Partida Rol por web

Estábamos hablando y negociando con un trasgo, era algo insólita esta situación, pero lo que estaba pasando en la isla también lo era. Lo que había en el volcán era una tarea difícil, confiaba en que los inquisidores estuviesen acabando con muchos de los enemigos que estuviesen allí abajo. Tener a estos seres en la isla podía ser una fuente de problemas, podrían ser una fuente de comercio y riqueza pero no lo tenía tan seguro. De todas formas estábamos haciendo una alianza con ellos y habría que respetarla. Si conseguíamos una ventaja no estaría mal empleada.

Que alguien le ofrezca a Lugat un trago de licor! Esperando a que alguno de sus compañeros le ofreciera algún licor. Después de todo el gran trasgo se lo había ganado. Quien sabe, quizás supiera algo más y se le aflojara la lengua contándole todo lo que sabía con pelo y señales. Al ver que uno de sus compañeros saca una botella del morral, la elfa se dispuso a cogerla para ofrecérsela a Lugat. Bebe a nuestra salud! indicándole a continuación que les hiciera un mapa lo más detallado posible.

Antorcha alta en mano mire el parlamento, voltee y miré a Fulgur en su caballo. No recuerdo bien quién fue el insensato que dijo una vez que todos los seres éramos iguales, seguramente esté muerto por su falta de razón. No se puede prescindir siquiera del mero juicio que el instinto y la inteligencia nos otorga. Para eso existe el parlamento, los convenios y la ley. Así como para que se respeten están los predicadores, los jueces y soldados. Sensato era lograr un tratado hoy, aunque el día de mañana hubiera que enfrentarlos no perdemos fuerzas en estos momentos de necesidad. Rumie una queja un poco y atendí, sacando un vino de buena calidad de las bardas de mi caballo procedí a alcanzarlo a Braedam. Desenrrosque un estuche que cargo sacando un rollo de pergaminos en blanco y metiendo la mano en el fuego de mi antorcha arranco una astilla quemada para usar de carboncillo. -Aquí...- Digo alcanzando los materiales para dibujar el mapa.

Doflar se estaba preparando de nuevo para el combate cuando sucedió algo extraordinario, algo que él no había contemplado aún. Una elfa haciendo tratos con un gran trasgo. Sus perplejos ojos vieron cómo el jefe de aquellos goblins aceptaba la palabra dada y se reunía con ellos, relatando lo que había sucedido en el volcán a cambio de un lugar para vivir. - Atiende Doflar, atiende cómo funciona el mundo, aprende y recuerda, sé sabio. - se dijo a sí mismo. A pesar de todo le pidió a su compañera alada que vigilara un poco más. Escuchó con atención la información contenida en las palabras de Lugar, rumiando para dentro de sí.

El capitán no tenía palabras para expresar el giro de acontecimientos que estaba ocurriendo en esos momentos. No solo habían conseguido hacerse con el castillo sin tener que pelear, conseguido información muy importante y temporalmente ganado unos... ¿aliados?; sino que una elfa estaba hablando y ofreciéndole alcohol. Supongo que aún hay cosas que me pueden sorprender en esta vida...

Al menos ahora tenían una idea más clara de lo que ocurría dentro del templo del caos. También del paradero del Pensante y sus gólems. Mm... Habrá que aclarar qué es esa "armadura de piedra", si es que en verdad es de piedra realmente. Por otra parte le preocupaba las intenciones del Caos que habitaba en el volcán. Un portal del Caos. Aquello significaba serios problemas no solo para la isla sinó incluso más allá de los mares. Tenía la ligera impresión que los templos gemelos podrían estar conectados con lo que buscaba ese sacerdote caótico.

Tenía mucha curiosidad por saber más de ese trasgo pero dejó que sus hombres siguieran con las preguntas, cosa que parecía ir en buen camino de momento. Al menos le daba tiempo para ordenar las ideas y planes que iba haciendo mientras le escuchaba.

La escena era extraña y hasta graciosa. Una elfa haciendo tratos con un goblin e incluso invitándole una copa. Pero lo importante era que nos hacíamos más fuertes frente al caos. El goblin comenzó a dibujar un mapa del volcán. Eso ayudaría. Lo difícil sería encontrar ese infame portal.

El mediano se acercó a Fulgur y le tiró un par de veces de su capa para llamar su atención, poniéndose detrás de él y tratando de hablar en voz baja, le hizo una señal para que se agachara a su altura. - Señor, si lo que queda del pensante y su guardia, pues eso es lo que creo que vieron pasar éstos goblins, van de camino a los templos o al volcán, deberíamos movernos rápido para no darles tiempo de empezar otra vez a crear esos monstruosos seres...o cualquier otra cosa que estén pensando. ¿Sabrán que hay objetos mágicos poderosos escondidos en los templos? Si así fuera, estamos corriendo mucho peligro por cada hora que pasa. También debemos de pensar en aquellos tres valientes que han ido a enfrentarse ellos solos contra el Caos en el Volcán, si están en apuros y encima les atacan por la retaguardia esas tres criaturas.... - no completó la frase porque el Capitán-Comisario entendía perfectamente a dónde quería llegar.

- Por otra parte, por favor, recuerde que tenemos a un miembro de la tribu de éste jefe, un tal flecha rota o algo así, prisionero en nuestro campamento. Lo podríamos liberar como muestra de buena voluntad si nos cuentan algo más. Si os parece bien, claro. También he pensado en la propuesta de Ashrac, no me gusta nada eso de usar los cadáveres de nuestros vecinos, pero si son levantadados para defender su hogar una última vez...quizá los Dioses nos perdonen. Necesitamos más efectivos. Quizá los no-muertos podrían quedarse y guardar el castillo, para evitar que nadie entre, así al menos tendríamos un punto controlado y podríamos usar todas las fuerzas para limpiar los templos y bloquear la carretera del volcán. ¿Se podría enviar un mensaje para advertir a los tres valientes del volcán y a Ashrac? Por cierto, si aún posee ése anillo para protegerme y la varita de curación, yo podría usarlos para estar en segunda línea y ayudar a curar a los soldados heridos mientras usted emplea su tiempo en otras acciones más provechosas....¿no? -

Tenía mucho que decir aún, pero prefirió ir racionando las preguntas y la información. -
 

Me siento en una piedra grande mientras los humanoides de la isla hablan entre ellos, tío que canso es esto de hablar, con lo bien que estaba yo soltando sopapos a los tontos de los goblins, ahora a esperar a ver que se les ocurre a estas gentes, pero que le vamos a hacer, ahora estoy solo en esta puñetera isla, si ya me decía mi padre, hijo más vale arrear puñetazos que recibirlos, pero claro no le hice caso, como era joven me uní con otros como yo y acudimos a la llamada del puto sacerdote loco, anda que si lo llego a saber, antes le doy candela a sopapos al jefe de la tribu y me hago yo con el puesto, pero eme aquí rodeado de tontogoblins y extraños seres que viven en el exterior, junto a la luz.... pero .... que hace la escuálida elfa esta.... ¡ tomaaaa ! que me da licor rico, toma ya, aún valdrá la pena esto y hasta parece que está buena y todo... ¿ esto que es ?... un papel ... un trozo de carboncillo y dicen que pinte un mapa...

- " Vale, vale pinto un poco lo que se, aunque tengo que avisar que nunca he pintado nada, aunque si le doy un sorbo más a eso no te diré que no se me da de puta madre y todo.. " -

Y con la lengua fuera tras dar un largo sorbo a la redoma de alcohol comienza a pintar en el papel....

Separándose lo suficiente del trasgo se  acercó a Fulgur buscando algo de intimidad y le reclamó la atención poniendo la mano sobre su hombro.

-Si tiene un momento, capitán.

Tras asegurarse que ningún oído de más iba a ser parte de la conversación, habló en voz baja.

-¿Cual será nuestro próximo movimiento, capitán? Con esto hemos ganado una valiosa información, pero vamos a esparcir por la isla un nuevo problema... Los Trasgos son caóticos por naturaleza. En cuanto se sientan fuertes y confiados, me juego lo que sea a que intentarán retomar el pueblo si no dejamos defensas suficientes como para amedrentarlos... lo llevan en la sangre.

¡ Ala a tomar por culo ! 

y lanza la redoma al suelo vacía ahora de su contenido

- " Hip " - poniéndose la mano en forma de embudo - " BUUURRRRRPPPPP " - (eructo) sonriendo - " Hip, perdon eh, que se me ha escapado, Hip " - se pone de pie como puede - " Maeses señoríaasss, si no precisan más de Lugat, el menda, BURRRPPP, Jo que pedal llevo, anda queee, ¡ hip ! tirraa, me voy a dar un sueñecito, ¡ vale ! " - mientras os señala con un dedo tembloroso e intenta cucar los ojos para enfocar mejor

-Lo de Ashrac y los no-muertos... Lo consideraré en cuanto lo vea y tengamos una charla. Y tu estrategia no está mal, gracias por las sugerencias, Cabo Doflar. Pro tienes que recordar un elemento clave. La varita no es de curación, ten eso claro. Es de vigor. Y lenta de efecto. Pero ya la pondremos en práctica en su momento. Ahora, si me disculpas, empezaré a dar las órdenes pertinentes -dijo respondiendo a las dudas del mago.

Se giró un segundo, consciente de que el tiempo corría en su contra y de que no se podían quedar allí parados esperando alegremente a que el trasgo y Bráedam tuvieran un momento histórico para las dos razas. Se bajó del caballo y se dirigó hacia el trasgo, el cual no estaba en las mejores condiciones para dialogar. Antes de estar cerca como para entablar conversación, Cassius requirió su atención para comunicarle sus dudas con el trasgo. -Lo sé, lo sé. Soy consciente del peligro. Pero ahora mismo necesitamos toda la ayuda posible aunque... -suspiró- Aunque estén en este estado. Condenadas criaturas... Fulminó con la mirada a Bráedam, causante por mala fortuna aunque con buena intención de la surrealista situación.

-Saludos, Lugat. Mi nombre es Fulgur y soy quien dirige a todas estas tropas. Se quedó unos segundos pensando cuál sería la mejor manera de comunicarse con el trasgo. Antes del alcohol parecía bastante asertivo pero bajo los efectos de éste, más valía ir al grano y dejarse de formalidades. -Te propongo una cosa. Os dejaremos estar en este castillo hasta que acordemos una zona más amplia y adecuada para vosotros a cambio de la información que nos has dado. También te agradecería que ayudaras a esta generosa elfa y a uno de mis hombres a limpiar el castillo. Has de saber que aquellos monstruos con los que os cruzásteis salieron de este castillo y puede que aún queden algunas de sus creaciones en los sótanos. Nos seríais de gran ayuda.

Esperó que la amenaza del Pensante y sus creaciones fueran suficiente como para sacar, ni que fuera una pizca, al trasgo de su sopor y a la vez lograr su colaboración. -Bráedam, Alfonso, os dejo a cargo de la vigilancia del castillo. Inspeccionad las estancias donde no fuimos pero id con cuidado, no quiero problemas innecesarios, ¿entendido? Nos comunicaremos con el halcón de Bráedam. Rezó a su dios intermanente para que no hubiera ningún problema con los goblins y sin esperar una respuesta del trasgo, se dirigió a todas las demás tropas.

-¡Atención todo el mundo! ¡Marchamos hacia los templos gemelos, vamos, moveos! Un poco aparte, se dirigió a Gardian: -Empieza a ir tú, me quedo un poco retrasado por si hubiera que acabar de hablar algo con el trasgo, aunque lo dudo mucho. No creo que me retrase pero por si acaso.

(efecto del alcohol por fallo de 1 -1 a la destreza durante una hora)

Al escuchar la voz de alguien acostumbrado a mandar, mientras mantengo mi dedo tembloroso señalando a los allí presente, cuco aún más los ojos mientras intento enfocar al tal Yugur " el que dirige a las topas " no se que es eso pero debe ser importante coño, sigo buscando con el dedo, ese no es muy bajito y no me mira, ese tampoco

- " hip " -

y ese... anda si es un pájaro, pues entonces ese tampoco, aunque cosas más raras se han visto, ¡ toma ! debe ser ese que me mira con los brazos en jarras y entonces ¿ por que me guiña los ojos ?

- " jejejejej " -

que tonto, el que guiña soy yo, si es que... como soy, espera..., no habrá por el castillo algo para beber, eso estaba de puta madre, en fín, centrate ¿ que dice Yugur ?

- " Ahhh, entiendo señor, correcto señor, estoy de acuerdo señor " -

esto está chupado, a los jefes con decirles eso se quedan contentos.

- " De acuerdo señor Yugur, nos quedamos el castillo y lo protegerán mis trasgos con sus vidas, sus hombres que hagan lo que quieran, pueden entrar y salir a su aire, yo me voy a dormir un rato " -

Se da la vuelta con rapidez cosa que hace que casi se caiga

- " ¡ Ala a cascala ! me voy a dormir " -

Con gran lentitud si nadie se opone, se vuelve hacia la entrada al castillo, al llegar a la altura del cable trampa, levanta con muuucchhhhoo cuidado la pierna y lo pasa sin problemas.

- " Entonces en marcha, ¡ todo el mundo a formar ! , los que se quedan, los cabos Bráedam y Alfonso, no se la juegen, inspeccionen y si hay riesgo avísenos antes de actuar, los demás en fila cada guardia con su cabo, ¡ ya ! , cada minuto cuenta y puede que alguien necesite nuestra ayuda " -

Tras la arenga, me coloco de nuevo el pesado casco, por fin la anhelada acción, el tener algo que hacer, el no dejar que la mente piense en otra cosa. Por fin veremos que sucede en el valle de los templos gemelos.

Braedam saludo marcialmente a Fulgur y asintiendo se preparó para revisar el castillo y protegerlo en su caso junto a Alfonso. Ella hubiera preferido ir en busca del riesgo y el peligro pero como buen cabo obedeció sin rechistar. Mirando a sus hombres, exclamó: Ya habéis oído! A formar! Protejamos el castillo, Quiero a los más aguilillas en las almenas atentos a cualquier peligro. Vamos! A continuación se despidió del resto.

Tras esto se movió ágilmente y moviéndose con Alfonso y sus valientes reclutas se dispusieron a proteger aquel baluarte. Alcanzando a Lugat al cual vio algo pedo, le sonrió, exclamando:  Lugat. Vuestra ayuda es bienvenida. Por cierto si sabes de alguna trampa más indícalo ahora antes de activar algunas de ella dentro del castillo. Ehehe, enga cuando te repongas podemos seguir la charla.

Casiopea alzo de nuevo el vuelo vigilando desde los aires cualquier movimiento o atisbo de peligro, mientras que Fulgur y el resto se dirigían a los templos acuciados por el peligro que estos corrian.

Miraba atónito todo lo que estaba pasando, hemos emborrachado a un Trasgo y parece que somos los mejores amigos que haya tenido, no estaba seguro de lo que pasaría a partir de este momento y de los roces que podrían surgir entre nuestros chicos y los suyos. Una situación difícil de gestionar.

-Muy bien capitán, Bráedam y yo con nuestros guardias aseguraremos el castillo y mantendremos vigilados a nuestros "aliados", mandaré a un guardia a la ciudad para informar de las novedades, también para que traiga la armadura y la espada.

Saludo a los compañeros que van a partir hacia los templos y a buscar a los peores enemigos que tenemos en este momento en la isla. Vamos hacia el castillo, esperamos poder hacer una zona segura del lugar cuanto antes.

Doflar asintió al Comisario-Capitán y recogió sus cosas, preparándose para la marcha. Se acercó a Alfonso y a Bráedam y les estrechó la mano suavemente, dado que no era para nada fuerte. - Cuidaos y no os arriesguéis demasiado, por favor. Si surge algo, envía a Casiopea Bráedam, si hay nuevas órdenes te enviaré a mi chica. - dijo sonriendo. - Que los dioses de la ley os protejan. - dicho ésto, se alejó hacia sus hombres. 

- Recojan todo y adelante. Los escudos delante, armas a distancia atentas. En marcha. - les dijo, sin alzar la voz. Él era el cabo y ellos tenían que obedecer, por lo que no había lugar a gritar. 

En cuanto probó la bebida, el trasgo dejó de ser de ayuda. Me preocupaba dejarlo así en el castillo, pero Braedam y Alfonso se encargarían de cualquier eventualidad. Mientras tanto, nosotros debíamos marchar a los templos.

-Ya oyeron -dije a mis hombres- todos en fila. Tenemos dos templos que limpiar. Suena como una tarea trivial, pero no se confíen. Pueden haber trampas, incluso mágicas y aberraciones puestas allí para profanar el lugar. Sean extremadamente cuidadosos.

Cassius se dirigió a su tropa.

-¡Ya habéis oido muchachos! Nos ponemos en marcha. Quiero a todo el mundo con el petate al hombro y la lanza  preparada.

Dió un rápido vistazo a sus hombres, apremiando a los quemás estaban tardando en estar listos. En cuanto se pusieron en marcha, se dirigió a la cabeza de la fila.

Alce el brazo llamando al cochero, pare que se acercase y le indique aparcar junto al castillo. Había una trampa justo allí, no lo iba a hacer pasar hasta que alguien la desarmara...

Tenia gran interés en ver en castillo antes que seguir con la marcha.

Viendo como se alejaban las tropas esperaba a quienes se quedaban marcharan para hacer una inspección del castillo.

En tanto Fulgur como todo caudillo ordenaba al orden de las tropas mientras esperaba todo estuviese en orden.

-Inspeccionare el castillo junto a sus hombres, si no os molesta. Dudo que reste alguien aquí que se interese en los estudios del antiguo gobernador.-