Partida Rol por web

Las palabras del viejo le sorprendieron, casi se había olvidado que iba con ellos. -En absoluto. De hecho me gustaría tenerte en los dos sitios, en el sótano y en los templos gemelos pero por desgracia sólo tenemos a uno de ti. Dudo mucho que el Pensante haya sido tan amable como para dejar algo de valor atrás pero bueno, como quieras. Eso sí, si encuentras algo que nos permitiera tener una ventaja sobre el Pensante o sus gólems, te pido por favor que nos lo hagas saber lo más rápido posible con el halcón de Bráedam.

Se giró hacia sus dos cabos y les mandó una rápida órden.

-Alfonso, Bráedam, ayudad en todo lo que podáis a Dark. Tened los ojos bien abiertos también, ya sabéis a lo que me refiero. Esperaré noticias vuestras.

Y dicho esto, echó un vistazo a la zona y a los presentes, se cercirió que lo dejaba todo atado y bien atado y se dirigió hacia grueso de las tropas que ya había partido hacia los templos.

La guardia se divide en dos grupos, uno que marcha hacia lo alto de la isla, hacia el valle de los templos gemelos y otro que se queda a inspeccionar el castillo y su subsuelo. A partir de ahora las fuerzas de la Ley se mueven, ¿ llegarán a tiempo para impedir aquello que susurra en las sombras el Caos ?, ¿ encontrar el portal antes de que la Ley llegue a impedirlo ?. Quien sabe.

A partir de ahora, el grupo encabezado por Fulgur pasa a la escena guardias. El grupo de Darck, Bráedam y Alfono sigue aquí.

Tras la marcha de la mayor parte de la guardia, el castillo se queda ante vuestros ojos estático y silencioso, sino llega a ser por los poderosos ronquidos de un líder trasgo durmiendo la mona. Los seguidores trasgos no saben hablar común, pero os señalan otra trampa situada en el paso donde cayó parte de la muralla, tras ello indican con las manos que no hay más.

El castillo tiene tres plantas, registrar cada planta llevará 46 asaltos en modo búsqueda o 14 asaltos en modo ultrarápido: Tenéis 20 hombres a vuestro cargo, decidme a cuantos usáis para la búsqueda y a cuantos dejáis en las murallas para vigilancia o donde queráis.

Se marchan el resto de compañeros, veo como se van perdiendo entre los restos del campamento y con nosotros quedan los guardias que teníamos a nuestro cargo y los trasgos. Tenemos que inspeccionar rápidamente el lugar y asegurarlo, esperaba que no hubiese muchos enemigos pero no podíamos fiarnos.

Le di a Antoni mi caballo con la misión de galopar hasta la ciudad para informar de la situación y del trato con los trasgos, también para que trajese la espada y armadura mágicas y si la sacerdotisa le pudiese facilitar alguna poción o similar que lo pidiese. No estaban en buena situación pero nosotros pronto estaríamos peor.

- Mi intención es dejar como mínimo a cuatro hombres en la torre sur-este (esquina inferior derecha) que se atrincheren y hagan de vigías, puede ser un último punto de defensa y también para vigilar movimientos tanto de dentro como de fuera del castillo, los trasgos vigilando las murallas exteriores, luego inspeccionaría el castillo de arriba a abajo, las dos plantas superiores rápidamente y el suelo y lo que hay debajo con más minuciosidad. Nos moveremos juntos y sin tontadas, estamos muchos para ir turnándonos en caso de combate. Miro a los reclutas mientras los señalo con el dedo. No quiero héroes muertos, quiero compañeros vivos ¿alguna sugerencia?.

El tercer piso es registrado rápidamente con éxito, está totalmente vació y saqueado por los Ogro y el pensante.

El segundo piso está en las mismas condiciones de uso.

La planta de entrada o primer piso lo tomáis con más calma en la búsqueda de indicios o encuentros fortuitos, tras un largo rato solo habéis encontrado el rastro hecho por algo muy grande y fuerte que ha reventado los marcos de las puertas que van desde las escaleras que descienden al hogar del pensante hasta la puerta principal de salida del castillo, es como si un ariete hubiese chocado con cada puerta, reventando todo a su paso.

Ahora que parece estar todo despejado es el momento de descender al hogar de vuestro enemigo.

¿podéis ver el mapa? ( en azul los 6 guardias que le acompañan, el resto que da de guardia, en rojo los de Bráedam, en negro Darck ).

Habéis recorrido de nuevo la parte ya visitada del complejo del autómata sin haber encontrado ningún tipo de resistencia, el silencio es absoluto, ahora en el laboratorio del embajador Theodocius solo el hedor del cuerpo del antiguo mandatario de la isla rompe el olor húmedo del subterraneo, ante vosotros una puerta cerrada que da a la parte más desconocida del lugar.

Antorcha en mano acompaño a los soldados y antes de seguir avanzando espero a que Pepus se acerque y saco una esfera de cristal y con unos gestos conjuro detectar magia... -Cuanto conocimiento perdido, y cuánto se haya aquí dormido...- Musitó a mi verde familiar mientras caminamos las recamaras del antiguo gobernador.

Al acercaros a los templos veis como alguien sale de las sombras de la oscuridad cerca de uno de los templos gemelos, parece ser Atrus

Pasábamos por todas las estancias descubriendo caos y destrucción fruto de un profundo saqueo. Costaría tiempo en que fuese de nuevo un hogar habitado, las risas de los niños y las corredurías de la gente eran un eco lejano, pero haríamos que volviese a ser como antes.

Sin encontrar nada reseñable nos adentramos en las profundidades, el hueco que habían dejado era bastante considerable y por lo menos la bajada había sido medianamente cómoda. Volvemos de nuevo al lugar que tanto sufrimiento nos había causado, no era agradable estar aquí tan pronto, pero no había otros para hacerlo. Les ordeno a dos de los míos que enciendan antorchas y el resto que se preparen para el combate por si acaso.

- Por un lado tenemos los pasillos que ya inspeccionamos y por otro lo desconocido que desconocemos del todo. ¿una visita rápida a lo que ya hemos pasado o empezamos por lo desconocido?.

Para nuestra sorpresa, Atrus estaba allí también.

-¡Hombre! ¿Donde te habías metido? Estas desapariciones repentinas comienzan a ser sospechosas...

Abandono la oscuridad del templo mientras doy instrucciones a mi séquito. - Manteneos a la espera. Como era de esperar, los esqueletos no otorgan ningún tipo de repuesta.

- Estos tempos estaban sin consagrar, ... , lo que hacemos es traerlos para que sirvan al bien de la isla.

Bráedam exploró junto a sus compañeros las diversas estancias del castillo, recordando las vivencias allí ocurridas. Antes de descender a los niveles inferiores, temiéndose que quizás hubiera algún peligro oculto profirió unas palabras de poder arcano – Nag´asm-se rodeó con un campo deflector que le protegería de posibles ataques.

 Darck investigó en la silenciosa habitación del embajador Theodocius en busca de algo de valor sin mucho éxito,  una pena sin duda, ya que este había lanzado un conjuro de detectar cualquier emanación mágica. Tapándose la nariz con un pañuelo le pidió una antorcha a uno de sus hombres y acercándose al cadáver del mandatario cuyo hedor comenzaba a ser insoportable hizo algo honorable por él, quemar su cuerpo o lo que quedaba de él para purificar aquella área, exclamando: Repose en paz embajador! A continuación miro la puerta cerrada que daba paso a una zona desconocida y asintió a las palabras de Alfonso tras haber revisado las demás áreas. Eh nos aquí ante esta puerta compañeros! Deberíamos investigar que hay tras ella. Preparémonos por si hay alguna sorpresa! Mirando a sus soldados, empezó a impartir órdenes intentando proteger en cierto modo a los reclutas para que vieran otro día. Quiero a 4 de vosotros vigilando el acceso a esta habitación!  Los otros 6 os quiero formando un muro de escudos por lo que pueda pasar. Manteneos a unos 5 metros de mí. No os arriesgáis a no ser que sea necesario.

A continuación miro a Alfonso y a Darck y exclamó: Y bien! Avanzamos? Alfonso cúbreme, voy a intentar abrir esa puerta. Acercándose con prudencia, después de todo era una elfa y se le daba bien encontrar pasadizos y puertas secretas. Comenzó por lo más sencillo, intentar abrirla, dependiendo de lo que ocurriera – atrancada, abierta, etc..-optaría por usar un poder que ocultaba hasta el momento.

-Vaya vaya vaya... ¿Quién tenemos aquí? Las dos sombras que se escabulleron sin decir media palabra, ni siquiera a Dark, en mitad de la noche aprovechando el suceso con el goblin. Creo que nos debéis una explicación. Y no me salgáis con "no te debemos nada porque no nos mandas".

Aunque por fin los habían encontrado, el comisario no respiró aún tranquilo. Antes debía saber qué habían hecho aquellos dos todo este tiempo y qué habían tocado, si es que habían entrado, de los templos.

-¿Y bien?

La tensión se palpa en el ambiente, ya no por la humedad del lugar o por la sensación de estar en un subterráneo, más bien por la espectación ante lo desconocido, la guardia de la isla, ahora compuesta por jóvenes voluntarios, sufren lo que se llama estrés antes del combate, para ellos va a ser su primera vez y la imaginación es algunas veces más poderosa que la realidad.

Bráedam tras colocar a la guardia en posición y tras haberse protegido con un hechizo ( ¿ armadura de mago ? ) abre la puerta, esta se abre sin problemas mostrando por el otro lado la señal de haber sido casi reventada desde el interior, la puerta estaba cerrada y encajada en el marco, pero al abrirla está apunto de caer de sus goznes casi arrancados de la fuerza que se ejerció para que algo grande pudiese pasar por allí.

La luz de las antorchas sujetas por algunos miembros de la guardia iluniman lo que parece ser un pasillode 10 pies de ancho, que gira hacia el este, delante vuestro solo más oscuridad. Bráedam por su naturaleza elfa es capaz de ver el doble que un humano en condiciones de penumbra, viendo como el pasillo se aleja hacia el este perdiéndose en su línea de visión.

Atrus se fue acercando tranquilo, aunque veía que los ánimos estaban caldeados.

-No sé de qué hablas, Fulgur, nadie se fue escabullido ni por las sombras- comenzó a decir Atrus mirando al Capitán, con una leve sonrisa en el rostro -¿Crees que con caballos y luego de hacer varias compras podríamos retirarnos tan fácilmente? No, para nada, sólo nos fuimos poco después de llegar. ¿De qué suceso con un goblin hablas?- el mercenario estaba realmente sorprendido.

Miró a todos los presentes, buscando al mago.

-¿Dónde está Darck? ¿Sucedió algo?- allí sí que pareció preocupado, ya que el viejo era como un padre para él... o tal vez un abuelo.

Atrus miró a Ashrac, y suspiró.

-Bueno, creo que les debemos una explicación- dijo encogiéndose de hombros -Aunque como bien dices, "no te debemos nada"- y le guiñó un ojo -Y vaya que no te debemos nada- y rió corto y sincero -Tanto Ashrac como Darck y yo somos Inquisidores, no simples mercenarios. Probablemente si hubieran hablado con los héroes locales se lo podrían haber dicho, porque con ellos hemos hablado. Bueno, yo he hablado.- sabía que era una noticia tan buena como sorpresiva, pero esperaba que lo tomaran bien y no con enojo -Como probablemente sepan, no podíamos dar nuestras verdaderas identidades, pero dado que si no lo hacemos no confiarían en nosotros, aquí estamos- y levanto las manos como para mostrar la situación.

Le molestaba tener que fallar a esa parte de la misión, pero no podía discutir ahora con aquellos que habían derramado sangre junto a ellos.

-Vinimos a los Templos porque teníamos miedo de que al dejarlos sin guardia, pudieran ser profanados o desacralizados... y efectivamente tuvimos que consagrarlos a los Dioses de la Ley- comenzó a contar -Mientras estábamos allí, hace no mucho tiempo, apareció uno de esos gatos mecánicos, logré ahuyentarlo, pero al poco tiempo pasaron esos Gólems que nos habían hablado en el castillo- se pasó la mano por la cabeza -Lamento decir que no los detuvimos, ya que nuestra prioridad eran los Templos... y ellos representaban un desafío muy grande para nosotros-

-Ahora bien, habiéndonos puesto al día, ¿nos pondrán al tanto de qué sucedió en la ciudad?- preguntó realmente interesado, ya que un goblin en una ciudad no puede sonar más extraño.

Mis ojos mostraban el mismo dorado del fuego de la antorcha e inclementes miraban los rostros de los novatos temblar, cinco o seis vidas nos separaban de experiencia, tal vez la misma diferencia que tendría con la elfa... aunque ella puede que nunca sepa lo que hace en el alma y la mente la vejez y la inclemencia del tiempo. Y quizá esa inclemencia era la que mi rostro mostraba.

Si no fuera que dependíamos de ellos ya les hubiera contado de los horrores que nos aguardan, pero es a veces la ignorancia lo que a veces nos asegura compañeros de viaje. En este caso, pequeños reclutas.

Pero Braedam y Alfonso ya lo habían visto todo, con ellos podía hablar sin tapujos.

-Sin miedo, pero con cuidado. Más que con alguna trampa o glifo no deberíamos encontrarnos.- Estaba siendo optimista. -Quizá algún autómata menor.- Sin dejar de ser consiente. -... Así que una vez aseguradas las zonas hay que revisarlas por algún texto u objeto mágico, y quien sabe si algún tesoro. Estamos aquí por eso.- Sin dejar de ser yo, no me interesaba el dinero ahora pero siempre es bueno mencionarlo cuando te sigue una parva de milicianos arriesgándose a por una vida mejor.

Espero a Alfonso seguir con la marcha, por el decoro de respetar su autoridad y el hecho de que estuviera desprovisto de algún conjuro protector hacían que lo mejor fuera dejarlo ir delante.