Partida Rol por web

Percyval despertó sobresaltado por el ruido de algún animal cercano, seguramente una lechuza. Estaba apunto de amanecer, empezaba a haber una tenue luz, gris y mortecina en el ambiente. Se asomó a la ventana y vio el exterior, cubierto de espesa niebla.

No sabia que hora debía de ser, pero algo tenia que hacer. Comió lo poco de comida que había cogido del coche antes de empezar su aventura en solitario y salió al exterior.

Tenia que encontrar a sus compañeros a alguien que le ayudara, sin comida ni agua no podría aguantar mucho en aquel paraje despoblado.

- ¿Qué ha sido eso? ¿Hay alguien ahí? - pensó en voz alta Percyval sobresaltado por un extraño ruido. Fue a la ventana nervioso e intentó localizar la fuente del alarido, sin éxito. Pensó que debía haber escuchado algún animal o el crujir de una rama. De cualquier forma estaba amaneciendo y tampoco iba a poder dormir más, de hecho había sido una noche inquieta y necesitaba ponerse en pie. No quedaban muchos víveres, necesitaba urgentemente dar con el resto del grupo si no quería pasarlo realmente mal.

Esta casucha debe estar comunicada con las demás, sería razonable que hubiera algún camino que llegara a la siguiente casa, pensó. Agarró su bastón recién adquirido y salió a la puerta con todo el día por delante. Esperaba que los rayos del sol levantaran la neblina, pero mientras tanto, intentó ubicar el camino que le llevara a la siguiente parada en su búsqueda.

Una vez en el exterior intento encontrar rastros de alguien que hubiera pasado por allí recientemente con la esperanza de que ese rastro le condujera a un lugar con alguien que le ayudase.

No era un hombre de campo, pero esperaba que sus años de estudio y su capacidad de observación del mundo le ayudaran a llevar a buen término la empresa. Siempre se había considerado un hombre perspicaz e inteligente, pero nunca se había tenido que enfrentar a la soledad en medio de la nada. Puesto que esta situación no le era agradable, Percyval empezó a buscar opciones que le permitieran retornar al grupo.

¿Por dónde andará esta gente?

En una primera ojeada no había visto nada que me indicara por dónde seguir mis pasos. La mañana avanzaba y el nerviosismo empezaba a hacer mella. Las dudas le angustiaban y Percyval empezaba a lamentarse de su decisión , aunque en el fondo su intrépido yo interior deseaba continuar la expedición.... 

Percyval estuvo durante un buen rato buscando algún camino que le guiase fuera de aquel sitio, pero la casa debía de llevar tanto tiempo deshabitada que no quedaba rastro alguno de ninguno.

Estaba a punto de desperar y darlo todo por perdido cuando escucho un ruido de lo que le pareció un coche, al otro lado de la explanada, en el interior de la zona boscosa. Un vehículo, que no podía ver, avanzaba entre los arboles y la maleza, haciendo el suficiente ruido como para llamar su atención desde bastante distancia. De repente el ruido paro y no se oyó mas.

¿Un coche por aquí? ¡Por fin una buena noticia! Ya pensaba que me quedaría aquí para siempre...

Percyval salió corriendo hacia dónde había escuchado el ruido del automóvil.

- Seguramente habrá más grupos de investigadores, o quizás sea algún lugareño que pueda indicarme como llegar fácilmente a la ciudad más próxima -pensó mientras se rebuscaba en su bolsillo para asegurarse de que tenía efectivo por si hubiera que llegar a algún acuerdo o considerar una gratificación.

Percyval salio de detrás de la casa y avanzó hasta el borde sin mucha preocupación e intentando ver quien podía haberse acercado a aquel abandonado lugar.

Miró en dirección a donde había oído el sonido de lo que le pareció un coche, y vio que algo se movía entre los secos y grisáceos arbustos al otro lado de la explanada, pero no podía distinguir que o quien era.

- Vaya... hubiera jurado que acababa de escuchar un coche... pero ni rastro de él. Qué extraño es todo esto.

Percyval observó los movimientos al otro lado de los arbustos y por un momentó le asaltó el miedo. ¿Habrán tenido un accidente? Y si no era un coche ¿qué demonios había sido ese ruido? Se acercó timidamente al lugar, con todo el sigilo que sus nervios le permitían mientras buscaba en la tierra las huellas de neumáticos o lo que quiera que hubiera pasado por allí.