Partida Rol por web

A pesar de que el empujón de Yaril·la había sido lo bastante fuerte como para hacerme caer de la caja y dejarme en el suelo mirando al techo, eso no hizo desaparecer la sonrisa de mi rostro. Al fin y al cabo, a juzgar por su expresión y por rápido sonido de sus pasos alejándose de allí, estaba más avergonzada que molesta.

Y eso que solo me ha dado un pequeño beso…- me dije mientras me levantaba, sonriendo al imaginar que reacción tendría cuando se divirtiesen de otras formas, aunque no tenía prisa por averiguarlo -Quizá más adelante- me dije, pensando en la promesa de baile que habían hecho.

Animado y con la moral alta tras el rato que había pasado con la sacerdotisa, decidí acercarme a donde estaban los magos de guerra que habían combatido contra los piratas con la esperanza de poder aprender algo de ellos, aunque fuese a cambio de enseñarles parte de lo que sabía… pero bien porque no me conocían ni tenia a nadie que respondiese por mí, porque la disciplina militar no lo permitía, o porque eran igual de celosos con sus conocimientos como los vejestorios que me habían enseñado en mi propio mundo, lo único que recibí fueron negativas, así que finalmente, con el ánimo y la moral bastante más bajas que cuando había salido de la bodega, desistí.

Tal vez en la ciudad tenga más suerte- me dije a mi mismo. De todas formas, mi fracaso no iba a hacer que me quedase quieto, por lo que decidí que al menos, aprendería lo que pudiese del mundo durante el viaje. Al principio dudé a quien debía abordar para ello, pero al final me decidí por el capitán. Al fin y al cabo, como capitán de una nave de guerra tenía que saber bastante del mundo por el que se movía.

El capitán se encuentra en la popa, con una taza de té humeante en la mano, mientras en un papel señala unas líneas al oficial que está a su lado, y que es quien sostiene el papel. Por su gestualidad, no parece algo importante.

Cuando Mólor sube, uno de los marinos parece pretender pararle, pero el capitán hace un gesto restándole importancia.

Parece más tranquilo y descansado que la otra vez.

Buenas tardes... ¿Le puedo ayudar en algo? Pregunta mientras sopla la taza. Mm... Del grupo de los tempurianos de Asta de Dragón, ¿Verdad? Pregunta, tratando de asegurarse que recuerda de dónde le suenas

Después de mi poco éxito con los magos de guerra, estuve a punto de dar media vuelta cuando uno de los marineros hizo intención de cortarme el paso al ir a acercarme al capitán, pero por suerte, un gesto de este le indicó que me dejase pasar.

Si, soy uno de los que subimos a su barco con la sacerdotisa- le dije, no llamando a Yaril·la por su nombre, mostrando así la adecuada cortesía y respeto por ella. Al fin y al cabo, si mi memoria no fallaba, el capitán parecía tenerla en buena consideración.

A saber lo que pensaría si me hubiese visto hablándole antes- pensé, sonriendo para mis adentros.

Quería agradecerle por permitirnos abordar en su barco y sacarnos de allí- añadí.

El capitán asintió.

No hay de qué. No tenía intención de dejar a nadie atrás, y menos si ayuda. Se aparta un momento con Mólor cerca de la borda, para dejar paso a unos tripulantes que van y vienen (Para no estar por medio) ¿Pasó mucho tiempo allí? Le mira de arriba abajo un momento.

Más del que me gustaría… aunque la verdad es que allí dentro tampoco es que fuese fácil medir el paso del tiempo- le dije -Tuvimos suerte de que la sacerdotisa nos encontrase- añadí.

Una banda entregada la esa Guardiana y su 'coro'. Ella se empeñó en bajar a los calabozos, aunque tenía órdenes de cortar la huída de los piratas, y después, rescatar a todo el que se pudiera, pero el orden de las órdenes le dio exactamente lo mismo. Se encogió de hombros. Hubiera preferido que se quedase con los soldados en el puerto exterior repeliendo los contraataques desde el fuerte, que a los soldados siempre les gusta tener a alguien de Tempus al lado peleando como si fuera una fiesta, pero en fin... Escogió y acertó.

Le miró. Así que agradézcaselo a ella más que a mi, en realidad. 

Vaya, no sabía que había desobedecido ordenes cuando entró- pensé cuando el capitán lo comentó.

Me aseguraré de agradecérselo, sin duda- le dije, y aunque dudaba que el capitán se refiriese a la forma de “agradecérselo” que tenía en mente, me aseguré que ello no se reflejase en mi rostro -Aunque sin usted y sus hombres acabando con el barco de los piratas de poco hubiese servido- dije, como diciéndole que no se quitase el mérito.

La Guardiana nos comentó que nos dirigíamos a Velen...- le comenté -¿Conoce bien la zona?- le pregunté.

El capitán asientió.

Sí, por supuesto. Llevo varios años destinado al cabo de Velen y sus aguas, aunque antes estuve en el Espolón de Zazes. ¿De dónde es usted? Por cierto, no tengo el gusto de conocer su nombre...

Puede llamarme Mol...- le dije, aprovechando la presentación para pensar que responderle sin meter la pata, ayudandome de lo poco que sabía gracias a Ardhun y a Yaril·la... que no es que fuese demasiado -Soy de un pequeño pueblo de Cormyr...- le dije, como restandole importancia.

Supongo que a no le importará que me ayude de su historia para crear la mia- pensé, sonriendo para mis adentros.

Salí de allí con la intención de ver mundo y aprender más cosas- dije -Aunque supongo que no ha salido como esperaba- añadí con una sonrisa, como refiriendome a mi "encuentro" con los piratas.

¡Cormyr! Dijo sorprendido Menudo viaje. Eso está lejos hasta para un marino. Terminó. Bueno, más cosas para contar a su regreso, imagino.

Y que lo diga- le dije aun sonriendo -De todas formas, un encuentro con piratas no es suficiente como para hacerme querer volver a la granja de mi padre, así que aún falta bastante para que vuelva…- añadí -Aunque la verdad, no muy claro hacía donde debería ir una vez en Velen- le dije, dejando unos segundos como si pensase sobre ello.

Entre que los piratas me dejaron sin blanca y que lo poco que conozco de esta zona es por haber leído un par de libros…- murmuré para “mi mismo”… aunque lo suficientemente alto par que él capitán me escuchase -Ha dicho que conoce bien la zona, ¿verdad? ¿Le importa si le pido su consejo?- le dije.

Bueno, en Velen... Quizá tengas alguna oportunidad de trabajo Dijo Y si no, algún templo podrá acogerte unos días hasta que decidas tu próximo destino. 

Si te interesa la naturaleza salvaje, Velen linda con el Wéldazh, un inmenso bosque poblado por elfos... Aunque no todos ven con buenos ojos a los humanos. Tezhyr ha mejorado mucho desde que subió al trono la reina Zaranda y acabó con las guerras civiles, ahora hay paz y el reino prospera. Sería un buen sitio para asentarse, con oportunidades. Más al sur está Calimshán, un reino desértico pero con una asombrosa arquitectura y una cultura de lo más interesante... Aunque no te recomiendo caer en prisión en ese país.

Aunque si quieres ver la mayor ciudad del mundo ve al Norte, a Aguas Profundas. Se quedó mirando al mar, como si recordase la estampa de la ciudad Es simplemente inmensa, tiene mucha historia, y allí también seguramente puedas comenzar. Queda más lejos, claro está, pero por el camino podrías visitar el Gran Salón de las Maravillas de Puerta de Báldur. Tienen allí inventos que simplemente no imaginarías, jejeje. Esos gnomos son... sencillamente sorprendentes.

Escuché con atención al capitán, agradeciendo en silencio las lecciones de Ardhun, pues al menos permitían que los nombres de sitios y personas que iba mencionando me sonasen. DE los sitios que menciono, en realidad solo me interesaban Aguas Profundas y la propia… bueno, y Wéldazh, pues no podía evitar preguntarme como sería un bosque élfico en aquel mundo, aunque me preocupé de que dicho interés no se reflejase en mi rostro.

He oído hablar mucho de Aguas Profundas- le dije tras unos segundos -¿Es realmente tan impresionante como cuentan?- le pregunté -La verdad es que me gustaría llegar a verla… claro que con lo lejos que está, es posible que deba pasar antes una temporada en Velen para poder ahorrar lo suficiente- añadí.

Sebastien lo pensó un poco.

Bueno... Velen está bien, supongo. Y siempre acaba saliendo algún mercante que acepta pasajeros a cambio de trabajo a bordo y algunas monedas... La verdad, pasará mucho tiempo antes de que regresen los barcos de Aguas Profundas, y ningún otro va tan al norte. Siempre puedes pasar por Amn, hay caravanas terrestres que van allí... Se encogió de hombros. Has cruzado medio mundo, seguro que te las apañarás, jajaja

Supongo que hasta que les llegue la noticia de que han acabado con los piratas- asentí, suponiendo que era ese el motivo de la ausencia de barcos, pues al fin y al cabo, tenía sentido que así fuese -Pues en ese caso, supongo que pasaré una temporada en Velen… ¿Algún consejo o algo que debiera saber sobre el lugar?- le pregunté -Al fin y al cabo, tampoco es que Aguas Profundas se vaya a mover, y si en algún momento me canso de esperar, siempre puedo ir a Amn y coger una caravana como ha dicho- le dije -Aunque espero no acabar en otra fortaleza pirata esta vez- añadí con una sonrisa.

Bueno... Miró al mar mientras pensaba. Es una fortaleza portuaria ahora mismo, con barcos de muchas nacionalidades, y gentes de más todavía... Aunque es parte de Tezhyr, está algo aislada por tierra a causa del bosque. No es que sea particularmente peligroso, pero es incómodo. Pero vamos, con el auge de los piratas, cada vez estará más activo, supongo. Pese a todo, es una ciudad que no tiene grandes producciones, por lo que no envía demasiado material, y como es pequeña tampoco recibe demasiadas caravanas.

Sonrió, acabando de recordar algo.

Ah, y está encantada. De vez en cuando aparecen antiguos fantasmas por allí. Al principio te pegas un buen susto, pero tras unos meses no pasa de un respingo.

Aunque la descripción inicial me dio un panorama general del lugar y reafirmó mi idea de que necesitaríamos la ayuda de la sacerdotisa para llegar donde pudiesen ayudarnos, lo último que dijo hizo que casi me olvidase del resto

¿Encantada?- pregunté con cierta incredulidad -¿Antiguos fantasmas?- pregunté de nuevo -Es…- dije, deteniéndome antes de continuar, pues iba a preguntar si era algo normal allí -¿No son peligrosos? ¿Nadie ha hecho nada al respecto?- pergunté.

Sebastien rió un poco con la reacción de Mólor.

Pues... Normalmente los fantasmas SON peligrosos... Yo también pregunté eso la primera vez, no creas. Carraspeó Normalmente encantan un lugar bastante concreto, pero estos encantan toda la ciudad, y nunca han atacado a nadie que se sepa, llevan rondando Velen durante generaciones... Si me preguntas cuantos son... Una docena, más o menos. ¿Quienes...? Me parece a mi que cada Velenita te contará una historia diferente. 

En cuanto a exorcizarlos... parece ser que un grupo de sacerdotes de Kélemvor lo intentó hace tiempo, pero no hicieron más que dar tumbos por la ciudad, hasta que se aburrieron de que los ciudadanos se rieran de ellos.

Entonces… ¿simplemente se pasean por la ciudad como si nada?- dije -¿Y nadie sabe por qué aparecen?- añadí, aun sin poder creérmelo del todo -Desde luego no es lo que esperaba encontrar cuando salía a ver mundo, aunque bueno, será una buena historia que contar- añadí, aun sin estar del todo seguro como tomarme esa información.

Cada cosa que descubro demuestra que diferente es este mundo del mio- pensé.

En fin, no quiero robarle más tiempo, muchas gracias por sus consejos- le dije a forma de despedida.