pero, a pesar de saber que su vida había sido borrada de la faz de la tierra, a pesar de ser consciente de que había muerto, comprobaba asombrada que era capaz de ver todo lo que sucedía a su alrededor. La sensación que la invadió fue como si hubiera caído en un extraño sopor del cual despertase en esos momentos mostrándole una imagen que, después de todo lo sucedido, no sabía distinguir si era sueño o realidad.

Se levantó del suelo sintiendo su cuerpo tan ágil como cuando había entrado en la Torre y observó con estupefacción a aquel ser que derrochaba poder por los cuatro costados. Del duque no había ni rastro y ahora sus barones se movían para matar a aquel imponente ser, incluso el mismo Druth se había unido a ellos para acabar con él mientras Theodore hincaba una rodilla al suelo para adorarlo.

¿Qué estaba pasando? Syrid observaba todo sin saber qué debía hacer pues desconocía tanto la naturaleza del ser como lo que estaba sucediendo. Se quedó a la expectativa, dándole vueltas a las únicas palabras que había oído pronunciar desde su recuperación y que habían sido pronunciadas, irónicamente, por aquel que le había segado la vida… Nalnwalme. Palabras que hablaban de destrucción, de corrupción y de salvación. La norteña seguía sin entender nada y, sin poder moverse ya que no sabía qué debía hacer, siguió observando todo lo que sucedía a su alrededor.

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23/09/2019, 19:14
Director

Los instantes siguientes fueron definitivos. La confusión, la ira e incluso la valentía se respiraba en el ambiente.

Los allí presentes contemplaron atónitos como aquella figura divina les había "rejuvenecido", ¿pero con qué fin? ¿Se trataba realmente de un enemigo? ¿o solo estaba mostrando piedad?

Habló de un juicio que acababa de comenzar, ¿significaría el final de vuestro mundo, del juicio final?

Apenas dio tiempo a saber cual iba a ser el siguiente movimiento por parte de aquel ente, puesto que tres de los allí presentes se abalanzaron decididos a enfrentarse a lo que ellos consideraban una amenaza.

Los dos barones, desprovistos de su señor, ahora tomaban voluntad plena de sus acciones y no dudaron en buscar dar muerte a quien había osado desafiar la torre. Ambos consiguieron alcanzar la posición de su ahora declarado enemigo.

Sus ataques impactaron con furia, dañando considerablemente al que a ojos de un mortal parecía ser un ángel celestial. Aquel acto impulsivo dejó desprevenido al ser, que con el mismo odio, decidió actuar en consecuencia.

¡¡El juicio no debía completarse así! ¡Habéis condenado a toda la humanidad!!

Mientras aquella voz enfurecida resonaba en todas vuestras cabezas, observasteis como los cuerpos de los barones comenzaban a prenderse en unas llamadas doradas. El dolor era insoportable, insufrible, pero no por ello iban a dejar de luchar.

A pesar de estar rodeados de quemaduras, los dos barones siguieron empleando sus armas con voluntad propia justo para que Druth, aprovechando la distracción que estaban propiciando los que anteriormente habían sido sus enemigos, propinase un golpe fatal contra la divinidad que con los ojos abiertos de par en par contemplaba como la herida emanaba luz cegadora.

El cuerpo del ángel empezó a vibrar, como si estuviese apunto de explotar en cualquier momento. Su voz volvió a resonar en vuestras cabezas.

Este mundo no os pertenece, debíais ser erradicados, no sois dignos de portar la luz de la vida... aún no estáis preparad...

Tal y como se podía intuir, la criatura celestial explotó en un centenar de luces, dejando la sala con un vacío sobrenatural. Poco tiempo tuvisteis para reaccionar al comprobar que la imagen de la torre empezaba a cambiar, como si estuviese desvaneciéndose lentamente, mostrando imágenes translúcidas del exterior.

¿La torre iba a desaparecer por completo? ¿Qué debíais hacer ahora? Los dos barones estaban en el suelo, aún con vida y repletos de heridas, pero satisfechos de haber contribuido a la muerte de aquel que desintegró al Duque, ¿pero cuál sería su destino ahora? ¿y el de los héroes?

 

Notas de juego

¡Menudo crítico Druth! En el mejor momento jajaja.

¡La torre va a desaparecer! No sabéis de cuánto tiempo vais a disponer. Los 3 héroes se encuentran en perfectas condiciones, sin embargo tanto Nalnwalme como Fu-Sei están heridos de gravedad. Ellos por su propio pie no podrán abandonar la torre, pero sí con ayuda.

¿Qué haréis? Debéis narrar vuestras impresiones ¡el final se acerca!

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24/09/2019, 23:21
Barón Fu-Sei

La carne se encontraba deshecha sobre la calavera deformada y demoníaca de Fu-Sei. Humeaba y despedía un olor nauseabundo y ponzoñoso. La encía había desaparecido dejando ver unos colmillos sobrenaturales. Su garra llena de colgajos de carne y tiras abrasadas aún se estiró hacia el resto - Os mataremos a todos - Su paso a los infiernos estaba a la vuelta de la esquina. Pronto se reuniría con sus hermanos a aguardar una segunda era de oscuridad para volver y anegar de maldad el mundo una vez más

Sabía que le guardarían rencor y se pasarían todo el tiempo peleando en los infiernos. Una lucha sin fin hasta el próximo despertar. Se había visto engañado por el Duque y ahora se hallaba postrado sobre la fría piedra por la aparición de un ser tan poderoso que había matado al Duque y a ambos barones. 

Fu-Sei no aspiraba a que la próxima fuera la vez en que destruyera el mundo, o derrotara a toda criatura viviente. Solo pensaba en que la próxima vez, sería otra oportunidad para causar dolor, pues eso era lo único que movía a los demonios.

Nos comeremos vuestro corazón - Las cuencas de Fu-Sei aún poseían esos ojos abrasados que no parecían mirar a ninguna parte y sin embargo el demonio aún profería amenazas, o tal vez fueran sus últimos deseos.

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26/09/2019, 11:18
Druth

Ni el propio Druth se lo había esperado. Por ello, se mostró sorprendido al ver cómo aquella criatura celestial explotaba envuelta en pequeñas luces. Habían ganado. Lo veía. La torre parecía estar desvaneciéndose, como si la magia que la había mantenido intacta durante todos esos años finalmente se hubiera desvanecido.

Durante un instante, se sintió tentado a agacharse para recoger el cuerpo de uno de los Barones, colgárselo al hombro y pedirle a Theodore o Syrid que cargase con el cuepro del otro. Todo apuntaba a que quienes fueran los lugartenientes del Duque poseían heridas de gravedad y que sus capacidades habían mermaado a causa de la muerte del Duque, la batalla contra el ángel y la forma en que la magia de la Torre se estaba debilitando. Pero entonces el guerrero recordó que uno de aquellos Barones había asesinado a Syrid sin el menor atisbo de duda, recordó los horrores que había contemplado en los niveles de la Torre... Las palabras de Fu-Sei fueron suficientes como para convencerle de dejar a los Barones allí, a su suerte.

No, aquel no era el día de mostrarse compasivo.

-Nos vamos -indicó el hombretón a sus dos compañeros, forzando una voz ronca para disimular su agudo timbre-. La Torre no tardará en caer.

Druth no lo dudó. Hizo un gesto a Syrid y Theodore y le hizo un gesto para que comenzasen a descender a los niveles inferiores de la Torre. La estructura desaparecía, el Duque había caído y, con suerte, su reinado de terror a lo largo del mundo pronto sólo sería un mal recuerdo.

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26/09/2019, 21:14
Barón Nalnwalme

Nalnwalme yacía en el suelo, humeante.  Los cables, engranajes y tubos que sustituían a sus dañados tendones, músculos y arterias ardían quebrados, escupiendo un oscuro icor que se encharcaba alrededor del último elfo oscuro.

Durante décadas había visto fallecer a todos los demás, envenenados y estériles, consumidos por la magia negra que alteraba su genética.  
El Barón había luchado contra ese destino manifiesto, sustituyendo la carne devorada por artificios mecánicos y materiales inanimados.  
Había luchado también contra la incapacidad de procreación de su raza maldita, tomando innumerables concubinas, experimentando con elixires, pociones y rituales sangrientos. 
Habia luchado, como no, contra los pobladores humanos que colonizaban repetidamente las fértiles tierras ancestrales de los Oscuros.

Era hora de dejar de luchar.  Ignoró a Druth, cuyo primer impulso había sido ayudar, con una sonrisa cargada de tristeza.  
Estuve tan cerca...

Y, seguidamente, se arrancó el corazón, aplastándolo entre sus poderosos puños...y la forma del Barón se deshizo, dejando un montón irreconocible de carne y chatarra.

Abajo, más abajo, en la torre..se abrió la puerta rúnica tras el trono de Nalnwalme.  De ella salió una horda innumerable de demielfos, monstruos deformes y tullidos, los hijos de Nalnwalme, a la vez su tesoro y su vergüenza.  Muchos escaparon De la Torre, para plagar el mundo por décadas.

Los ejércitos de Nalnwalme se convierten en polvo, simples homunculos creados a partir de la sangre del Barón..

No sobrevivió ninguna de sus concubinas, ni de los duendes que le sirvieron.

 

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27/09/2019, 02:35
Theodore

Theodore quedó atónito ante la situación. El extraño ser que apareció fue atacado por su compañero y los barones. Todo fue tan rápido que tardó unos instante en reaccionar y ponerse de pie. Druth les habló y él estuvo de acuerdo, debían salir de allí.

Los barones ya no tenían importancia, ni nada de lo que en la torre se encontraba, pues su misión fue completada. De una u otra forma. El Duque ya no existía por lo que debía continuar el protocolo e informar a sus superiores en la orden.

Se dispuso a salir, cuando uno de los barones arrancó su propio corazón y observó como se desvaneció en el acto. Tragó saliva, todo era cada vez más extraño. Lo único que deseaba era salir de allí y olvidar toda la magia que últimamente se manifestaba ante él.

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28/09/2019, 01:51
Syrid

Aquel ser luminoso no había permitido que Syrid realizada completo el viaje al otro lado. Le había devuelto a la vida otorgándole una nueva oportunidad, había derrotado y borrado de la faz de la tierra al malvado Duque y había sanado las heridas de sus compañeros. No sólo ella había salido beneficiada sino todos y cada uno de los seres que poblaba el mundo. Por ese motivo no entendió que su compañero Druth se uniera a sus enemigos para acabar con el ser de luz.

La norteña se quedó petrificada viendo como los dos barones y el pelirrojo de la gaita se lanzaban directos hacia aquel que la había resucitado, su mente le gritaba que debía detenerlos, que no podía permitir que aquel ser sufriera y mucho menos muriera, pero su cuerpo no obedecía ninguna orden y seguía inmovlizada viendo con espanto como precisamente su compañero era el que ponía fin al ser de luz.

Lo que sucedió a continuación dejó a la mujer sin habla. El terrible golpe que Druth le había dado había hecho explotar al ser en una gran cantidad de luces de colores, un espectáculo increíble aunque terrible ya que las últimas palabras del ser supuestamente celestial habían sido de amenaza hacia toda la existencia en el mundo. Syrid se sentía desconcertada ya que sabía que le debía su nueva oportunidad para vivir a aquel ser pero, a la vez, no entendía que alguien que podía devolver la vida pudiera ser tan cruel y caprichoso a la hora de decidir el final de todo un mundo.

De todas formas el final de la torre estaba cada vez más cercano ya que parecía estar diluyéndose como si de niebla atravesada por el sol se tratase. Pero, aparte de los tres compañeros que habían vencido tantos peligros y habían sufrido tantos percances, sólo parecían quedar los barones y Syrid, si en algún momento sintió algún tipo de lástima por ellos, dejó de hacerlo al escuchar las palabras de uno y ver el gesto cobarde del otro al arrancarse el corazón.

Escuchó la voz de Druth y sólo fue capaz de asentir a sus palabras. Tenía razón, debían salir de allí cuanto antes si no querían esfumarse junto a la torre, si es que eso podía llegar a suceder, así que consiguiendo que su cuerpo aceptara las órdenes de su cerebro, la norteña comenzó a caminar. Se sentía cansada y lo único que deseaba en esos momentos que ya estaban al final de su camino, era reencontrarse con los suyos y celebrar la victoria hasta caer redonda.

El mal había sido erradicado y el Duque había muerto, habían conseguido salir victoriosos donde otros muchos habían caído derrotados y volvían junto a sus respectivos compatriotas como héroes además de vivos. Porque todo había terminado al fin... ¿o no?

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28/09/2019, 11:40
Director

Y así fue como se marcó el final y el principio de una nueva era.

Los supervivientes de la Rosa de los Vientos lograron afrontar todos los desafíos de la torre hasta llegar a lo más alto de ésta. Tras tomar decisiones que marcarían el rumbo de sus vidas y del mundo, los héroes lograron atravesar todas las estancias y abandonar la torre mientras comprobaban como ésta se desmaterializaba poco a poco.

Exhaustos y aún con el corazón palpitando a toda velocidad, Druth, Syrid y Theodore pudieron comprobar ya desde un lugar seguro como la torre y todo lo que había a su alrededor desaparecía con una luz sobrenatural, dejando un vacío tanto en el terreno como en el ambiente.

Muchas fueron las preguntas que rondaban ahora en el aire ¿qué era exactamente la torre? ¿y aquella entidad qué tenía por misión? ¿habíais tomado la decisión correcta? Tan solo el paso del tiempo resolvería la incógnita.

Cada héroe regresó a su tierra natal, donde fueron recibidos con honor, vítores y sobre todo emoción. Tiempos de paz se avecinaban en los cuatro reinos, ahora no existía el yugo de los Barones a las tierras menos favorecidas, ahora no existía una Torre a la que atribuirle el mal que acontecía el mundo... 

Con el paso de los días las tabernas rebosaban celebraciones a favor de los héroes. Cada jornada parecía ser una fiesta, una victoria. Pero lo que nadie sabía entre cada brindis y cada choque de jarras de cerveza es que existía un gran vacío que a corto plazo nadie sabía que debía ser llenado.

Con el paso de las décadas, cuando casi nadie hablaba ya de la torre, empezó a fraguarse las consecuencias de las decisiones tomadas.

El mundo volvía a entrar en guerra, pero no a consecuencia de un archimago enloquecido que dirigía ejércitos infernales, sino por los propios hombres y mujeres que habitaban el mundo: su ansia de poder, su avaricia, su egoísmo.

A falta de un enemigo común, de un pilar sobre el que arrojar maldiciones e ira, el ser humano se quedaba sin su excusa para mostrar lo que realmente era: un ser sediento de inconformidades, ambiciones y fines que justificaban los medios.

Fue así como surgieron guerras dentro de los propios reinos, y cuando éstas se solventaban comenzaban otras guerras contra otros enemigos, fuesen vecinos o no.

Y así cada Héroe de la Rosa de los Vientos, ya anclados por las cadenas del paso del tiempo, se dieron cuenta que la Torre era mucho más que la sede del mal, era un soporte sobre el que recaía el mal del mundo, un mal que estaba controlado y supervisado.

Ahora, sin ese pilar, la contaminación de las almas humanas ha creado con el paso de los años consecuencias mucho peores que la propia torre, fuegos más difíciles de sofocar puesto que estaban divididos por todo el mundo.

Quizás, y solo quizás, se llegó a plantear que la misión del Duque no era tan horripilante, puesto que llegó a alterar incluso a los seres divinos que querían erradicar el mundo por su infranqueable corrupción.

A fin de cuentas para aquel viejo archimago, la torre no era más que una solución para tener al mundo unido, con su luz y su oscuridad... con el bien y con el mal...

Una nueva era ha comenzado, sin seres divinos, sin seres infernales.

Simplemente con hombres...

 

Notas de juego

¡Y esto es todo amigos!

Cada héroe podrá hacer un post narrando el que será su epílogo. Es libre de describir los sucesos que considere oportuno para darle el broche final a su historia aprovechando los datos que he expuesto en mi texto.

Espero que os haya gustado esta partida tan especial, sé que no es del estilo que suelo dirigir pero me alegra como os habéis involucrado hasta el último momento.

¡Gracias de corazón!

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28/09/2019, 12:34
Druth

Druth sintió que su corazón se llenaba de orgullo al ver cómo la Torre Infinita desaparecía ante sus ojos y, con él, todo el mal que durante largo tiempo había contenido. Recuperando la alegría que tanto le había caracterizado a lo largo de aquel duro viaje, el Héroe del Oeste tomó de nuevo su gaita y entonó una alegre e intensa melodía para infundir ánimo en los corazones de sus dos compañeros.

Habían perdido a Gideon. Puede que nunca supieran qué había sido de él. Pero habían conseguido derrotar al Duque y sus Barones y habían puesto fin a la maldad de aquella edificación. Habían salvado el mundo de su destrucción. Los bardos cantarían sus hazañas durante décadas.

El guerrero pelirrojo nunca fardó de lo sucedido. Puede que fuera un héroe, pero ahora que no había conflictos en los que combatir, prefirió retirarse a los húmedos prados del Oeste, donde se convirtió en granjero y durante muchos años la única utilidad que proporcionó a su hacha fue la de partir leña con la que calentar la chimenea de su casa durante el invierno. Tomó esposa, engendró media docena de hijos pelirrojos y vivió en relativa paz.

A menudo llegaban a él noticias de las guerras y conflictos que tenían lugar en otras regiones del continente, todo por la ambición de los hombres. A menudo se preguntaba qué habría sucedido si, en vez de rechazar la oferta del Duque, hubiera aceptado trabajar a su servicio. El mundo hubiera seguido sangrando a causa de los Barones, de eso no cabía duda, pero al menos las distintas razas del mundo hubieran tenido un enemigo común al que enfrentarse.

Pese a todo, Druth sabía que no importaban las épocas, no importaban los enemigos. Incluso en el momento más desesperanzador para la humanidad, siempre habría héroes dispuestos a combatir por las causas que considerasen justas.

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30/09/2019, 12:46
Theodore

Luego de abandonar la torre, Theodore volvió a la orden, lugar donde fue recibido en una gran ceremonia. Pues había completado una difícil misión (algunos la catalogaban de imposible).

Fue ascendido y llegó a estar a carga de un grupo de mercenario a quienes denominó "la compañía de marfil". Grupo que fue reconocido por sus buenos y eficaces resultados.

Por un tiempo hubo paz, sin embargo esta fue efímera y no tardaron en llegar guerras por todo el mundo. La orden se benefició de esto, de hecho, hay quienes dicen que la misma orden orquestaba los conflictos con el fin de obtener beneficios económicos.

Theodore ayudó al reino que pagaba lo suficiente, tanto como para no ser atacado como para atacar a sus enemigos. Pues así es la vida de un mercenario.

Muchas veces soñaba con la torre y los barones; y en cuanto despertaba sentía nostalgia, ¿Donde estarían sus compañeros?, ¿Habrían muerto en las guerras?

Un día, atormentado por estos sueños y pesadillas se marchó, dejando atrás toda su vida, la orden, su compañía, todo. Nunca se supo más de él. Hay rumores que dicen que murió, otros mencionan que vaga por el mundo buscando algo, pero lo que si se sabe con certeza es que aquello que vivió en la torre, lo cambió.

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30/09/2019, 22:51
Syrid

Mientras veía, junto a sus compañeros, cómo la torre y todo el mal que representaba se diluía en el aire, Syrid se daba cuenta de lo agradecida que estaba a aquel ser de luz por haberle dado la oportunidad de volver a la vida. Pero el ser de luz también había desaparecido junto al resto y ahora sólo había vacío en aquel lugar. Un vacío que trajo una paz que se iría debilitando con el paso de los años.

La norteña, después de despedirse de sus compañeros con afecto, se dirigió a su tierra donde fue recibida con todos los honores que ella aceptó en silencio, pero que no acababan de llenarla como había pensado el día que partió. Intentó seguir con su vida normal en la granja familiar que había dejado para emprender aquella aventura, contando la historia que había vivido de manera escueta cada vez que alguien se lo pedía pero cada vez de manera más esporádica. Se daba cuenta que el vacío que la torre había dejado en la tierra también lo había hecho en su alma. Se sentía fuera de lugar con su gente, incapaz de continuar con la vida a la que tanto había deseado volver y, con el paso del tiempo, cada vez se encontraba más desasosegada.

Un día se despidió de su familia, recogió sus pocas pertenencias y se adentró en uno de los frondosos bosques norteños, comenzando una vida solitaria y apegada a la naturaleza. Aprendió el uso de las hierbas, mejoró sus dotes de caza y vivió hasta que la vejez la venció, ajena al mal que volvía a propagarse por el mundo, ajena a las miserias y ambiciones de los humanos, viivendo una vida tranquila con sus animales y sus plantas.

Las siguientes generaciones ya no la conocieron como la gran heroína que había ayudado a acabar con la torre sino como la vieja bruja loca que vivía en el bosque. Pero ella, cuando alguien osaba acercarse a su humilde cabaña y le contaba esos rumores, sólo sonreía mientra ofrecía un caliente brebaje de hierbas al audaz viajero que llamaba a su puerta. Y las duras noches de invierno, se dormía recordando a sus viejos compañeros a los que no había tenido la oportunidad de volver a ver.