Partida Rol por web

Podría serlo…- le dije -No tanto como otras cosas que tenía en mente hace un rato, claro está, pero será divertido- añadí con una sonrisa pícara, dirigiendo una breve mirada hacia donde los botones de la anterior se habían roto -Aunque si vas a preguntar, mejor sería que aceptase su invitación para ir a su camarote, ¿no crees?- le pregunté.

De nuevo aquella sonrisa de mala uva.
Claro... que te vean entrar, y... tarda mucho en salir. Asegúrate de salir despeinado, jajajaja

Entonces escuchó a Thosk berrearle a alguien.

En fin... Voy a ver qué mosca le ha picado al gigantón, antes de que la líe. Le miró de arriba abajo. Nos vemos luego...!

Lo intentaré…- le dije -Y te aseguro que seré todo lo amable y encantador que puedo ser- añadí con una sonrisa traviesa. Entonces, Thosk! empezó a gritarle a alguien y Yaril·la fue a impedir que hundiese el barco.

Donde no nos puedan interrumpir- añadí a modo de despedida, para luego dirigirse al encuentro de la túnica dorada.

Mólor fue buscando a la sacerdotisa, que no tardó en encontrar. Estaba sentada el otro lado de la cubierta, con un libro aparentemente de cuentas, un ábaco, tinta y pluma, anotando cosas.

Al ver llegar a Mólor sonrió.
Hola de nuevo, señor.

Sonreí al ver que la túnica dorada no se había marchado aun, acercándome a donde estaba con una sonrisa.

Hola de nuevo, mi señora- saludé -Me alegro que no se haya retirado aun- le dije -Espero que no sea demasiado tarde para aceptar la invitación anterior- le dije, refiriéndome a la hora que era, preparado para ofrecerle la mano para ayudarle a levantarse en caso de que aceptase. Al fin y al cabo, como buena comerciante, dudaba que fuese a decir que lo pospusiésemos al día siguiente, arriesgándose a perder una oportunidad de negocio.

Victalyn sonrió y negó con la cabeza.
En absoluto... Recojo esto y salimos enseguida. Cuidadosamente sopló la hoja recién escrita mientras recogía lo demás, y cuando terminó aceptó esa gentil mano para levantarse.
Acompáñeme, caballero.

Había que reconocer que era bonita, pero sobretodo sabía cuidarse, y sin duda quedaba bastante llamativa con esa túnica llena de ribetes dorados.

Caminaron hacia abajo un trecho breve, pero suficiente como para que se cruzasen con aquél marinero del arsenal por el camino. A Mól le daría tiempo de hacer algún gesto disimulado al camarada.

El 'camarote' era un lujo: Es decir, era para ella sola. Apenas si cabía la cama, un armarito colgado a dos palmos sobre los pies de la cama, un taburete y una mesita que se desplegaba de la pared. Incluso si te levantabas sin cuidado podías darte con el fanal que encendió con maña.
Y sin embargo era muchísimo mejor que las hamacas y estrechas literas que compartían el resto de tripulantes. Sobre la cama habían otros libros de cuentas.

Póngase cómodo... Dijo con su habitual sonrisa ofreciendo el taburete y desplegando la mesa.

Con mucho gusto- le dije con una sonrisa. Viéndola de cerca, había que reconocer que no estaba nada mal… aunque entre que lo de vender curaciones no era de mi agrado, y que tal vez Yaril·la me había pegado algo de su desagrado, no me fijé en eso… no demasiado, al menos.

Qué casualidad- pensé cuando nos cruzamos con el marinero del almacén, asegurándome de saludarle y agradecerle silenciosamente con una inclinación leve de cabeza -No hay motivo para no ser agradecido- me dije, sonriendo para mis adentros mientras seguía mi camino.

Vaya...- pensé una vez en el camarote -Es una pena que Yaril·la no tenga uno de estos- me dije al ver la cama, imaginando cuanto hubiesemos podido divertirnos allí, aunque me apresuré a centrar mi mente en lo que tocaba.

Gracias- le dije mientras tomaba asiento -¿Le molesta si la llamo Victalyn?- le pregunté, sin que pareciese que había segundas intenciones detrás de la pregunta -Llamarla sacerdotisa todo el rato me parece muy impersonal- me expliqué

El marinero había guiñado el ojo al pasar, y se detuvo a ver a dónde iban antes de seguir su camino.

En absoluto Respondió Victalyn con una sonrisa. La verdad es que sí que resulta bastante impersonal... ¿Puedo yo llamarle Mólor?

Tras la respuesta, ya tenía listos algunos papeles, la tinta y la pluma

Bueno, necesitaré algunos datos suyos para rellenar el contrato... ¿Es miembro de alguna congregación de Waukin?

Claro que puede- le dije, tragándome el pinchazo de rabia que me daba decir eso… no por ella, sino por el propio nombre.

No, de ninguna- le respondí -¿Supone eso un problema?- pregunté -Además, me gustaría saber más antes de decidirme a contratar- añadí.

La sacerdotisa negó exageradamente.
No, en absoluto, pero hay condiciones especiales para los fieles de la Doncella Dorada. No estaba intentando evangelizarle... al menos de momento. Pregunte lo que quiera, a todos nos gusta tener las cosas claras

Su sonrisa seguía sin irse de su rostro, esperaba con impaciencia aclarar sus dudas.

Lástima, las condiciones especiales siempre son buenas- dije, quedándome en silencio mientras pensaba en que preguntarle.

¿Qué cubre exactamente cada tipo de seguro?- empecé a preguntarle -¿Son válidos sin importar donde me encuentre? ¿Influye cómo o donde me he herido o enfermado? ¿Qué pasa si requiero más curaciones de las que estipula el conjuro? ¿Y si necesito una más potente? Dijo antes que dan prioridad a las personas en estado crítico… ¿eso incluye en el caso de que necesiten tratamiento superior al contratado? ¿Se pueden ceder tratamientos a otras personas? ¿O contratar seguros grupales?- le fui preguntando, esperando a que respondiese a una pregunta antes de hacer la siguiente.

La túnica dorada respondió a cada una de las preguntas con claridad. En general, habían cinco grados de seguro, los dos más bajos aún te harían pasar un rato horrible pero al menos no morirías, según se subía el precio, la cosa empezaba a mejorar considerablemente. 
Dado que la cantidad de hechizos era limitada, si la batalla resultaba en una catástrofe con docenas de heridos críticos aún era posible que murieras, pero si todo lo que contaba era cierto, era realmente difícil. 
El precio del seguro era especial porque se trataba de un seguro para soldados, por lo que aunque incluía venenos en misión, enfermedades de campaña y heridas de guerra, no cubría heridas ni enfermedades fuera de campaña.

Asentí a las diferentes respuestas de la sacerdotisa, pensando detenidamente sobre lo que me decía.

Está claro que lo tienen todo bien pensado y montado- me dije, aunque eso de… traficar con curaciones, como lo había llamado Yaril·la, por lo que tras un par de preguntas más sobre precios, posibles descuentos y sobre lo que sucedía en caso de que alguien en estado crítico pero sin seguro se presentase ante ellos, decidí preguntarle al respecto.

Entiendo… desde luego, parece todo bastante razonable- le dije -Pero, sin ánimo de ofender… ¿Por qué no acudir a otros templos o sacerdotes? Es decir, por lo que sé, hay sacerdotes de otras deidades que no exigen pagos por sus servicios, así que, ¿por qué no acudir a ellos?- le pregunté -No me malentienda, Victalyn, no intento menospreciar los seguros ni nada… simplemente, quiero entender las ventajas del seguro y las diferencias con otros sacerdotes- le dije en tono amable, pues realmente no tenía intención de ofenderla.

Victalyn asintió cuando Mól le expuso su duda, no parecía ofendida, aunque por un momento, mientras miraba a Mól, como... evaluando la intención de su pregunta, se le borró la sonrisa del rostro, pero regresó enseguida.

Nosotros tenemos un contrato. Cuando el combate termina, se asegurará de una curación al menos, salvo como comentamos antes, que la batalla haya ido terriblemente mal y haya más heridos que hechizos, etcétera. Otros sacerdotes gastarán sus hechizos en la batalla, incluso lucharán y puede que mueran. Puede que gasten primero sus hechizos en sus compañeros o correligionarios, están en su derecho, pues al fin y al cabo un hechizo es una bendición de un dios. Los túnica dorada nos quedamos en la retaguardia, siempre vamos a tener todos nuestros hechizos disponibles, y todos serán de curación, nada de armaduras mágicas, truenos o espadas llameantes. Levantó la palma de la mano en un gesto de "eso no va conmigo" Dado que Waukin es la diosa del comercio, nuestra prioridad serán los heridos que tengan contratado un seguro. Waukin detesta los timos, la usura y los robos, le aseguro que un contrato para mi no es tan solo un compromiso con usted, lo es también con la propia Waukin.

Es decir, que vosotros reserváis fuerzas para poder entrar en cuanto al batalla acaba…- dije -Bueno, tiene sentido, otros actúan durante la batalla y vosotros después, eso asegura que podáis ayudar al máximo número de gente tras esta…- dije, claro que por otra parte, eso no significaba que debiesen cobrar por las curaciones -Y aunque prioricéis a quienes tienen contrato, tampoco dejáis de lado a lo que no- añadí.

¿Y fuera de la batalla?- le pregunté -Tengo pensado viajar después de que lleguemos a Velen, y contar con un seguro parece una buena idea- le dije.

Victalyn sonrió un poco.
Los riesgos que suelo tomar son inversiones, no ese tipo de riesgos. Tampoco estoy equipada ni entrenada para estar en ningún otro lugar que no sea la retaguardia... y precisamente usted debería saber a lo que las prisioneras se exponen si la expedición fracasa... Le miró a los ojos. Se suponía que había sido prisionero de los piratas, y era testigo del estado en el que habían salido las féminas que habían sobrevivido a aquello.

Al fin y al cabo, tenernos aquí supone también una ventaja para los que no están asegurados, pues otros sacerdotes pueden curarles a ellos.

Entonces preguntó sobre seguros fuera de la batalla.
Nuestra posibilidad de responder a esos contratos... depende de las capacidades del sacerdote de Waukin más cercano. Normalmente los contratan aventureros y cazarrecompensas, a los que suele... pasarles de todo, por lo que son considerablemente más caros, a partir de diez monedas de oro al mes.

Por supuesto- le dije con seriedad -No le desearía ese destino a nadie- dije, pues aunque no había sido testigo de los tratos de los piratas a las prisioneras, sí que conocía lo que les pasaba a las pobres desgraciadas que tenían la mala suerte de ser capturadas por la sombra… hombres y orcos las destrozaban por dentro y por fuera, y las pocas que lograban escapar o ser rescatadas, o bien acababan suicidándose, o bien lanzándose a la batalla como si buscasen la muerte… que era básicamente lo mismo que un suicidio. Tal vez el trato que les daban los piratas no llegase a esos extremos, pero no creía que fuese mucho mejor -Entiendo que no quiera exponerse a ello- añadí, asintiendo con comprensión -Aunque si me permite el atrevimiento… aun así debería aprender alguna forma de defenderse por sí misma- le dije -Eso o estar preparada para que no puedan capturarla…- dije con un tono lúgubre que dejaba bien claro a que me refería -Nunca se sabe lo que puede pasar en una batalla, el peligro siempre está ahí… Incluso estando en la retaguardia- sentencié, hablando como alguien que había vivido demasiadas batallas como para saber de primera mano cuan ciertas podían ser esas palabras.

Por otra parte, hay otras que no temen exponerse a ello para poder salvar a otros- me dije, pensando en Elayne y en Yaril·la. Entonces, escuché el precio de los seguros fuera de la batalla.

Uff…- dije, sin necesidad de fingir por lo elevado del precio -No tenía pensado sumarme a ninguna campaña por el momento, más bien pensaba retomar mi viaje, y contratar un seguro me parecía una buena opción…- dije, sin terminar la frase para darle pie a que me convenciese.

Victalyn suspiró, entendiendo la forma de verlo de Mól, pero seguramente no estaba de acuerdo en algo. 
Confío en no tener que tomar una decisión como esa... Tymora me guarde.*

Mól explicó que tan solo lo quería para el viaje.
Bueno, si se lo puede permitir es una gran ventaja. Cualquier viaje por Amn tendrá una cobertura excelente, pues nuestra fe es poderosa en esa nación. Fuera de allí, la cobertura varía, pero por lo general en cualquier nación civilizada habrá un sacerdote de waukin en una ciudad.

Tanto si va a viajar solo como con... gente que pueda ser blanco de problemas, es algo a tener en cuenta.
 

Mi intención era dirigirme hacia Aguas Profundas- le dije, para que pudiera comentar sobre el top de cobertura que habría en ese viaje -Por otra parte, en caso de contratar, si alguien de mi grupo requiriese alguna curación, ¿podría crecerle curaciones o algo similar? Y de no contratar, ¿cuál sería el coste del tratamiento?- le pregunté.

Vict asintió.

En todo Amn tendrá una cobertura excelente. Más al norte, Puerta de Báldur y otras ciudades medianas o grandes tendrán capillas, y la cobertura volverá a ser muy buena en Aguas Profundas.

Sin seguro... la tarifa varía según la región, y por supuesto el tipo de conjuro necesario, pero en cuanto necesite un par de conjuros menores lo tendrá amortizado... y con un conjuro mediano amortizaría mucho, mucho tiempo de seguro.